La Paz estuvo paralizada ayer en el primer día de huelga indefinida convocada por la Central Obrera de Bolivia (COB) en oposición a la venta de gas sin consulta popular, aunque -según reportes radiales- las actividades en el resto del país eran normales.
La organización sindical de los comerciantes al raleo, que sólo en La Paz nuclea a 500.000 subempleados, tomó las principales avenidas de la capital.
La mayoría de los centros de abasto popular también cerraron sus puertas en rechazo a los supuestos planes del gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada de exportar gas a través de Chile.
La manifestación, que movilizó a miles de personas, obligó a los comercios y oficinas del centro capitalino a cerrar sus puertas.
“Nada por Chile, el gas es de los bolivianos”, afirmó un dirigente del gremio, mientras munido de un altavoz galvanizaba a sus huestes.
Al grito de “Goni ratero, el gas no se vende” y “Si Goni quiere plata (dinero), que venda a su mujer”, miles de vendedores enarbolando enseñas patrias coronadas de crespones negros en señal de duelo, ocuparon calles y avenidas próximas al presidencial Palacio Quemado, fuertemente controlado por la Policía Militar y Antidisturbios.
“Las medidas de Huanuni están empezando”, declaró el vocero de la COB Freddy Gutiérrez.
“La población civil en torno a su COB está saliendo a repudiar las políticas neoliberales del Goni y a defender el gas y promover su industrialización”, agregó.
Aseguró que a la manifestación de vendedores en La Paz se sumarán los maestros rurales y “campesinos de Potosí (sudoeste) que junto a las ‘Escuelas de Cristo’ (organizaciones protestantes) se lanzarán a los caminos para bloquear”.
A la movilización se adhirieron estudiantes de la Universidad de El Alto que en demanda de autonomía administrativa sostuvieron una escaramuza sin mayores consecuencias con uniformados en la populosa Plaza Pérez Velasco.
Las expresiones de protesta sólo se registraban en La Paz, mientras que las actividades en el resto del país se desenvolvían normalmente.
En El Alto unos pocos centenares de comerciantes se concentraron en la denominada Ceja, donde confluyen la autopista y la carretera antigua hacia la sede gubernamental, pero no obstruyeron el tráfico entre ambas ciudades.
Mientras, en el altiplano paceño se registra un clima de relativa calma, cuando se cumplen dos semanas de los cierres de caminos protagonizados por los campesinos en demanda de mejoras sociales y económicas.
El comandante de la Policía, Jairo Sanabria, afirmó que la carretera que comunica La Paz con Oruro, de donde salen los desvíos que llevan a la frontera con Chile, se encuentra expedita.
Del mismo modo, los caminos a dos de los principales puntos limítrofes con Perú a orillas del lago Titicaca, Copacabana y Desaguadero, están también ‘desbloqueados’, informó.
La huelga general indefinida iniciada ayer en conjunción con el bloqueo de carreteras fue calificada de ‘fracaso’ por el gobierno, mientras que la COB aseguró que en los próximos días irá creciendo la adhesión.
El viceministro de Gobierno, José Luis Harb, afirmó que la medida de presión sindical “es un absoluto fracaso” y “no ha parado nada en este país”, aunque admitió que hubo movilizaciones en algunas regiones.
Jaime Solares, secretario ejecutivo de la COB, señaló, por su parte, que distintas filiales departamentales de la COB secundaron la medida y pronosticó que el paro se incrementará de forma paulatina en los próximos días. Los manifestantes, que sus representantes calcularon en más de 50.000 y que protagonizaron algunos choques con las fuerzas del orden, salieron a las calles para exigir la dimisión del presidente, Gonzalo Sánchez de Lozada, afirmó Solares.
La COB reclama también que el gobierno desista del proyecto de exportación de gas a Estados Unidos y lo acusa de generar “una invasión extranjera” de empresas multinacionales, cuyo objetivo es sacar provecho de los recursos naturales del país, sostuvo Solares.