El Estado como tiburón y los peces organizados: así es el stand de los autoconvocados
Juan Samuelle
Marzo 7, 2018
El movimiento Un Solo Uruguay se expresa a través de la mercadería que vende en Soriano
Por Juan Samuelle, enviado a Soriano
Sobre algunos fardos, integrantes de Un solo Uruguay, en su stand en la 23ª Expoactiva Nacional, exhiben distintos productos que comercializan con un doble objetivo, promover su movimiento difundiendo sus reclamos y planteos y generar dinero que les permita cubrir algunos costos, por ejemplo los que les origina estar durante estos días en el predio de exposiciones que la Asociación Rural de Soriano (ARS) posee próximo a Mercedes.
Con el logo del movimiento de los antes llamados autoconvocados hay tazas y gorros a $ 150, remeras a $ 350, tablas de asado a $ 200 y $ 500, banderas a $ 80, adhesivos a $ 20 y $ 50 e imanes a $ 30.
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J. Samuelle
En uno de los motivos que se gestaron para ilustrar esos productos aparece por un lado un tiburón a punto de comerse a muchos peces que están desordenados, pero por otro lado se ve a los peces organizados formando un solo pez, mucho más grande, que amenaza al tiburón. Todo eso acompañado por dos indicaciones orientadas al conjunto de los productores: “hacete escuchar” y “organizate”.
“Ese tiburón es el Estado, es el costo país, son los impuestos que no nos dejan producir y los pescaditos somos los productores, que ahora nos organizamos y nos estamos haciendo escuchar y respetar”, explicó a El Observador la productora Carolina Banchero, quien llegó desde Young y contó que sigue trabajando en el campo, pero que dada la falta de rentabilidad y los altos costos productivos a su empresa familiar no le quedó otra que cerrar el tambo hace poco tiempo.
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El stand del movimiento Un solo Uruguay se estrenó este miércoles y es muy austero, bien distante de la inversión elevada que se aprecia en otras propuestas que hay en el predio, las que en algunos casos como es habitual involucran equipamientos tecnológicos para el sector equivalentes a una cifra millonaria en dólares, con infraestructuras muy importantes.
Se trata de un contenedor blanco, un par de sombrillas y carpas (prestadas), mesas y sillas y algunos fardos, una bandera de Uruguay enorme y varias más chicas, y tiene en su frente una gran pancarta que dice: “El Uruguay que trabaja espera respuestas”. Y en cada rincón se promueve el hashtag #UnsoloUruguay.
Allí varios productores, de distintas zonas del país y en su mayoría delegados zonales que conforman el núcleo directivo de Un solo Uruguay, atienden a los visitantes que plantean preguntas o simplemente distribuyen folletos que contienen en forma detallada los planteos que se realizaron al gobierno en el acto que se realizó el 23 de enero en Durazno y en otras instancias posteriores.
“Nos turnamos, porque tenemos que trabajar en nuestros campos, venimos algunos hoy, otros vendrán mañana… estar acá es muy valioso para seguir difundiendo nuestros problemas y aunque nos complica lo hacemos con gusto y porque tenemos a la familia y a nuestros empleados apoyándonos”, señaló Ruben Díaz, productor de la zona de Cardona.
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Rafael Graña, arrocero de Lascano, llegó desde Rocha “para acompañar, para dar una mano y para agradecer como todos el gesto y apoyo de la Asociación Rural de Soriano y de la Expoactiva Nacional”. Y para apoyar por partida doble compró una tabla, de las grandes, para comer asado.
No solo productores han estado en el stand en este primer día de actividades (la Expoactiva comenzó este miércoles y concluirá este sábado 10 de marzo), también otros actores del sector de los agronegocios llegaron en actitud solidaria, como Mario Burgos, un transportista de haciendas de 18 de Julio (Rocha).
“Estamos todos complicados, todos en este país en forma directa o indirecta dependemos del agro y necesitamos que se valore al productor, que le vaya bien”, comentó. Y aprovechó para hacer un comentario más: “Soy camionero, mi hijo no quiere saber nada, cuando se reciba de tornero se va del país, me dijo. Eso me duele. Si estarán complicadas la cosas que, a la falta de trabajo y los problemas para recambiar las unidades y comprar repuestos hay caminos en muy mal estado, la ruta 26, por ejemplo, donde si rompo una cubierta una nueva me sale US$ 500 y para recuperar eso es tremendo”.
Para Carolina Banchero, “todo esto es, a la larga, un problema de educación. La gente de la ciudad no termina de valorar al campo no porque sea mala, es porque no se lo enseñan, pero eso es porque les conviene, la ignorancia les conviene, es más fácil de manejar la gente cuando es ignorante”.