La principal periodista boliviana rompe con Evo Morales y explica los hechos

Amalia Pando ganó el premio internacional de prensa dela Asociación de Estudios Latinoamericanos y es una de las personas lejos de los partidos que se habla para que sea candidata a la presidencia contra Evo, a lo que responde que el pueblo no va dejar que sea candidato



Amalia Pando: “Me siento estafada, como gran parte de los que votamos por Evo”
Cree que el Gobierno ya es una dictadura, donde la prensa fue la primera en caer.

domingo, 25 de febrero de 2018 · 01:05

Isabel Mercado y Mery Vaca/ La Paz
Página Siete

La periodista Amalia Pando recibió la grata noticia de que ganó el premio internacional de prensa que entrega la prestigiosa Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA, por sus siglas en inglés). El reconocimiento le llega tras haber sido víctima de un sistemático acoso gubernamental, por lo que adquiere un significado potente. En ese marco, Pando habló con Página Siete sobre la coyuntura actual, dejando claro que es “militantemente opuesta” al gobierno de Evo Morales.

¿Cómo ha recibido la noticia de este nuevo premio en su carrera?

Como todo premio es un halago. Siento que es más grande de lo que yo pienso que es mi trabajo, pero lo recibo con los brazos abiertos, contentísima, y espero que el Gobierno entienda que la intelectualidad, la despreciada clase media tiene algo que decir. Y lo endoso a todos los colegas que, como ustedes, dan la batalla por el periodismo independiente, o que no es mercenario ante un Gobierno.

¿El premio podría ser una lección para el Gobierno o para los que acosan a los periodistas?

En un Gobierno de este tipo, que va hacia un proceso acelerado hacia la dictadura, lo primero que cayó fue la prensa. Al principio no lo tomamos muy en serio, no pensamos que fuera tan grave, pero empezaron a caer los medios de comunicación, o se los compraron o se pusieron de rodillas o te persiguen de tal forma que intentan hincarte. Pero, en cambio, hay un contingente hermoso en el país que no se ha puesto de rodillas, que contra viento y marea seguimos en la batalla por el periodismo independiente.

¿En qué estado está la libertad de expresión actualmente? ¿Cree que esto va a seguir empeorando?

No quedará muñeco con cabeza. Si Evo consolida quedarse en el Gobierno, no será un Gobierno democrático, se va a imponer o a través de un gran fraude electoral o a través de la bayoneta. A un Gobierno dictatorial ya minoritario sólo le queda la fuerza para quedarse, y los primeros en el blanco del Gobierno somos los que tenemos voz.

¿Cree que se puede decir que es minoritario el Gobierno?

Ya hace rato, el punto de inflexión fue el 21F de 2016. Qué es lo que hace caer al Gobierno, la violación de la Constitución, el ansia de perpetuarse, eso no le gusta a nadie, es el olfato que tiene la ciudadanía que huele a dictadura.

¿Seguimos viviendo en democracia o ya es una dictadura?

Es un proceso dictatorial. El proceso empezó en 2006, sólo que los ritmos son lentos, ahora van a pasos más acelerados. El punto de inflexión fue el TIPNIS. Este Gobierno tenía dos banderas: la inclusión indígena y la defensa de la Pachamama, esas dos banderas nos llevaron a apoyar a Evo Morales, cuando esas dos banderas las quema Evo Morales en Chaparina, cuando vemos a Evo Morales reprimiendo a los indígenas, no a los Branco Marinkovic, sino a su gente, ahí comienza el punto de inflexión que termina en el 21F. El referendo demuestra que sí es posible ganarle a Evo; hasta ese momento parecía que no había vuelta, que había que rendirse, que era mejor de rodillas pero vivo, que héroe muerto.

¿En qué momento se desencanta usted del proceso?

Chaparina, el TIPNIS, fue la ruptura de gran parte de la población, incluyéndome. Era imposible creer lo que estábamos viendo y después, la cobardía de encoger la mano, de no poner la cara. Luego de esa cobardía política tan típica, uno relee el porvenir, relee el caso terrorismo y entonces empieza a entender que hay una metodología. Al principio el aparato propagandístico del Gobierno a uno lo lleva a la confusión.

¿Se arrepiente de haber apoyado el proceso?

No, no es un tema de arrepentimiento, era inexorable, se había caído ese periodo democrático con gobiernos neoliberales, que pagaron su factura por haberle dado la espalda a la inclusión. Era inevitable que la gran mayoría del pueblo representada en un indígena tenía que gobernar, pero me siento estafada, como la gran parte de los que votamos por Evo, estafada porque se hablaba de revolución democrática, se aprobó una Constitución democrática; era evidente que se iba (del poder), que iba a respetar el voto, lo dijo mil veces, pero cuando eso no es así, es un revés a la confianza, a la esperanza. No termino de sumar los miles de dólares para el beneficio de Evo Morales, desde la casa presidencial, aviones, helicópteros, transmisiones de sus partidos de fútbol, viajes al exterior y mira cómo está (el sector) salud.

En ese marco, ¿se ha desencantado del periodismo que milita en alguna causa política?

No, el medio no tiene nada que ver con el contenido; al revés, se esperaba que el gobierno de Evo Morales sea el Gobierno de la libertad, pero muy prontito yo empecé a ver el despilfarro de los tractores, esos fueron los primeros elementos categóricos de que también había otra mentira sobre “corrupción cero”; luego viene Santos en YPFB. Y después, analizadas las cosas, desde que subieron el objetivo buscaban generar una burguesía al estilo venezolano, donde el capital de origen era el capital de la corrupción. Uno tiene que ser objetivo en sus análisis, uno no puede saber desde el principio, uno no es brujo. El principio estaba lleno de esperanzas, era una apuesta política para dar vuelta a la tortilla, nunca se dio vuelta a la tortilla, se la comieron entera.

¿Cuál es su idea de periodismo independiente y de periodismo militante?

No he reflexionado a fondo, pero el periodismo independiente… independiente de qué, independiente del Gobierno, no independiente de la ideología que cada periodista pueda abrazar. El periodismo, sea cual fuera el Gobierno, tiene que estar distante de ese Gobierno, así tú simpatices con el Gobierno, tienes que ser independiente del Gobierno, aunque te ponga publicidad, tienes que denunciar, ese es el trabajo del periodista. Cuando no haces ese trabajo, dejas de ser periodista, pasaste a ser propagandista del Gobierno. El periodista es un ser crítico, un ser cuya tarea es investigar, no es comerse la versión oficial. Cuando ese Gobierno ya no es democrático y empieza a utilizar todos los mecanismos para callarte, hay que resistir. Ahora, hay causas en las que uno no puede ser objetivo, uno tiene que buscar la verdad, y eso es otra cosa. Frente a las dictaduras yo no soy indiferente, no puedo decir voy a ser objetiva con el gobierno de Pinochet; no soy objetiva, soy militantemente opuesta al régimen dictatorial. Y a esta posición me ha llevado el Gobierno, porque no soy yo la que ha virado, el que ha virado es el Gobierno.

¿Ahora es militantemente opuesta al gobierno de Evo Morales?

Militantemente, claro, desde hace rato, desde que el Gobierno empieza a coartar las libertades democráticas, a mentir, a decir que se va y no se va, a pisotear la Constitución.

Pese a que se dice que es una dictadura, hay periodistas que siguen expresando lo que piensan, entre ellos usted. ¿No es una señal de que el periodismo boliviano es saludable?

Si es que lograste resistir. Hay un acoso económico, hay una asfixia económica, eso es lo más antidemocrático que uno pueda imaginar. Evo Morales podría entrar a Página Siete con una tropa del Ejército y cerrar el periódico, para qué, si simplemente te quita la publicidad y te está masacrando todos los días. Así masacró ERBOL, así me sacó de ERBOL, de radio Exitosa. No es que puedo decir lo que quiero. Hace tiempo hace lo imposible por cerrar Líder todos los días; hay acoso a aquel que pone publicidad, mandan a agentes de Impuestos para amedrentarlos. A pesar de eso resistimos.

Surgieron muchos movimientos ciudadanos, pero el Gobierno insiste que los viejos políticos son los que actúan. ¿Usted qué cree?

Hay dos partidos opositores (con representación parlamentaria) que, aunque pongan su empeño, (el desafío) les queda grande. La oposición es todo ciudadano que anda protestando contra el Gobierno en el minibús; el 21F es oposición, es el hartazgo… Eso no lo ha hecho ni Doria Medina ni nadie, eso lo ha hecho el propio Gobierno, que le puso gasolina al fuego cuando sacó ese fallo vergonzoso. A la gente que estaba neutra le agarra una bronca terrible. Se ha visto antes grandes insurrecciones en La Paz, como la caída de Goni, la resistencia a los golpes, la Revolución del 52, el colgamiento de Villarroel, todo en La Paz; ahora es todo el país, hay un consenso, no hay nada que explicar, de punta a punta sabemos lo que no queremos: la dictadura.

Los movimientos ciudadanos aún no vislumbran un líder, entonces es probable que todo este caudal de descontento vaya a beneficiar a un político tradicional, como Doria Medina u otro. ¿Qué le parece?

Está bien, cualquier gobierno democrático es mejor que una dictadura de Evo Morales.

Y, ¿cómo vería la renuncia de Evo a la candidatura?

Fantástico, me parecería fantástico, pero con la experiencia de Ecuador, no creo (que lo haga). Evo Morales no suelta, Evo va a soltar cuando el pueblo se lo haga soltar. ¿Y eso es posible? Sí es posible.

¿Cómo vislumbra la solución política a esto?

Es muy fácil, Evo renuncia (a la candidatura) y se hacen elecciones libres y democráticas. El que gana, gana, no importa de qué signo sea.

Sabiendo que Evo no va a renunciar, ¿qué pasará entonces?

Va a renunciar, va a renunciar. ¿Tu creías que iba a retroceder en el Código Penal? ¿Tú creías que iba a renunciar cuando se aprobó el gasolinazo? ¿Creías que iba a renunciar a la carretera del TIPNIS? Claro que se logran las cosas.

¿No tiene temor de que haya confrontación en la calle?

Sería penoso, pero la gente no va a la confrontación, el que va a la confrontación es el Gobierno.

¿Usted se ha visto a sí misma como candidata presidencial?

¿Te parece tan grande?… candidata a la asociación de periodistas será (ríe).

Su voz es importante.

Yo de eso soy consciente; en este momento donde hay pocas voces, pero lo otro es muy grande. Lo que sobran son candidatos, nadie aún es de consenso. Cuando dicen la oposición está dividida, obvio porque la oposición somos todos, todos somos librepensantes, muchas agrupaciones, muchos pensamientos, muchas aspiraciones presidenciales. En La Paz hay como seis o siete precandidatos presidenciales. Eso es absolutamente prematuro. Es prematuro aún.

Sólo faltan 20 meses.

Esas elecciones no se harán si Evo mantiene su candidatura, simplemente no se harán. Y si se hacen será sobre la derrota de un pueblo que está en las calles pidiendo a Evo que renuncie y respete las normas democráticas.

¿Cree que sólo va a haber elecciones sin Evo candidato?

Sin Evo candidato, cuando Evo se retire, ahí discutimos quiénes van a ser los candidatos. Pero mientras Evo mantenga su candidatura, y si llega a un proceso electoral, ese proceso electoral será como el venezolano ahora, con un gran fraude para que sea electo. Porque Evo no va a ir a la reelección sin asegurarse de que va a ganar. Y si ganara algún candidato de la oposición no va a reconocer la derrota; entonces, es ahora la batalla, no es dentro de 20 meses, es ahora para que Evo renuncie (a la candidatura) o si no el país se va directo al precipicio. Nos va a llevar a una confrontación terrible.

El MAS apela al derecho humano del Presidente y al concepto de que los que no lo quieren tendrán la libertad de votar en contra y no elegirlo…

Para qué si no van a reconocer resultados. Ya fuimos en 2016, ya nos preguntaron, ya nos pronunciamos, lo único que queda es que ellos respeten.

El otro argumento es la continuidad para la agenda 2025.

Yo también tengo agenda 2025, todos tenemos agenda 2025. Que las dictaduras pueden generar procesos económicos interesantes, claro. Hitler hizo las mejores carreteras, pero ¿por eso voy a votar por Hitler o Pinochet? Además, no es el caso de Evo, aquí no hubo ningún salto, no están las mejores carreteras, ni la mejor educación, ni la mejor salud. Seguimos siendo el último, a excepción de Haití.