PUIGDEMONT DICE QUE DEBERÍA HABER DECLARADO ANTES LA INDEPENDENCIA DE CATALUÑA
Ginebra (AFP) -
El presidente destituido de Cataluña, Carles Puigdemont, dijo en una entrevista publicada este domingo que debería haber proclamado antes la independencia de la región española, ya que la decisión de retrasarla esperando poder dialogar con el gobierno central resultó infructuosa.
‘Hay algo que habría hecho de manera diferente. El 10 de octubre, habíamos previsto proclamar la independencia, pero decidí suspender sus efectos para dejar una puerta abierta al diálogo con el gobierno español’, dijo al diario suizo Tribune de Geneve.
Según el líder independentista, fuentes gubernamentales le pidieron que lo hiciera así.
‘Actúe por tanto de manera responsable, e incluso arriesgada porque todo el mundo esperaba una proclamación efectiva. Decidí dar una oportunidad al diálogo’, dijo Puigdemont.
‘Por desgracia, era una trampa porque no hubo ninguna reacción positiva del gobierno. Si volviera a hacerlo, no suspendería la proclamación de independencia’, dijo al diario.
Después de que el Parlamento catalán declarara unilateralmente la independencia, tras un referéndum prohibido por las autoridades españolas, Puigdemont se trasladó a Bélgica, donde se encuentra desde entonces.
Este fin de semana viajó a Ginebra para asistir a un festival de cine sobre derechos humanos.
En otra entrevista con la televisión pública suiza RTS, emitida esta semana, Puigdemont dijo que una mayoría de catalanes aceptarían formar parte de un sistema federal al estilo del suizo en España.
Este domingo insistió en esa idea, al tiempo que señaló que no viajó a Ginebra para pedir a las autoridades suizas que faciliten conversaciones con el gobierno español.
‘Pero todo lo que pueda hacerse desde el exterior para favorecer un diálogo está en el interés de los catalanes, de los españoles y de todos los europeos’, señaló, no obstante.
Puigdemont podría ser detenido si regresa a España por su papel en la declaración de independencia de Cataluña.
Tras esa declaración, el gobierno del conservador Mariano Rajoy disolvió el Parlamento catalán e impuso una gestión directa de la región desde Madrid.