Bolivia: Crisis capitalista y genealogía sindical del trópico de Cochabamba

La convivencia estable, por así decirlo, entre el lado luminoso o institucionalizado del poder y el lado oscuro o paralelo del poder se ha roto; ha roto el equilibrio por el avasallamiento por parte del lado oscuro del poder. Lo mismo pasa con la economía-mundo; se ha roto la convivencia estable entre el lado luminoso de la economía y el lado oscuro de la economía. Ambos lados han como coexistido a lo largo, por así decirlo, del desarrollo del capitalismo. En plena crisis estructural del capitalismo, que no es solamente la hilera intermitente de crisis financieras, sino, de fondo, se trata de la crisis de sobreproducción, que busca ser solucionada, equivocadamente, con manejos financieros, después, con burbujas especulativas. La crisis, que se ahonda, ha provocado la ruptura del inestable equilibrio entre ambas formas de poder y ambas formas de economía.



30.01.2018 10:02
Genealogía sindical del trópico de Cochabamba

Raúl Prada Alcoreza

Los sindicatos campesinos tienen otra historia, incluso, en plural, otras historias, diferentes a la historia o historias del sindicato obrero. No solo por lo que respecta a su vinculación con la tierra, la tenencia, posesión y propiedad de la tierra, que los hace diferentes a los obreros, por así decirlo, cuya condición es de desterritorialización, sino también por las formas de organizarse, que tienen que ver con la geografía, el lugar, la zona, la región; además de la producción, lo que se cultiva. Fuera de estas dos características, la diferencia radica en sus historias singulares, la de sus luchas, también la de sus conquistas, así como sus proyecciones. Al respecto, el caso de la Federación de Trabajadores Campesinos del Trópico de Cochabamba es sugerente, por las peculiaridades del perfil campesino del trópico, por las zonas que comprende la región del trópico, así como por el tipo de cultivos; sobre todo, en este caso, por el eje articulador del cultivo de la hoja de coca. Como dijimos, por la historia singular del sindicalismo del trópico de Cochabamba.

En el Diagnostico a las organizaciones sociales de productores de hoja de coca de los departamentos de Cochabamba y La Paz, se describe el nacimiento de la Federación de Trabajadores Campesinos del Trópico de Cochabamba:

Inicialmente los Sindicatos del Trópico de Cochabamba estaban representados por una Sub Central y una Central Especial, bajo la dependencia de la Central Campesina de El Morro en Sacaba; a partir de 1968 los sindicatos se independizan del Morro y conforman su propia estructura Sindical, la Federación Especial Agraria del Chapare Tropical (FEACHT); su nivel de organización el Sindicato, la Central y la Federación, excluyéndose a la Sub Central. A consecuencia de discrepancias políticas y el número de nuevos Sindicatos la Federación Especial Agraria del Chapare Tropical en 1971, se divide en Federación Especial de Trabajadores Campesinos del Trópico de Cochabamba (FETCTC) y la Federación Especial de Colonizadores de Chimoré (FECCH); en 1983, la Federación Especial de Colonizadores de Chimoré (FECCH) se divide y nace a la vida orgánica la Federación de Colonizadores de Carrasco Tropical (FCCT)[1]. En el año 1986 existe una nueva división de la Federación Especial de Trabajadores Campesinos del Trópico de Cochabamba (FETCTC), surge la Federación Única de Centrales Unidas (FUCU), asimismo nace la Federación Especial Yungas del Chapare (FEYCH). La Federación Sindical Agropecuaria de Mamoré–Bulo Bulo nace como consecuencia de la Municipalización del país a partir de la aplicación de la Ley de Participación Popular (1994). Entre el 23 al 24 de febrero de 1991 aparece el Comité de la Coordinadora de las 5 Federaciones del Trópico de Cochabamba. La gran mayoría de las actuales colonias se establecieron de forma espontánea. Normalmente, un grupo de personas entraba a la zona, ubicaba un lugar no ocupado y se establecía allí. Al principio se mantenían con víveres que traían del valle, hasta establecer sus primeros cultivos de autoconsumo (arroz, maíz, bananos y otros). Al ir de visita a sus lugares de origen, reclutaban más gente dispuesta a mejorar; con ellos organizaban un sindicato y distribuían la tierra en parcelas, lotes o “chacos”, como se los conoce localmente. Para afiliarse al sindicato sólo debían pagar la cuota sindical de cinco bolivianos al mes, comprometerse a residir permanentemente en el lugar y participar en los trabajos comunales para abrir sendas y otras actividades comunales. Mucho después iniciaban el trámite de titulación de sus terrenos ante el Servicio Nacional de Reforma Agraria (cerca de los años 70), mientras tanto empezaban a producir coca; en la actualidad los afiliados al Sindicato tienen una obligación mensual de aportar entre cinco a siete bolivianos, que son utilizados para gastos de movilización en beneficio de sus comunidades, asimismo tienen cuotas extraordinarias que pueden darse en especie. El sindicalismo campesino en el trópico de Cochabamba se inicia entre 1952 adelante, como organizaciones agrarias que ejercían roles en la tenencia de la tierra, el reparto de la tierra, la construcción de sendas, la construcción de postas sanitarias, etc. Estos roles y funciones disminuían en importancia a medida que iban cumpliéndose sus objetivos. En el año 1984 emergieron estas organizaciones con el tema de la coca, apareciendo como “sindicatos cocaleros”[2].

Se puede observar que, en principio, el nacimiento del sindicato del trópico de Cochabamba, va desmembrarse de otros sindicatos, buscando su propia especificidad, que tiene que ver tanto con el lugar como con el cultivo. Obviamente, por esto mismo, con la problemática particular. Es después de un tiempo, en la medida que se consolida el sindicato, que adquiere su propio perfil, que va a volver a aglutinar sindicatos, conformando conglomerados afines, en forma de federación. La especificidad sindical comprende la diferenciación de género; se conforma el sindicato contemplando la necesidad de organización de las mujeres.

Volviendo al Diagnóstico, el mismo describe esta situación:

Las mujeres de las organizaciones sociales del Trópico de Cochabamba tuvieron una participación muy importante en la vida de estas organizaciones[3]. Cuando aún no estaban organizadas, las mujeres asistían a los ampliados, congresos y otros eventos en reemplazo de sus esposos, padres o hermanos, pero sin derecho a voz. Sus derechos de igualdad los van adquiriendo cuando ellas intervienen en los conflictos (durante las marchas y enfrentamientos con las fuerzas policiales defendiendo la producción de la hoja de coca). Los varones se dan cuenta de que los policías son menos duros cuando las marchas la encabezan las mujeres y adoptan estas estrategias de lucha. Las mujeres al ver que su participación es importante empiezan a conquistar el voto y paulatinamente van adquiriendo importancia cuando los movimientos sociales intervienen conquistando espacios políticos y públicos. Para participar en política son requisitos de que las candidaturas debieran ser 50% de varones y 50% de mujeres, y es el instrumento político de estas organizaciones quienes cumplen con mejor acierto estas medidas electorales. En los municipios del Trópico de Cochabamba, los primeros espacios públicos son ocupados por las mujeres como concejalas, por ejemplo. El surgimiento de estas organizaciones se debe al empuje de las primeras dirigentes y al apoyo de los varones. Logran conformarse en Federaciones propias con la finalidad de que las mujeres en general participen plenamente. Las mujeres de los afiliados a las Federaciones de los hombres deben asistir a sus propias Federaciones de mujeres, donde tienen voz y voto y puedan ejercer mayor participación en la planificación de su propio desarrollo. Este es el motivo de que no exista una única Federación de hombres y mujeres en cada municipio del Trópico de Cochabamba[4].

Lo sugerente de esta historia es que las mujeres se organizan al calor de la lucha y de una participación activa en los enfrentamientos con la policía. Son reconocidas como imprescindibles en las acciones de resistencia. Se comienza eligiendo en el sindicato al 50% de hombres y al 50% de mujeres. La lista de las federaciones sindicales de mujeres es la siguiente:

Federación Sindical de Mujeres de Carrasco Tropical

Esta Federación conformó su primer Comité Ad-hoc en el año 1994. A los noventa días, el 30 de septiembre de 1994, se llamó a un Ampliado y allí se decide hacer el Primer Congreso. Ese Congreso se realizó el 12 de enero de 1995 con 28 Centrales. La primera Directiva se formó con Felipa Sánchez como Ejecutiva, Enriqueta Mendieta Secretaria General, en la cartera de Relaciones Luisa Mayta y en Hacienda Eugenia Montaño.

La Federación Única de Mujeres de Centrales Unidas

El primer Comité Ad – hoc se conformó en el mes de abril del año 1995 a la cabeza de Eufrosina Rodríguez y Elena Poma de Vicepresidenta. Al cabo de noventa días, el 18 de julio se realizó el Primer Congreso y fue nombrada como Ejecutiva Elena Poma, con amplia mayoría, Eustaquia Toco como Secretaria General y Felipa Mamani Secretaria de Hacienda.

Federación Campesina de Mujeres del Trópico (FECAMTROP)

El primer Comité Ad – hoc estuvo conformado por Margarita Peredo y Eulogia Matías. Posteriormente y después de esfuerzos en su consolidación, su Primer Congreso se realizó el 5 de septiembre de 1995 en la ciudad de Cochabamba. El Congreso eligió como dirigentes de la Federación de Mujeres del Trópico a Eulogia Matías como Secretaria Ejecutiva, a Silvia Lazarte como Secretaria General y a Alejandrina Díaz como Secretaria de Actas. En ese evento, como se puede recoger en la memoria del mismo, se conformaron 6 comisiones de trabajo: comisión política, orgánica, de la coca, de salud, social y la comisión de derechos de la mujer. Entre las conclusiones de la comisión política destacan: Rechazar toda propuesta de ley de mercantilización de la tierra y territorio. Rechazar la intromisión norteamericana porque atenta a la soberanía de la nación. Exigir mayor participación en el quehacer político, en el sindicalismo sin ninguna discriminación. Comprometerse a llevar adelante el Instrumento Político, desde la familia y junto a hijos y esposos.

La comisión de derechos de la mujer resolvió: Exigir respeto a la vida. Igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Comprensión y respeto en nuestros hogares. Derecho a ser dirigentes, porque nos sentimos capaces de dirigir las actividades sindicales y políticas. No sólo queremos ser autoridad en nuestras casas, sino también en nuestra sociedad. Derechos a tener tierras como mujeres.

Federación Especial de Mujeres Colonizadoras de Chimoré

Esta federación contó con un Comité Ad – hoc conformado por Antonia Muñoz, Juana Quispe, Eusebia Moya, Lourdes Gaspar y Dora García. Para que se conforme este comité fueron los dirigentes hombres los que convocaron a las mujeres, ellos las ayudaron a organizarse. Después de tres meses se convocó al Primer Congreso que se realizó el 26 de febrero de 1996, en el cuál se eligió como Secretaria Ejecutiva a Juana Quispe, Nora Tórrez como Secretaria de Actas, Fortunata Camacho como Relaciones, Florentina Cardoso de Hacienda, Florencia Choque de Organización y Martina Camacho de Vocal. Cuenta Juana Quispe Arí; que a partir de su nombramiento se dedicaron a organizar las 9 Centrales de 13 existentes en Chimoré. Además, su trabajo principal fue asistir a los talleres y realizar Asambleas en las que se informaba sobre las movilizaciones y los temas de coyuntura.

Federación Sindical de Mujeres Agropecuarias de Mamoré–Bulo Bulo

Es posible decir que esta Federación tuvo dos fundaciones. Una con la conformación de un comité Ad-hoc en 1997, que organizó el Primer Congreso en enero de 1998, en el que se eligió una Directiva con: Eugenia Cavero como Ejecutiva, con sus seguidoras Silvia López, Victoria Roque, Flora Saijama y dos compañeras Clara y Gregoria, pero esta Directiva tuvo problemas de consolidación por motivos personales. Por esta razón, se conformó un segundo Comité Ad- hoc en septiembre del 2001 a la cabeza de Paulina Zapata, Esther Mamani, Casta Romero y Angelina Vela.

Federación de Mujeres de las Zonas Tradicionales Yungas del Chapare

Esta federación fue la última en conformarse. A pesar de que se pudo constituir un primer comité Ad- hoc, éste no logró convocar a un congreso de mujeres. Su ejecutiva Emiliana Salcedo, cuenta que también para ella fue muy difícil lograr que las mujeres de las 6 Centrales asistieran a un encuentro o Congreso a pesar de que se las convocaba en varias ocasiones a través de sus dirigentes. Por eso, el 24 de abril de 1999, se realizó un Ampliado ordinario en Tres Arroyos, en el que los compañeros autorizaron la elección de la Directiva de la Federación de mujeres. Esta se conformó con Emiliana Salcedo como Secretaria Ejecutiva, Sabina Claros como Secretaria General, Adelaida Claros como Secretaria de Actas, Estefanía Gonzáles como Secretaria de Organización y Eufrosina Solíz Secretaria de Autodefensa. Posteriormente en el 2001, se realizó también en Tres Arroyos el Primer Congreso de la Federación de Mujeres de Yungas Chapare, y allí se eligen como Secretaria Ejecutiva a Emiliana Salcedo, como Secretaria General a Justina Camacho, de Hacienda Simona Trujillo, Secretaria de Actas a Sandra Mamani, Secretaria de Instrumento Político Prudencia y Secretaria de Organización Clara (sin apellidos)[5].

Las organizaciones sindicales de mujeres son locales y zonales, como son también la de los hombres; se trata de organizaciones sindicales complementarias, que conforman una sola organización, apoyándose en la distinción de género, que comprende problemáticas específicas y demandas peculiares, fuera de las demandas compartidas. Se puede ver, que el sindicato se va construyendo y conformando desde lo local, asociando lugares de la zona, para pasar a la conformación regional; además, distinguiendo organizaciones complementarias por género. El tratamiento de las problemáticas se hace asumiendo demandas en la manifestación de los detalles.

El sindicato campesino se diferencia del sindicato obrero, como dijimos, porque es territorial, además tiene como substrato a la comunidad; por otra parte, se trata de una asociación organizada, que forma parte del tejido de la cohesión social. Por eso mismo, llega a asumir tareas de gobierno local. El sindicato campesino en el trópico corresponde a nuevos asentamientos en tierras de colonización. El sindicato campesino en el trópico como que funda a la sociedad misma campesina en la región.

El sindicato campesino[6] es una organización con fines múltiples. Cumple funciones de gobierno a nivel comunal. Un sindicato suele estar compuesto entre 9 a 252 afiliados. En primer lugar, cuando se establece una colonia o asentamiento nuevo, se forma un sindicato que asigna los chacos, parcelas, (lotes) a cambio de participar en trabajos comunales y de una cuota mensual. Los dirigentes del sindicato se ocupan luego de tramitar los títulos ante el Instituto Nacional de Colonización o el Instituto de la Reforma Agraria, sirviéndose de la cuota sindical para pagar los gastos. Entre las funciones del sindicato están las de mediar en las disputas sobre linderos, dar su aval en casos de compra-venta de los lotes e interviene en casos de herederos y/o problemas conyugales, asimismo, conforme al convenio suscrito en fecha 18 de febrero de 2008 entre la Coordinadora de las 6 Federaciones y el Gobierno, participa en el Control Social de la Coca, en el cual se permite la tenencia de un cato de hoja de coca por afiliado. Cada afiliado tiene derecho de vender su lote si quiere, pero siempre y cuando el comprador esté dispuesto a afiliarse también y que se comprometa a asumir los deberes sindicales. En las colonias recién establecidas, si un afiliado abandona su parcela, lote y lo deja sin trabajar, el sindicato puede asignarlo a otra persona que lo va a trabajar, previo pago de una cuota de ingreso. En sus inicios, los afiliados al sindicato tenían que participar en trabajos comunales. Si la comunidad cuenta con esos servicios, en la actualidad estas atribuciones son realizadas por los municipios, con una contraparte comunitaria. Los representantes de cada chaco tienen que asistir a la reunión del sindicato que se realiza cada mes, en una fecha fija, y a las reuniones extraordinarias que se convocan para atender cuestiones puntuales. Aunque el afiliado resida parte del tiempo en otro lugar, tiene la obligación de presentarse en cada reunión de su sindicato, caso contrario deberá pagar una multa. También tiene la obligación de participar en manifestaciones, marchas, huelgas de hambre o bloqueos. Para estas eventualidades el sindicato se divide en tres o cuatro grupos. Los campesinos del trópico de Cochabamba, a requerimiento consensuado con la Coordinadora de las 6 Federaciones, participa de acuerdo al requerimiento (Marchas, Bloqueos, Huelga de Hambre, Manifestaciones o apoyo a las acciones del proceso actual).

Los niveles superiores

Cada sindicato está afiliado a una Central que debe tener un mínimo de cinco sindicatos. En la práctica, una Central suele agrupar entre 10 a 15 sindicatos; otras suelen agrupar a más. En un año una Central debe convocar a tres ampliados ordinarios y un congreso, donde se elige la directiva para el año siguiente. Todos los afiliados de base, no sólo las directivas, deben asistir a estos ampliados. En el caso del Trópico de Cochabamba, los ampliados sindicales no se limitan a cuestiones que son directamente de competencia sindical, se debaten cuestiones políticas a nivel nacional, departamental y municipal, como por ejemplo la Ley de Aguas o la venta del gas a otros países. En la actualidad el Campesino del Trópico de Cochabamba se empoderó de la Política del Gobierno. Esto se debe a la integración del sindicalismo chapareño con el llamado “instrumento político”, actualmente expresado en el MAS. El éxito electoral del IPSP-MAS ha posibilitado la elección de su máximo dirigente como Presidente de la República en las elecciones del año 2005. Los asuntos propiamente sindicales que se desarrollan en los ampliados giran en torno al “tema orgánico”; los productores evalúan las actividades de Centrales y Federaciones a las que pertenecen y discuten cuestiones de afiliación y jurisdicción. Los campesinos del Trópico de Cochabamba se estructuran como tradicionalmente se han constituido estas instancias. Primero, los sindicatos (comunidades) son la presencia territorial, en la que los afiliados tienen su parcela y están agrupados en un promedio entre 10 y 300 personas. Los afiliados en sus sindicatos realizan un aporte promedio de 2.00 Bs., destinado a la movilización de sus dirigentes en trámites de la comunidad y un porcentaje va destinado a la Central, que en sus reuniones mensuales hacen conocer, que gastos se están realizando[7].

Segundo, las Centrales funcionan con los aportes de los afiliados que hacen llegar un porcentaje por sindicato, para sus gastos de movilización, en apoyo al requerimiento y reivindicaciones de cada uno de los sindicatos, con los municipios, policía, juzgados, Prefectura, etc., que agrupan entre 5 y 18 sindicatos. Tercero, las Federaciones, para su funcionamiento reciben un porcentaje de recursos de las Centrales. En el Trópico de Cochabamba existen 6 Federaciones distribuidas en los municipios: Municipio de Villa Tunari, dos Federaciones - Federación de Zonas Tradicionales de Yungas del Chapare (FZTYCH), Federación de Mujeres de Zonas Tradicionales de Yungas del Trópico (FMZTYCH) - se encuentran en los Distritos 9, 10 y 11. Asimismo se encuentra la Federación Especial de Trabajadores Campesinos del Trópico de Cochabamba (FETCTC) y la Federación Especial Campesina de Trabajadoras del Trópico de Cochabamba (FECAMTROP), distribuidos en los Distritos 2 al 8. En el Municipio de Shinahota se encuentra la Federación Única de Centrales Unidas (FUCU) y la Federación Única de Mujeres de Centrales Unidas (FUNCU). En el Municipio de Chimoré, está la Federación Especial de Colonizadores de Chimoré (FECCH) y la Federación Especial de Mujeres Colonizadoras de Chimoré (FEMCCH). En el Municipio de Puerto Villarroel se encuentra la Federación Especial de Comunidades de Carrasco Tropical (FECCT) y Federación Especial de Mujeres Comunidades de Carrasco Tropical. Y en el Municipio de Entre Ríos está la Federación Sindical Agropecuaria Mamoré–Bulo Bulo (FSAMBB) y la Federación Sindical de Mujeres Agropecuarias Mamoré–Bulo Bulo (FSMAMBB). Cuarto, Inicialmente en el año 1990 se conforma como máxima representación del Trópico de Cochabamba el Comité de Coordinación de las Cinco Federaciones del Trópico de Cochabamba, posteriormente como consecuencia de la municipalización del país (1994) se crea la Coordinadora de las 6 Federaciones, debido a la necesidad de unificar y coordinar las demandas, reivindicaciones, que en la actualidad se realiza en forma coordinada, mediante el diálogo y el consenso. Las Organizaciones Sociales del Trópico de Cochabamba asimismo se encuentran representadas a nivel departamental y nacional en dos Federaciones Departamentales y dos Confederaciones Nacionales. A Nivel Departamental, en la Federación Departamental Única de Trabajadores Campesinos de Cochabamba y en la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), se encuentran la Federación Especial de Trabajadores Campesinos del Trópico de Cochabamba (FETCTC) y la Federación Única de Centrales Unidas (FUCU); por otra parte, se encuentran representados a nivel departamental en la Federación Sindical de Colonizadores de Cochabamba y a nivel nacional en la Confederación Sindical de Colonizadores de Bolivia, la Federación de Zonas Tradicionales de Yungas del Chapare (FZTYCH), Federación Especial de Colonizadores de Chimoré (FECCH), Federación Especial de Comunidades de Carrasco Tropical (FECCT) y Federación Sindical Agropecuaria Mamoré–Bulo Bulo (FSAMBB). Quinto, existe también la Coordinadora de las 6 Federaciones de Mujeres Campesinas del Trópico de Cochabamba (COCAMTROP), que tiene la misma estructura que los hombres en el trópico, pero a nivel departamental se encuentran afiliadas en la Federación Departamental de Mujeres Campesinas Originarias de Cochabamba–Bartolina Sisa FDMCOC–B.S. y a nivel nacional están en la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas y Originarias de Bolivia–Bartolina Sisa – CNMCIOB – B.S. La Coordinadora de las 6 Federaciones del Trópico de Cochabamba agrupa a las Federaciones de los cinco Municipios del Trópico. Las organizaciones sociales desde su conformación supieron organizarse colectivamente para resistir todo tipo de confrontación, luchar por sus intereses y reivindicaciones, fruto de esta fortaleza de las Organizaciones Sociales es que se logra que su máximo dirigente sea nombrado Presidente Constitucional de la República mediante elecciones generales[8].

La eficiente organización del sindicato campesino del trópico ha sostenido nueve marchas en defensa de la hoja de coca, durante los gobiernos de la coalición neoliberal. De la resistencia tanto al proyecto de erradicación de la coca, que es de interdicción, como al proyecto de sustitución, a través del “desarrollo alternativo”, fue efectuada a través de la sólida textura de una organización social altamente cohesionada. La Federación de Trabajadores Campesinos del Trópico de Cochabamba fue uno de cimientos fundamentales, si es que no es el fundamental, de la formación del Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos ISPS, que después se denominó ISPS-MAS. Se entiende pues que sea el principal sostén orgánico del presidente del llamado “Estado Plurinacional de Bolivia”.

De las Federaciones Sindicales Campesinas que conforman la CSUTCB, la Federación de Trabajadores Campesinos del Trópico de Cochabamba es la más organizadas y cohesionada, además la de mayor influencia, no solo por su relación sindical con el presidente, sino por sus dinámicas sindicales. Algo que ya no ocurre con otras federaciones sindicales, las cuales han sido absorbidas por la cooptación gubernamental y el clientelismo, perdiendo su relación dinámica con sus bases. En ensayos anteriores hablamos de la destrucción de las organizaciones sociales por parte del gobierno clientelar; esto es válido, excepto para la Federación de Trabajadores Campesinos del Trópico de Cochabamba. Esta federación no ha sido cooptada, sino, al contrario, es el eje de la estructura de poder del “gobierno progresista”.

Ahora bien, la genealogía del sindicato campesino del trópico de Cochabamba muestra las transformaciones del sindicato de fundamento social de los asentamientos de “colonizadores”, ahora llamados “interculturales”, en formas de defensas coaligadas y de resistencia persistente; después, siguiendo una característica inherente, en gobierno local, zonal y regional. Para luego convertirse en estructura de poder del “Estado Plurinacional de Bolivia”. Esta estructura de poder no es decodificable a la usanza de como lo hace la ciencia política; no es una estructura de poder política, política institucionalizada; tampoco es una estructura de poder de clase, como cierta corriente sociológica tiende a clasificar; es una estructura de poder orgánica, basada en la fuerza organizativa y cohesionadora del sindicato. Cierto análisis político denomina “corporativo”. Sin embargo, este término no logra abarcar la complejidad organizativa y social del sindicato de campesinos del trópico. La corporación asocia organismos dados, instituciones conformadas, empresas constituidas, incluso grupos; esta asociación corporativa se da cuando los componentes están instituidos o, por lo menos, organizados. Se trata de una vinculación acordada de organismos ya dados. En cambio, de lo que hablamos, de la estructura de poder orgánica, supone la cohesión desde lo local, incluso desde las comunidades; esta argamasa va edificando irradiaciones zonales y regionales. Es la misma lógica de funcionamiento la que se desenvuelve y se desplaza, es el mismo estilo de dinámica el que se expande. La misma organicidad atraviesa el sindicato, la central y la federación. Entonces, hablamos de una estructura de poder altamente sólido y eficaz.

Entonces, se puede entender que el sindicato y la federación sindical campesina del trópico sean eficientes en la fundación social, en la cohesión social, en la organización social; también en el cultivo, en la defensa del cultivo y en las resistencias a lo que se opone al cultivo. Así mismo, como es en lo relativo a la industrialización de la coca. Cuando este tipo de organizaciones pasan a otros agenciamientos, por ejemplo, la producción de cocaína, son mejores que los cárteles conocidos, cuya forma de organización es, mas bien, endeble y vulnerable, en comparación. El fenómeno social-económico-político es otro, distinto al del Cártel. Reducir estos fenómenos a los tipos conocidos y tipificados policialmente es hacer analogías inadecuadas, que solo sirven para mantener a los que las enuncian en la incomprensión de lo que ocurre.

Asistimos, en la etapa de la decadencia del sistema-mundo capitalista, no solamente al atravesamiento de las mallas institucionales por las formas paralelas del poder, las opacas y las ocultas, sino a la transformación de los roles de organizaciones sociales, como, por ejemplo, los sindicatos, que resultan más eficaces que las formas de organización conocidas en estos ámbitos y en estos circuitos de los tráficos. Demás está decirlo que el enfoque moral, que señala a estos fenómenos como mal, no entiende nada de lo que ocurre, salvo el de develar sus miedos y fantasmas. La transformación se produce no porque hay una inclinación inherente al mal, tampoco a la riqueza fácil, aunque en este caso se observen estas compulsiones e ilusiones; sino que las transformaciones mismas se dan en el mismo sistema-mundo capitalista, al pasar a la dominancia del capitalismo financiero y especulativo. Por lo tanto, no se crea, como ya lo ha demostrado la experiencia, que esta problemática se soluciona con represión, peor aún, con la famosa “guerra al narcotráfico”. Los resultados de estas políticas han sido contundentes fracasos. Obviamente, mucho menos se resuelve con ocultar lo que todo el mundo conoce, haciéndose a los desentendidos. Tampoco se resuelve con la defensa estrambótica del cultivo de la hoja de coca excedentaria y sus mutaciones industriales, peor aún, si se piensa en una defensa armada; esto no es más que entramparse en una espiral de violencia sin retorno. No se puede dejar a los hijos y a los hijos de los hijos una tierra devastada; esto no es destino, ni tiene horizontes. Lo mejor es entablar diálogos de paz, como en Colombia, antes de la guerra, no después, como en Colombia. La problemática tiene que ser atendida globalmente, es decir, mundialmente; el tema es que la convivencia estable, por así decirlo, entre el lado luminoso o institucionalizado del poder y el lado oscuro o paralelo del poder se ha roto; ha roto el equilibrio por el avasallamiento por parte del lado oscuro del poder. Lo mismo pasa con la economía-mundo; se ha roto la convivencia estable entre el lado luminoso de la economía y el lado oscuro de la economía. Ambos lados han como coexistido a lo largo, por así decirlo, del desarrollo del capitalismo. En plena crisis estructural del capitalismo, que no es solamente la hilera intermitente de crisis financieras, sino, de fondo, se trata de la crisis de sobreproducción, que busca ser solucionada, equivocadamente, con manejos financieros, después, con burbujas especulativas. La crisis, que se ahonda, ha provocado la ruptura del inestable equilibrio entre ambas formas de poder y ambas formas de economía.

[1] Fuente: Atlas del Trópico de Cochabamba – Pág. 41.

[2] Leer DIAGNOSTICO A LAS ORGANIZACIONES SOCIALES DE PRODUCTORES DE HOJA DE COCA DE LOS DEPARTAMENTOS DE COCHABAMBA Y LA PAZ. Consultora SISTEMÁTICA S.R.L. https://www.controlsocial.bo/respaldos_2/Estudios/004_DIAGNOSTICO_OS_CBBA.pdf.

[3] En base al texto “La Organización de mujeres del Chapare: El camino recorrido, sus luchas y liderazgos”. Carmen Zabalaga Estrada, Cochabamba, 2004.

[4] Ibídem.

[5] Ibídem.

[6] Alison Spedding, Kawsachun coca; 2004, 299-301.
[7] Ibídem.

[8] Ibídem.

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