Lo nuevo en las elecciones de Alcaldes: Se comenzó a perfilar una nueva alternativa como fenómeno nacional
Por: Marea Socialista (Equipo Operativo Nacional) | Lunes, 18/12/2017 08:56 PM | Versión para imprimir
Aporrea
La Alianza Alternativa de UPP89, Marea Socialista, MPA y otros movimientos, así como las candidaturas disidentes del PSUV muestran que hay posibilidades de construir una nueva referencia política de izquierda y de ruptura con la polarización.
Si revisamos los votos por otras opciones distintas del PSUV y de los partidos de la oposición de derecha o centro-derecha, en las elecciones de alcaldes del 10 de Diciembre de 2017, nos encontramos con un fenómeno nacional de búsqueda de alternativas independientes por fuera de la polarización.
Estos votos expresan a sectores que se apartaron de la línea oficial del PSUV, con candidaturas alternativas que rompieron la disciplina partidista o que se inclinaron por el llamado “chavismo disidente” o “crítico”, así como por fórmulas que pudiésemos considerar como opositoras de izquierda.
En esta franja del electorado se identifican muchas personas y movimientos que aunque puedan reivindicar en algunos aspectos lo que conocemos como revolución bolivariana y sus conquistas sociales, democráticas y en materia de soberanía. Rechazan las políticas del gobierno de Nicolás Maduro y de la dirección política del PSUV, al cual identifican como el gobierno de una casta burocrática corrupta y procapitalista, y al cual responsabilizan de la destrucción del proceso revolucionario.
Gran parte de estos votos a escala nacional fueron captados por la alianza en torno a la tarjeta de la Unidad Política Popular 89 (UPP89), constituida por este partido, por Marea Socialista, por el Movimiento Popular Alternativo (MPA) y por otros agrupamientos políticos, de los cuales UPP89 es el único que tiene tarjeta electoral.
Otra parte de este fenómeno se expresó en candidaturas de dirigentes con cierto perfil autónomo, partidos del Gran Polo Patriótico o de movimientos sociales y dirigentes que no apoyaron las candidaturas del PSUV en algunos municipios y presentaron candidaturas propias. En este caso, no necesariamente se trata de opciones que cuestionan al gobierno y al PSUV de con junto, con sus políticas, sino que reivindicaron el derecho democrático a tener otras candidaturas no impuestas por la cúpula de la hegemonía psuvista o madurista.
Si detallamos la votación obtenida por estas candidaturas que rompieron la “línea” o que intentaron abrirse paso frente a la polarización y a las cúpulas, nos encontramos con resultados que parecen sorprendentes y muy destacados, que son reflejo de este fenómeno que estamos comentando. Gran parte del fenómeno señalado se hizo notar a través de las candidaturas postuladas en la tarjeta de UPP89.
Marea Socialista, impedida de ejercer su derecho a tener tarjeta electoral, participó en alianza con UPP89, con cuya tarjeta fueron inscritos más de 180 candidatos y candidatas (el 54 % de los municipios del país). Los votos expresados en la tarjeta de UPP89 se multiplicaron por 10 con respecto a las elecciones de gobernadores, con un incremento promedio de más de 1.000 % (de menos de 15 mil en las elecciones de gobernadores a 145 mil en las de alcaldes).
Los más altos volúmenes y porcentajes de votos se distribuyeron en 9 estados y en una veintena de municipios.
Más de una docena de candidaturas obtuvieron porcentajes entre el 30 % y el 40 %, y otra docena de candidaturas estuvieron entre el 20 % y casi 30 % de los votos.
Unas 15 candidaturas alcanzaron porcentajes de votación entre el 10 y cerca del 20 %. Hubo 20 candidaturas que obtuvieron más del 1 % o estuvieron cerca del 10 % de los votos.
En una gran cantidad de los municipios en que se participó con la tarjeta UPP89 los candidatos de la alianza llegaron en segundo lugar, y en algunos casos con la sensación de la gente de que hubo arrebato de votos.
Pondremos algunos ejemplos:
En Apure, Achaguas, Leonel Bravo llegó segundo con 43,59 % (detrás del PSUV 55,75 %) con votos de UPP89 (37,05 %) y PCV (6,54 %).
En Aragua, Camatagua, Iván Peña, alcanzó el 40,48 % (frente a 48,3 % del candidato del PSUV+ partidos del GPP)
En Barinas la alianza participó sólo en tres municipios pero en dos de ellos se ubicó en el segundo lugar de votación. En el municipio Barinas, Abundio Sánchez obtuvo el 16,19 %, y en el municipio Rojas, el candidato promovido por Marea Socialista, Orlando Gómez, también se colocó de segundo con casi el 20 % de los votos.
En Guárico, Guaribe, César Yánez consiguió el 36,33 (frente a 55,14 % del Cadidato PSUV + partidos del GPP) y en San Gerónimo de Guayabal, José Morales tuvo un 27,82 % .
En Portuguesa, de 8 municipios en los que se impulsaron candidaturas, se lograron altos porcentajes de votos y segundos lugares en Agua Blanca, para Martin Peruzzini ( 39,3 % UPP89, frente a 57,82 % del PSUV + partidos del GPP); Fidel Morles, recibió el 34,73 % en San Rafael de Onoto; Amilikar Pérez, recogió 29,33 % de los votos en Ospino; y José Rafaél Vásquez (El Chato) el 13,06 % en Araure (segundo).
Por cierto; en tres municipios de Portuguesa hubo protestas de electores que votaron por estos candidatos y que percibieron las elecciones como fraudulentas, por lo que llegaron a manifestarse en las plazas Bolívar y se negaban a que fuese investido como alcalde el candidato del PSUV. En Ospino, electores cuyo voto fue comprado con el Bono Navideño del gobierno, fueron a buscar al candidato Amilkar Pérez para que les acompañase a protestar cuando no les reconocieron el bono para adquirir productos.
En Falcón hubo votaciones altas o considerables en 7 de los 10 municipios en los que participó la Alianza Alternativa (UPP89, MS, MPA, MEP Originario y otros), donde la segunda votación más alta del municipio Democracia, con 23,05 %, la obtuvo Josefina Suárez.
En muchos de los municipios y estados de Venezuela esta alianza de izquierda se colocó como segunda fuerza política, por encima de organizaciones de la oposición de derecha.
En el estado Yaracuy, Marea Socialista no participó en el marco de la Alianza Alternativa y llevó candidaturas aparte de UPP89, apoyadas por las tarjetas del MAS y del Movimiento de Renovación Socialista (MRS) en tres municipios, logrando en San Felipe, el 4,7 % para la candidatura de Ángel Gutiérrez.
En Caracas, la candidatura de esta alianza, Manuel Isidro Molina, cumplió un papel importante desde el punto de vista de la definición de un perfil y una identidad política de oposición de izquierda al gobierno de Nicolás Maduro, pero no pudo conseguir una buena votación. En Libertador (Alcaldía de Caracas) se impuso la candidata del Gobierno-PSUV y dos candidaturas de centro-derecha y derecha lograron el segundo y tercer lugar.
Pero en la periferia del chavismo destacó la candidatura “rebelde” de Eduardo Samán (respaldada por el PPT y por el PCV). Creemos que esta candidatura, que fue sentida por muchos como ganadora, recogió la mayor parte el fenómeno de búsqueda de una opción distinta y de protesta por la izquierda en Caracas, con algo más de un 6 % de los votos (según las bajas cifras oficiales del CNE, por debajo de las expectativas generadas, que suscitaron muchas dudas y desconfianza en el electorado). Sin embargo, esta candidatura de alto potencial, no se deslindó claramente de las políticas gubernamentales y esa fue quizás su mayor debilidad
La candidatura de Nicmer Evans en la capital se situó por encima del 3 % pero combinó los votos de una parte muy pequeña del chavismo descontento y a seguidores del partido evangélico NUVIPA, hoy identificado con los llamados no-polarizados, pero procedente del entorno de la MUD.
Hay que mencionar el significado de la candidatura del comunero y constituyente Ángel Prado, del municipio Simón Planas de Lara, postulado en la tarjeta del PPT y “desautorizado” como candidato por la ANC monopartidista, regida por líneas de la cúpula del PSUV. Ángel Prado gano realmente en el municipio, pero la validez de su candidatura fue negada por el ente electoral. Allí el pueblo se levantó y se movilizó, enfrentándose incluso a la presión de las fuerzas represivas. Pero la Constituyente pisoteó la manoseada consigna “comuna o nada” e impuso al candidato de la burocracia. Esta candidatura es, para nosotros, otra expresión del fenómeno de búsqueda de alternativas por fuera del PSUV y de la MUD (o de la derecha opositora) por una amplia franja del pueblo descontento.
CONCLUSIONES
Concluimos, entonces, que con los votos por la alianza en torno a la tarjeta de UPP89 y alrededor de varios candidatos que desobedecieron las imposiciones del PSUV como Samán y Ángel Prado, se puso en evidencia un fenómeno de búsqueda de nuevas referencias políticas de izquierda para canalizar el descontento hacia el gobierno y hacia la MUD, hacia las cúpulas que han venido polarizando el espectro político nacional. Si este fenómeno se sostiene en el tiempo podríamos afirmar que esta polarización se ha comenzado a romper con candidaturas que abrieron brechas y colocaron opciones emergentes con altos niveles de votación. Hay por consiguiente un amplísimo espacio para construir una oposición de izquierda al nefasto gobierno madurista y de la burocracia del PSUV.
La Alianza Alternativa (UPP89, Marea Socialista, MPA y otros movimientos o agrupaciones) ha tenido un avance muy significativo en estas elecciones de alcaldes. Ha tenido un gran éxito, al haber alcanzado de conjunto cerca de 145 mil votos (en las de gobernadores tuvo menos de 15 mil). Esto lo consiguió a pesar de no haber postulado candidatos en la totalidad de los municipios. Logró altos porcentajes de votación en un gran número de ellos, donde se colocó en segundo lugar, como fuerza política electoral de referencia alternativa para disputarle al PSUV y los partidos de la derecha opositora. Esta es una base objetiva (y subjetiva) para dar pie a la recomposición política del pueblo venezolano y como punto de apoyo para organizarle social y políticamente para enfrentar la crisis, así como para canalizar el descontento frente al gobierno burocrático-autoritario y liquidador de la revolución que es hoy en día el gobierno de Maduro y el PSUV.
Los resultados anteriores fueron conseguidos en una situación muy desfavorable, sin recursos logísticos ni finanzas, donde se impusieron escandalosas maniobras, abusos del Estado y grosero ventajismo electoral, con un tramposo contendor que empleó una colosal maquinaria clientelar y coercitiva, e incluso utilizó la represión, el sistema judicial y a los organismos de seguridad contra sus oponentes. Por poner un ejemplo, en el estado Sucre, el ex-alcalde de Cumaná y excandidato a gobernador por UPP89 (”El Rojo” Rafaél Acuña), promotor de candidaturas a alcaldes en 15 municipios de ese estado, fue puesto preso con una artimaña judicial para apartarlo de la campaña electoral.
Aún así, de todos modos se abren nuevas perspectivas, en medio de la dura situación que atravesamos, dando razones para que el pueblo vaya recuperando la esperanza en su capacidad de lucha.
Para ello es necesario que, entre todos aquellos y aquellas que hacemos parte del nuevo fenómeno político emergente, se abran debates y que podamos elaborar, de manera democrática y unitaria, los puntos básicos de convergencia, que nos permitan presentarle al país un proyecto presidencial, tanto programático, como la fórmula presidencial, junto a un equipo de gobierno convincente, preparado para remontar la crisis, recuperar el nivel de vida del pueblo, restablecer la vigencia de nuestra Constitución y de la vida democrática, rescatar lo mejor de la revolución y superar las graves desviaciones, rompiendo definitivamente con las cúpulas que representan a la burocracia y al capital.