Chile: Movimiento estudiantil y partidos

En Chile, el movimiento estudiantil, en camisa de fuerza por los militares y luego por los partidos, tiene su primera fuga hacia la utopía durante el primer semestre de 2006, en que los pingüinos hicieron otro mundo en cada escuela y liceo



Movimiento estudiantil y partidos

Jaime Yovanovic Prieto
Sin pelos en la lengua

Tradicionalmente el movimiento estudiantil ha sido dirigido por los partidos y corrientes ideológicas. En Chile durante el gobierno Allende estaba dividido entre los partidos de gobierno y los partidarios del golpe militar, de manera que muchos estudiantes imaginaban que intervenían o influían en los caminos a seguir, cuando en realidad eran conducidos por intereses de la disputa del poder, como masa de maniobra. En Venezuela la oposición consiguió “dirigir” una fuerte cantidad de centros estudiantiles, en tanto el gobierno lo hacía, y aún lo hace, en menores proporciones. En México lo mismo, hasta que el surgimiento zapatista influyó en la huelga de la Unam, donde la característica fue el distanciamiento del estudiantado de los partidos y la búsqueda de modos de implementar la autonomía comunitaria de nuevos sujetos sociales que transcendieran el círculo vicioso de la lucha por el poder y abordaran el cambio civilizatorio desde abajo, desde los vecinos, las comunidades y desde los corazones.

Las disputas de la macro-política, es decir la batalla de quien se sentaba en la puntita del vértice de la cima de la pirámide del poder, fueron sustituidas por hechos de transformación efectiva desde la micro-política de localidades y Eduardo Galeano, impactado por la eficacia de expansión y multiplicación de esa modalidad de protagonismo autónomo de los sujetos locales que cambiaban el mundo desde abajo sin tomar el poder, sino rescatando el común y cambiando los modos de vivir en lo que se ha verificado como los gérmenes del cambio civilizatorio, escribió su frase que recorrió el planeta: “Mucha gente pequeña en muchos lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo”.

Las luchas antiglobalización mostraron lo mismo en todas partes, hasta que los partidos, afectados por la caida del muro, ataron los movimientos campesinos que dirigían para constituir la “Vía Campesina” y desde ahí reventar la Acción Global de los Pueblos a mediados de la década de los 90, mientras simultáneamente viejos militantes del PC francés que dirigían Le Monde Diplomatique, Ignacio Ramonet y Bernard Cassens, levantaban ATTAC, para luchar por una tasa a cobrarle a la circulación financiera que iría a las grandes ONGs, por lo que la líder de Greenpeace, Susan George, se unifica con ellos y encabeza las batallas contra la autonomía en las luchas antiglobalización europeas. De inmediato se hizo la famosa reunión del café de París entre ATTAC y Tarso Genro, de la dirección del PT brasileño, enviado representando a Lula, donde se coordinó la formación del Forro de Porto Alegre que le daría el golpe de gracia a la acción global de los pueblos e iniciaría la campaña que llevaría a la presidencia a Lula y a Kirchner en el país vecino. El primer Forro de Porto Alegre fue financiado en un 60% por la Fundación Ford y un fuerte apoyo del magnate financiero internacional George Soros. Connotados dirigentes y parlamentarios de la socialdemocracia europea estuvieron presentes en ese Forro donde participé en el mini foro alternativo paralelo donde denunciamos esas maniobras de la santa alianza entre partidos de izquierda, ONGs, socialdemocracia y grandes empresarios interesados en estabilizar gobiernos sin importar su color para asegurar el despĺiegue del capital internacional en la nueva fase extractivista que se requería debido a la caida acentuada de la tasa de ganancia, preanunciada por Marx en el capítulo “Fragmento de las máquinas” de su obra monumental “Grundrisses” previa a “El Capital” y que obviamente había sido dejada de lado por la intelligentzia del vaticano de Moscú.

En esa ocasión entrevisté a líderes y drigentes políticos de diferentes países y quedó en evidencia que el 51% de los participantes fueron acarreados corporalmente por la CTA argentina, el PT brasileño y su brazo agrario, el MST, para asugurar el “exito” de la propuesta de poner fin a la autonomía de las luchas antiglobalización, contener la creciente influencia zapatista y recohesionar los estados y gobiernos para pasar de la fase neoliberal a la fase de explosión extractivista, fase a la que se incorporaron los remanentes socialistas y comunistas vapuleados por la caida del muro. Este detalle es necesario para entender la actual pugna entre gobiernos y parlamentos a nivel mundial que asume la forma de pugna izquierda-derecha y esconde el objetivo de ambos de controlar los aparatos del estado para abrir aún más paso a la penetración empresarial tras la destrucción de la madre tierrra. Por eso nos han distraido y desviado la atención hacia la lucha “anti-neroliberal” y “antimperialista”, además de esconder el creciente protagonismo de la autonomía comunitaria desde abajo, sin pretender ir “hacia arriba”, sino solamente hacia los lados, como hicieron finalmente los kurdos con el confederalismo democrático.

En Chile, el movimiento estudiantil, en camisa de fuerza por los militares y luego por los partidos, tiene su primera fuga hacia la utopía durante el primer semestre de 2006, en que los pingüinos hicieron otro mundo en cada escuela y liceo, compartiendo, democratizando las formas de vida y asombrando a las mamás y papás con su madurez que todos escondieron tras la consigna reivindicacionista de la “gratuidad”, que era una consigna adecuada, pero evidentemente la vida interna de los estudiantes preanunciaba otra cosa, y tuvo que ser el PC, por medio de María Jesús Sanhueza, la principal vocera, el que vendió el movimiento en las “mesas de negociación”. Sanhueza no pudo sobrevivir ante la ignominia y se retiró del PC, aunque ahora tiene su propio partido y vuelve a las andadas, con lo que el partido aprendió y posteriormente ofrece a Camila Vallejos el puesto de diputada, así evitaba la “fuga” dándole un “alegrón”, pero esa es otra historia que comienza el primer semestre de 2011:

En esa ocasión fueron los universitarios los que desplegaron la autonomía y desde un inicio pasaron por encima de los partidos que año tras año disputan los cargos para “conducir” la Confech acorde con sus intereses, que no son estudiantiles, sino que van más allá, a la disputa del poder, ya que los dirigentes tienen miedo pánico al protagonismo y hay que conducirlo mediante sus oradores en las asambleas desde los primeros años. Era hermoso ver la creatividad en las escuelas de arte y especialmente de música, pero en realidad se dio en todas las escuelas y facultades del país hasta que los famosos “voceros” van centralizando el foco, por lo que para nadie fue una sorpresa que Vallejo, Jackson y Boric hoy día formen parte de la máquina de moler carne y aparezcan por todos lados ex líderes estudiantiles postulando cargos decididos por sus partidos y no en asambleas estudiantiles.

Con todo ello bastaría para contar con un buen diagnóstico del papel de los partidos y corrientes ideológicas dentro del movimiento estudiantil, penetrando no desde el movimiento social como podría ser, sino desde las máquinas partidarias que disputan o se alían según las conveniencias. Sin embargo hoy día se han acrecentado las pugnas, las alianzas, grupos nuevos, cambian de nombre, se unifican, en fin. El movimientos está lleno de siglas y muchos al ver que sigue creciendo la autonomía y la búsqueda de nuevos modos de entender y actuar el cambio desde abajo y desde la gente, no más desde las vanguardias, se camuflan y esconden su militancia instalándose como dirigentes o líderes “naturales” y simpáticos. Algunos gastan millones para atraer incautos, como la católica de Santiago, donde se esfumaron casi cien millones de pesos en la recepción a los mechones y el causante fue tapado, al mismo tiempo que salen a la calle a denunciar la “corrupción” de los otros.

No decir estas cosas es caer en la complicidad y como nosotros no reclutamos ni organizamos a nadie, podemos decirlo sin tapujos, aunque ya más de uno ha comenzado a pelar y hasta sacarnos de los grupos face donde estamos presentes y ha sido notorio que más de uno ha cuestionado nuestra presencia en grupos de mechones y luego se ha visto que anda vendiendo pomadas. Es evidente que los partidos están molestos con nosotros, pero es mucha más la gente que está cansada de los partidos de izquierda, centro, derecha y extremos, de modo que es un deber ponerlos en cuestión, así podremos ver si el movimiento estudiantil se recupera y empieza a generar dinámicas de interacción con los vecinos y no sólo el seguidismo de las convocatoria de los partidos en la Confech, la CUT o donde sea, que no cuestionamos la justicia de las reivindicaciones, sino el bloqueo partidario a la libre expresión del movimiento, que no necesita “organizarse” para que los lleven como masa de maniobra para que los dirigentes puedan hacer sus movidas o negociaciones o alianzas allá arriba.

Un saludo cordial a quienes no se entregan.

Jaime Yovanovic Prieto
Universidad Libre, la desuniversidad.
Unlibre@gmail.com