sábado, 26 de marzo de 2016
¿Qué es Valparaíso: Ciudad, arte, hábitat, encuentro, mundo de la vida?
Por Jaime Yovanovic Prieto
Ver las colecciones de fotos actuales de Valparaíso, incluso las del gigantesco incendio que dejó sin techo a más de 3 mil familias, es ver una hermosa y a la vez dolorosa y cruda realidad. Sin embargo para apreciar bien esa visual y adentarse en el fenómeno complejo que es este Valle del Quintil, es un buen ejercicio mirar las colecciones de fotos antiguas, conversar con los ancianos y ancianas y observar el mar en silencio, para que nos hable, no en el sentido lingüistico y racional, sino que hay que abrir los poros de la piel y permitir que nos toque y haga vibrar en todos los sentidos. Ese “hablar” se comunica con nuestro interior, básicamente nuestro instinto, que es un lenguaje olvidado por el modernismo, los fast joods, digo foods, y las necesidades que consideramos personales u objetivos propios de cada uno, algunos de los cuales coinciden con otros y se van formando los grupos de afinidad con interpretaciones y deseos distintos.
Muchos miran la vivencia, la estadía o el pasar, imaginando poesía o cielos estrellados y soñando sociedades mejores y algunos se organizan para plasmar ideales, pero las raíces crecen de por si y no desde las ramas, por lo que es sano dejar un instante esos sueños o propuestas de futuro y ver por donde viene el viento, la historia, el cauce y el newen, es decir, una mirada arqueológica y aún genealógica de esta realidad compleja que lleva por nombre Valparaíso. Ya tendremos tiempo para ver detalles de la historia, por ahora expondremos algunos atisbos salpicados sin ton ni son para que cada uno descubra su propia sinfonía y vaya armando el mono de a poco sin el catalejo de la distancia académica o racionalista que todo lo ordena, todo lo cataloga.
Digamos para comenzar este desorden que no sabemos si alguna vez tuvo orden, salvo el impuesto y aquel requerido por los análisis y estudios formales que nos hacen organizarlo todo para luego descubrir que no era así y hay que cambiar piezas del tablero.
Como metodología analítica utilizaremos la siguiente manera de observar, indicando primero la manera que se usa habitualmente y que dejaremos de lado: las observaciones normalnete se utilizan de formas ya hechas, por ejemplo la economía, que muestra una vertiginosa tela de araña llena de contratos, búsquedas de trabajo, vendedores ambulantes, precios, manejar una máquina o un instrumento, capacidades adquisitivas, pagar la micro, comprar ropa, salarios miserables, en fin, una multiplidad de hilos que constituyen una estructura a la cual se van atando los comportamientos distanciándose de los instintos y los placeres, aún del amor, llegando a las inmobiliarias, las grandes tiendas, los malls, el puerto que no deja un centavo en Valparaíso yendo todo el ingreso a Santiago, etc.
Otra manera de mirar y que deriva de la anterior, es la política, que si el alcalde es de derecha, que si el concejal es de izquierda, que el proyecto de fondos tiene origen estatal, regional o municipal, que un grupo de ciudadanos prefieren la política para instalar caminos y metas, etc.
Es obvio que eso no se puede abstraer, ya que cae en las espaldas de la población, pero sin un estudio de fondo, mediante la teoría de la complejidad y sin la opinión del vecino, seguiremos analizando desde el punto de vista descriptivista y superficial y avanzaremos en su comprensión de manera forzada e incompleta, sin entender la interacción de todos los factores y actores que se inciden mutuamente, de allí la importancia de abordar la raíz, de donde crece el árbol porteño y en que los transgénicos tecnológicos e ideológicos están enturbiando y envenenando sus frutos, lo que transforma en dudosas las metodologías interpretativas asentadas en metas a alcanzar, por ejemplo el económico que necesita acrecentar sus ganancias va a mirar de una manera y acoger las formas de interpretación que le convienen y el político va a usar las filosofías o ideologías que convienen a sus objetivos.
Nosotros, amigos que no nos organizamos y que nos movemos con lo que llamamos Universidad Libre, que es una desuniversidad, creemos que aún está por construirse una manera propia de observarse Valparaíso a si mismo, por lo que hemos decidido abandonar las metodologías del catalejo (a la distancia) económicas y políticas, para tomar el estudio de raíz desde las formas de vida, donde funcionan o no funcionan o funcionan mal, la ciencia, el arte y el amor.
Así Valparaíso científicamente hablando es una permanente y creciente obra de arte, un fenómeno cultural, una creación cotidiana de roces corporales, flujos energéticos del newen y del amor, que nace y se desarrolla en los intersticios o grietas de la maraña de las gruesas y tupidas mallas de la economía, de la ideología y de la política que la envuelven.
Eso es lo queremos estudiar, la raíz, no las ramas, el fondo, no la superficie, las interacciones de la dinámicas moleculares, no las reglas del juego de la economía, la política y la ideología. Pero ese estudio lo hacemos en medio del mundo de la vida, con los vecinos construyendo una huerta y recuperando sus vínculos con la madre tierra, en la autogestión de la vida, en la recuperación de la autonomía comunitaria y para eso nos orientamos con la ciencia, el arte y el amor.
Seguimos, pero no en este texto, ni en otro texto, sino en los talleres de la desuniversidad para ir al cerro, la quebrada y la caleta, a aprender con nuestras manos trabajando junto a las manos y corazones de vecinos, vecinas y vecinit@s.
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Tomado de yovanovic.blogspot.cl