Un ampliado de emergencia de la Central Obrera Boliviana (COB) decretó para el lunes el inicio de una huelga general indefinida y el bloqueo nacional de caminos para forzar al gobierno neoliberal de Gonzalo Sánchez de Lozada a dar marcha atrás en su política económica. La decisión laboral agrava al extremo el conflicto social que vive Bolivia, parcialmente paralizada por el corte de rutas en el Altiplano y una psicosis de incertidumbre y temor que se ha apoderado de toda la población.
Delegados de las más importantes organizaciones sociales y laborales del país, reunidos en el centro minero de Huanuni, conminaron a Sánchez de Lozada a dejar sin efecto el proyecto de exportación de gas natural a Estados Unidos, la ley de hidrocarburos, el decreto 21060 y la ley de capitalización, que han servido para que las transnacionales se apoderen del petróleo y gas bolivianos, explotándolos sin mayor beneficio para el país más pobre de Sudamérica.
La COB, que nuclea a los obreros, campesinos, estudiantes, maestros y sectores empobrecidos de la clase media, exigió, además, la inmediata atención de los pliegos presentados por campesino, indígenas y cocaleros, en un intento por unificar las luchas sectoriales y darles mayor proyección y potencia.
Según reportó anoche el corresponsal de la radio minera de Pío XII, las deliberaciones de los trabajadores se prolongaron durante cinco horas, en medio de un clima de encendidas críticas al modelo económico y al deficiente accionar gubernamental, que han puesto al país al borde de la guerra civil.