Primero de Mayo: El pueblo unido avanza sin partido

Ya ha quedado claro en el debate universal que el socialismo no ha sido un cambio, sino una continuidad del capitalismo en una forma estatal, que nunca avanzó en dirección a la sociedad sin clases, que algunos llaman de comunismo, otros de anarquía, otros de libertad y algunos llamamos simplemente el común, sin ismo



Primero de Mayo: El pueblo unido avanza sin partido

Por Jaime Yovanovic Prieto (Profesor J)

Una amiga me decía que hay que convencer a los izquierdistas con argumentos sobre la autonomía comunitaria, otro amigo me dice que hay que tener muchos centros culturales para crecernos, mientras más, mejor. Ambos rechazan los partidos, las vanguardias y la lucha por el poder. Vale la pena anotar algunos elementos de contribución a esas reflexiones amigas, lo que haré más adelante, para efectuar en primer lugar algunas anotaciones sobre el cambio y las perspectivas del cambio.

Ya ha quedado claro en el debate universal que el socialismo no ha sido un cambio, sino una continuidad del capitalismo en una forma estatal, que nunca avanzó en dirección a la sociedad sin clases, que algunos llaman de comunismo, otros de anarquía, otros de libertad y algunos llamamos simplemente el común, sin ismo, ya que el ismo instala parámetros de receta o caminos hechos, lo que niega el papel del sujeto de la vida, que para el efecto algunos llaman de sujeto transfortmador y otros de sujeto del cambio, lo que nos lleva a instalar algunas reflexiones sobre esa palabra “sujeto”, que presenta varias connotaciones, algunas de ellas derivadas de estrategias definidas, por ejemplo hay quienes sostienen que el sujeto del cambio es el sujeto conductor, el intelectual colectivo, sea partido o similar, como filo-partido, quasi-partido o aún proto-partido, que concentra los instrumentos y resultados de análisis, así como tácticas y estrategias para dirigir al pueblo, que en este caso, al no tener conciencia o tenerla atrasada, debe ser llevado de la mano por el buen camino que sólo perciben los iniciados del club aquel llamado “partido”, que, como su nombre lo indica, se trata sólo de una parte de los miembros de la sociedad, los afines, que comparten metodologías de interpretación y metodologías de acción, y que se van extendiendo como racimo de uvas o explosión atómica reclutando y conduciendo en la forma de vanguardia.

Esa modalidad ya ha sido descartada por buena parte de los analistas y sólo la mantienen los que aspiran al poder, es decir, dirigir el aparato del estado y el proceso de acumulación capitalista, que se reproducen como los gremlins, que les cae una gota de agua y salen varios más del primero. Otros indican que el sujeto es sujeto revolucionario, que puede ser el proletariado como parte de la composición del capital, la parte que produce la plusvalía, que cada vez es más reducida debido a la maquinización y alta tecnología, por lo que pierde su calificación de sujeto revolucionario o transformador de vanguardia y sólo es visible a través de la persistencia de la “ideología del proletariado”, y así van los sujetos, atendiendo más a su condición de componente orgánico o ideológico del capital que a su condición humana, que es la que vamos a trabajar para retirarnos del concepto “sujeto” como elemento del capital y mirarlo como persona o ser humano, lo que obviamente perturba la lógica de las ideologías.

Para mirarlo como sujeto real, es sano hacerlo en su pertinencia como tal, es decir, tal como es o vino al mundo y dejó de serlo a través de la historia, que enseña que el ser humano no proviene de Adán y Eva ni de los marcianos, sino de la horda, del común, lo que está grabado en los genes y, por ende, en el instinto, ya que es un tanto absurdo -u oportunista- negar la condición biológico-instintiva de lo humano para verlo sólo bajo el prisma sociológico del componente social o económico-social. Teniendo la noción de que el común fue destruido por la agricultura, la ganadería, la propiedad, el patriarcado y el poder, podemos entender que el ser humano ha sido desnaturalizado y deshumanizado, única forma de imponer dominio de unos sobre otros. Desnaturalizado porque ha sido separado de la naturaleza y puesto en contradicción con ella, desde la agricultura y la ganadería, hasta los transgénicos, medicinas químico-farmacéuticas y extractivismo exacerbado y destructor, fase en la que la mayor parte de los análisis coinciden en que estamos avanzando hacia la destrucción de la vida. Y deshumanizado por la ruptura del ser comunitario y la instalación de fragmentos del ser cuyos cuerpos son destinados a cumplir diferentes funciones, entre las cuales la producción y la reproducción de la vida, lo que llevó al sometimiento de la mujer y el control de la libertad de los cuerpos, lo que instala históricamente la posibilidad del individualismo, el Yo que se impone al Nosotros y lo destruye en la forma de muchos Yo fácilmente articulables tras el poder y la ideología que lo argumenta.

El nosotros ha sobrevivido en las diversas expresiones históricas del común y las actuales comunidades indígenas sobrevivientes que conservan y rescatan su cosmovisión, que no consiguió ser aniquilada por la colonización del planeta y la evangelización que la acompañó en la forma del eje cruz-espada.

Así, en vez de plantear una reflexión sobre como articular los fragmentos del ser de una manera o de otra para armar este o el otro modelo social -valores incluidos- aprovechando “oportunamente” la fragmentación del individualismo sometido a los embates ideológicos del mejor postor que cuida de mantener la base individual para su sobrevivencia como “verdad conceptual”, como la mayoría de las corrientes anarquistas que de aceptar el común se estarían suicidando como tales y las corrientes colectivistas que viven de las “organización” de los fragmentos evitando cuidadosamente la reconstrucción del ser común que por lógica acabaría con sus argumentos, vemos que la izquierda se compone de estas dos formulaciones, la mayor parte de los grupos anarquistas defendiendo la postura de la ontología individual, por lo que no es difícil que muchos lleguen al nihilismo, y los grupos o reflexiones de carácter marxista o marxista-leninista y las múltiples variantes de ambas, que niegan tenazmente el común e insisten en la individualidad articulada una y la otra por vía de la conciencia, como en la URSS, que se sabían todos el Manifiesto de memoria, pero nunca vivieron el socialismo cotidiano del Che, por eso que la transición del socialismo al capitalismo se vivió solamente en la supererstructura institucional e ideológica, en tanto la base del mundo de la vida, las relaciones materiales, vecinales, culturales, humanas, etc, seguían los padrones de la “vinculación de individualidades ontológicamente perfiladas”.

De allí que las experiencias zapatista y kurda, así como de buena parte de las comunidades indígenas en todo el planeta, demuestran que el cambio sólo es posible con el cambio de relaciones humanas y la recuperación de las formas comunitarias de vivir, es decir, la recuperación del sujeto común, que toma sus decisiones como un sólo cuerpo, con autonomía, es decir, sin seguir reglas externas, salvo la propias de la comunidad, lo que hermana a una experiencia con la otra.

Así que volviendo al tema inicial del sujeto, en realidad éste no existe, salvo en fragmentos que deben reecontrarse y en comunidades actuales que han mantenido la base común, lo que plantea una primera tarea para el cambio: la reconstrucción del sujeto común, uno con a la madre tierra, proceso que no es posible hacerlo depender de las opciones, sino que será el roce corporal, la proximidad y el compartir, lo que nos lleva a prestar atención al sujeto “vecino”, despreciado y vituperado por anarquistas y marxistas, ya que no piensan como nosotros o no tienen los mismos intereses. Pero qué intereses son esos?. Si nos plegamos a la cultura dominante vemos que se trata de intereses mercantiles y arribistas, etc. de allí la necesidad de algunos de acercarse a los afines, los que no están “maleados”, sea en la izquierda, sea en centros culturales, lo que da como resultado una suerte de elitismo intelectual y racismo social.

He ahí el gran desafío, superar las limitaciones de nuestra conciencia superior y bajar el orgullo de saberse iluminados. Sólo así podremos descubrir y alcanzar en cada situación concreta el mejor lenguaje y actividades con los vecinos, para dar rienda suelta a las sensaciones, miradas, sonrisas, actos conjuntos, afectos, comunicación, respeto, ver juntos como juegan y rien los niños y, por que no, jugar y reir todos nosotros también. Que estamos en una sociedad de mierda, ya lo sabemos, pero de allí a subordinarnos a ello y vivir en los gethos izquierdistas o alternativos abandonando las tareas del cambio o adaptándolas a la “necesidad” de interactuar con los afines, al final descubrimos que esos afines no viven cerca de nosotros, y eso se da en todas partes, lo que nos obliga a despreciar el hábitat inmediato y sus potencialidades para reducirnos a los círculos de los clubes de Tobi de los afines, lo que explica tanto centro cultural o “comunitario”, los espacios afines que a su vez sustituyen a las vanguardias procurando dirigir a la gente tras objetivos que a nosotros no parecen bien y argumentamos que son “derechos del pueblo”. Por ese camino sólo reproducimos la condición de fragmentos individuales del ser. Articulados tras objetivos comunes, ya lo creo, pero fragmentos al fin y al cabo. Al parecer es más fácil desarrollar ideas y volarlas entre afines, pero al fin y al cabo, tarde o temprano habrá que abordar la problemática vecinal y ahí estoy de acuerdo en que es difícil, pero no parece prudente hacer opciones porque algo es más “fácil”, lo que no es más que adaptar las posibilidades del cambio a nuestra individualidad, de esa manera la búsqueda de los afines más bien pareciera responder a un miedo a la soledad o a la duda de si estaremos en lo cierto. Escuchar al afín permire reforzar criterios de verdad asentados meramente en la racionalidad.

La Universidad Libre no es un espacio para afines ni de crecimiento personal, sino una práctica de construir saberes y transformar el medio circundante junto a vecinos de un barrio o cerro.

Primero de Mayo autónomo y comunitario en Valparaíso: https://www.facebook.com/events/401527376697455

Abrazos

Jaime Yovanovic Prieto (Profesor J)
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