Chile, balance 2016 y perspectivas del 2017

La esperanza son los siniestrados de Villa Esperanza en Valparaíso.
La rebelión de las capas medias.



La esperanza son los siniestrados de Villa Esperanza en Valparaíso. La rebelión de las capas medias.

Valparaíso: Debido al control empresarial de la economía porteña cuyo proceso de acumulación pasaba por destruir la ciudad sobre la base de la especulación inmobiliaria, asegurar el libre tránsito marítimo de los productos de importación y exportación de la alianza estado-mercado articulada al capital globalizado, y la necesidad de aumentar el flujo turístico mediante la expansión de infraestructura, habitaciones, hotelera, gastronómica, paseos, limpieza, etc, la orientación municipal en manos de la DC y de los partidos de derecha, apuntó directamente a la especulación en el plan y pie de cerros. Los incendios de Serrano y del edificio donde funcionaba la coordinadora de grabaciones y grupos musicales, son prueba de ello, así como la construcción del DUOC, la lenta reparación del Mercado Puerto, la construcción de grandes tiendas pisoteando monumentos y edificios históricos, etc, se suman a los devaneos y forcejeos en torno a la ampliación del puerto, los debates por la “limpieza” de los alrededores del Mercado Cardonal y tantos otros asuntos, de los cuales tomaremos el tema de los vendedores ambulantes para mostrar el rol de viejo populismo que administró el puerto en nombre de la partidocracia: Pinto, Castro y aún Cornejo.
El primero que señalaremos en el tema de los vendedores ambulantes, que Pinto “resolvió” utilizando los viejos cines para encajonar a los vendedores y asegurar clientelismo electoral, aunque esos puestos callejeros fueron re-ocupados en un abrir y cerrar de ojos y siguen creciendo hasta hoy. Ni Cornejo ni Castro encontraron solución mejor, salvo el flamante nuevo alcalde Sharp, representante de las capas medias profesionales, intelectuales, comerciantes y activista de izquierda, que diseñan fórmulas acorde a la moral y racionalidad preconcebida a la que se agarran desde la universidad, la ideología o desde el tintinear de las monedas en la caja registradora. Cuál es la solución de esta “izquierda” que ha encandilado aún a algunos activistas de viejo cuño: Formar sindicatos de vendedores ambulantes y pagar una módica patente municipal, o sea, acrecentar de paso las escuálidas arcas comunales. Una estructura, una red, una malla, en la que queden prisioneros los peces que pululan en el mar de la calle y de agregado se constituyen en muro de contención para que no siga aumentando la masa humana que baja de los cerros a vender lo que puede, o si ello no es controlable, al menos que estos “sindicatos” expulsen a los que vayan llegando por fuera de la estructura y denuncien a carabineros o al municipio la malhabida “competencia” de los otros pobres que bajan y suben de sus hábitats a la aglomeración ciudadana en las calles del plan que articulan las miles de hormigas amaestradas que se ganan la vida sosteniendo y reproduciendo el sistema. “No hay alternativa” nos dicen algunos, en tanto la mayoría habla y despelleja a los ambulantes, en especial los comerciantes instalados que se volcaron a votar Sharp mientras la población sube y baja sin destino, por lo que no bajaron a votar.
Que va a mejorar la cara de Valparaíso con este nuevo gobierno, eso no se puede poner en duda, ya que necesitan responder rápidamente a sus pocos electores, que se persiga a los ambulantes y se les cierre el paso, como que el problema estuviera acá abajo en el plan, en la suciedad, la fealdad, etc. y nadie se pregunta de donde sale tanta gente necesitada de vender algo en la calle, que bajan como marabuntas a buscar algo para la olla. Y pocos se preguntan lo que sucede si cada vez crecen más los que bajan a llenar las calles de gritos. Los ambulantes se preparan para el Foro Mundial del Saber Aplicado, donde van a lanzar a la luz pública sus necesidades, demandas y propuestas.
Tal vez lo más prudente es que se generen en los cerros fuentes de ingreso autogestionario y que los turistas suban a gastar sus ahorros en lo que es la principal característica porteña, que no puede ser que recorran nuestros laberintos haciendo fotos y luego terminen almorzando en el plan o en el cerro Alegre o Concepción. Piense en ello y descubra usted por su cuenta por donde va la reflexión y necesidad de las capas medias: El turista viene a gastar y necesita un buen lugar, bonito, limpio y seguro, pero en los restaurantes y hoteles paga el doble de lo que pagaría en el turismo eco-comunitario. Cuántos de nosotros se ponen en el lugar de la vieja del cerro que puede cocinar unos buenos porotos y la llamamos para avisarle que pasado mañana llegaremos con 10 turistas a probar sus porotos a dos lucas el plato? O si son cuatro o cinco familias las que preparan almuerzo, o un artesano o taller que muestra sus creaciones, en fin, en vez de salir a promover, veamos como atraemos hacia el cerro, pero sin municipalidad, sin control del aparato institucional-comercial, pero tampoco caer en la ilegalidad, sino generar reglas propias y ofrecer alimentos o artesanías por trueque, lo que es una categoría institucional legítima. La autonomía alimentaria y autogestionaria barrial, mirando sólo este ejemplo de ruta turística eco-comunitaria, ya no sólo contribuye al ingreso familiar y barrial disminuyendo algo las tensiones en las calles del centro, sino que siembra para cambiar el eje del mundo de la vida liberándolo de la dependencia del estado y del mercado por donde nos agarran del cuello para hacernos bailar al son de la música del poder.
La sustitución del populismo por la rebelión de las capas medias en el municipio, se caracteriza por la ética (“no a la corrupción”) y la estética (“si a la limpieza, fin de la basura”), lo que no toca ni afecta el mundo de la vida de quienes viven del trabajo precario, la venta callejera o el choreo, que son la mayoría de la población, sino que interesa a quien ya tiene un salario, propiedad e ingreso asegurado. Valparaíso debe ser para todos y no podemos estar disputando los cargos públicos entre capas, sectores y clases, como derrotando a los demás, como entre los buenos y los malos, para ver quien impone sus soluciones y miradas. Todas las soluciones y miradas tienen cabida, en especial si sabemos como aplicarlas en nuestra casa y nuestro barrio, que si no arreglamos primero eso, viviremos pidiendo que lo haga el “representante” y que los buenos nos salven Valparaíso de los malos, y como pocos van a votar, al final resulta que la mayoría de la población busca sus propias soluciones, así que allí hay terreno fértil para desplegar iniciativas de autonomía comunitaria.
Santiago: Los partidos populares chilenos, especialmente PS, PC y MIR han sido cooptados por las capas medias, los dos primeros haciendo su principal eje de desarrollo el aparato del estado y del gobierno en alianza con el empresariado, en tanto los segundos y grupos salidos de la vertiente guevarista, siguen intentando la vanguardia en los barrios, dónde forman aparatos y órganos de poder de caciques sin indios, salvo el grupo de pobladores Ukamau, que ha podido crecer gracias a la crisis de Andha y Fenapo y las vacilaciones y medias tintas del MPL, que se ha debilitado en el suroriente de santiago y compite con la fuerte ofensiva de Ukamau que ha podido avanzar del noroccidente de la capital hacia el nor-centro, batallas a las que son ajenas los pobladores que en su enorme mayoría han tomado distancia de todos los destacamentos políticos, sean del color que sean, lo que ha llevado a las corrientes rebeldes a cambiar el nombre de “poder popular” a la etiqueta de fantasía de “poder popular comunitario”.
La Nueva Mayoría, bloque oficialista empresarial gobernante, se está reduciendo evidentamente por la izquierda y por la derecha. O mejor, está perdiendo sus bases de sustentación en sectores populares y medios, como quedó demostrado al perder el PC el municipio de Pedro Aguirre Cerda y la Concerta, digo la NM, perdió estrepitosamente los importantes municipios de Santiago y Providencia.
Cuevas y los grupos salidos del PC habían podido avanzar en su partido “Nueva Democracia”, con lo que aspiraban a recuperar terreno en el campo obrero y popular, aún teniendo conversaciones con los dogmáticos estalinistas de la UCT, grupo sindical que consiguió a atraer a Ahumada de la CGT, y todos mimando a Messina con su campaña contra las AFP donde cada uno (decenas y decenas de grupos, partidos y partiditos) pasean sus banderas con el líder bancario como fiel de la balanza de intensas negociaciones superestructurales, pero la rápida ofensiva de los partidos clasemedieros y juveniles de izquierda ligth provenientes del campo estudiantil, le arrebató la iniciativa a Cuevas y compañía, dejándolos aplastados como estampillas, con la única perspectiva de la fusión y subordinación al proyecto del Frente Amplio de la bancada estudiantil, que ahora aspira a llegar a la segunda vuelta presidencial desplazando a la Nueva Mayoría, para lo que han abierto serios puentes de intercambio y flujos de aproximaciones hacia la DC en una astuta y elegante pirueta de baile, siendo los principales espacios de acercamiento la Pontificia Universidad Católica en Santiago y el concejo municipal de Valparaíso, además del potente apoyo de la prensa a los chicos admiradores de Mujica y el Frente Amplio del Uruguay, que, dicho sea de paso fue fundado por la democracia cristiana de ese país en alianza con el PC y ex guerrilleros Tupamaros.
Así las cosas, Guillier, un centrista, tiene las de ganar en la NM, pero aún no cuenta con la decisión de la DC, lo que permitirá a los muchachos de clase media izquierdizante jugar con la idea de la DC de la “Revolución en Libertad”, entronizada en las mentes demócrata-cristianas como rezos y cantos de la escuela religiosa y encarnada hoy día en el partido “Revolución Democrática” de Jackson.
La herida social está abierta: la derecha sólo pega mediante el populismo, la izquierda está en capilla, los grupos rebeldes transformados en líderes vanguardistas, etc. de allí que la abstención crece galopante, por lo que el Frente Amplio de Boris y Jackson goza de la simpatía de los medios para que se transformen en los nuevos Mujica, el presidente uruguayo que hacía show de pobre y humilde con una mano, mientras con la otra firmaba la ley minera que había movilizado miles y miles de uruguayos en contra.
Pensamos que así como están las condiciones para que las capas medias se propongan erigirse como vanguardia popular electoral con oleadas de profesionales jóvenes y estudiantes dispuestos a mejorar el mundo sin sacrificar, obviamente, su status, esto es defendiendo a brazo partido el estado y el mercado donde pueden clavar sus garras individualistas disputando y compitiendo espacios y posiciones merced al título universitario, muchos de ellos tienen la sensibilidad de transcender las necesidades personales que recubre la llamada “conciencia social” de los apitutados del poder y abren sus ojos y corazones al protagonismo social, aunque algunos sólo buscan ponerse a la cabeza para arrastrar a la población por uno de los cientos de “buen camino” o “camino de la salvación” en impúdica adoración al soplo divino del saber-poder que se les ha instalado en la mente desde las salas de aula para alimentar su afán de escalamiento social como garrapatas del sistema, en algo así como “lleven gente tras de si y podrán acceder a los beneficios de la propiedad privada que no tienen ni tendrán”.
Los que no andan buscando seguidores para montarse encima de ellos y pueden mirar al más de 80% de la población que vive en la porquería, ya no más desde arriba o desde la “generosidad”, sino de frente, cara a cara, como uno más del pensar y hacer social abajo a ras de tierra, pueden ver y entender la potencia social y el protagonismo propio de los barrios, trabajadores y estudiantes, e interactuar con ellos desde su profesión, vocación y un par de horas semanales para despliegue de la cooperación y apoyo mutuo. Los sectores populares necesitan a las capas medias profesionales, sin partidos, para que la ciencia y el arte dejen de ser elitistas y comerciales y se integren al protagonismo y la potencia social, lo que otorga enorme valor moral y un ejemplo a seguir en todas partes, al grupo creciente de profesionales que colabora con el Sindicato de Trabajadores de la Construcción de Valparaíso.
Un buen ejemplo de protagonismo lo están dando los damnificados de la Villa Esperanza en Playa Ancha, que han elegido a su presidente que dijo a una señora de la prensa que quería entrevistarlo, que no habla en televisión, que su tarea es trabajar junto a los pobladores y no hacerse publicidad, que para eso hay varios otros pobladores que pueden ser entrevistados. Un espíritu sencillo, como es el pueblo. Abran paso a ese espíritu, a la voz propia de la gente. Ahí están los representantes, no en los partidos políticos ni en la prensa interesada. No los busque, mire a los lados, a sus vecinos y colegas de trabajo o estudio. Haga con ellos otro modo de relacionarse, compartir y convivir. Si no lo consigue, no los culpe a ellos, sino a si mismo, pues le falta a usted el sentimiento y la circulación libre del newen. Ya puede reconocerse como prisionero del indivualismo y de la impotencia y busque por otro lado para meterse a un partido que le diga cuando y donde mover un dedo. Ahí será un impotente feliz.
El sindicato de trabajadores de la construcción se siente animado y orgulloso de haber establecido una línea de alianza horizontal con los pobladores damnificados de Villa Esperanza, aportar con los profesionales que nos colaboran sin llevar propuestas sino atendiendo a las necesidades y requerimientos de la gente. Los organizadores del Foro Mundial del Saber Aplicado a la Ciudad se alegran de informar que la Villa Esperanza se ha incorporado a la Comisión Organizadora del Foro, que ahora tendrá en medio del territorio siniestrado un día para que los afectados y vecinos puedan mostrar su voz, además que estamos estudiando con ellos otros días de actividades. De más está decir que estamos analizando juntos acampar allí el TraVol2017, el Campamento de Trabajo Voluntario Comunitario.
Falta usted, sus ideas y su potencia. Venga a sembrar para el común.

Jaime Yovanovic (Profesor J)
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