ELECCIONES ITALIA
El Movimiento 5 Estrellas: ¿de derechas o de izquierdas?
El populista partido ganador de las últimas elecciones italianas integra posturas atribuibles a ambos extremos del arco ideológico
El País
Madrid 12 ABR 2018 - 13:25
“Nunca como hoy se ha escrito tanto en contra de la tradicional distinción entre derecha e izquierda, considerada ya como una distinción sin ningún sentido, suponiendo que haya tenido alguno en el pasado”, afirmaba en 1994 el gran filósofo y jurista Norberto Bobbio. Lo hacía en la introducción de Derecha e izquierda, un ensayo para indagar en el significado de la balanza ideológica. Ya entonces, reseñaba el sabio italiano, llevaba años en crisis.
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Bobbio terminó de escribir el libro justo antes de las elecciones generales de su país de aquel año. “La escena política italiana ha sido dominada por dos alineaciones que se declaran respectivamente de derecha y de izquierda”, refería el filósofo, apelando al Polo della Libertà de Silvio Berlusconi y a la Alleanza dei Progressisti de Achille Occhetto.
24 años más tarde, el resultado de las elecciones del pasado 4 de marzo dibuja un panorama más complejo por el triunfo del Movimiento 5 Estrellas o M5S (ha obtenido 222 escaños de 630), un partido antiestablishment que no se ajusta con facilidad a los esquemas tradicionales. La probabilidad de que gobierne es lejana en estos momentos, como ha quedado claro tras la primera ronda de consulta a los partidos del presidente de la República, Sergio Mattarella: no ha encontrado ningún candidato idóneo para encargarle la formación de Gobierno. Mattarella arranca este jueves la segunda ronda de conversaciones.
Entre las opciones que baraja el M5S se encuentra una coalición con la derechista Liga Norte y el socialdemócrata Partido Democrático (PD) del ex primer ministro Matteo Renzi. Y es que el movimiento populista coincide o se aproxima a la ultraderecha en varias cuestiones, y a los socialdemócratas en otras.
Así lo muestran los gráficos interactivos más abajo. Se aprecia a qué partidos “tradicionales” se asemeja más el M5S en cuestiones como la integración europea, la política de inmigración, el peso de las retóricas populistas contra las élites y la corrupción, y la visión de cómo tiene que ser la participación ciudadana en la vida democrática. La valoración de las posturas es fruto de un análisis de 15 politólogos expertos en Italia para la encuesta Chapel Hill, cuya edición de 2018 acaba de publicarse.
Cuando se le ubica en el eje ideológico tradicional entre derecha e izquierda, el M5S se percibe como la formación más centrada de las analizadas (5,2 en una escala que va de 0 o muy de izquierdas a 10 o muy de derechas). En ese eje, aparece a gran distancia de las ultraderechistas Liga Norte (8,3 puntos) y Hermanos de Italia (8,4), y más próxima al PD (3,2).
En lo económico, la formación se escora a la izquierda (3,9), casi solapada con el PD (3,8) y, de nuevo, en principio, muy alejada de la Liga Norte (6,8) y aún más de Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi, que se puntúa con un extremo 8. La encuesta entiende por izquierda económica la que defiende que el Gobierno adopte un papel activo en la economía, y por derecha a lo contrario: la ideología que aboga por la privatización, reducción de impuestos, menor regulación, menor gasto público y un Estado del bienestar más reducido.
Sin embargo, en cuanto se abordan cuestiones europeas, el M5S vuelve a aproximarse a la derecha. Apenas puntúa un 2,6 en la escala de menos a más partidarios a la integración europea, a poca distancia de Hermanos de Italia y Liga Norte, dos formaciones eurófobas. Parecida es la ubicación del movimiento populista en la defensa de la potestad de la UE sobre las economías y presupuestos nacionales, en la que prácticamente va de la mano iría de la mano de los partidos de ultraderecha, o apoyar una política de asilo común para Europa.
A la hora de restringir la inmigración y apostar por la asimilación a la cultura italiana de las minorías éticas, el partido cae del lado de los partidarios, aunque las posturas de Liga Norte y Hermanos de Italia son tan extremas al respecto (casi llegan al máximo de la escala), que la del M5S aparece como moderada.
El discurso populista es el rasgo más distintivo de M5S en el análisis. Las diatribas contra las élites son esenciales en su estrategia política, más incluso que las de la Liga Norte y Hermanos de Italia. Lo mismo ocurre en el caso de la retórica contra la corrupción.
Idéntica es su posición comparativa en la importancia del “pueblo” para adoptar las decisiones de mayor calado frente a la potestad de los cargos elegidos. La distancia en estos rasgos populistas es siempre mucho mayor con el PD, incluso con Forza Italia, que con los partidos de ultraderecha. Pero coincide con Forza Italia, en considerar que el control del partido debe recaer sobre todo en su líder, más que en los militantes y simpatizantes.
Una Cámara compleja
El resultado de las elecciones dibuja una Cámara con un mayor peso de posturas antieuropeístas en cuestiones fundamentales, como la integración europea o la potestad de la UE sobre las políticas económicas y presupuestarias nacionales. Este gráfico muestra la postura que adoptan los partidos presentes en la Cámara de Diputados italiana y el peso que tienen en el hemiciclo. Las puntuaciones oscilan entre 0 (“muy opuestos”) a 7 (“muy favorables”), y el 4 representa una posición neutra.
En la cuestión de la inmigración la cámara muestra una mayoría de partidarios de restringir la inmigración, fomentar la asimilación de las minorías a la cultura italiana y no dar más derechos a esas minorías. En este aspecto, las posiciones se puntúan de 0 a 10.
La retórica antiestablishment y contra la corrupción también forma parte habitual de la mayoría de los posicionamientos que prodigan los partidos políticos presentes en la cámara.
En la visión de la democracia representativa o directa, también se aprecia que una mayoría aboga por otorgar más poder al “pueblo” sobre los candidatos electos a la hora de decidir sobre cuestiones fundamentales. La diferencia es mayor en lo que respecta al poder del líder sobre los militantes en el control de los partidos.