Zefzafi, el líder amazigh, y el Rif encarcelado

Las reivindicaciones rifeñas de justicia social que se oyen sin cesar en el Rif desde el mes de octubre pasado y en España, en Bélgica, en Francia y en Holanda este verano, tienen un origen exclusivamente popular, apolítico y espontáneo.



Zefzafi, el Rif encarcelado y las motos acuáticas
30/08/2017
http://www.correodiplomatico.com/2017/08/30/zefzafi-el-rif-encarcelado-y-las-motos-acuaticas/

Gabriel García-Noblejas / Granada. Las reivindicaciones rifeñas de justicia social que se oyen sin cesar en el Rif desde el mes de octubre pasado y en España, en Bélgica, en Francia y en Holanda este verano, tienen un origen exclusivamente popular, apolítico y espontáneo.Comenzaron como simples reunionesque se celebraban en la plaza central de Alhucemas al atardecer, bajo la tranquila mirada de la policía que veía a hombres o mujeres dirigiéndose por un altavoz pequeño a madres con niños, jóvenes o ancianos. Tarde a tarde, fue aumentando el número de oyentes y así se formó en noviembre pasado el “Hirak”, término que significa “movimiento” y que deriva del verbo árabe “harraká” (moverse).

Entre dichos oradores comenzó a destacar un hombre de unos 38 años, rifeño, llamado Nasser Zefzafi y que procede de una familia humilde de Ajdir. Hasta su encarcelamiento vivía en una casa de alquiler con sus padres en “Las casas del Rey”, un barrio popular de casas ya viejas que fueron construidas en tiempos del abuelo del rey actual, Mohamed V. Aunque Zefzafi nunca terminara el bachillerato y fuera un simple vigilante de seguridad del Banco Popular de Alhucemas y un reparador de artilugios de electrónica, habla un árabe clásico oral muy superior a la media entre rifeños de su educación (cuando su lengua materna es el rifeño), se expresa con una claridad y sencillez sorprendentes y argumenta con una enorme cantidad de datos de la Historia reciente del Rif, que sin duda le vienen de los muchos libros de Historia que atiborran su habitación.

Lo único que solicitaba el Hirak por boca de Zefzafi era trabajo, sanidad para todos y educación superior que permita a los jóvenes acceder a trabajos más cualificados sin necesidad de desplazarse hasta las universidades más cercanas, cosa que no puede permitirse casi nadie, pues el Rif es una tierra que ha sido dejada de lado en los planes de desarrollo económico marroquíes por parte tanto de reyes (Mohammed V, Hassan II y el actual), como de gobiernos.

Seguramente pagados por alguno de los numerosos servicios marroquíes, unos maleantes intentaron asesinar a Zefzafi en plena calle con cuchillos, maleantes de esos que no son de la zona, que aparecen en manifestaciones de Hirak para causar destrozos y que todo el mundo sabe que han llegado en autobuses fletados por el régimen. Las poblaciones rifeñas son pequeñas, todo el mundo se conoce. Luego la policía intentó detenerle, pero no lo logró, pues muchos civiles se lo impidieron formando una barrera humana en la puerta de su casa. Más tarde fue arrestado (el 29 de mayo) en la pequeña playa de L`Harch, más allá de la de Souani, cerca de la aldea de pescadores de Tugurut. Fue golpeado durante su detención en dependencias oficiales de Alhucemas y trasladado a una prisión en Casablanca, donde sigue. Como los cerca de 300 presos del Hirak, está siendo juzgado sin garantías legales.

Se le ha acusado de haber interrumpido a un imán en su discurso del viernes. Es cierto, Zefzafi contestó en público al imán que hablaba el viernes 26 de mayo en la mezquita de su barrio, porque dicho imán había hablado directamente contra él y contra el Hirak. Es cierto también que la legislación marroquí considera delito interrumpir y hablar en público a un imán en la mezquita. Pero, como ha señalado el periodista marroquí Mahdaoui, es igualmente cierto que la legislación permite la interrupción si la hace alguien que haya sido atacado por el imán previamente, en cuyo caso el increpado está en su derecho de contestar ante el público que ha escuchado el ataque del imán. (El imán, dicho sea de paso, sí que estaba delinquiendo, pues tocó temas políticos, lo que está totalmente prohibido en las mezquitas).

Luego pasó lo que ya saben. La policía logró detener a Zefzafi, encarcelarlo, condenarlo. No se sabe aun si a cadena perpetua, a la pena capital o a muchos años de cárcel en la celda incomunicada en que está.

El gobierno marroquí lleva meses lanzando una campaña difamatoria contra este hombre. Ha publicado fotografías de él desnudo, sugiriendo que es un exhibicionista, cuando dichas fotografías fueron tomadas en la cárcel en momentos de registro forzoso; también fotos de él con cerveza (en un país musulmán supone un insulto grave, incluso un delito), cuando resulta que el propio país de Marruecos produce y vende vino propio y lo consume a mansalva en no pocos bares públicos con licencia. (Un detalle: era imposible encontrar una sola botella de vino en Casablanca dos días antes del inicio del Ramadán… porque estaban todas agotadas. ¿Tantos extranjeros bebemos vino antes del Ramadán?). El gobierno también le acusó de estar recibiendofondos de bereberes argelinos y de un narcotraficante rifeño afincado en Holanda, extremos que sus padres y los hechos desmintieron rotundamente.

El Hirak no pide independencia. Hirak es la esperanza de un pueblo maltratado por reyes y gobiernos marroquíes durante décadas. Hirak es la voz rifeña y apolítica que el pueblo llano lanza en un país donde gobierna un partido de ideología explícitamente islamista que no ha hecho nada por los rifeños. Zefzafi es la voz sencilla y encarcelada de todos los que piden que cese la corrupción, que el pueblo reciba lo que tiene legítimo derecho a recibir, que los fondos públicos no se queden en manos del partido en el gobierno ni de los funcionarios; que pide, pues, lo mismo que pidió Su Majestad el rey Mohammed VI en su discurso del pasado 20 de julio. Pero el rey no está en la cárcel y Zefzafi sí. O los dos, o ninguno. Yo pido libertad para Zefzafi y los del Hirak encarcelados solamente por manifestarse pacíficamente en las calles del Rif.

Desde su detención hasta la fecha, se han sucedido manifestaciones, varias de ellas muy numerosas (Rabat 11 de junio, Alhucemas 24 de junio y 20 de julio, Imzuren 19 de agosto, Nador….). La policía se mantiene tranquila, filma y, días después, arresta a las personas que asistieron por el mero hecho de asistir.

Las últimas manifestaciones comienzan cuando un grupo de jóvenes echa a andar por una calle cantando con una bandera del Rif. Al grupo se van uniendo hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, espontáneamente. Cuando todo termina,hay miles de personas en la calle.

El Rif se ha acostumbrado a la presencia de grandes campamentos de policías y militares. Los furgones policiales montan guardia día y noche en cada esquina. Si de repente no están, es porque el gobierno ha traído periodistas o el rey está en Alhucemas. Hay que dar sensación de normalidad. El 19 y 20 de agosto Su Majestad estaba en Alhucemas. Atracó la noche del 19. En su lujoso yate. Es comprensible: le encanta hacer moto acuática en esas playas. El Rif encarcelado y el rey en su moto acuática. En su hermosa moto acuática.

Moto acuática que es levemente distinta de las que cogieron cinco muchachos para cruzar a esta orilla este mismo mes de agosto, pensando que así escaparían de la miseria. De Alhucemas a Motril en moto acuática alquilada en la playa. Así arribaron a Motril hace unas semanas. Llegaron sólo tres.

Gabriel García-Noblejas Sánchez-Cendal, es profesor de la Universidad de Granada