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Muchacha de tez morena
Sebastiano Monada
Amasada cariñosamente en aceituna
Y barnizada prolijamente en tulipán violeta
Parafraseando a Federico García Lorca
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Cabellos nocturnos inmensos como tejido ancestral
De canciones hendidas en concavidad abismal
Materia y energía oscura sideral
Melena rizada descendiendo copiosa
Sobre tus delicados hombros relucientes
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Corriente de remansos dibujados magistralmente
En tenor clamoroso de ríos rumoreantes
Colmada propicia floresta azabache
Sobre suave espalda manceba
Dulce pensamiento de explanada cobriza
Donde cabalgan gallardas pretensiones
Ardientes como brasas encendidas
De almacenados leños de fogata
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Manada en tropel de yeguas celosas
Y caballos alborotados por el viaje
Veloces como geométricas ondas de luz
Vibrando como pendulares oscilaciones en cruz
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Tus ojos juguetones alardean audacias
Brillantes como concavidad fenomenal
Abriéndose en sensual entrega crepuscular
Firmamento rememorado en brillo ocular
Como uvas dedicadas al vino tinto
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Tus esféricos ojos oscuros
Codiciados diamantes demandados
Por mercadeo de deseos insatisfechos
Sustituidos por banales deleites comerciales
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Tus melodiosos ojos viajeros
Ornamentos de sacrificios tribales
Rito y ceremonia de nacimientos
De incansables ciclos agrarios
Miran navegando bordes del mar
Y del cielo nocturno despejado como ámbar
Tocándose las manos como enamorados
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Tus alborozados ojos iluminados
Se muestran osadamente sediciosos
Naves intrépidas cazadoras de vientos
Pescadoras de corrientes marinas
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Tu cuerpo lozano como arbusto confiado
Del sabio Altiplano silencioso y reflexivo
Febril en alegórica iniciación ceremonial
Rito tenazmente repetido como vendaval
Inscripciones mágicas grabadas en piel
Dibujadas curvas ondeando delicadas
Como convincente melodía ambiental
Instintivas como enunciados de Buda
Descifrando sencillamente acertijos cósmicos
Gramática arqueada de formas
Candorosas como confianza infantil
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Comienzas a diseñar hermoso cuerpo extasiado
Espesor sensible de deseos fugitivos
Mujer voluptuosa como desnudez en tarde asoleada
Brillando como planetas descubiertos recientemente
Piernas esbeltas como recias certezas sensuales
Y radiantes como acontecimientos creativos
Pronunciación primaveral en invierno
Como combinación caprichosa de pinceles
Y alquimistas colores mágicos
De perfiles y premuras jóvenes
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Compositoras caderas en devenir insinuante
Metamorfosis erótica de complexión humana
Pectoral grácil como gacela frágil
Perdida en bosque incendiado
Por ardiente emanación de fragancias hechiceras
Desprendidas como sudor benigno de membrana
Narrativa corporal devenida de pluriverso soñado
Epidermis sensual como melodías de acordeón
Exhalando danzantes alegrías nostálgicas
En atardecer densos por cavilaciones etéreas
Y juvenil como medio día sin sombras
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Fascinantemente inocente como pétalos de flores
Ofreciendo colores a avispas laboriosas
Pentagrama musical escrito en tu alma
Emanado de emoción calcárea de tus huesos
Metamorfosis pictórica como cuadros impresionistas
Del solitario pintor Vincent van Gogh
Resaltando ritual iniciación fecunda
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Adoro tu rozagante rostro adolescente
Deslumbrante como sol del alba
Destacando en alborotada calle adoquinada
Presencia estética ordenando composiciones
De constante y periódica vida cotidiana
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Tierna imagen de chiquilla inquieta
Boceto de mujer en ciernes
Esbozo femenino en papel fino
Y trazos convocativos de emociones
Rendidas ante tu gracia franca
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Te mueves con elegante garbo natural
Surgiendo de la nada con movimientos exquisitos
Como ingeniosa sublime nota musical
Ligera como soplada hoja otoñal
Vaporosa como agua de cascadas
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Tu risa párvula inquieta el clima
De atormentados entornos enamorados
Tus modales traviesos desmontan reglas
Y normas ateridas en instituciones acostumbradas
A repetir mecánicamente poses abatidas
Desvanecen burocráticas fronteras inventadas
Por estados enloquecidos por espontánea
Acompasada corpórea desenvoltura creativa
Ágil como movimientos acuáticos
De corrientes de peces plateados
Son tus rasgos pasos de gacela
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Abolen enmohecidos umbrales melancólicos
Provocando repentinos raptos de pasión
Como asaltos nómadas a urbes sedentarias
Hechizando mi enjundia aguerrida