Alhucemas, prisión abierta
17/06/2017 José Luis Navazo
http://www.correodiplomatico.com/2017/06/17/alhucemas-prision-abierta/
JL Navazo/ Rabat./ Mientras el régimen marroquí se está desfondando, presentando por primera vez peligrosos síntomas de debilitamiento interno y sin adecuados cauces de representación que satisfagan a una ciudadanía, paciente pero harta, el rey Mohamed VI, atrincherado en Palacio, parece estar más solo que nunca ante la responsabilidad del mando, meditando sobre las fórmulas que pudieran reconducir la crisis y alcanzar la paz social en una convulsa Alhucemas mientras el arcaico Majzén, fuente de problemas más que de soluciones, enarbola el diálogo pero no ceja, diariamente, en una absurda, peligrosa e irresponsable política represiva que no deja de enconar una situación ya delicada de por sí, aterrorizando a la población y arrastrando al Rif hacia una situación irreversible.
Peor aún si cabe: el régimen da la sensación de no saber qué hacer, deshojando la margarita de la porra y la zanahoria mientras el aparato de seguridad, como ha podido constatar este escribano del limes sobre el terreno, se muestra confuso y dividido ante la panoplia de respuestas a emplear, aunque todo el mundo parece coincidir en que la política represiva, además de ineficaz y contraproducente, está alcanzando límites a los que nunca se debiera de haber llegado.
La represión es sistemática y constante, arbitraria. ¡Hogra, hogra! (humillación). Solo ayer viernes eran detenidos en Alhucemas los activistas Ahmed Hakimi y Mohamed El Hani, además del director de Rifpress Mohamed El Hilali, mientras los gases lacrimógenos lanzados indiscriminadamente por las fuerzas de seguridad están haciendo estragos entre la población, ocasionando heridos de consideración entre ellos mujeres y niños, que se desmayan en las calles, ahora mismo, mientras pongo a punto estas líneas ¿Acaso se está “buscando” una víctima mortal…? Porque si eso sucede a los rifeños, los “awbach” (antes apaches, ahora gandaya) para el sátrapa Hassan II durante las revueltas del pan de 1984, ya no los va a parar nadie ni nada pudiendo prender entonces, otra vez, la llama del irredentismo independentista.
El presunto gobierno no sirve como interlocutor, el triste papel del ausente Jefe de gobierno, el doctor El Othmani, es francamente desabrido cuando no patético, el Parlamento con la pesebrera clase política es irrelevante (representan solo al 36% de los marroquíes), el hipotético proyecto de regionalización avanzada, en palabras del presidente de la región Tánger-Tetuán-Alhucemas, Ilyas El Omari, “solo existe sobre el papel”, la baladía (ayuntamiento) está desbordada…, en definitiva, las instituciones y la administración no están respondiendo, no están sirviendo siquiera de intermediarios y por tanto como amortiguadores entre las partes en conflicto.
En palabras del ex presidente de la Organización Marroquí de Derechos Humanos (OMDH, no confundir con la AMDH) y cofundador de la Instancia Equidad y Reconciliación (IER), Mohamed Nesh-Nash, “los ciudadanos y en especial los rifeños no se fían de las autoridades de Rabat”, añadiendo con agudeza algo ya sostenido por este escribano del limes: “Hace falta que los responsables del aislamiento del Rif rindan cuentas”.
Ni el Hirak ni los marroquíes piden, al menos por ahora, un cambio de régimen. No estamos ante un movimiento revolucionario si no reformista, que se encuentra con que no tiene interlocutores reconocidos. Ese es el gran problema al que se enfrenta Mohamed VI: que a la hora de la verdad está solo. Después de haber dinamitado partidos, sindicatos e instituciones, llevándolas al descrédito y la irrelevancia, el régimen marroquí se encuentra sin interlocutores válidos, mediáticamente desnudo.
En este peligroso contexto y como último cartucho, reviste especial interés la Iniciativa Civil por el Rif lanzada el pasado jueves en Rabat por un conglomerado de asociaciones, algunas de reconocido marchamo oficioso y que pretenden con buena fe posicionarse, harto difícil, como interlocutores entre el Estado y el Hirak rifeño.
En declaraciones a CORREO DIPLOMÁTICO durante la presentación del nuevo ente asociativo, el profesor Abdeslám Boutayeb (rifeño de Alhucemas y presidente del Centro para la Memoria Común y la Paz) insistía una y otra vez en “Diálogo, dialogo y diálogo”, advirtiendo que “No se puede perder más tiempo” mientras echaba un capote al Hirak señalando que “sus miembros, ni son violentos ni están contra el Estado”. Contactado otra vez la misma noche del jueves, Boutayeb confirmaba haber vuelto de la cárcel de Oukacha, en Casablanca, “donde hemos podido entrevistarnos con cinco de los detenidos, entre ellos la joven cantante Silya Ziani, están bien dadas las circunstancias y entiendo que son favorables a un diálogo”.
Presentación de Iniciativa Civil por el Rif, este jueves en Rabat. Foto: JL Navazo
La gran pregunta, en síntesis, sería cómo desbloquear una realidad que ya se ha ido de las manos, pero que aún puede empeorar hasta límites insostenibles.
De entrada, la deteriorada situación que sufre el Rif solo podría aliviarse con cuatro medidas:
Primero, indulto real a los presos políticos, por ejemplo con motivo de la cercana fiesta del fin de Ramadán (Aid el Fitr), sin más tardar. Esperar al 30 de julio, Fiesta del Trono, podría ser demasiado tarde.
Segundo, diálogo sin condiciones sobre la agenda mediática del Hirak, con interlocutores nombrados directa y expresamente por el rey. Caras nuevas y creíbles, no los cortesanos de siempre.
Tercero, regionalización real del Gran Rif, conformando una región anclada a sus referencias identitarias y a la vez viable económicamente. La presunta “regionalización avanzada”, no deja de ser un esperpento.
Y finalmente en cuarto lugar, como declaraba estos días en la última edición de Telquel (nº 769, de 16 a 22 de junio) el vicepresidente del Parlamento de Bruselas, Fuad Ahidar, “Para cerrar las viejas heridas, el Estado debe formular excusas a los rifeños”. No hay otra. Con las Fuerzas Armadas Reales (FAR) en cabeza. Las sangrientas heridas de 1958-1959 (entre seis mil y ocho mil rifeños masacrados, mujeres y niños violados), la cruda represión de los Años del Plomo de 1984 o 1987 o los luctuosos acontecimientos de febrero de 2011 en Alhucemas, todavía supuran y hieden.
Junto a ello, me permitiría añadir lo siguiente:
Primero, una profunda reforma de la administración, incorporando nuevas caras y cesando de una vez a determinados responsables. Algo que parece estar en marcha. En la región una de las cabezas a rodar sería la de su máximo responsable, el wali (gobernador) Yaacoubi, que bien podría ser uno de los siete cargos a remover por el ministerio de Interior según informaba el otro día el diario Assabah (La Mañana).
Segundo, si en 2011 el discurso real del 9 de marzo logró atemperar la crispación, bien haría el soberano alauí en dirigirse otra vez a la nación, aprovechando para promulgar un amplio indulto real y ordenar medidas muy concretas que reconduzcan la situación, entre ellas el fin de la represión y la retirada inmediata de Alhucemas y su provincia de unos desorbitados efectivos policiales y militares, que empiezan a ser vistos como “fuerzas de ocupación”.
El Reino de Marruecos se enfrenta a una seria fractura social y política que amenaza con anegar el país, hundiéndolo en la desestabilización, mientras ciertos oscuros sectores del Majzén no dudan en alentar a las bandas baltajíes buscando enfrentar a los marroquíes entre sí en un peligrosísimo ensayo de enfrentamiento civil, hostigando abiertamente a los rifeños y machacando mediáticamente, una y otra vez, con el run run de la mano negra argelina o aun del Frente Polisario, cuando aquí la única mano negra ha sido y es la del Majzén: su inoperancia, su corrupción, sus intoxicaciones, su descrédito, su matraca…
Desde ayer viernes y hasta el domingo el Movimiento Popular Rifeño (MPR) o Hirak simplemente, ha lanzado una vez más un llamamiento de huelga general, en una lucha sin cuartel que no presenta visos de acabar y que el Hirak piensa llevar hasta sus últimas consecuencias.
“Huelga de 3 dias, viernes, sabado, domingo. Protesta por la condena de los 25 detenidos a 18 meses. Movilicémonos antes de que les caigan treinta años a los nuestros”.
La estrategia del régimen busca aguantar como fuere hasta el verano, confiando en un eventual agotamiento de la población y en que el periodo de vacaciones y la afluencia de turistas y emigrantes en Europa a la región calmen las turbulentas aguas. Algo que, desde la propia Alhucemas, se descarta. Rogando el anonimato, diversas fuentes confirman a CORREO DIPOMÁTICO que las movilizaciones no cesarán salvo en dos supuestos: indulto real a los detenidos y satisfacción de la agenda mínima de reivindicaciones.
En palabras de una rifeña residente en Holanda, “volvía a mi tierra para pasar entre mi gente el mes de Ramadán y me encuentro con que no puedo salir a la calle, a riesgo de ser detenida en cualquier momento”. O en otras reflexiones que ya son de uso común: “¡Es que sales a la calle y no sabes si vas a volver!”. Esta es la realidad, el dramático día a día que sufre la población mientras Europa guarda silencio. Tan solo el presidente francés, Macron, ha tenido hasta el momento el reflejo de hablar, ¡incluso en nombre de Mohamed VI!, mientras en Madrid el gobierno Rajoy parece adoptar la callada por respuesta. España erró en el Rif en el siglo pasado y vuelve a equivocarse ahora, mientras en Alhucemas los rifeños son tildados despectivamente por la policía, una y otra vez, cómo “ulad isbañoles” (hijos de españoles). Esa España que fundó Alhucemas (entonces Villa Sanjurjo) en 1925 y luego, tras la independencia de 1956, la abandonó a su suerte.
En definitiva, esto es Alhucemas al día de hoy, insistamos: una ciudad, una provincia ocupada por miles de efectivos policiales y de seguridad (algunas fuentes avanzan la cifra de entre veinticinco mil y treinta mil uniformados en una provincia con unos cuatrocientos cincuenta mil habitantes de hecho), que la han convertido junto a su entorno (Imzouren, Beni Bouayach, Beni Hadifa…) en una enorme prisión abierta, una gran cárcel al aire libre de hombres, mujeres y niños cuyo único “delito” es ser, simplemente, rifeños. Una región en la que se están conculcando los derechos más elementales, consagrados por la flamante Constitución de 2011.
A Mohamed VI se le acumulan los problemas, incluso en el plano internacional, enfrentándole cara a cara con la mayor crisis de su reinado, crisis obra en buena medida de sus corruptos e inútiles cortesanos, esos cortesanos que en las tardías palabras del rey Alfonso XIII (escribámoslo otra vez) no son sino “la ruina de las monarquías”. La actual diplomacia marroquí, emperrada en intentar quedar con todo el mundo bien bailando inconscientemente con unos y otros, está consiguiendo ser abiertamente cuestionada hasta por sus presuntos fieles aliados del reino de las tinieblas, la impresentable Arabia Saudí, decepcionada por el apoyo si bien simbólico de Marruecos al cuestionado Qatar. Según un despacho de Reuters, la televisión saudí habría cambiado su discurso sobre el Sáhara Occidental (las “Provincias del Sur” para Rabat) definiendo al Frente Polisario como “República del Sáhara”, mientras que por otro lado y según ha constatado CORREO DIPLOMÁTICO, la televisión del emirato de Abu Dabi estaría emitiendo mapas de Marruecos en los que el Sáhara Occidental aparece reseñado como “territorio ocupado”.
Éramos pocos y parió la abuela, ¡vaya por Dios!
Haya salud.
Visto.