Las metodologías no pasan de recetas de cocina

Imaginamos que la metodología es como una receta de cocina, que aprieto este botón y digo algo o no digo algo, y así voy llevando o la gente o va yendo en el sentido propuesto, que puede o no puede ser entendido o aceptado previamente, para lo cual puedo concientizar o mejor dicho puedo inyectar la verdad o la visión de mundo que yo creo y por donde quiero que se encaminen los pasos de las ovejas, digo de la gente, perdón ovejas.
El protagonismo social no es resultado del trabajo de una ideología que le gana a la otra y consigue reunir personas que harán algo ya predeterminado por los inteligentes y “conscientes”, eso no pasa de ser ganado social conducido por los perros que empujan, orientan y que muerden las patas de quien se sale de la fila.



Las metodologías no pasan de recetas de cocina

Por Jaime Yovanovic (Profesor J)
Universidad Libre, la desuniversidad de la tierra y del común

Imaginamos que la metodología es como una receta de cocina, que aprieto este botón y digo algo o no digo algo, y así voy llevando o la gente o va yendo en el sentido propuesto, que puede o no puede ser entendido o aceptado previamente, para lo cual puedo concientizar o mejor dicho puedo inyectar la verdad o la visión de mundo que yo creo y por donde quiero que se encaminen los pasos de las ovejas, digo de la gente, perdón ovejas.

Así se mata la creatividad propia y cuando uno es creativo, nos quedamos viéndolo de ojos y boca abiertos imaginando que “nació con dedos para el piano”. Todos podemos tocar el piano o cantar, pero la misma sociedad nos reprime: cantas desafinado, tienes mala voz, que mal lo haces, dicen los envidiosos ante el resultado, poco, malo, como sea, pero es el resultado del esfuerzo y la búsqueda. Piense usted en como puede potenciarse la vida social si aplicamos esta metodología compartida en el mundo de la vida en las familias, barrios y centros de trabajo o estudio.

Nosotros, de la universidad libre, la desuniversidad de la tierra y del común, no aplicamos recetas, pues no queremos llevar a la gente a reproducir el sistema ni a “liberarse”, sino que queremos descubrir en cada momento los pasos, decires y actividades que permiten el despliegue de la potencia, la creatividad y la constructividad del sujeto común, es decir del sujeto que comparte la cotidianeidad de la vida con sus próximos de cada día. Ese sujeto común está allí, solamente está dividido y fragmentado, arrojado los unos contra los otros por el individualismo, el miedo, el odio y la competencia, además, claro, dividido por la política, que reune a los buenos para combatir a los malos, sean los buenos o los malos de derecha, izquierda, centro o extremos.

El protagonismo social no es resultado del trabajo de una ideología que le gana a la otra y consigue reunir personas que harán algo ya predeterminado por los inteligentes y “conscientes”, eso no pasa de ser ganado social conducido por los perros que empujan, orientan y que muerden las patas de quien se sale de la fila. El protagonismo es el debate interno, la acción conjunta, el afecto y la circulación del newen, el respeto y el compartir cotidianeidadesd, y desde allí salen a hablarle al mundo, a las instituciones y a los otros sujetos sociales protagonistas. Ello no tiene recetas, pues los caminos de ruptura de las distancias son muchos y hay que descubrirlos en cada paso y no sabemos a donde irán y no queremos que vayan en un sentido, sino que descubran o inventen su propio sentido.

Ello permite no apoyar la continuidad de la reproducción sistémica ni proponer una alternativa, ya que ellos mismos al desplegarse, están sembrando las bases de su alternativa en la misma medida que van dando rienda suelta a su instinto del común, el instinto del compartir, el instinto de la especie, el instinto salvaje o silvestre que ha intentado aniquilar la civilización de la propiedad, el patriarcado y el poder.

Vamos a ser salvajes, o mejor dicho, a ser silvestres e instintivos, no sigamos metodologías o recetas, ya que allí está la trampa sistémica del sometimiento y la disciplina de la domesticación civilizatoria, ya que el amor está en todos lados y no se trata sólo de llevarse una persona a la cama o elaborar mil argucias, trucos y argumentos para echarl@ al plato, será el instinto el que nos dirá cuando y con quien tocarnos y abrazarnos.

Fuera las reglas de nuestras vidas, el instinto humano no requiere disciplinamiento o sometimiento social, sino el despliegue de la libertad de amar y cambiar esta civilización de destrucción y muerte por la civilización del mundo de la vida compartido.

Hasta aquí una especie de declaración de principios, pero muy pocos estudiantes y profesionales pueden llegar y romper ataduras sistémicas, ya que hay que tener el título, obtener empleo, arrendar o comprar una casa, un automovil, tener para el carrete, la cerveza, el hedonismo y la marihuana y espacios donde podamos hacer como que compartimos cuando en realidad son momentos de catarsis, re-equilibrio, nutrición del ego, contar con quien o quienes nos escuchen y aplaudan barbaridades sin límites, en fin remedos de libertad, o remedios de libertad por donde el sistema y el mercado consiguen canalizar el grito de rebeldía, instinto y libertad que está arrinconado en cada uno, o a lo más atraernos a partidos lindos, finos, etc. que prometen cambiar el mundo sin cambiarlo, como arte de magia de Mandrake el mago. 14 a 44 partidos y grupos ideológicos pululan para atraernos a la verdad y como no hay verdad ni verdades, hay caldo de cultivo para todos.

En la práctica los talleres y actividades de la Universidad Libre deben cuidar que el estudiante y el profesional puedan culminar sus estudios y hacer el bien con su profesión, bastándonos con el apoyo voluntario de una o dos horas semanales para contribuir a la gestación del protagonismo. O sea, usted puede aprender y enriquecer su carrera desde primer año apoyando las actividades del protagonismo, por ejemplo aprender a construir con medios naturales haciendo casas de barro con los vecinos, o aprender sobre salud construyendo un comité de salud natural de vecinos, y así en todas las carreras y profesiones.

No invitamos a salirse de la fila ni a destruir el sistema, sino a ponerse en disposición fraterna y voluntaria para sembrar en pos del protagonismo, que en la medida que se vaya desarrollando, podrá mostrarse como modo de vida que sirva a todos en lo económico, afectivo, social, natural, etc. Pero ese “desarrollarse” no puede ser determinado, sino que será una escuela para todos estén donde estén y puedan disponer solamente de un breve tiempo de su vida actual para que el jardín de estas flores y del amor del sujeto social protagonista pueda mostrar y desplegar su colorido que es vida y buen vivir en equilibrio con la madre tierra.

Abrazos

Jaime Yovanovic (Profesor J)
unlibre@gmail.com
http://clajadep.lahaine.org