El Caucus de USA y el referendum de Bolivia

La lección es invertir esfuerzos en todas partes para acrecentar las capacidades locales en cada barrio de desplegar formas propias de alimentación, medicinas naturales, autogestión, educación y salud propia, etc. Así si surgen nuevos gobiernos progresistas, ellos verán si se subordinan a las dinámicas de abajo o si las combaten en aras de la acumulación de capital para “gobernar”.



El Caucus de USA y el referendum de Bolivia

Por Jaime Yovanovic Prieto

Hoy lunes 01 de febrero se da la largada de la campaña presidencial en Estados Unidos. Los candidatos favoritos de quienes votan por la primera vez y de la juventud en general, con alrededor o más del 60% de las preferencias según las últimas encuestas, son por el Partido Republicano el magnate fascista Donald Duck, perdón, Donald Trump, y por el Partido Demócrata, el candidato socialista Bernie Sanders, conocido socialdemócrata, al estilo del nuevo primer ministro laborista inglés, a quien las encuestas entre la juventud y los que votan por primera vez otorgan el 70% de las preferencias al interior de su partido.

En Iowa, estado del centrooeste, de mayoría rural y blanca, se realiza el Caucus, que son asambleas de militantes de cada partido para elegir el candidato que les representará, y después de arengas e intercambios, votan en secreto expresando sus preferencias. Pocas dudas caben de que Trump será el designado por los republicanos, en tanto las dudas están entre los demócratas, pues el poderoso aparato de Hillary Clinton está empatado técnicamente con el vertiginoso avance de Sanders, lo que tiene a los operadores de la máquina tirándose de los pelos.

Sanders ha crecido sobre la base de la crítica levantada por los indignados del movimiento Occupy, pero sus bases de apoyo se han dedicado solamente al trabajo electoral, descuidando el trabajo barrial que puede asegurar cambios desde abajo, lo que ha sido la principal lección de los gobiernos progresistas del continente, clavados en el poder y el aparato del poder, inmunes a los cambios que no provengan de arriba, con lo que demuestran su carácter autoritario, similar al de Sanders, que siembra la ilusión de que es posible ganar en ese país el poder ejecutivo y aunque lo ganara es bastante pobre el análisis que confía en conseguir modificaciones estatales, lo que no han podido conseguir los gobiernos progresistas, que más bien se han volcado a combatir la autonomía comunitaria que les obstaculiza el extractivismo destructivo de la madre tierra que les asegura los dineros para el clientelismo.

Si no es posible ganar en Estados Unidos o si es imposible realizar cambios desde el poder ejecutivo amarrado por el congreso y por el pentágono, mal está entonces trabajando la izquierda y sectores populares al dedicarse solamente a la propaganda electoral sin invertir esfuerzos y energías en cambios locales, que pueden tener continuidad tras el proceso electoral, cualquiera sea el resultado, lo que aprendimos trágicamente en Argentina, donde el kirchnerismo y las izquierdas ahora salen a protestar para acumular votos para las siguientes elecciones. La obsesión del poder siempre ha llevado a la catástrofe. En México las izquierdas atadas a las elecciones sólo han legitimado los gobiernos que promueven el narcotráfico y la violencia, en cambio desde las comunidades ha ido creciendo extraordinariamente la autonomía comunitaria y los municipios autónomos en prácticamente todos los estados mexicanos y los sectores dominantes ya no saben como contenerlos, piues están paralizxando desde abajo obra tras obra mi pidiendo la expansión del extractivismo hasta en la sopa. Lo mismo sucede en otros paíoses del continente, donde los de abajo se van organizando cada vez de forma autogestionaria deslogándose del autoritarismo de los partidos que los llevan solamente a apoyar ala burocracia de los jefes.

Por eso en Bolivia es importante el referendum del 22 de febrero, ya que Evo Morales quiere modificar la Constitución para permitirle is de candidato presidencial en la forma de re-reelección, pues ya habúa hecho campaña anteriormente por la re-elección. El proceso de cambios fue iniciado en este país por las comunidades campesinas, indígenas y movimientos sociales, y Morales se puso por delante haciendo creer que iba a potenciar las dinámicas de abajo, lo que no hizo. Para escapar a la presión de los movimientos y comunidades, el MAS ha establecido alianzas con el empresariado y las oligarquías regionales, como Santa Cruz y Tarija, pero a costa de ir perdiendo su base de sustentación campesina e indígena, puesto que al favorecer los intereses de los empresarios, del extractivismo y la articulación con el capitalismo globalizado, ha tenido que hacerlo sobre las espaldas del pueblo favoreciendo solamente a algunos sectores de elite, de aristocracia obrera, capas medias y áreas urbanas, donde ha ido concentrando las inversiones, en tanto en el campo ha optado por favorecer a la agroindustria y los transgénicos.

Todo ello a pesar de los rimbombantes discursos “antimperialistas” y “ecológicos” de defensa de la madre tierra, lo que ha resultado una pantalla y chorro de luz para encan dilar y tapar sus verdaderos objetivos ya declarados por su vicepresidente: hacer de Bolivia un proceso de acumulación capitalista durante al menos 40 años, lo que ya había fracasado en la URSS y se desvió totalmente en China, en tanto Cuba se ve obligada a debilitar sus lazos con Venezuela y fortalecer las relaciones con Estados Unidos prendiendo velas para que gane Sanders, o sea, a sabiendas de la perspectiva de derrota o encerramiento del socialista norteamericano y del inmovilismo social de dependencia al líder autoritario. La política de estado pasa por encima del discurso de la “solidaridad” internacional.

La lección es invertir esfuerzos en todas partes para acrecentar las capacidades locales en cada barrio de desplegar formas propias de alimentación, medicinas naturales, autogestión, educación y salud propia, etc. Así si surgen nuevos gobiernos progresistas, ellos verán si se subordinan a las dinámicas de abajo o si las combaten en aras de la acumulación de capital para “gobernar”.

Por eso no estamos con la derecha ni con la izquierda, sino con la gente para el rescate del común.

Jaime Yovanovic Prieto
profesor_j@yahoo.com
Twitter: @yovanovicprofej

Análisis de los resultados:

Los tres primeros republicanos, de 12 candidatos de ese partido, fueron Ted Cruz con 27,7%, Trump con 24% y Marco Rubio con 23%. Cruz, de origen cubano, es tan conservador o más que Trump, con la diferencia que no hace el payaso y el agregado que es evangélico, lo que le ayudó en iowa, pero no ayudará tanto en otros estados. El favorito de la máquina del partido es Marco Cruz, también de origen cubano, lo que le resta apoyo entre los latinos de origen mexicano, que son la mayoría. Hay que recordar que los electores de Iowa son atípicos por su carácter rual y blanco, que no es característica del resto del paÍs, y que los resultados sirven solamente como efecto propagandístico. Por eso Trump no se siente muy preocupado, aunque es claro que le duele el estómago por la patada.
En el campo demócrata, que sólo presentaba 3 candidatos, el tercero se retiró de inmediato al obtener casi cero votos, en tanto Clinton y Sanders polarizaron a la casi total asistencia de los electores de ese partido, empatando 49.8% Clinton y 49.5% Sanders, lo que en ese estado no es indicador ninguno, sino un bello toque propagandístico que posiciona a los caballos de la carrera y da margen a los dueños de la tropilla para urdir maniobras por el camino y que salga finalmente un presidente adecuado al establishment.