Venezuela: Ni Nostradamus sabe que nos depara el 2018

Cada vez el circo político que nos rodea da una inmensa sensación de asco y frustración, es la decepción colectiva de quienes apostamos por este proceso y de quienes todavía creemos en una revolución, una verdadera revolución desde el pueblo, desde las bases, desde abajo; no el pan y circo que nos han metido en la cabeza y que a través de la caja del clap, el chantajismo político y el clientelismo nos siguen maniatando. Con un bozal de comida nos imponen las líneas políticas que más se adecuen a las demandas de nuestro burócratas y personeros políticos, ya nos da hasta miedo hablar o decir algo porque nuestro presidente obrero se puede sentir herido.



Ni Nostradamus sabe que nos depara el 2018
Por: Las Comadres Púrpuras | Miércoles, 13/12/2017 12:29 PM | Versión para imprimir
Equipo Editorial Las Comadres Púrpuras
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Al hablar del año que viene, el tan esperado 2018, muchas y muchos se ciñen a sus rosarios y entre cuenta y cuenta, avemarías y padrenuestros, se espera que el año próximo depare mejores cosas para Venezuela. Y es que desde el 2014 la situación de nuestro país ha ido de mal en peor, entre crisis económica, guarimbas, hiperinflación, amenazas gringas y un largo etc. Las y los venezolanos nos hemos tenido que arropar hasta donde la cobija o manta en muchos casos nos alcance y eso para aquellos que aún pueden sortear la crisis económica.

Nos volvimos expertos en arepas de yuca, plátano, zanahoria; además de asumir las colas como pan nuestro de cada día, resistir a los embates de la inflación; y todo con la esperanza -al mejor estilo de los cristianos- de que todo iba a mejorar. Paradójicamente, esa esperanza se ha difuminado con las actuaciones de los personeros de la política nacional, así pues, la duda sobre las cosas que sucederán en el 2018 esta latente. Miles son los rumores, el gobierno dice una cosa y lo que queda de oposición otra. Total que quienes nos llevamos la peor parte, nosotras y nosotros, pueblo, estamos llenos de dudas, decepción y una arrechera tremenda. Arrechera con quienes se llevaron todo al carajo, arrechera con quienes pisotearon el nuestra dignidad y esperanza, y aún en sus discursos fraseológicos y rebuscados siguen utilizando nuestra identidad con su más cínico descaro.

Digo todo esto porque mientras la alta burocracia de nuestro “honesto” gobierno se regodea en las mieles de su victoria perfecta, la victoria “aplastante” del PSUV en las recientes elecciones de alcaldías; en la calle el estupor en el que vivimos todas y todos los venezolanos esta a la orden del día. Ya hasta parecen letanías las conversaciones sobre los impagables precios que exhiben todos los anaqueles y servicios en nuestro país, además del deterioro progresivo y notorio del transporte capitalino e interior (si es que alguna vez funcionó). Con los elevados costos del pasaje, la falta de medicamentos y de comida, la proliferación de la basura; entre muchas otras cosas que nos han sumido en esta terrible crisis social y política. Aunque para nuestros altos, cargos entre ellos los afamados constituyentistas como; Delcy Rodriguez, “no hay crisis en Venezuela”, ojo por decir esto seguramente muchas y muchos me tildarán de escuálida, apátrida, que le hago el juego a la derecha.

Cada vez el circo político que nos rodea da una inmensa sensación de asco y frustración, es la decepción colectiva de quienes apostamos por este proceso y de quienes todavía creemos en una revolución, una verdadera revolución desde el pueblo, desde las bases, desde abajo; no el pan y circo que nos han metido en la cabeza y que a través de la caja del clap, el chantajismo político y el clientelismo nos siguen maniatando. Con un bozal de comida nos imponen las líneas políticas que más se adecuen a las demandas de nuestro burócratas y personeros políticos, ya nos da hasta miedo hablar o decir algo porque nuestro presidente obrero se puede sentir herido y acallarnos con la ley contra el odio y el terrorismo, porque Venezuela es territorio de paz.

“Defender la revolución y el legado de Chávez”, son frases que conforman el discurso de todos los politiqueros gobierneros de este país, un discurso enlatado lleno de fraseología barata y que en el fondo denota un inmenso vacío de voluntad y quehacer político, además de ser un completo irrespeto a quienes padecemos la crisis. Un discurso que se burla descaradamente de cada una y uno que sale a joderse todos los días viendo como resuelve la comida de su familia. Es imposible que no me sienta decepcionada con el proceder de quienes llegaron a los cargos de poder gracias a un proceso revolucionario en el que creímos todas y todos e hicieron lo que se les dio la gana. No nos mintamos, todas y todos hemos visto y escuchado los desmadres de la burocracia de este país, el que menos coge, coge 5; como diría mi abuelita. El despilfarro, la corrupción y el descaro no cesan, ni en las peores circunstancias.

Ante ese panorama, las preguntas ¿qué nos queda? ¿qué se viene para el pueblo venezolano? Son las que rondan la cabeza de la gran mayoría en este país. Evidentemente la MUD (los partidos que la integraban) no es una opción, eso ni pensarlo, son gente que esta a la espera de ver como terminan de despilfarrar a la nación, están a la caza como hienas hambrientas peleándose entre ellos mismos para ver que recogen y como inflan más sus cuentas a costillas de nosotros, y para muestra los últimos eventos electorales donde han participado y en los cuales se pelean para ver quien agarra que cosa, en una ristra de dimes y diretes y en su afán de que vengan “TRUMP a salvarnos”

Ahora “supuestamente” Lorenzo Mendoza se lanzará a las presidenciales, un candidato que representa todo el estereotipo neoliberal-burgués, es todo lo que podemos esperar de ellos, Mendoza es un empresario, de “buena familia”, blanquito y con mucho billete, (billete que vino de la explotación de todas y todos los venezolanos), el conjuga todo un disfraz de lo que viene siendo Macri en Argentina, o Macrón en Francia. Esta oposición intenta reactivarse políticamente, pero los errores de ellos mismo y sus miserias por el poder hablan por si solos. Esta es una oposición en la cual ni su propia gente confía, porque saben que es más de lo mismo. Una oposición que se contradice y que el gobierno ha sabido desarticular muy bien, a pesar de todas las cosas que han hecho para “forzar” la salida de Nicolás de Miraflores, dejándolos en evidencia de todas las maneras posibles.

Al fin y al cabo, qué podemos esperar, no hay salida posible, gobierno y oposición son ambos harina del mismo costal, el gobierno ha jugado con nuestras esperanzas mientras sus políticos siguen raspando la olla y el pueblo pobre comiendo fiambre, y la oposición es una derecha que ya conocemos. Ante los males conocidos la pregunta de las mil lochas es ¿qué nos depara el 2018?

Pues mientras sigamos apostando a elecciones que no eligen nada, a buscar el mal menor, a ver en cual partido hipotecamos nuestras esperanzas, tenemos que esperar el mismo ciclo de los últimos años. Pero al final de este año nos encontramos con algunos brotes importantes de luchas que propician nuevamente el encuentro de los comunes, de un nosotros y nosotras invisible, molesto, pero que sigue ahí. En el estado Lara está la Comuna el Maizal y el movimiento popular del Municipio Simón Planas luchando por un alcalde electo con una mayoría del 57% pero no es reconocido por el CNE, también está la experiencia de la campaña de Samán con todos los ataques de la institucionalidad psuvista.

Hagamos nuestro balance, abramos nuestra conversa,

pero no esperemos nada del próximo año, exijámosle todo.