Los Comités de Defensa de la República de Cataluña han llegado para quedarse
Han decidido no disolverse ni aunque se alcance la independencia. Pretenden influir en el proceso de redacción de la constitución del nuevo país
Días antes del 1 de octubre surgieron en Cataluña nuevos actores clave en el pulso de los independentistas contra el Estado español: los “Comités de Defensa del Referéndum”, que tras la votación ilegal se reconvirtieron en “Comités de Defensa de la República”. Tras no conseguir la secesión, no sólo no se disuelven: pretenden seguir activos incluso en caso de que consiguieran que Cataluña llegue a ser un estado independiente.
19/01/2018 01:00
Estos comités se fueron creando en barrios y pueblos de toda Cataluña, con el objetivo de organizarse y hacer frente a la actuación de las Fuerzas de Seguridad que tratarían de impedir la celebración del referéndum de independencia del 1-O, suspendido por el Tribunal Constitucional.
Fueron clave en el despliegue de militantes independentistas en los puntos de votación ese día. Tras el referéndum 1 de octubre se rebautizaron como Comités de Defensa de la República, y actuaron como piquetes en las huelgas generales convocadas para presionar al Estado en los meses de octubre y noviembre.
A finales de octubre el Parlament declaró la independencia de Cataluña, el Gobierno de España aplicó el artículo 155 de la Constitución, destituyó al Govern de la Generalitat y Puigdemont y la mitad de los consejeros huyeron con Puigdemont a Bruselas, mientras que la otra mitad ingresó en prisión provisional por orden de la Audiencia Nacional.
Una vez que pasaron las elecciones autonómicas del 21 de diciembre se abre una nueva etapa en la que previsiblemente los independentistas van a recuperar el Govern, si bien no plantean una ruptura inmediata y unilateral.
También se están planteando su papel los Comités de Defensa de la República, según ha podido saber El Confidencial Digital. Fuentes consultadas explican que en esta etapa posterior al 21-D hay, principalmente, dos corrientes en estos comités: unos apuestan por centrarse en denunciar la “represión del Estado” y movilizarse por los dirigentes del proceso que se encuentran en la cárcel; otros creen que su papel ha de ser presionar en la defensa de la “república catalana” y avanzar hacia la independencia efectiva.
En lo que están de acuerdo es en que el suyo no es un movimiento temporal, efímero. Tienen claro que han llegado a la política catalana para quedarse.
Seguir activos tras la independencia
Personas conocedoras del funcionamiento de estos nuevos colectivos independentistas explican que tienen decidido no limitarse a trabajar por la independencia. En caso de que alcanzaran efectivamente el estado catalán independiente, no se disolverían por haber conseguido su objetivo.
“Ya se está trabajando para seguir siendo políticamente activos”, explican fuentes de los Comités de Defensa de la República de Cataluña.
Y es que desde finales de septiembre estos comités locales y de barrio, según sus impulsores, han conseguido movilizar a personas que hasta ahora no se habían implicado tan activamente en el proceso independentista. Tras el papel jugado el 1-O y en movilizaciones como las dos huelgas generales que celebraron sin apoyo de los sindicatos UGT y CC.OO., se sienten protagonistas del devenir político de Cataluña.
De ahí que tengan claro que, en el escenario de que Cataluña llegara a ser un estado independiente de España, los Comités de Defensa de la República seguirían trabajando. En este caso, para condicionar la construcción de ese nuevo país.
“La gente ya no se conforma con votar cada cuatro años, se ha movilizado como nunca”, explican las fuentes consultadas, de una forma que hace recordar a lo que sucedió con el movimiento 15-M, en el que se volcaron con entusiasmo miles de personas que antes veían la política con lejanía.
En esa etapa “post-independencia” los Comités de Defensa de la República pretenden seguir movilizándose para influir en la redacción de la que sería la constitución de la Cataluña independiente. Su objetivo es conseguir que esa Cataluña -si alcanza a ser un estado- sea “una república muy participativa”. Y por ello estos colectivos ya están debatiendo asuntos (sobre ecología, transparencia, feminismo…) que pretenden que se reflejen en esa hipotética carta magna catalana.