Extraña tendencia: Como en Peru y Francia, nos hacen votar derecha para evitar la extrema derecha.
Queda cada vez más claro que ya se ha acabado la votación-elección por ideología, o sea, el izquierdista vota izquierda y el derechista vota derecha. Anteriormente todos sabían por quien votar, ya que era obvio, sin embargo hoy esperan a que el partido o la máquina de alianzas allá arriba diga por quien votar. Por ejemplo la Democracia Cristiana en Chile votó Allende en el parlamento sin consultar a nadie, así lo podían voltear cuando les diera la gana.
Los partidos socialista, radical y comunista, o sea la Unidad Popular, se aliaron con los golpistas sin arrugarse haciendo creer a la gente que no eran golpistas y muchos torturados hasta el día de hoy echan pestes a sus partidos izquierdistas por andar de la mano con los que empujaron a la jauría a matar gente, torturarla y desaparecerla.
Francamente no sentí ninguna solidaridad con los torturados de los partidos que habían dirigido y aplaudido la represión contra los campesinos que ocupaban fundos, salvo los que era evidente que habían sido engañados por los dirigentes izquierdistas de pacotilla obsesionados por el poder. La película que hicieron entre todos para salir elegantes después del golpe, no puede ser aceptada por la historia y de seguro van a salir muchos trapitos al sol, ya que allá arriba son como los chinos: no importa el color del gato, lo importante es que cace ratones.
Ahora que comparten los beneficios del poder y pueden dar pega en el aparato del estado a sus militantes, es claro que no van a soltar la sartén si además los estudiantes y profesionales jóvenes han sido encandilados por los partidos nuevos en los que el espíritu crítico de esa izquierda patética llena de mentiras, negociados y traiciones descubre la luz de la ética “rescatando” la ideología de la pureza a sabiendas de que ya no es más posible, o sea, se trata simplemente de evitar la fuga y el éxodo de la militancia cabreada y atraerla con la alianza de los viejos obreristas, clasistas proletarios con los profesionales jóvenes que denotan manejo discursivo y demagógico orlado de ética y estética, lo mismo, pero ahora limpio y bonito, como que el problema fuese la corrupción puesta al descubierto destapando ollas en todas partes, incluso en el alto mando de carabineros y las oficinas y dormitorios de los marinos y de los más altos empresarios del país. La chupalla, esto está feo, hay que arreglarlo, traigan políticos impolutos, pero que no se afecte el modo de producción y el proceso de acumulación extractivista de ganancias, no. Sólo pasar el plumero con plumas de pavo o de avestruz por encima del polvo de los muebles.
Así en Chile, las izquierdas ya no pueden llevar políticos de candidatos a la presidencia y deben lanzar periodistas y formadores de opinioón televisiva, diciendo a las claras que se acabaron los jugadores de la reserva en la banca. Los políticos de antes han sido reemplazados por técnicos que saben moverse bien administrando funcionarios públicos, empresas y ONGs o fundaciones. Las universidades han sido convertidas en escuelas de cuadros de esa tecnología de administración y poder.
De esa manera la política se ha transformado en la administración de negocios públicos y privados del modelo de acumulación que se arroja como buitres contra la naturaleza y la vida destruyendo todo a su paso.
La izquierda y la derecha se han acabado con el paso de la historia, ahora sólo se trata de marketing para traer electores y “luchas” para atraer combatientes, como en Valparaíso, donde los grupos extraparlamentarios se debaten en la trampa de la alcaldía ciudadana donde aspiran a conquistar espacios para tener más autoridad moral e institucional para engatuzar gente y sumarla a sus aparatos de caciques sin indios, sin entrender o entendiendo sin queres, que el protagonismo social no los necesita, sino que más bien hace falta que se quiten del camino. Con mayor razón si ahora sus grupos aparecen participando y apoyando el proceso electoral empujando descaradamente a la gente a la “lucha” para darles alimento de canarios o juguetes para que de diviertan los aprendices de revolucionarios sin percibir que los dirigentes hacen el juego al sistema legitimando a esa absurda alianza de estalinistas con sectores medios bondadosos que defienden su status personal.
La izquierda peruana se fue a las pailas porque llamó a votar contra Fujimori, lo que significada camufladamente vote derecha, pues no había otro candidato. Ahora es Guillier la salvación contra Piñera y arroja flores hacia el Frente Amplio para que le voten en segunda vuelta. El Frente Amplio va a atraer a los críticos y luego los lleva a votar Guillier, todo bien cocinado por arriba, salvo que nadie puede dar certeza de que la gente cabreada de la política vuelva ahora a darle el voto alegre y esperanzado a los pelotudos del FA
Jaime Yovanovic (Profesor J)
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