Contradicciones del mayor encuentro campesino de América.

Darío Aranda    29.Jun.15    Campo

Encuentro de dirigentes (que llaman Congreso) de la Confederación Latinoam ericana de Organizaciones del Campo, de la Vía Campesina, donde se constata la penetración y cooptación de la alianza neoliberal del peronismo argentino con el petismo brasileño en lo que se denomina gobiernos nacional-populares



CLOC

La Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) es el espacio que reúne a un centenar de movimientos campesinos de la región. Y es también la representación local de la Vía Campesina (VC), entidad internacional que articula las luchas de las organizaciones rurales de todo el mundo.

La CLOC nació en 1994, en plena confrontación al V Centenario, cuando gobiernos de América y Europa celebraban el “encuentro de dos mundos” o el “descubrimiento” del continente.

Llaman “congreso” a sus espacios de debate interno, donde concurren sus cuadros políticos y planifican sus acciones para los próximos años. Su primer congreso fue en Perú (’94), luego Brasil (’97), México (2001), Guatemala (2005) y Ecuador (2010). El VI Congreso se desarrolló en Buenos Aires (en los bosques de Ezeiza), la consigna fue “Contra el capitalismo, por la soberanía alimentaria de nuestros pueblos. América unida sigue en lucha”. Entre el 14 y el 17 de abril se reunieron 1200 delegados de 21 países y de 88 organizaciones.

En los encuentros de la CLOC (y la Vía Campesina) hay espacios claves. Entre los más importantes figuran la “mística” (una suerte de representación teatral con claro contenido político), el acto de apertura (donde hablan los principales voceros) y el cierre, que suele ser una acción directa en la calle.

Apertura

Martes 14 de abril. 10.40. Momento de la “mística”. Una decena de personas disfrazados de parca. Vestimenta negra, rostro calaverico y guadaña en mano. En el pecho, con letras blancas, los nombres propios: Monsanto, Syngenta, Nidera, Bayer. Se pasean entre el público como patrones de estancia y llegan hasta el centro del escenario. Hasta que aparecen hombres, mujeres y niños en distintas columnas, con herramientas de trabajo y alimentos de sus chacras. Los campesinos enfrentan a las parcas y las hacen retroceder. Suena música setentista. Los campesinos le ganan a las multinacionales. Es el acto de apertura del Congreso de la CLOC.

Desde el público irrumpe un grito bien agudo, de mujer. “Aaaaaaalerta… aaaaalerta…”. Cientos de personas del auditorio responden: “Alerta que camina, la lucha campesina por América Latina”.

Flamean banderas de todos los países de la región. Cada organización con sus remeras identificatorias. El rojo pareciera el color insignia de los movimientos campesinos. De rojo visten los locales del Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI), también el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST de Brasil) y el Movimiento de los Pequeños Agricultores (MPA, también de Brasil). También es numerosa la delegación de Venezuela, con camperas deportivas y los colores de la bandera venezolana.

Segundo momento. El panel de apertura está listo. Deolinda Carrizo y Diego Montón del MNCI, actuales coordinadores de la CLOC. Elizabeth Mpofu, de Zimbabwe, máxima autoridad de la Vía Campesina (VC). Eberto Díaz Montes, colombiano y de la coordinación regional de la VC. La ministra boliviana de Desarrollo Rural y Tierras, Nemesia Achacollo. El secretario de Agricultura Familiar de la Nación y uno de los máximos dirigentes del Movimiento Evita, Emilio Pérsico. La Defensora del Público, Cinthia Ottaviano. El Secretario de Derechos Humanos, Martín Fresneda. Y el secretario de Coordinación de Política Institucional y Emergencia Agropecuaria, Javier Rodríguez, que además es militante de La Cámpora.

Secretario de Agricultura Familiar de la Argentina: Emilio Pérsico

En el acto de apertura de la CLOC había más funcionarios que campesinos.

Discursos

Deolinda Carrizo, de Santiago del Estero, abrió el juego. Recordó al recientemente fallecido Eduardo Galeano y citó uno de sus textos más famosos, que describe al pueblo como un mar de fueguitos, donde cada uno brilla con fuego propio, algunos con llamas que casi no se ven, otros con fuegos que contagian luchas. “En este congreso vamos a seguir encendiendo la llama de la lucha”, arenga “La Deo”, como se la conoce a la dirigente del MNCI. Explicó que los campesinos tienen solo el 24 por ciento de las tierras cultivable, pero producen más del 70 por ciento de los alimentos. Recuerda que la CLOC se negó en el ‘94 a celebrar lo que otros llamaban el descubrimiento de América, recuerda que hace diez años en Argentina se “venció al ALCA (Acuerdo de Libre Comercio de las América -impulsado por Estados Unidos-) y llama a defender las semillas para que no caigan en manos de las multinacionales.

La moderadora, una joven de remera y gorro rojo, grita: “América unida y en lucha”. Le responden con aplausos. Antes de dar paso a la segunda oradora, agradece la presencia del grupo de intelectuales Carta Abierta y del Movimiento Evita, de la CTA (oficialista), La Cámpora, el Movimiento Dignidad, el Frente Popular Darío Santillán y Patria Grande.

Elizabeth Mpofu, máxima referente de la Vía Campesina, deja por un momento el inglés y se anima al español: “¡Globalicemos la lucha”! Y los militantes completan el eslogan de la VC: “Globalicemos la esperanza”. Con la ayuda de traductor, afirma que el “enemigo es cada vez más violento”, pero asegura que los campesinos ya no van a retroceder. Y refuerza los tópicos de la organización: soberanía alimentaria, propiedad de la tierra, derechos humanos, mujeres, derechos económicos y sociales.

Eberto Díaz Montes, colombiano de la coordinación de la Vía Campesina, señala que el continente vive un nuevo amanecer, llama a decir no al imperialismo y, puño en alto, grita: “¡Chavez vive, la lucha sigue!”. El auditorio repite la consigna tres veces más.

“La discusión principal de este VI Congreso de la CLOC será cómo construir el socialismo del siglo XXI. En contra del imperialismo… porque al imperialismo se le acaba del tiempo”, promete. Cita a Fidel Castro, llama al no pago de la deuda externa y a rechazar los tratados bilaterales de comercio. Explica que la lucha por la tierra es un instrumento para la soberanía alimentaria, para la auto determinación de los pueblos. Celebra que haya espacios de formación para los más pequeños. Y afirma: “Los niños deben ser los futuros combatientes”.

Funcionarios

La ministra de Desarrollo Rural y Tierras de Bolivia, Nemesia Achacollo, ex miembro de la CLOC, insiste en el enemigo. “El imperio trabaja regional y localmente. Por eso tenemos que formar nuestros cuadros y construir el proceso de cambio”, propone. Recuerda que el presidente Evo Morales también fue de los primeros miembros de la CLOC, llama a presionar a la FAO para implementar una política mundial por el acceso a la tierra y pide acabar con la injusticia de que haya campesinos, productores de alimentos, que pasan hambre por la intermediación del mercado que fija un precio injusto.

“Estamos de pie compañeros, formando nuevos cuadros, así vamos a derrotar al imperio”, insiste. Y finaliza con un grito: “¡Globalicemos la lucha. Globalicemos la esperanza!”. El público repite dos veces la consigna.

Transcurrió menos de una hora de discursos y las palabras más mencionadas son imperialismo y, por contraposición, socialismo. Categorías poco frecuentes en el campesinado de Argentina. No así en los cuadros políticos y técnicos de las organizaciones.

Emilio Pérsico es dirigente del Movimiento Evita y secretario de Agricultura Familiar de Nación, desde donde creó el Movimiento Agrario Evita y sumó al Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI) y, más recientemente, a la Asamblea Campesina Indígena del Norte Argentino (ACINA). Desde que asumió en el cargo, en 2012, logró buen diálogo con la mayoría de las organizaciones campesinas, e incluso las sumó al Gobierno.

Comienza su discurso. Avisa que trae el saludo del Ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela; y de la Ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner. Recuerda que el sitio donde se realiza el encuentro (Centro Recreativo Nacional -Cerena-) fue recuperado por “este gobierno nacional y popular, por eso lo bautizamos Néstor Kirchner”.

Aplausos de aprobación.

Pérsico se envalentona. “Esta es la tierra de San Martín, Evita, Perón, el Che, Néstor, Cristina Fernández de Kirchner y de los 30.000 desaparecidos”, arenga. Describe que Argentina sufrió tres invasiones. La colonial (de los europeos), la oligárquica (Sociedad Rural y compañía) y la neoliberal de los ‘90 (menemismo -y aliados-). Asegura que en la década del ‘90 desaparecieron un millón de pequeños productores de Argentina y llama a revertir eso. “Un millón de campesinos deben volver al campo”, afirma.

Desde que asumió, en 2012, Pérsico destaca esa propuesta, aunque nunca explicó qué acciones está desarrollando desde el Ministerio para lograrlo.

Van casi diez minutos de discurso. Y cierra: “Recién (en la mística) había unos buitres. Nosotros le decimos no al pago a los buitres, porque tenemos a nuestra leona (CFK) que no les va a pagar y nosotros estamos con ella”.

El tercer funcionario en hablar es Martín Fresneda, secretario de Derechos Humanos, ex militante de la organización Hijos, de Córdoba. Asegura traer el saludo de la Presidenta, señala que Argentina es un Estado comprometido con los derechos humanos.

Turno de Cinthia Ottaviano. Ex periodista del diario Tiempo Argentino, actual defensora del Público (un órgano creado por la nueva Ley de Medios). Llama a “desalambrar la palabra y parar las topadoras de las corporaciones de la comunicación”.

El último funcionario es Javier Rodríguez, secretario de Coordinación Institucional del Ministerio de Agricultura, y militante de La Cámpora. Fue muy breve. “Nos quieren hacer retroceder”, advierte. Llama a la organización del pueblo, menciona la importancia del gobierno “nacional y popular” y afirma que el camino marcado por el kircherismo “es irreversible”.

Corporaciones y gobiernos

El cierre estuvo a cargo de Diego Montón, del MNIC, pero también de la Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra (UST) de Mendoza. Ingeniero agrónomo, coordinador de la CLOC, tiene un hablar muy claro. Agradece al Ministerio de Desarrollo Social (de quién depende el lugar del encuentro) y pidió un aplauso para la ministra Alicia Kirchner y las cooperativas del Argentina Trabaja que colaboraron con la logística y tareas en el lugar.

Cuestiona a la “oligarquía” y a la academia que niegan la existencia de campesinos e indígenas. Recuerda que se cumplen 200 años del Congreso de los Pueblos Libres, convocado por José Gervasio Artigas, donde se impulsaba la reforma agraria y la tierra para los pobres del campo.

Hace un paralelo histórico entre los españoles, luego los ingleses, el “imperialismo yanqui”, y en la actualidad la megaminería y los agronegocios. “Este pueblo ha avanzado con los gobiernos progresistas”, afirma.

Aunque en Argentina se multiplicaron los proyectos mineros en la última década (se pasó de 40 proyectos en estudio a 600, y están en explotación diez grandes yacimientos) y creció el área con soja (de 12 millones de hectáreas en 2003, a 22 millones en la actualidad), no hubo crítica al rol del Gobierno Nacional.

“Los pueblos están en defensa de la avanzada destituyente contra los progresistas de la región. Defendemos a Maduro, a Dilma y a Cristina”, alerta Montón. Y el auditorio acompaña con aplausos.

En el momento más encendido del discurso, cuando Montón advierte sobre una avanzada de las corporaciones sobre la producción de alimentos, desde el mismo escenario, Pérsico está ensimismado en su teléfono celular.

Montó pide identificar bien al enemigo. Y enumera: Chevron, Cargill, Monsanto, Syngenta, Barrick Gold.

Todas empresas aliadas del Gobierno Nacional.

“Vamos a profundizar la soberanía alimentaria y la reforma agraria, desde el Caribe hasta Tierra del Fuego. Vamos por la patria grande, libre y soberana”, invita el referente de la CLOC.

Aplausos. Música setentista a volumen alto. Y el grito que ya es himno: “Alerta, alerta, alerta que camina. La lucha campesina por América Latina”. Tres veces. Desconcentración. El almuerzo espera.

Debates

Tres días de debates internos, en distintas comisiones. Soberanía alimentaria, coyuntura política, formación, comunicación, semillas. Y charlas abiertas. El primer día estuvieron el referentes de los Sin Tierra de Brasil, Joao Pedro Stedile, y el intelectual argentino Atilio Borón, ambos en línea con el panel de apertura.

Los debates en comisión pasan varios filtros y luego son tamizados por los referentes por país y por tema.

El primer documento que se hace público de los congresos es la “Declaración final”. Tiene dos carillas. “Nuestro Congreso se ha desarrollado en un momento en que las contradicciones y la lucha de clases se reflejan en una ofensiva del capital que promueve nuevas guerras, opresión y conspiración contra los pueblos, cuya expresión máxima es el ataque directo a Venezuela (…) pero también en las diversas estrategias golpistas y desestabilizadoras, instrumentadas por la alianza de los grandes grupos empresariales de la comunicación y el capital financiero, buscando derrotar la soberanía de nuestros pueblos e impedir la acción de los gobiernos progresistas en la región”, comienza la proclama.

Señala como avance los procesos regionales en el marco de la UNASUR, ALBA, MERCOSUR y CELAC. Reafirma la necesidad de una reforma agraria integral, fortalecer la agricultura campesina e indígena de base agroecológica como componente hacia la soberanía alimentaria, el reconocimiento de la función social de la tierra y el agua, defender las semillas campesinas.

“Debemos derrotar el modelo agrícola impuesto por las corporaciones del agronegocio que apoyado por los capitales financieros internacionales y basado en monocultivos transgénicos, uso masivo de agrotóxicos y expulsión de campesinos del campo, es el principal responsable de las crisis alimentaria, climática, energética y de urbanización”, explica el texto.

Advierte que continuará la lucha contra el modelo de transgénicos y agrotóxicos, la megaminería, los megaproyectos (como represas) y el extractivismo. “El capital imperialista ahora está bajo el control financiero y de las transnacionales, por lo que identificamos el socialismo como el único sistema capaz de alcanzar la soberanía de nuestras naciones”, finaliza el documento de cierre de VI Congreso de la CLOC.

Acción directa

Las organizaciones de la Vía Campesina suelen cerrar sus encuentros masivos con una acción directa. Marchas a alguna oficina de gobierno, reclamos en la calle, ocupación de campos de transgénicos de empresas multinacionales. Hasta el anteúltimo día (jueves) no estaba definido cuál sería la actividad de cierre del VI Congreso de la CLOC. Por lo bajo, mencionaban una posible marcha a Plaza de Mayo, histórico epicentro de los reclamos de Argentina.

El debate interno era con qué consigna marcharían. No podían movilizar en reclamo hacia el mismo Gobierno que apoyan (e integran) y tampoco en agradecimiento.

Finalmente se fijaron los lugares de la marcha. A Palermo, contra la Sociedad Rural Argentina, símbolo de la “oligarquía” local. Y a la Embajada de Estados Unidos, como emblema del imperialismo.

En la mañana del 17 de abril, Día Internacional de la Lucha Campesina, llegan hasta Palermo más de un millar de militantes campesinos. Mucho colorido, banderas de todos los países y de las casi 90 organizaciones. Clima festivo. Marchan en tres filas, ordenadas, extensas, de varias cuadras. Esa particular forma que caracteriza a los Sin Tierra (MST) de Brasil.

Agronegocio avanza masivamente bajo este gobierno en Argentina

Ese mismo día, 17 de abril, el gobierno nacional anunció la aprobación de una nueva soja transgénica, de la multinacional Dow, muy cuestionada porque va acompañada de tres agrotóxicos. Además del conocido glifosato, también permite el uso de glufosinato de amonio y 2,4D, dos químicos muy cuestionados por sus efectos ambientales y sanitarios.

Paradojas. Los campesinos denuncian a las transnacionales y al imperialismo. El Gobierno aprueba más transgénicos. El agronegocios avanza.

Darío Aranda

Una primera versión de este texto fue publicada en MU