Venezuela: Cuando éramos revolucionarios y no sabíamos de política

“déjame con mi ignorancia política camarita que quiero seguir siendo revolucionario”



Cuando éramos revolucionarios y no sabíamos de política
Por: Pablo Fucik | Martes, 24/10/2017 08:15 AM
Aporrea

Estas palabra no son para acusar a nadie;
ni muchos menos condenar, ni siquiera
decirles que torcieron el camino, son
simples reflexiones dedicada a los que se
incorporen a la lucha por un mundo mejor
y que jamás pierdan la coherencia con la predica.

Me encontré con un “camarada” de los que compartí luchas estudiantiles, gremiales, comunales en fin todos aquellos escenario que desde nuestra convicciones comunista nos obligaran ha enfrentar las iniquidades e injusticias sociales, denunciando y desenmascarado a los opresores del pueblo y a sus serviles lacayos.

Recuerdo que en aquellos tiempo hablábamos de cuestiones de principios, de condiciones de honor que no estaban en discusión. Cuando en alguna lucha estaba en juego los derechos del pueblo trabajador o de la patria solíamos expresar con irreductible determinación; “Los principios no se negocian”.

Hoy ese “camarada” me habla con palabras distintas mas bien parecidas a los tránsfuga de aquella época; me reprocha mi ignorancia política, me trata de explicar con erudición pragmática que los tiempos son distintos, que con esa jerga de izquierdismo trasnochado no voy a llegar a ninguna parte. Hasta me hablo de una corrupción necesaria; “tu sabes para ayudar a la causa”, “coño tu sabes que la política no se puede hacer sin plata”. Y todo me lo decía como mostrándome que en su fulgurante y exitosa carrera política esta el camino y la luz.

Yo desde mi posición de trabajador productivo, de peatón cargando un repuesto dañado para mi carro que lleva meses estacionado, veo mi “camarada” que con un mediano cargo en la administración publica esta rodeado de su chofer y otro que le lleva los periódicos y el maletín; lo veo y debo de reconocer que ha sido exitosa su carrera política, hasta supe que cambio su casa en el barrio por una muy buena quinta en una urbanización elegante de la ciudad y con la casa cambio la pareja con las que se comió la verdes en épocas de poco ingreso económico.

Lo observaba tan predecible aún cuando en los últimos tiempo no hemos compartido los mismos escenarios de participación política, pero lo conozco tan bien porque es el mismo discurso de unos cuantos “camaradas” que como él están haciendo “carrera política”. Es tan así, que puedo imaginar lo que les dirá a sus asistentes después de despedirnos: “coño ese es un camarada valioso pero lamentablemente no entiende de política”, “son camaradas que no entendieron como se maneja el poder”, “afortunadamente me fui separando de ese grupo de carajos”.

Y yo esperando un autobús también me quedare pensando casi lo mismo: “coño ese era un camarada valioso pero políticamente no a entendido como funciona el poder, que la política no es una carrera individual, y que si el pueblo trabajador no asume el ejercicio político de manera activa y colectiva no habrá revolución”. Tal vez él llene sus cuentas bancarias pero cuando el pueblo pase factura los echaran al basurero de la historia.

Al despedirnos me aconsejo: “cámara tiene chance aún; ¿hasta cuándo va a seguir con ese puritanismo de izquierda?, hay que entender la política”.

Le respondí: “Cuando éramos revolucionarios y no sabíamos de política”.
Y con una infinita satisfacción concluí; “déjame con mi ignorancia política camarita que quiero seguir siendo revolucionario”.

pablofucik21@gmail.com