Derecha arrasa en todas partes, izquierda ya no sirve, los pueblos tendrán que levantarse sin partidos
No ha sido la presión de la derecha ni la presión de otros países la que ha derrotado a las izquierdas, sino las debilidades, las burocracias y la falta de respeto a la potencia social, a la autonomía comunitaria y al protagonismo que en vez de desplegarse fue reprimido por los gobiernos progresistas desesperados por destruir la naturaleza y las comunidades para obtener divisas con el extractivismo capitalista que, por lógica, no caería bien en los pueblos, sino únicamente entre los soldaditos de plomo y militantes de los partidos que se aferran al poder. Y luego dicen que estamos al servicio de la Cia. Claro, deben justificarse.
En Venezuela los socialistas perdieron las elecciones parlamentarias y decidieron no seguir con la Constitución y hacer otra. Eso tampoco ha caido bien en la población de diferentes países.
En Bolivia el gobierno del MAS aprovechó la mayoría parlamentaria para romper la intangibilidad de los territorios protegidos por la Constitución. O sea, las constituciones progresistas han sido rotas por los propios progresistas.
En Ecuador el gobierno entró al Yasuní, que era territorio protegido y luego lloran porque la derecha aumenta su presión, Han sido los yanquis gritan a todo pulmón mientras militarizan el territorio del pueblo shuar que se atrevió a ocupar la empresa china que destruía la naturaleza. No hacen caso de la gente, sino que quieren que la gente les haga caso a ellos, o sea, dejarse avasallar, dejarse arrebatar las tierras, dejarse expulsar de los territorios, Eso queda raro, pero se explica si vemos que se ha operado el extractivismo a la fuerza, a como de lugar, como dicen algunos autores: la izquierda ha cumplido a rajatabla y en mejor forma que la derecha a los dictados del capital.
En Argentina al partido de Macri ha consolidado y aumentado sus votos, en Colombia el estado y empresarios recrudecen la represión contra las comunidades, en Perú el gobierno de derecha que la izquierda votó para evitar el fujimorismo amenaza aumentar el extractivismo. En Brasil se acabó el proceso contra Temer. En Chile las izquierdas dan puro jugo y la derecha consolida su opción presidencial. En México está la sopa electoral y las fuerzas armadas atacan impunemente las comunidades con el pretexto de la guerra contra los carteles que les viene al pelo.
Mientras los partidos se matan entre si por los cargos del poder y de paso arrastran a la población a enfrentarse entre izquierdas y derechas, los de abajo avanzan lento pero seguro hacia las formas de autogobierno y audefensa de territorios y la vida, lento como el caracol, pero avanzando pasito a pasito:
Las comunidades indígenas de México han levantado su concejo de gobierno para administrar el país en el hipotético caso de que ganara la vocera que irá de candidata a la presidencia que irá pueblo a pueblo y barrio a barrio organizando sin partidos y diciendo claramente que no interesa el cargo institucional sino la autoorganización y la multiplicación de los autogobiernos.
La experiencia zapatista y de este concejo de gobierno, así como el confederalismo democrático kurdo y la rebelión amazigh en el Rif de Marruecos, son observados con atención por los pueblos, al igual que ls autonomía nasa y demás pueblos indígenas de Colombia y la Alianza Territorial Mapuche que no acepta ser dirigidos por partidos políticos, sino por los modos ancestrales del autogobierno.
La tensión es fuerte y existen serias amenazas de fuertes retrocesos aún más pronunciados debido a la ansiedad de las izquierdas por defender sus posiciones alcanzadas aunque sea a la fuerza haciendo producir divisas al despojo territorial. Es un error pensar que los derechos se alcanzan cuando lo desea el estado o el gobierno, sea del color que sea, pues las comunidades, barrios, localidades y experiencias de autonomía y autogobierno están demostrando que la autogestión y el autosostenimiento es posible y no hace falta el aparato estatal oscuro objeto del deseo de los partidos de izquierda y de derecha. La macroeconomía del desarrollo que nunca llega se está impulsando mediante la destrucción de las tierras, las aguas, del medio ambiente, la naturaleza y el planeta, por lo tanto no debería ser doloroso desprenderse de ello, detener la destrucción y defender la vida, que es lo que realmente está en juego.
Jaime Yovanovic (Profesor J)
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