Las revueltas y protestas en Irán

Penetra hondamente el bisturí analítico de Raad Salam Naaman, periodista cristiano católico, caldeo de origen mesopotámico, lo que mejor que decir que es de un lugar ocupado actualmente por Siria o Irak.



Las revueltas y protestas en Irán
04.01.18
Periodista Digital

Raad Salam Naaman

El nombre “Irán” es un afín de ario y significa “tierra de los arios”. Irán, junto a Irak, es el hogar de las civilizaciones más antiguas del mundo. Las primeras dinastías conocidas en el oeste de Irán son las de Elam, desde 2800 a. C. Los medos formaron el primer imperio que abarcó el Gran Irán en 625 a. C. Estos fueron sucedidos por el Imperio aqueménide, helenizado, por los seleúcidas tras las conquistas de Alejandro Magno y recentrado después en referencias autóctonas por los sucesivos imperios de los partos arsácidas y los sasánidas. Los musulmanes conquistaron Irán en el año 642 C., con el resultado de la expansión de la fe musulmana suní por toda la llanura iraní y de distintos aspectos de la cultura iraní. En 1501 el surgimiento de la dinastía Safawí produjo la sustitución del Islam suní, hasta entonces mayoritario, por la rama chií como religión oficial del reino, además de una intensa persecución de la mayor parte de cofradías sufíes suníes desarrolladas tras la invasión mongola del siglo XII.
A principios del siglo XX, la Revolución Constitucional de 1906 estableció la primera asamblea legislativa del país y del continente asiático, sometiendo el poder monárquico a una constitución. En 1953 el primer ministro Mosadaq, que había nacionalizado el petróleo dos años antes, fue derrocado por un golpe de estado, guiado por el Reino Unido y Estados Unidos, lo que permitió el Shah Reza Pahlewi tener un mayor poder sobre el gobierno nacional. La monarquía llegó a su fin en el año 1979, mediante una revolución popular liderada por islamistas, dirigidos por AyatAllah Jomeini, lo que dio lugar al establecimiento de una república islámica el 1 de abril 1979. Irán del Shah Reza Pahlewi, era una monarquía dictatorial política laica. Irán de los AyatAllah es una republica dictatorial política religiosa, es decir peor. En 1979, los AyatAllah cambiaron la constitución laica iraní a una constitución según la Ley islámica chií. Irán es miembro fundador de las Naciones Unidos, Movimiento de Países no Alineados, Organización para la Cooperación y OPEP. El sistema político de Irán está basado en la Constitución de la República islámica de 1979, que regula las relaciones entre los distintos órganos de gobierno. La máxima autoridad estatal es el Líder religioso Supremo de Irán, AyatAllah Jamenei, aunque la dirección cotidiana de la administración corre a cargo del presidente Hassan Rouhani. La fe y la lengua oficiales de Irán son, respectivamente, el Islam chií y el persa.

Desde la llegada del régimen de los AyatAllah al poder, Irán tiene la oscura estadística de la tasa más alta de ejecuciones per cápita del mundo, trata a las mujeres como ciudadanos de segunda clase, persigue y mata a las menorías religiosas, entre ellos los cristianos, condena y ahorca a los homosexuales, estrangula la democracia y la libertad de expresión.

Irán de los AyatAllah, es una fuente de ayuda militar clave del presidente de Siria, Bashar Al-Assad. Además, es un aliado primordial del gobierno islamista chií central de Irak. Asimismo se acusa a Irán de proporcionar armas a los rebeldes chiíes hutíes que luchan contra la coalición islamista suní, liderada por Arabia Saudita, en Yemen. También se considera Irán un vital aliado y financiero del movimiento radical islámico chií libanés HezboAllah, que controla el Sur del Líbano.

Irán es entre los países más ricos del mundo por su reserva de petróleo, sin embargo, según informes antigubernamentales, Irán actualmente tiene una creciente inflación, un alto desempleo, mayor desigualdad económica y un aumento en los precios de los alimentos en general.
En Irán, actualmente, están ocurriendo las mayores protestas antigubernamentales desde la llegada de los AyatAllah al poder. En los últimos días miles de personas han salido a las calles de las ciudades más importantes de Irán. Las revueltas y protestas comenzaron el jueves 28 de diciembre 2017, en Mashhad, la segunda ciudad más grande de Irán y el nido de un famoso santuario del Imam chií Reza, construido en 818. Además, Mashhad es la ciudad de Ebrahim Raisi, un clérigo que desafió sin éxito al presidente Hassan Rouhani en las últimas elecciones, el año pasado. Aunque las protestas comenzaron por el alto costo de vida, rápidamente se extendieron por todo el país y se volvieron contra el sistema islámico en su conjunto, con cánticos de “muerte al dictador” y ataques a los símbolos del régimen. Los manifestantes también han coreado consignas en contra de Rouhani y el líder supremo AyatAllah Jamenei. Como resultado de las protestas antigubernamentales que sacuden a Irán, los muertos alcanzan, hasta hoy, a treinta personas y el doble de heridos. Si alguna persona decente cree que puede haber un movimiento pacífico de los derechos humanos o civiles que tenga éxito en cualquier país árabe musulmán, incluido Irán, está muy equivocado, porque las características restringidas y brutalmente represivas de los regímenes islámicos hacen prever eso.

En Irán, el cuerpo de la Guardia Revolucionaria (CGRI) y la milicia Basij son numerosos, están organizados, armados y son los mejores entrenados en la actividad autoritaria. Los opositores del gobierno, en cambio, no tienen armas ni una conducción unificada. En tanto el gobierno tiene a su disposición a cientos de miles de milicianos chiíes, incluido, si hace falta, el grupo libanés de HezboAllah, armando, financiando y entrenando durante décadas por los AyatAllah. Para estas fuerzas endurecidas por la batalla, aplastar a los manifestantes iraníes desarmados es una tarea mucho más fácil que luchar contra los rebeldes sirios o los yihadistas suníes. Aunque algunos han expresado su esperanza de que estas protestas puedan obligar al gobierno iraní a tratar y abordar los problemas que el reclamo popular exige, la historia muestra todo lo contrario. El régimen basa su posición de poder en función de la fuerza y la represión popular, así ha sido desde su llegada al poder en 1979 y así será al instante. En consecuencia, es muy probable que en las próximas semanas y meses, el régimen se vuelva cada vez más ferozmente represivo.

Como de costumbre, en todo el mundo árabe musulmán, cuando surge una inestabilidad, las autoridades musulmanas en general e Irán en particular, culpe a los occidentales, anti musulmanes, antirrevolucionarios, agentes de potencias extranjeras, el capitalismo, el imperialismo, Israel, los “cruzados”, a todo el mundo, menos ellos y sacan pancartas bajo el lema de “Muerte a Estados Unidos y a todo el Occidente”.

El derecho a la democracia y la libertad está normalizado por la ONU desde el año 1948 en sus artículos 2 y 18 de su constitución. Todos los países y estados miembros de la ONU, entre ellos los países árabes musulmanes, incluyendo Irán, tienen la obligación de firmar, respetar y aplicar este decreto. Ahora bien, ¿Hay democracia y libertad en los países árabes musulmanes en general e Irán en particular? Conociendo el Islam y los países árabes musulmanes como Irak, Arabia Saudí, Qatar, Kuwait, Nigeria, Pakistán…etc. incluyendo Irán, mi respuesta es clara; NO.

¿Qué decisiones o sanciones ha y está tomando la ONU, contra regímenes anteriormente mencionados? ¿Qué ha y está haciendo la ONU? Más bien ¿Qué función tiene la ONU? Sencillamente nada, la verdad la ONU no vale para nada, porque no hace nada, es un ESPANTAPÁJAROS en mayúscula.
La jefa de la política exterior de la Unión Europea, Federica Mogherini, se ha mostrado notablemente silenciosa contra el régimen de los AyatAllah Iraní y otros regímenes totalitarios árabes musulmanes.

Lo más indignante, que haya políticos y partidos políticos europeos, presumen de ser progres, defensores de los derechos humanos, la igualdad entre hombres y mujeres, sin embargo, defienden y reciben ayudas económicas de regímenes tiránicos como Irán.

Estados Unidos debería movilizar a sus socios íntegros; Europa, Reino Unido, Japón, Corea del Sur, Canadá, Australia…etc. para que sumen sus voces de preocupación y condena a la represión de regímenes tiránicos como Irán.

Por mis orígenes, convivencia, experiencia y conocimiento del mundo árabe musulmán tanto chií como suní, soy pesimista cuando se trata de represión en los países islámicos.

El historial de puño de acero y brutalidad represiva de cuatro décadas de la República Islámica de Irán indica que el cambio no llegará fácil, ni pacíficamente, ni pronto.

No obstante, la dignidad nacional de Irán parece haber despertado después de décadas de abusos de los AyatAllah. Ojala que pudiera ser esta generación, que se presenta como heredera de la Revolución que construya el camino hacia la libertad.

Raad Salam Naaman
Cristiano católico caldeo de origen mesopotámico