Primero de mayo de 2018
Los trabajadores en sus salarios y derechos dependen de la voluntad del capitalismo, ya que las corrientes diferentes sólo consiguieron un pequeño papel durante el gobierno Allende que fue tumbado por el capital, no por la decisión de los militares ni de Estados Unidos, sino por la maraña del empresariado que obtiene ganancias y paga mal.
La ganancia del empresariado es alta, de modo que podrían pagar un poco más, pero no les interesa pues no les basta la ganancia, pues deben acumular.
Acumular es un verbo que usamos poco, pero que es necesario aprender un poco más, pues el capitalismo no es sólo la ganancia a costa de la explotación, sino el proceso de acumulación, de amontonamiento, de crecimiento, de desarrollo.
Por ejemplo en el ámbito del comercio, las grandes tiendas nos explican que venden más barato, pero no nos dicen como están instalando esas tiendas en Perú, Ecuador, Colombia y otros países y se tejen de diferentes maneras con el capitalismo globalizado, como tampoco nos dicen como la Copec y su forestal Arauco tienen grandes empresas y ganancias en decenas de países siendo unas de las empresas más poderosas del mundo. Recordamos que la forestal Arauco es una gran amenaza y obstáculo para el desarrollo de los derechos del pueblo mapuche a la autodeterminación.
Esas redes hoy día no sólo se cruzan y se tejen con el capital globalizado, sino que todos juntos han iniciado una gran ataque a la naturaleza para acrecentar más esa acumulación, instalando nuevas explotaciones en todo el mundo, nuevas forestales, nueva pesca de arrastre, nuevas hidroeléctricas y los únicos que les hacen frente a nivel planetario son las comunidades indígenas que saben que al recuperar territorios y organizar su propia economía de autosustentabilidad, no sólo se defienden ellos sino que están siendo la vanguardia de la resistencia que no alcanzamos a ver por el reparto o repartija que hacen en Chile los empresarios y sus leyes que no hemos podido cambiar ni mejorar en un montón de años que los militares entregaron los aparatos ejecutivos y legislativos a los partidos políticos para que ayuden a tapar con democracia las condiciones miserables en que nos tienen. Los partidos de la Unidad Popular de Allende se han transformado en ONGS y agencias de empleo, burocráticos a más no poder, muchos se han hinchado y la corrupción, que no es corrupción, sino el modo como funciona el capitalismo se los ha ganado y las ollas se han destapado por todos lados. Tenemos muchos amigos y contactos en todos los partidos y muchos de ellos nos hablan de como en sus propios partidos aparecen y se salen tendencias que buscan otra cosa. Si contamos la enorme cantidad de grupos y dirigentes que se han salido de los partidos comunista y socialista, vemos que la cantidad es grande y que muchos de ellos se han unido en el Frente Amplio donde han llegado otros muchos grupos más y así vamos, las esperanzas se han dividido en la continuidad de adoración de los viejos ídolos o la suma a la adoración de los nuevos que hablan bonito, visten bonitos, son profesionales universitarios y nos ofrecen superar todo este tiempo perdido para que después en el futuro tengamos que buscar a otros más nuevos que nos mantenga la fe renovada mientras sigues pasando los años y las redes capitalistas penetran más en Chile y nos damos el lujo de salir a penetrar otros países y agrandando el tejido capitalista mundial que nos ahorca, de allí las migajas que se reparten para que el narcotráfico asegure que cada hogar pueda comprar la carne del asado del 18 que se mostrará en la TV para reírse de nosotros mostrándonos como un pueblo feliz.
Pero de atrasito, despacito y por abajito pica el indio. Es increíble la cantidad de gente y de micro experiencias que construyen espacios locales, barriales y organizativos que están cambiando de a poco el mundo desde los corazones ganando y atrayendo gente buena y sensible que no se deja engatusar por los cantos de sirena de los empresarios ni de los partidos políticos que nos hacen bajar los brazos a la espera de que ellos se encarguen del parlamento para mejorar las leyes en un mundo donde las izquierdas han tenido montones de gobiernos y se han caído uno tras el otro no por la malicia de los imperialistas, sino por estas termitas capitalistas que lo corrompen todos aún a muchos de nuestros compañeros o ex compañeros, nos arrebatan los gobiernos por todos lados y los pueblos se van cansando y salen a las calles como ha pasado ahora en Nicaragua que era de izquierda y ahora es una burocracia autoritaria de la familia Ortega.
Si vivimos esperando que las cosas cambien cambiando a presidentes y parlamentarios, nos van a seguir metiendo el dedo en el ojo y en otras partes, de modo que tendremos que reconocer que los mapuche tenían razón, que los cambios son posibles desde abajo y desde la familia y las comunidades sin necesidad de salir a quemar camiones como hacen algunos ni de predicar la lucha armada como hacen otros, cosa que ya se acabó, que también tuvo su tiempo. Hoy es el tiempo de la organización desde abajo, desde el mundo de la vida, desde lo cotidiano, desplegando capacidades y demostrando que nuevas relaciones fraternas, solidarias y mancomunadas son posibles, construyendo democracia en cada barrio, centro de trabajo y asociaciones, aprendiendo a gobernar los barrios y comunas entre nosotros, sin representantes que después los vemos en la vereda del frente.
Esta nueva época llama al protagonismo de los trabajadores, a un nuevo aprendizaje, saber moverse entre los mil detalles que son determinados por la maraña de la acumulación empresarial, saber construir nuevas relaciones humanas, familiares y sociales rescatando el instinto de la especie, sin subterfugios, sin normas sociales disciplinarias, sino con el espíritu libertario de la especie que grita por al amor, por la paz y por el despliegue de la potencia social desde donde seguirán saliendo los artistas que pintaremos de mil colores nuevos las formas de vivir hasta que la dignidad se haga costumbre y la acumulación de ganancias se arrincone en museos que mirarán las futuras generaciones mientras la actual recupera la dignidad arrebatada por la separación de lo común, por la ruptura de las comunidades de hormigueros humanos, para reencontrarnos con la mirada, los cuerpos y los corazones en todas partes, sin esperar a nadie que venga al juicio final, sino simplemente dando rienda suelta al instinto de la libertad.
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