Cochabamba: Entrevista con Óscar Olivera

12.Nov.03    Análisis y Noticias

Entrevista al líder obrero boliviano Oscar
Olivera

De Febrero Negro al Octubre Rojo. Crónica de un
año de agonía neoliberal en
las calles de Bolivia
Erick Fajardo Pozo
Rebelión, 10.11.03

Entrevista exclusiva con Oscar Olivera, líder
absoluto del movimiento fabril
que en abril de 2000 vanguardizó la defensa de la
propiedad pública del agua
en Cochabamba. El ideólogo de la Guerra del Agua,
insurrección ciudadana que
echó a la transnacional Bechtel del país, evalúa
un año de conflictos y el
enorme costo político que han tenido para la
política neoliberal en el
continente estos once meses de resistencia
popular en Bolivia.

Olivera devela paso a paso el guión político de
la Embajada Norteamericana
durante el año que termina y explica cómo Busch
ha ido desgastando - hombre
a hombre - sus mejores piezas, tratando de
contingir el movimiento social
emergente. Manfred Reyes y NFR en la gestación de
un Golpe de estado durante
la “Guerra al Impuestazo”, Sánchez de Lozada y el
MNR en el intento de
sofocar la “Guerra del Gas”, Paz Zamora y el MIR
en el respaldo al agónico
modelo y Tuto Quiroga y ADN en la movida póstuma
del imperialismo
norteamericano para recuperar a las clases
medias. El líder fabril tiene una
lectura y una interpretación contundente de un
devenir político que él cree
tuvo su hito fundacional en el movimiento popular
de abril de 2000.

E. F..- Si tuviera que establecer una evaluación
del último conflicto en
Bolivia ¿Dónde empezaría?

O. O..- En abril de 2000, en la Guerra del Agua.
Desde entonces hasta ahora
lo que ha habido es una evolución del movimiento
ciudadano hasta descubrir
su fuerza, sus objetivos y su propósito final.
Nosotros éramos dirigentes
obreros y en la vieja comprensión de las cosas
(en alusión al modelo
marxista) podríamos habernos interesado en temas
laborales y
reivindicaciones salariales, pero no llegábamos a
la ciudadanía plenamente.

La Guerra del Agua marca ruptura con la manera de
ser dirigentes y volcamos
nuestros esfuerzos en defensa de temas
ciudadanos. Más allá de que si el
tema del agua afectaba a campesinos, fabriles o
clases medias, nos dimos
cuenta que podíamos articularnos todos como
ciudadanos, ahí nace la
conciencia de movimiento ciudadano, ahí nace la
Coordinadora y aprendemos en
las calles estrategias y formas de organización
que hoy son el repertorio de
los sectores sociales movilizados a lo largo de
todo el país y
Latinoamérica, que reivindican distintos temas y
demandas.

E. F..- ¿Por eso la Coordinadora del agua ha
desplazado su acción a combatir
la reforma impositiva y a la defensa del gas?

- La gente después del 2000 se queda con la idea
de que el problema es el
agua y que con la partida de la Bechtel el
problema está solucionado y la
Coordinadora debe disolverse, por eso muchos
empiezan a decir que se está
metiendo donde no le corresponde cuando empieza a
opinar sobre coca,
impuestos o gas. Si bien esta nueva forma de
organizarse socialmente nace
con la defensa del agua, el agua no es el tema de
fondo, como no lo es el
gas o la coca, el tema real es que hemos
encontrado la manera de unirnos
contra el abuso. El tema real es que los ricos
del mundo vienen a Bolivia a
llevarse lo poco que podría sacar a los
bolivianos de la miseria y alguien
debe parar ese abuso, ya sea que se esté
defendiendo el agua, el gas o la
coca.

La Coordinadora nace con el problema del agua,
pero no es el agua su razón
de ser, sino el romper el orden político y
económico que originó la crisis
del agua y de otros temas.

E. F..- Jorge Richter, acaba de renunciar a NFR y
a la Alcaldía de
Cochabamba aduciendo “incompatibilidad moral” con
el partido que habría
planificado dar un golpe de estado durante la
crisis de Febrero Negro ¿Cree
que esa denuncia prueba que las conexiones entre
NFR y MNR son anteriores a
su alianza?

- Primero, esa denuncia carece de valor moral y
forma parte de una vendetta
entre las mafias políticas del país. Cuando un
individuo es desplazado de
estas mafias, empieza a verter sus trapos sucios,
las denuncias tenga
fundamento real, pero que un individuo como
Richter denuncie algo como un
intento de golpe del que él sabía y que secundó
con su silencio durante ocho
meses, esto le resta cualquier autoridad moral al
denunciante y fuerza a la
denuncia. Pero es evidente que NFR comparte
intereses y métodos con el MNR,
con el MIR y la ADN y que tuvo que ver con la
represión al movimiento
popular.

E. F..- ¿Pero por qué la tercera fuerza política
del país se habría
implicado voluntariamente en la planificación de
un golpe de estado, cuando
se suponía que eran adversos al gobierno de Goni?
Entonces no había entrado
aún al gobierno.

- Evidentemente por designios de la embajada
(norteamericana). El hilo
conductor que une todos esos partidos es su
sumisión a USA. En el Estado
Mayor del Pueblo, durante febrero, teníamos
información fidedigna de que los
altos mandos militares ligados a NFR estaban a la
expectativa de una orden
de la Embajada Americana para en un caso extremo
perpetrar el golpe que le
devolvería el control del país a los partidos
oficialistas.

La NFR no iba a responder a Goni, sino que iba a
responder al mandato de la
embajada, la política de los partidos
oficialistas en este país sólo
responde al interés de los norteamericanos.

E. F..- En dos palabras, ¿Cómo se resume la
política de Goni y el rol del
MIR, su principal aliado en el gobierno, en estos
diez meses de política
nacional?

- Por la manera en que siempre se expresa del
país, él habla de “los
bolivianos”, me parece que él nunca se sintió
boliviano. Eso puede explicar
la inmisericorde manera de aplicar las medidas
económicas en contra del
pueblo y su abierta identificación con los
intereses transnacionales. Da
igual porque el pueblo tampoco quiere reconocerlo
a él como boliviano.

Sobre el MIR sólo puedo decir que son traidores a
sus principios. Creo que
es lo último que se puede decir de un partido.
Han traicionado a la
guerrilla de Teoponte, han traicionado a los
muertos de la calle Harrington.
Han traicionado los principios dignos sobre los
que se fundó ese partido. No
merecen mayores comentarios.

E. F..- ¿Cómo ha desempeñado hasta ahora Carlos
Mesa su rol de Presidente de
la República?

- Creo que más allá de su intención de no darle
continuidad a la lógica de
poder de su predecesor y más allá de sus
intenciones de cumplir los
compromisos hechos tras la caída de Goni, él no
está gobernando sino el
staff del que le han rodeado los designios de la
Embajada Norteamericana. De
la influencia de los partidos políticos Mesa ha
caído en manos de ministros
tecnócratas que han hecho carrera asesorando al
Banco Mundial y al FMI. Eso
nos da la perspectiva cabal del rumbo neoliberal
- discreto pero firme - que
está tomando el gobierno de Mesa. Xavier Nogales,
Ellos son los custodios del interés e la economía
transnacional. Ellos no
permitirán que haya un cambio estructural en la
economía y el modelo
político.

E. F..- El regreso “oportuno” de Tuto Quiroga a
Bolivia ¿Es un intento de
ganar la partida con una última movida por parte
de los Estados Unidos?

- Tuto Quiroga es el mejor exponente que tiene el
neoliberalismo en esta
parte del continente y es mucho más neoliberal
que Sánchez de Lozada. Su
apariencia personal y su simpatía no se
corresponden con la actitud política
que él y su partido han tenido de beneficiar
antes a las inversiones
extranjeras en el país que a los bolivianos.

Si Sánchez de Lozada era el ungido de la anterior
década, Tuto Quiroga es su
expectativa de los próximos diez años.

E. F..- Una parte de la clase media, algunos
partidos “sistémicos” y muchos
políticos se han pronunciado esperanzados con una
revitalización de la
democracia.

- Tuto Quiroga no es ruptura, sino continuidad
del modelo, es más, Tuto es
profundización en la aplicación del modelo, lo
que quiere decir agudización
de las diferencias y de la miseria.

Si Goni cometió el error de aplicar las políticas
neoliberales “de facto”,
Tuto va a apoyarse en una aplicación
“institucional” de las medidas y
disfrazará sus decisiones mejor. En ese sentido
Tuto es más peligroso que
Goni.

Para mi Tuto es la versión mejorada del
mercenario económico entrenado por
las financieras internacionales para defender sus
intereses en Bolivia.

Él cuenta con una clase media que lo ve como un
salvador, porque - él
piensa - que la clase media es conservadora y le
teme a los cambios. Pero lo
que Tuto olvida es que la clase media casi ha
desaparecido por la
agudización de la crisis.

E. F..- Con sinceridad ¿Cree que Tuto Quiroga
representa una alternativa al
modelo económico y político aplicado por sus
predecesores?

- Para mi hay una línea de continuidad que une el
gobierno de Banzer con el
de Goni y que hace igual en esencia a Tuto
Quiroga y Sánchez de Lozada: Su
actitud proclive a la obediencia y la sumisión al
modelo de economía
norteamericana. Este conflicto ha sido el peor
que ha enfrentado el
neoliberalismo en Latinoamérica y el imperialismo
se ha visto en la
necesidad de usar todas sus piezas en el tablero.
Es así que los que en
principio se decían opositores a la política
neoliberal, al imperialismo y a
Goni, paulatinamente fueron asumiendo la defensa
del modelo, ya sea
uniéndose al gobierno para fortalecerlo, ya sea
preparando golpes de estado
o ya sea apareciendo como los salvadores del país
cuando el pueblo
movilizado está por refundar Bolivia. Pero no hay
soluciones intermedias ni
tibiezas para el movimiento social, no se va a
negociar en el parlamento lo
que se ha ganado en las calles. O los políticos
llevan adelante las reformas
que el pueblo demanda o habrá una guerra civil.

E. F..- ¿Qué opciones cree que le deja esta
resolución del movimiento social
boliviano a la política exterior norteamericana?

- Creo que no muchas. El movimiento social
boliviano es una inspiración para
la resistencia al neoliberalismo en todo el
mundo, pues aporta un modelo
social de poder alternativo. El asambleismo, la
participación directa de la
ciudadanía en las decisiones de estado apunta a
una Asamblea constituyente
que podría revertir el orden del poder y
mostrarle el camino a la
resistencia mundial. Por eso creemos que le
quedan pocas alternativas al
imperialismo y una de ellas es la intervención
militar.

E. F..- ¿Después del fracaso político y militar
rotundo de la invasión a
Irak, cree que Estados Unidos se animaría a una
intervención militar en
Bolivia?

Yo creo que si. Más allá de que Collin Powell ha
manifestado tácita y
explícitamente esa intención, a diferencia de lo
que pasó en Irak, la crisis
en Bolivia tiene efecto en la sociedad
norteamericana.

La mística del movimiento social.

- Resistir a ese poder pasa por que el movimiento
social se libre del
fantasma del sectarismo que antes de abril de
2000 había pulverizado el
movimiento social en Bolivia. El caudillismo le
había arrebatado al
ciudadano la confianza en el éxito del movimiento
social.

Después de abril, el movimiento ciudadano ha
integrado nuevamente a lo
indígena, lo obrero y lo marginal de la ciudad en
un mismo esfuerzo. Yo creo
que su mística se refleja en esa materialización
de victoria que había
inducido en el pueblo un sentimiento de derrota y
resignación frente al
modelo neoliberal. Después del 2000 el movimiento
social en Bolivia y
Latinoamérica piensa “es posible”. Ahí está el
secreto de tantas victorias
este año que han llevado al neoliberalismo hasta
el límite de sus recursos.

Oscar Olivera se autodefine como la voz de un
movimiento social que él
reclama se mantenga lejos de la estructura de
poder jerárquico y vertical.
No se considera líder, pues define el caudillismo
como el elemento que
podría contaminar nuevamente al movimiento social
con la lógica de poder del
imperialismo.

Erick Fajardo Pozo
es periodista de La Voz y miembro de la Fundación
Magna Causa.

Envia esta noticia

Distribuido por:
“Centro Felix Varela Alemania”