“Si no sabes ni cómo te llamas, eres artículo de consumo”: Óscar Chávez, uno de los principales compositores mexicanos. Se declara simpatizante zapatista y contrario a los partidos

Estar presente en todos los aconteceres del Movimiento Zapatista es muy enriquecedor y muy conmovedor. Te da mucho orgullo tomar parte de algo así.
—¿Ha cambiado su visión del zapatismo?
—No, para nada. Cuentan con mi solidaridad siempre.



“Si no sabes ni cómo te llamas, eres artículo de consumo”: Óscar Chávez

21 Jul 2017
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LLEVA entre los dedos un cigarro sin encender y habla de forma contundente, como si quisiera dar una sentencia definitiva que ponga fin a la lista de preguntas que se le lanzan. La voz grave de Óscar Chávez brinda respuestas breves: solo al insistir en el mismo punto se consigue arrancarle un par de frases más. Nos encontramos en su oficina en Ediciones Pentagrama, en la colonia Roma, una casa cuyas paredes están tapizadas con discos de los artistas que produce. Detrás del escritorio de Chávez se encuentra una lona con su rostro, donde se promociona alguno de sus eventos. El más reciente, el 22 y 23 de julio, en el Teatro de la Ciudad de México.

“Tengo un repertorio tan amplio que lo difícil es eliminar, no poner”, comenta, sobre esta presentación, a Newsweek en Español. Dicho repertorio data desde principios de la década de 1960, con grabaciones propias y de música tradicional mexicana, incluyendo un disco dedicado al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y uno al movimiento estudiantil de 1968 en México. Así, el cantante, famoso también por su papel en la cinta Los caifanes (1966), no cree en ningún partido político, pero tiene esperanza en que el país pueda mejorar. ¿Cómo? Unas cuantas palabras bastan para resumir su filosofía.

—¿Todavía se pone nervioso al presentarse en vivo?

—Siempre. El día que no te den nervios, ¿pa’ qué te dedicas a esto, no? Claro, sí, por supuesto.

—¿Se acuerda de la primera vez que tuvo pánico escénico?

—No, por fortuna para mí, miedo siempre, el miedo natural de que vas a hacer algo. Siempre estás a la expectativa de cómo va a responder el público, la asistencia, la respuesta de la gente, todo lo que significa. Pero pánico escénico no, por fortuna nunca. Pero si no te dieran nervios sería un poco absurdo.

—¿De dónde nace su amor por la música tradicional mexicana?

—Porque crecí escuchando viejas canciones. Por mi padre, por el ámbito familiar, crecí así, le tomé el gusto pues.

—¿Por qué cree que estos temas se mantienen con el tiempo?

—Lo que más he grabado es música tradicional mexicana, sobre todo. Son canciones que han resistido tanto tiempo, tantos años, porque de alguna manera ya forman parte de una conciencia colectiva. Y eso las hace atractivas, a la gente les recuerda cosas, hay una nostalgia, en fin, a mucha gente le revives el pasado. Nos pasa a todos.

—¿Y usted como cantante cómo ha hecho para mantenerse activo tantos años?

—Trabajando. No hay de otra.

—¿Cuál es su canción favorita para tocar en vivo?

—No, es muy difícil. Son tantos géneros, distintos valores que contiene la música y las canciones, que no puedes elegir. He grabado mil y pico de canciones, imagínate. Hay muchas, no hay una, me gustan muchas. Hay canciones bellísimas en nuestro país, afortunadamente. Canciones bellísimas del sureste, de Guerrero, de Veracruz, del norte, del centro, de todos lados. Es muy difícil decir: esta es la mejor. No.

—¿Qué es lo que más le agradece a la carrera de músico?

—Lo que más le agradezco es haberme podido dedicar a lo que más me gusta, que ha sido eso, cantar. Dedicarme a lo que más me gusta me parece vital y satisfactorio y, sobre todo, en tantos años de trabajo he tenido la suerte de que en un altísimo porcentaje he grabado lo que he querido. Jamás me han impuesto algo que yo tenga que grabar, no, nunca. Siempre he grabado lo que me ha dado la gana y eso es también muy satisfactorio.

—¿Qué significó grabar el disco “Chiapas”, dedicado al EZLN?

—Bueno, fue una experiencia importante, con todo lo sucedido, el estar presente en todos los aconteceres del Movimiento Zapatista es muy enriquecedor y muy conmovedor. Te da mucho orgullo tomar parte de algo así.

—¿Qué significa Chiapas para usted?

—No sé, es parte del país. Me importa mucho. Todo lo que sucede en mi país me importa mucho. Por supuesto, si estamos hablando de música y canción, me importa todo lo que provoca y crea una música, los movimientos, las zonas o la memoria de cada pueblo, es parte de nuestra existencia. Lo conozcamos o no lo conozcamos.

—¿La última vez que visitó Chiapas?

—Hace un año. Me presenté con Panteón Rococó. Aunque esté muy usada la frase, siempre lo digo, estos vasos comunicantes que se dan entre las generaciones son muy importantes realmente. Que no te quedes allá en tu torre de marfil, sino que las cosas sigan.

—Ellos también tienen cercanía con el EZLN. ¿Cómo fue convivir con una generación nueva, pero que comparte sus mismos ideales?

—Sensacional. A los que no les interesa, no tienes nada que ver con ellos y ya.

—¿Escucha música de otros géneros, música más moderna, de generaciones más recientes?

—Está muy confuso también el panorama, porque tienen tanto que ver los medios de comunicación, como es la radio, las disqueras, la televisión, que invaden todo. Hay mucha gente que hace cosas valiosas que no son tomadas en cuenta. Por ejemplo, la música grupera en general, esta moda que se ha dado, a mí me parece un retroceso espantoso. Pero, ¿qué haces? Más cuando el país está lleno de distintas músicas, distintas tradiciones dentro de la música, de mucha calidad, pero no lo escuchas en los medios. Escuchas pura basura, salvo honrosas excepciones.

—María de Jesús Patricio García, del Congreso Nacional Indígena del EZLN, podría ser candidata a la presidencia en 2018. ¿Qué opina de que ella compita contra los partidos tradicionales?

—¿Qué puedo decir? Para mí son cosas imprevisibles, no sabes qué pueda suceder. No anda uno metido en la política. No sé qué pueda resultar de esto.

—¿Cómo recuerda su primer contacto con el EZLN?

—Muchas veces he ido a Chiapas, he cantado en el Teatro, en Tuxtla, en San Cristóbal… y después se dio el zapatismo y participé. Visitamos Oventic (julio, 2000), donde grabamos un video, hay un testimonio. El cantar en la montaña, en la escuela, ese fue mi primer contacto importante con el zapatismo. Fue muy conmovedor, cantarle a 3,000 o 4,000 gentes que representaban a todas las etnias de la región, pues imagínate. Un público insólito que nunca te había tocado. Todo lo que aprendes, de lo que te enteras, de lo que palpas sin que nadie te lo cuente.

—¿Ha cambiado su visión del zapatismo?

—No, para nada. Cuentan con mi solidaridad siempre.

—¿Cree que el EZLN pueda gobernar el país?

—No sé. No se trata de creer o no creer, se trata de que suceda. No es tan sencillo, tienen que pasar muchas cosas, tiene que pasar mucho tiempo para que pueda suceder algo políticamente. Está cabrón, ¿no?

FOTO: ANTONIO CRUZ/NW NOTICIAS

—¿Usted cree en los partidos políticos?

—No. En ninguno. No le creo a nadie. Y no de ahora, desde hace mucho. No es que no crea en partidos políticos, no creo en cómo funcionan. La historia nos demuestra, por eso no les crees. Yo quisiera creer, pero no te dan margen a creerles.

—¿Qué hace falta para mejorar México?

—Educación. Bueno, evidentemente salud, son muchos factores. Salud y educación por encima de todo, es la única manera con la que puedes erradicar la corrupción. Es el problema más grave, es impresionante, estamos invadidos, la corrupción es monstruosa.

—¿Qué es lo peor que ha visto en los gobiernos de México y sus cambios?

—Pues no hay ni a quién irle. Después de Juárez no creo en nadie. En serio, no es broma.

—¿Cree en la democracia?

—Claro que creo en la democracia. Creo en la paz. Pero bueno, una cosa es creer y otra cosa es que sea cierto.

—¿Hay un sistema que se tenga que cambiar en México?

—No funciona por la corrupción. Repito, es el problema más grave que hay. La corrupción invade todo. Invade los organismos, invade todo, los gobiernos de todo orden están llenos de corrupción. Está podrido en la corrupción este país.

—¿El poder corrompe a las personas?

—Absolutamente. El poder en todos sus niveles. Desde el pequeñito poder, hasta el más grande. Es impresionante.

—En este contexto, ¿hay esperanza para México?

—Bueno, en lo personal nunca he perdido la esperanza. Nuestro país tiene muchos valores que hay que rescatar, no es un país que tenga una (sola) cultura, tenemos varias culturas. Es un país muy rico en cuanto a tradiciones, no es nada fácil homogeneizar al país.

FOTO: ANTONIO CRUZ/NW NOTICIAS

—¿Qué opina de las protestas y marchas por diversas problemáticas en México?

—Las protestas, ciertas, son importantes, claro. Ciertas, algunas son muy manipuladas, entonces ya no sabes en quién creer. Volvemos a lo mismo, es un círculo vicioso.

—¿Cómo ve a los jóvenes en este sentido?, ¿les interesan estos temas?

—Hay de todo. Hay jóvenes sanos y bien intencionados y progresistas en algún sentido, y que aman su país, su entorno y lo que lo conforma. Y también hay jóvenes corruptos, tontos, transas, hay de todo. La condición humana empieza desde muy joven también.

—¿Ve algún cambio generacional?

—Hay sectores de los jóvenes que están muy bien, que te permiten tener una esperanza. Pero también hay muchos que no, por falta de educación, falta de creer en algo, son manipulados por los gobiernos corruptos, o el narco, la delincuencia. Es terrible.

—En un país tan corrupto, ¿en qué pueden creer los jóvenes?

—Vuelvo a la educación. Entre más educación tengan más opción tienes de pensar y de elegir para dónde vas. Si no sabes ni cómo te llamas, eres carne de todo, eres artículo de consumo.

—¿Cómo sería un México ideal para usted?

—Que hubiera una democracia cierta, no manipulada.

—¿Por qué es importante recordar movimientos como el del 68, como hizo usted con un disco?

—Es muy importante no olvidar. Y cómo estarán las cosas que no podemos olvidar lo del 68, es increíble. Para que no vuelvan a suceder cosas de esa naturaleza, para que pasemos a otro estado, pero a mí no me va a tocar vivirlo.

—¿Es la razón por la que ha dedicado discos a estos movimientos?

—Claro. Aunque me repita, lo repito: la música es, hablando de la canción específicamente, una herramienta muy importante. A través de la canción puedes decir todo lo que se te ocurra. No hay que dejar de dar tu opinión a través de la música. Lo que piensas, lo que te gusta, lo que te disgusta, lo que te parece deleznable, lo que odias, todo eso se puede hacer a través de la canción.

—¿Qué opina del gobierno de Enrique Peña Nieto ahora que está por terminar?

—Soy cancionero, no soy analista político. Te lo acabo de decir hace rato, no creo en nadie, punto. Después de Juárez, se acabó.