Miles de ciudadanos marchan por la libertad y democracia en Nicaragua
Sin distingo de edad ni preferencias políticas, los nicaragüenses marcharon el lunes en defensa de la libertad
La jornada de protestas que inició el miércoles pasado le ha dejado al país dolor y muerte, pero también la sensación de haber recuperado la libertad y el surgimiento de un nuevo liderazgo que ahora no recae en el poder político ni en el económico, sino en los jóvenes que una vez más demostraron que son los únicos dispuestos a ofrendar sus vidas en defensa de la libertad.
Los gestos de temor que a eso de las 2:30 p.m. miles de nicaragüenses escondían, horas después se transformaron en sonrisas de satisfacción. Bajo el inclemente sol portaban la bandera nacional azul y blanco, pancartas o fotografías de estudiantes asesinados en los últimos seis días.
“El pueblo despertó”
“Nunca creí que podría volver a marchar”, “es la primera vez que arriesgo tanto mi vida”, “lo estoy viendo y aún no lo puedo creer”, “ahora sí se van a convencer que el pueblo se despertó”, “ya no les tenemos miedo”, eran algunas de las expresiones que salían de las gargantas de los miles de nicaragüenses que tras recorrer hasta diez kilómetros, daban por concluida su participación en la marcha por la paz frente a la fachada de la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli).
La multitudinaria marcha transcurrió en medio de consignas y vítores de agradecimiento a los estudiantes caídos y a los que aún permanecen en la Upoli.
En esta ocasión, los grandes ausentes fueron los grupos de choque del Gobierno, que desde 2008 protegidos por la Policía Nacional le habían robado al pueblo su derecho constitucional de protestar.
“Calles son del pueblo”
“Les demostramos que las calles son del pueblo y no del Frente Sandinista”, era otra de las frases que se repitió a lo largo de la jornada, que también obligó a las organizaciones empresariales a cambiar la ruta de su marcha y plegarse a la convocada por el recién surgido movimiento Pueblo Autoconvocado que exigía que esta concluyera en la Upoli como homenaje a los caídos de los últimos días y respaldo a los estudiantes que pese al asedio y la represión policial, aún permanecen en esa casa de estudios.
El Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) y la Cámara Americana de Comercio de Nicaragua (Amcham), que saliendo de Metrocentro tenían previsto realizar un circuito cercano, admitieron que en los últimos días los jóvenes se han ganado un liderazgo que les daba el derecho de elegir el recorrido.
La marcha de los empresarios que inició en las inmediaciones del Hotel Hilton Princess y la rotonda de Metrocentro después de un par de horas se juntó en la rotonda La Virgen con la convocada por los jóvenes.
“Esta es una lucha de todo el pueblo, fuimos estudiantes, somos trabajadores, somos familia, somos amigos (los) que hemos perdido. Estos días no pueden olvidarse”, insistía la joven Anielka Marín.
Mientras Rodolfo Cuadra aseguraba: “Nos sumamos (a esta marcha) porque estamos reclamando que se nos restablezcan los derechos humanos, la institucionalidad y porque este Gobierno responda por todos los crímenes que ha cometido todos estos días”.
En el recorrido, a gritos pronunciaban: “Eran estudiantes no eran delincuentes”, “Daniel y Somoza son la misma cosa” y “qué es lo que queremos, ¡qué se vaya!, ¡qué se vaya!”. Se mezclaron los nicaragüenses vestidos de camisa blanca a petición de los empresarios, con los que en señal de luto vistieron de negro por sugerencia de los estudiantes.
Descargaron su furia sobre agentes policiales
Uno de los momentos de mayor euforia fue el paso por el complejo policial de Plaza El Sol, donde la mayoría de los manifestantes aprovechó para descargar su furia sobre la institución, gritando a los agentes: “asesinos”, “malditos delincuentes, están matando a la gente”, mientras los oficiales formados en hilera en los patios del complejo parecían entrenados para demostrar indiferencia.
A lo largo del recorrido, fue evidente el apoyo de adultos, jóvenes y niños que con aplausos, sonrisas y otros gestos demostraban su solidaridad y apoyo a los participantes, mientras otros se dedicaron a repartir agua helada, banderas y hasta refrescos.
En la Pista El Dorado un grupo de niños animaba la marcha, mientras gritaban: “Daniel es delincuente, Daniel delincuente, la Chayo es una bruja”, y así entre la euforia y la incredulidad miles de nicaragüenses expresaban en sus rostros la satisfacción del deber cumplido, ante una patria que una vez más llora la pérdida de sus mejores hijos.
El pueblo perdió el miedo
Mientras avanzaba la marcha se desvanecía el temor de que los grupos de choque de la Juventud Sandinista o las cuadrillas de motorizados aparecieran, las medidas de seguridad también eran evidentes.
Entre los asistentes, los jóvenes pedían que no se grabaran videos ni tomaran fotografías para evitar que “infiltrados” les dieran mal uso.
También se esmeraron por evitar el menor daño posible, no pisen las plantas, no tiren la basura, eviten cualquier estrago, eran otras de las preocupaciones de los adultos.
“Hay que evitar que mañana nos culpen de haber dañado algo o que nos tilden nuevamente de delincuentes”, aseguraban mientras repartían recomendaciones.
Otra característica de la marcha de la paz que el lunes se realizó es que fue espontánea, no hubo tarimas ni carros de sonido. Tampoco discursos, ni afán de figurar.
La cobertura mediática estuvo a cargo de medios independientes nicaragüenses y corresponsales extranjeros, mientras los canales nacionales oficialistas brillaron por su ausencia.
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Empresarios dejan en manos de los obispos cuándo dialogar con el Gobierno
El Cosep y otras organizaciones empresariales condicionan su participación a que la negociación incluya a representantes de diversos sectores
Tras la multitudinaria marcha del lunes, las organizaciones empresariales dejaron en manos del arzobispo de Managua, cardenal Leopoldo Brenes, la responsabilidad de negociar con el Gobierno el establecimiento de las condiciones para la instalación de una mesa de diálogo. El Gobierno ha invitado a negociar al Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), para buscar solución a la crisis financiera del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) e invitó Brenes como garante del mismo.
Pero el Cosep y otras organizaciones empresariales condicionan su participación a que la negociación incluya a representantes de diversos sectores, entre ellos los estudiantes que han liderado las protestas de los últimos días contra la reforma a la seguridad social —que ya le costaron la vida a unos treinta nicaragüenses—; también, que incluya una agenda amplia en la que además de la crisis del INSS se aborden otros temas de interés nacional.
“Le hemos planteado al cardenal Brenes y a otros obispos, cuáles son nuestros temas y los actores (que deben participar) y entendemos que la Conferencia Episcopal, si se presentan las condiciones, en el momento en que se presenten, nos van a citar. Ellos van a presentarse con varios obispos, como igualmente nosotros vamos a asistir con varias representaciones si es que esas condiciones se logran dar. Ahora depende de ellos, ellos tendrán que decidir en qué momento están dadas las condiciones y tendrán que darnos la señal”, confió el presidente del Cosep, José Adán Aguerri.
posición unida para exigir un diálogo amplio
Aunque el decreto de reforma al Seguro Social, que entre otras cosas incrementaba el aporte de empleados, empresas y del Estado a la seguridad social, y establecía una retención del 5 por ciento a las pensiones, ya fue revocado, otras condiciones indispensables para sentarse a dialogar aún no se cumplen.
Para instalarse el diálogo, los diferentes sectores demandan la liberación de todos los detenidos y la reapertura del canal 100% Noticias. “Hemos visto al menos la segunda señal que son los jóvenes saliendo de las cárceles, pero le hemos pedido a los rectores que hagan listas de los detenidos y también hemos establecido contactos con dirigentes estudiantiles para que pasen esas listas, para que podamos hacer la gestión con el fin de que salgan estos jóvenes”, señaló Aguerri.
Asimismo, que se permita la libre movilización y protesta pacífica, cese de la represión a través de la fuerzas del orden y grupos de choque afines al Gobierno.
Para el presidente de la Cámara de Industrias de Nicaragua (Cadin), Sergio Maltez, en el diálogo además de incluirse temas de nación, las instituciones de Gobierno deben responder por todo el daño ocasionado durante la jornada de protestas y considera que “después de esta marcha el Gobierno debe reaccionar rápido y dar señales de cambio profundo, ya que desde hace ocho días Nicaragua dio un giro inesperado exigiendo libertad, justicia y una democracia digna para mantener la paz que tanto nos ha costado”.
Por su parte, el presidente del Comité Nacional de Productores de Azúcar (CNPA), Mario Amador, advirtió que es momento de “ buscar soluciones reales a todos estos problemas que se han presentado. Este no es el INSS, es un montón de cosas que han hecho que la gente despierte y creo que es el momento de que todos nos pongamos a trabajar por Nicaragua y veamos que Nicaragua es un país viable para todos”, expresó Amador.
Elecciones libres
Para el rector de la Universidad Americana (UAM), Ernesto Medina, además de incluir a todos los sectores, el diálogo que el Gobierno propone deberá propiciar que en el país se acabe la corrupción y se comience a gobernar con transparencia, “para que comencemos todos juntos a construir un país diferente”.
Medina anunció que los jóvenes que han liderado las protestas de los últimos días preparan su agenda de temas que llevarán a la mesa de diálogo.
“Con temas que tienen que ver con su futuro y creo que aquí temas centrales serán que se acabe la corrupción y el despilfarro, que la justicia sea igual para todos y transparente, que cese la injerencia del poder ejecutivo en las decisiones del poder legislativo, de la Corte Suprema de Justicia y de otras instituciones. Que el poder electoral cumpla con sus funciones y que de una vez por todas se transforme la institución para que podamos tener elecciones libres y transparentes”, dijo durante la marcha del lunes.