La gran idea de los dueños de autobuses de la Ruta 7C de pagar el salario a los motoristas de acuerdo con el número de usuarios que transporten por viaje les costó muy caro.
Los 60 motoristas de la ruta decidieron ayer no sacar las unidades de la meta en protesta por la medida.
La suspensión del servicio en el turno matutino tuvo un costo de 17 mil dólares para los empresarios y significó innumerables problemas para la población, que tuvo que caminar varias cuadras para tomar otras rutas.
Según el proyecto de los propietarios de buses, cada motorista debería transportar 170 pasajeros en cada viaje, para hacer un total de 850 al cabo del día.
Si el conductor lograba la meta de 850 usuarios en cinco viajes, ganaría un total de 150 colones, que es el sueldo que devenga en cualquier motorista en una ruta de la capital.
Joselito Morales, empresario de la Ruta 7, señala que el sector transporte anda mal desde que el Gobierno le suspendió el subsidio del diesel.
A esto se agrega la competencia desleal de parte de los microbuses y de otras rutas de buses que circulan en la zona.
Indica que pagar el sueldo del motorista, según la cantidad de pasajeros que transporte, era con la finalidad de que aportara una mayor cooperación.
Los empresarios elaboraron una tabla en la que establecían que, por pasajero, el conductor tenía un porcentaje de dos centavos de dólar.
Según Morales, la medida entraría en vigencia desde ayer, pero se les armó una huelga de ocho horas.
Motoristas y empresarios se reunieron por varias horas, a puerta cerrada, para discutir el tema. Llegar a un acuerdo no era fácil.
Los motoristas pedían la presencia de representantes de la Procuraduría de Derechos Humanos, mientras que los empresarios urgían que llegara la Policía Nacional Civil para poder prestar el servicio.
De los 60 buses que circulan de Soyapango al centro de la capital, solamente cinco cubrieron la ruta.
Para los conductores, la disputa de los pasajeros con otras rutas de buses es regresar el desorden.
Además, pondrían en peligro a los pasajeros que bajan o suben. Correrían el riesgo los peatones que se atraviesan la calle por manejar a gran velocidad.
A la una de la tarde de ayer, los motoristas aceptaron un salario de tres dólares (¢26.25) por día.
Esa cantidad supone que pierden ¢2.75 del sueldo que tenían desde hace tiempo.