Retícula de resistencia nacional

Nuevas maneras de vivir y de relacionarnos con la naturaleza y entre nosotros



Esperanzador el llamado del CNI y de su vocera a formar una “retícula de resistencia nacional”
Eugenia Legorreta

3 junio 2017 0
foto: Estefanía LopCam
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foto: Estefanía Lop Cam

Un llamado como el del CNI es esperanzador, no ofrecen una solución mágica a los problemas, sino que proponen la organización de los distintos grupos que componemos este país, para que juntos y juntas, cada uno y cada una formemos una “retícula de resistencia nacional”, que presente un frente común y sea una lucha por la vida y la dignidad.

El Consejo Nacional Indígena (CNI) y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) nombraron en el mes de mayo a María de Jesús Patricio Martínez, indígena nahua de Jalisco, para que sea su vocera-candidata y que contienda con una candidatura independiente en las elecciones presidenciales del 2018.

El CNI se creó en 1996 con el objetivo de generar un espacio de solidaridad entre los pueblos y lo conforman más de 40 pueblos originarios. Los integrantes del CNI hicieron consultas entre la población y conformaron el Consejo Indígena de Gobierno (CIG), formado por 71 concejales integrantes de comunidades indígenas de todo el país, y que pretende ser un ejemplo de análisis y toma de decisiones en colectivo.

El nombramiento de la vocera del CIG ha causado gran revuelo, es un evento interesante porque representa un viraje en lo que hasta ahora hemos visto sobre los modos y formas del EZLN y de los pueblos indígenas, que no habían participado en la política siguiendo los patrones establecidos por el gobierno.

Durante más de 20 años han estado presentes en la política nacional, sin embargo, la decisión de participar en las elecciones del 2018 con una candidata, tiene un significado importante porque es un llamado a la organización de los diferentes grupos indígenas y no indígenas, rurales y urbanos.

Es claro que el CNI no pretende que María de Jesús Patricio Martínez detente el poder como lo hace el hoy presidente Enrique Peña Nieto. El CNI y el EZLN han presentado una vocera que recorrerá el país conminando a la organización de los miembros de la sociedad, lo que nos piden es organizarnos para producir, consumir, vivir y crear nuevas relaciones.

La pretensión no es repetir los viejos esquemas, sino por el contrario, buscar nuevas maneras de vivir y de relacionarnos con la naturaleza y entre nosotros. Es una propuesta interesante que no está libre de problemas, ya que se requerirá de una enorme solidaridad de los mexicanos para que una vocera-candidata que está en desigualdad de circunstancias porque no recibirá recursos del gobierno, pueda recorrer el país.

En esta ocasión es menester considerar las diferencias existentes, los candidatos y candidatas no parten de un piso común; por el contrario, María de Jesús representa a los grupos que han sido discriminados y oprimidos a lo largo de los años.

En la medida en la que seamos capaces de visibilizar las relaciones de poder imbricadas en las relaciones del CNI y la vocera del CIG con los grupos políticos podremos intentar modificarlas.

Sabemos que tanto los defensores y defensoras sociales como los periodistas, principalmente, están en peligro, han sido asesinados, violentados y amenazados por distintos grupos: criminales, gubernamentales y empresariales. Éste es un riesgo que la candidata del CIG también está corriendo al encabezar esta campaña por la vida, buscando que los distintos sectores de la sociedad unamos esfuerzos para que nuestras propuestas se escuchen.

Es necesario que los miembros de pueblos originarios tengan una voz que se oiga porque tienen mucho que decir y aún no los hemos escuchado. María de Jesús ha dicho claramente: “Nuestra participación es por la vida, por la organización y la participación de nuestros pueblos”.

Dada la situación en la que se encuentra este país en donde la violencia e inseguridad, el despojo de los territorios a los pueblos y el crimen organizado, entre otros, son problemas que priva cada día, un llamado como el del CNI es esperanzador, no ofrecen una solución mágica a los problemas, sino que proponen la organización de los distintos grupos que componemos este país, para que juntos y juntas, cada uno y cada una formemos una “retícula de resistencia nacional”, que presente un frente común y sea una lucha por la vida y la dignidad.

*La Maestra Eugenia Legorreta es coordinadora del Programa de Interculturalidad y Asuntos Indígenas de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México