Regresiones y desfases del imperio

En el contexto mundial actual hay, mas bien, alianzas entre los estratos más conservadores y depredadores de sus burguesías nacionales. El ataque a los “gobiernos progresistas”, que atentan contra la “democracia” y desconocen derechos ciudadanos, según Tillerson, es un ataque a sus proveedores de petróleo, con los que también, implícitamente, tienen complicidades y concomitancias, por su apego compartido al modelo extractivista, expansivo e intensificado.
Se trata de gobiernos edificados en las avalanchas de las movilizaciones sociales anti-sistémicas, que una vez, en la cresta de la ola, usurparon a la potencia social, se hicieron cargo del gobierno, para terminar con la revolución misma y sus capacidades. Haciendo el balance, estos “gobiernos progresistas” resultaron favoreciendo a la estructura polimorfa de las dominaciones del imperio, al castrar a los pueblos y extirpar sus potencias.



REGRESIONES Y DESFASES DEL IMPERIO
FEBRERO 7, 2018
Regresiones y desfases del imperio

Raúl Prada Alcoreza

De acuerdo a Heinz Dieterich el jueves pasado, el Secretario de Estado del Imperio, Rex Tillerson, dio a conocer la Doctrina Trump para América Latina. Sus ingredientes: destrucción militar del régimen de Maduro; liquidación del Socialismo (del Siglo 20) en Cuba, a partir del retiro de Raúl Castro (abril 2018); destrucción colateral del gobierno sandinista en Nicaragua y del boliviano de Evo; reinstalación del Estado de Seguridad Nacional (NSS), con la obligación gubernamental criolla de acabar con el avance de China y Rusia en el hemisferio, tal como tenían que destruir el avance del “comunismo” en la Guerra Fría; los militares son los guardianes de los intereses del Imperio; la instalación de dictaduras militares como recurso político (“peaceful transitions”), en cooperación con las oligarquías. En resumen, el regreso a la política del National Security State pro-imperialista de los años sesenta, sobre la esencia de la Doctrina Monroe (América First, no new imperial powers – chinos, rusos, europeos en el continente, que es nuestro) y una ampliada doctrina nuclear[1].

¿Se trata de doctrina, del retorno a la “doctrina Monroe” o, más recientemente, a la “doctrina de seguridad nacional” de la “guerra fría”, o, mas bien, de comprender qué le sucede al imperio en la fase decadente de la dominación del capitalismo financiero en el ciclo largo del sistema-mundo capitalista? ¿Se puede volver a la “guerra fría” cuando ha desaparecido la Unión Soviética y el Pacto de Varsovia? ¿No se trata de algo distinto, de retomar los juegos de amenaza, de competir con arsenales nucleares, en plena concurrencia de bloques capitalistas por la hegemonía mundial y el control de los mercados? El perfil de la política de Donald Trump y sus hombres que lo acompañan muestra, mas bien, estilos de improvisaciones, apenas cubiertos con shows mediáticos, donde se hace gala de barbarismos políticos y discursivos, espantosas expresiones racistas y machistas. No es exactamente el estilo de los hombres que condujeron las estrategias imperialistas en los periodos de la “guerra fría”. Aquéllos hombres de la “guerra fría”, en todo caso, estaban más preparados y tenían, por lo menos, una idea vaga del mundo; en cambio, en los hombres de Trump es la idea lo que está ausente, así como es notoria por su falta una concepción de mundo.

En los periodos donde el imperialismo tenía mayor influencia, incidencia e incluso disponibilidad de fuerzas para la acción, acompañadas por el consenso de los aliados, no ha podido con la resistencia de la revolución cubana a sus intervenciones sistemáticas y continuas, tampoco pudo evitar la derrota en la guerra del Vietnam; aunque sí pudo mantener intervenciones intermitentes en el continente. Ahora, en la etapa de la postguerra fría, cuando paradójicamente, la hiper-potencia militar-tecnológica-cibernética-económica-comunicacional enfrenta la emergencia de bloques capitalistas, que compiten por la hegemonía. Contra todo lo esperado, el peso específico de la hiper-potencia ha disminuido notoriamente en el mundo y en el continente. El fenómeno Trump es, contrastantemente, un síntoma de la decadencia de lo que fue la superpotencia emergida de la segunda guerra mundial; síntoma de su profunda debilidad y manifiesta vulnerabilidad. Los aspavientos de su presidente parecen evidenciar poses de alarde en contextos donde este estilo bravucón desencaja.

Sin desmerecer la descripción listada de retornos anacrónicos, que hace Heinz Dieterich, pues, seguramente, eso es lo que se muestra en la improvisada doctrina de última hora, sino, mas bien, retomando esta descripción doctrinaria, que tiene que ver con la definición de objetivos estratégicos, empero, donde falta el sostenimiento metodológico de la estrategia misma, podemos vislumbrar las razones y las causales por las que se emite este discurso político anacrónico. Esta doctrina resucitada, sacada del museo, es precisamente un indicatum o indicación de la impotencia, a pesar de los arsenales nucleares y las poderosas máquinas de guerra del imperio, es decir, del orden mundial vigente, que ha perdido hegemonía y legitimidad, por lo tanto, credibilidad. Esto se hace más notorio cuando se atreve a hablar de “democracia” y pretender dar lecciones al respecto.

Las apreciaciones lanzadas por Rex Tillerson sobre la “intervención rusa y china” en América Latina son anecdóticas, se circunscriben en la anécdota, viendo, sobre todo, de la potencia más intervencionista en la historia moderna. El ataque a la Federación Rusa suena a desubicación, cuando los presidentes de Rusia y de Estados Unidos de Norte América forman parte de la hiper-burguesía de la energía fósil, que obstaculiza el paso a otras formas de energías, consideradas limpias, cuya tecnología está ya al alcance de la mano. En el contexto mundial actual hay, mas bien, alianzas entre los estratos más conservadores y depredadores de sus burguesías nacionales. El ataque a los “gobiernos progresistas”, que atentan contra la “democracia” y desconocen derechos ciudadanos, según Tillerson, es un ataque a sus proveedores de petróleo, con los que también, implícitamente, tienen complicidades y concomitancias, por su apego compartido al modelo extractivista, expansivo e intensificado. Que la política internacional del gobierno de Trump los ataque no es por convicción “democrática”, sino porque no tiene la menor idea de lo que son estos “gobiernos progresistas”. Si creen que son una especie de “socialismo” actualizado, están completamente equivocados; tienen poco que ver con el socialismo real del siglo XX, salvo el uso del término. Si consideran que son dictaduras, del tipo mencionado durante el siglo XX, en plena “guerra fría”, no están en lo correcto. Se trata de gobiernos que llegaron al poder por elecciones, mayoritariamente ganadas. Si esta legitimidad se fue perdiendo con las regresiones clientelares, los retrocesos políticos y la decadencia, no quiere decir que llegan al autoritarismo de la misma manera que llegaron las dictaduras del siglo XX, con la imposición de las cuales tiene mucho que ver la Casa Blanca, el Congreso y el Pentágono. Se trata de gobiernos edificados en las avalanchas de las movilizaciones sociales anti-sistémicas, que una vez, en la cresta de la ola, usurparon a la potencia social, se hicieron cargo del gobierno, para terminar con la revolución misma y sus capacidades. Haciendo el balance, estos “gobiernos progresistas” resultaron favoreciendo a la estructura polimorfa de las dominaciones del imperio, al castrar a los pueblos y extirpar sus potencias. Esto se debe a las confusiones que generan las usurpaciones y las imposturas en la era de las simulaciones.

No quepa la menor duda que hay que defender a los países y los pueblos del continente de cualquier intervención del imperio; incluso con la guerra prolongada de defensa por parte de los pueblos, convocados a la movilización general. Pero, esto no implica, de ninguna manera la defensa de la decadencia de los “gobiernos progresistas”; no se puede defender la decadencia, esto es defender lo que debilita a los pueblos y coadyuva a la dominación del imperio. De lo que se trata es de defender a los pueblos liberando su potencia social; de lo que se trata no es hundirse en la decadencia clientelar ni caer en las manos intervencionistas del imperio, sino de salir del circulo vicioso del poder, de ir adelante, más allá del fin de la historia liberal y del fin de la historia del socialismo real, mucho más de la comedia del fin de la historia del socialismo del siglo XX.

Ahora bien, la defensa de los países y pueblos ante la intervención del imperio, exige la alianza y movilización de los pueblos, incluyendo a los pueblos de los países del imperio; también son pueblos dominados y esquilmados por la dominación del capitalismo financiero, extractivista y especulativo. La defensa supone la convocatoria a los pueblos, a la unidad de los pueblos, cuya responsabilidad es defender la vida ante la amenaza de las máquinas de guerra del imperio, ante la amenaza de la crisis ecológica provocada por el “desarrollo del capitalismo”, sobre todo en la etapa tardía financiera y especulativa.

Estos personajes de fama triste, que se encuentran en la cúspide del imperio, ungidos de potestades institucionales para decidir por sus pueblos, por los pueblos del mundo, sin consultarlos, son como púberes engreídos jugando con juguetes de destrucción masiva. ¿Cómo se ha llegado a esta situación tan adversa, donde personajes que parecen salidos de comedia, sin aprecio por la vida, sin tener idea sobre su potencia creativa, personajes que tienen ideas peregrinas sobre la vida, reducida al esquematismo de un evolucionismo simplón, donde se realiza la dominación del hombre sobre la naturaleza y la dominación del hombre sobre el hombre, tengan en sus manos el destino de la humanidad? Esta situación hace patente el incumplimiento de la responsabilidad de los pueblos, al dejar que ocurra lo que ocurre, al dejar que los juegos de poder y el círculo vicioso del poder haya llegado tan lejos, dejando en manos de hombres sin atributos el destino de la humanidad.

[1] Leer de Heinz Dieterich Washington autoriza públicamente golpe militar contra Maduro. Fusiles, elección y solución Sandinista. https://mail.google.com/mail/u/0/#inbox/1616705cfff5d7df.