Chile y las elecciones municipales: la raíz y las ramas.
Los actores principales son tres: los empresarios, que mirando hacia las elecciones parlamentarias y presidenciales, aspiran a continuar la política económica de acumulación por despojo y destrucción de la naturaleza para la integración subordinada al capital globalizado, los políticos que aspiran a formar parte del aparato que desde arriba permite asegurar la continuidad del capitalismo y garantizar las prebendas y regalías de la partidocracia, sean capitalistas puros (liberales, conservadores o socialcristianos), socialdemócratas o partidarios del capitalismo de estado, aún llamado “socialismo”. Todas las corrientes partidarias de izquierda, derecha, centro y extremos, aspiran al control del estado a sabiendas de que para administrarlo se requieres fondos producidos por las relaciones capitalistas. El tercer actor es la población, agobiada por la política y la economía que, como puede verse en todas partes, no sólo no soluciona los problemas, sino que los agrava. Veamos, pues, el rol y las posibilidades de cada una de ellas en las elecciones de mañana domingo.
Si la política y la economía no han servido para cambiar las cosas y sólo las agravan, la gente ha ido comprendiendo que debe rascarse con sus propias uñas mediante la autogestión, rebuscándoselas para producir ingresos por fuera de la maraña predominante de la economía de acumulación de capital y dependencia o subordinación de la población a esas redes que operan en las estructuras o modos de organización social en que nos mantienen, donde la juventud, los recién graduados, los que buscan trabajo por primera vez, los inmigrantes, los cesantes, los marginados y los sectores de menores o cero ingreso, se vuelcan masivamente a vender en las calles, aceptar trabajos precarios o a vaciar bolsillos ajenos. También el narcotráfico es una fuente de ingresos que envuelve miles de familias completas y atiborran el carrete nocturno con oleadas de vendedores de droga.
La continuidad de esta situación y su progresivo agravamiento sólo pueden hacerse por la reproducción constante del individualismo y el hedonismo: yo y mi placer personal. La falta de alternativas reales ante el creciente desempleo y la precariedad laboral que lleva a pocos a conseguir asegurar el sustento transformándose de inmediato es defensores del status quo por carambola, empuja a la competencia, el odio y el miedo, La estructura de separación de individualidades y el alimento de la búsqueda del placer personal, son de carácter centrípeto, es decir se proyectan hacia afuera expulsando a los demás instalándose un rechazo generalizado hacia los otros, en tanto la dinámica contraria, centrífuga, succiona los comportamientos y los propósitos concentrándolos en torno al yo.
El tema es que el “yoismo”, personalismo o individualismo, no es un valor que se saca y pone a voluntad como una camiseta, sino que es el modo en que nos tienen viviendo, por lo que los pocos conscientes de ello resultan aislados o tratados de idealistas y utópicos. La economía y la política viven de eso, necesitan la separación y la competencia, por eso reproducen las dinámicas centrífugas del encierro y las centrípetas del odio, el rechazo a los otros.
De allí que las perspectivas del cambio civilizatorio no están en las formas que reproducen el individualismo y la competencia, no están en ganarle a los otros, sea en el empleo, sea en los resultados de las decenas de partidos que disputan los favores de los clubes izquierdistas, derechistas u otros. La salida está en multiplicar los espacios y modos de compartir en común, espacios contextuales donde se practican cotidianamente el amor, la reciprocidad, la cooperación, el apoyo mutuo y la construcción en conjunto. No espacios o modos aislados como islas de la fantasía, sino de espacios y maneras que puedan multiplicarse, que sean ejemplo para otros y puedan repetirse en otras partes, como una mancomunal de trabajadores, estudiantes y pobladores, como barrios que practiquen formas de vida comunitaria, en fin, hay tantos otros.
Visto esto y comparando la sociedad dividida y competitiva con los modos de practicar el común, veamos como se dan estas elecciones municipales.
En primer lugar debemos indicar que existe la seria posibilidad de que aumente la abstención, voto blanco y nulo, lo que tendría dos bemoles: el primero sería el mayor desprendimiento de la población de los mecanismos que reproducen la sociedad competitiva, independientemente de los menores o mayores niveles de comprensión de cada uno, y el segundo, por consecuencia, sería la disminución de la cohesión y adscripción institucional, aún cuando la opción mayoritaria sea la dedicarse cada uno a sus propios asuntos. Sin embargo ello no sería una victoria popular, por así llamarlo, sino un simple dar las espaldas al sistema en función del individualismo, lo que no es ningún avance, salvo que refuerza las condiciones para el despliegue de las formas de cotidianeidad compartida no apoyada en la “consciencia”, ya que sigue existiendo la base individual, que no se supera mediante la comprensión y la orientación mental de que no debo ser individualista, sino cambiando el contexto inmediato del mundo de la vida, del trabajo y del estudio en muchos lugares.
Veamos las corrientes en disputa: Si todos están reforzando las instituciones y la competencia de unos contra otros, no hay de donde agarrarse para sembrar una semilla o depositar un voto. Distinto sería un candidato independiente que represente directamente las formas de vida comunitaria y su campaña sea de reforzamiento de esta tendencia. Lo más sano es no competir, es decir, tampoco ser abstencionista y menos llamar a la abstención, pues ello también es jugar a competir para luego mostrar la “cantidad” de abstenciones.
En Santiago la disputa por arriba se centra en las comunas de Santiago y Providencia, donde las tendencias más derechistas se enfrentan a candidaturas socialdemócratas, o sea, sin diferencia alguna, salvo los matices de colores de camiseta, lo que sólo sirve a los fan-clubs de los partidos. Sólo en Recoleta, Pedro Aguirre Cerda y Florida, el Partido Comunista disputa la alcaldía en nombre del gobierno aliado al empresariado y firme partidario del extractivismo minero, agrícola, pesquero, forestal e hidroeléctrico, por lo que su rol es de engañar a la población con su falso izquierdismo oportunista.
Sin embargo el PC juega a dos bandas, pues puso “fuera” del partido al líder minero Cuevas para formar un partido llamado “Nueva Democracia”, al que adhirieron múltiples grupos, tendencias y mini-partidos salidos del PC con severas y diferentes críticas. La misión de Cuevas es reagruparlos para levantar candidatura presidencial izquierdista y así en la segunda vuelta “oponerse” al candidato derechista que competirá con el oficialismo.
El llamado Bloque de los Estudiantes, dirigido por Jackson (Revolución Democrática) y Boric (Izquierda Autonomista, seguidores de la socialista del marxismo estructuralista, Marta Harnecker), apunta derechamente a la alianza con el partido de Cuevas y tendrán que disputar con él la nominación presidencial, aunque la UNE (Unión Nacional de Estudiantes), participante activo de Nueva Democracia, el partido de Cuevas, y que por su vez está formando un nuevo partido al interior de la propia UNE, aspira ni más ni menos a que el candidato presidencia sea el historiador Gabriel Salazar, su mentor ideológico.
Los partidos y candidatos regionalistas, así como el PRO, tendrán un repunte no significativo en varias regiones del país, en tanto el PC-AP (Partido Comunista Acción Proletaria), de raigambre estalinista salido del PC tras las pugnas sino-soviéticas, presenta candidatos en varias comunas pregonando el rescate de la línea soviética, obtendrá una votación ridícula que sólo salvará sumando el número global a nivel nacional. Está claro que se trata de una aventura testimonial con la que aspiran a ampliar su imagen, pero el palo va a ser muy fuerte.
En Valparaíso las cartas se juegan a tres bandas en la alcaldía, por una parte el alcalde Jorge Castro, que atraerá el voto de la gente mayor, el DJ Méndez, que será rechazado por la gente mayor, y Sharp, el candidato estudiantil que ha tenido una carrera fulgurante arrastrando especialmente sectores medios, profesionales y comerciantes que aspiran a modernizar Valparaíso restando apoyo a la ofensiva de las grandes inmobiliarias. Ganará Castro con alrededor del 30% y le seguirá Méndez con cerca del 20%, en tanto Sharp se encumbrará con poco más del 10%, lo que será una gran victoria para esa izquierda ligth y alimentará sus perspectivas de futuro.
Sharp ha sido favorecido por el ridículo candidato del oficialismo, el DJ Méndez, de negra trayectoria en el campo artístico-cultural que derrotó al DC Jara, un serio administrador que habría podido competir con Castro, por lo que fuertes sectores izquierdistas que apoyaban a la Nueva Mayoría oficialista, votarán al joven recién graduado, Shap. La dirección del PC ha llamado a votar Méndez, por sus compromisos con la Nueva Mayoría, pero lleva al principal candidato a concejal del Bloque Ciudadano de Sharp, Claudio Reyes, presidente del Colegio de Arquitectos, cuya campaña la han estado haciendo conocidos cuadros dirigentes del PC regional a pesar de que figura como “independiente”, lo que no es.
La DC de Valparaíso apoya a Méndez alcalde, pero su propaganda apunta solamente a su locomotora Trincado para concejal, con un despliegue de divulgación superior a las elecciones anteriores, ya que mediante ese concejal se espera ganar al menos uno más, que sería Marina Huerta, que trae bastantes votos propios, pues ya es concejal, y el objetivo es alcanzar la cifra de tres concejales para transformarse en la primera fuerza del concejo municipal, lo que disputará con la UDI de Castro, que tendrá dos concejales asegurados y también batalla por el tercero de su partido o al menos de Renovación Nacional, su aliado en el bloque parlamentario de Vamos Chile. Ello dará la mayoría del concejo a la derecha, ya que el PC tal vez consiga uno nada más, pues ninguno tiene el arrastre que tenía Newmann, recientemente fallecido, concejal comunista muy apreciado en los cerros porteños y con votos suficientes para su sillón y para amenazar con otro. Recordamos que parte de la votación PC a concejal irá a Reyes del Bloque Ciudadano. El PPD obtendrá apenas un concejal y el PS otro, aunque sectores importantes de este partido han llamado a votar Sharp. La Juventud Comunista se ha desplegado en apoyo a la candidata a concejal Alicia Zúñiga, ex secretaria regional de dicha organización, pero la propaganda que han instalado los sectores PC que apoyan a Reyes en los cerros ha sido muy fuerte.
Tres concejales de derecha, dos DC y otros dos a tres oficialistas, inclinarán a la derecha, pues la DC será el fiel de la balanza y quedan uno o dos asientos en disputa. En los resultados veremos en un segundo análisis el comportamiento de los aparatos políticos y de la población, es muy probable que el Bloque Ciudadano alcance a poner un concejal o tal vez el PRI (Partido Regionalista Independiente), que ha desplegado una intensa campaña que ha opacado a muchos.
Por otra parte, en el lado de la población, el Sindicato de Trabajadores de la Construcción de Valparaíso, libre de la tutela de los partidos, ha iniciado conversaciones con otros sindicatos para revitalizar la idea de mancomunal, algunas juntas de vecinos independientes se han estado aproximando para efectuar en conjunto actividades territoriales, está a punto de salir el segundo número del periódico Valparaisando con nuevos sindicatos en el comité editorial y se está preparando el lanzamiento del Programa de Viviendas Comunitarias entre varias organizaciones sociales. La distancia que han tomado de los partidos y de las elecciones, sin necesidad de fomentar el abstencionismo, pues cada uno puede votar si lo desea, ha permitido avances concretos en la construcción de gérmenes del buen vivir y del compartir.
Nos vemos nuevamente el lunes 24 tras los resultados oficiales.
Jaime Yovanovic (Profesor J)
unlibre@gmail.com