El comandante Contreras
Gilberto López y Rivas
La Jornada
El momento culminante del pasado semillero zapatista Miradas, escuchas, palabras: ¿prohibido pensar?, pletórico de emoción y aplauso prolongado y de pie de quienes llenaban el auditorio del CIDECI-Universidad de la Tierra, fue cuando a Pablo González Casanova se le impuso el grado de comandante y se le integró al Comité Clandestino Revolucionario Indígena del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Para quienes hemos tenido el privilegio de su amistad y camaradería durante estos años en el diálogo de San Andrés, el Grupo Paz con Democracia, la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad y, en los últimos tiempos, en el hermanamiento con la lucha del Concejo Indígena de Gobierno, Congreso Nacional Indígena y EZLN, el ahora comandante Pablo Contreras siempre ha representado ese vigía que los mayas zapatistas describen como el centinela de la reflexión crítica, que sabe distinguir los cambios, mira los indicios, los valora y los interpreta, que no se cansa, mucho menos se rinde, y señala los peligros, las tormentas, sin consignas, autos de fe ni modas de la academia extractivista o la intelectualidad al servicio del poder. Este merecido reconocimiento de los zapatistas al más importante científico social de nuestro país viene a colmar una vida plena de congruencia ética y compromiso social intelectual. Es por esa entrega a la causa de los pueblos que la Comandancia General del EZLN lo premia, a la manera de los zapatistas, dándole más trabajo, cómo afirmara el comandante Tacho en esa noche memorable.
A contracorriente de una academia y una derecha ilustrada insensibles y conformistas, Pablo González Casanova se distingue por sus tempranas y siempre vigentes aportaciones en torno a la democracia en México, así como la reformulación de las categorías de explotación, dominación, colonialismo interno, imperialismo, comunidad y desarrollo. Justamente en este año, presentamos su libro Explotación, colonialismo y lucha por la democracia en América Latina [México: Akal, 2017], imprescindible para entender la trágica realidad de nuestro país, en tiempos en que el circo electoral pretende embaucar a millones de ciudadanos con sus payasos, domadores, ilusionistas y trapecistas políticos. En esta obra, González Casanova sostiene, precisamente, que la explotación, fundamento del orden capitalista, ha sido incompatible con un sistema político democrático que respete la soberanía de los pueblos de América Latina, aseveración que hace comprensible el fundamento estructural de la crisis de legitimidad y credibilidad de este sistema de representación.
El subcomandante Galeano comentó que el apelativo de Contreras, se lo ganó González Casanova por su apoyo permanente y decidido, no exento de diferencias puntuales y constructivas. Con ello, se muestra su veta de intelectual orgánico de los procesos sociales a los que apuntala con pasión y sin ambigüedades. Así, destacan su crítica al socialismo burocrático a partir de la defensa del marxismo científico y el humanismo; su lealtad a toda prueba a la revolución cubana, y, recientemente, su posicionamiento en torno al proceso revolucionario que vive la República Bolivariana de Venezuela, [ La mentira más grande del mundo, La Jornada, http://www.jornada.unam.mx/2018/ 04/14/opinion/002a1pol], acontecimiento histórico, por cierto, que ha hecho perder la brújula antimperialista y clasista, incluso a intelectuales reconocidos en el ámbito mundial. Recuerdo también, su categórico deslinde: Con Saramago hasta aquí y con Cuba hasta siempre [http://www.jornada.unam.mx/2003/ 04/26/030a1mun.php?origen=], en circunstancias difíciles que el gobierno y el pueblo cubanos vivieron en el año 2003, y en los que recibieron la solidaridad oportuna de González Casanova.
El subcomandante Galeano hizo notar, también, que Pablo Contreras es el único integrante de la Comandancia General que no es indígena, distinción que se explica no sólo por sus méritos como militante de la causa de los pueblos en resistencia, sino también por sus contribuciones teóricas a la comprensión de lo que el marxismo denomina como cuestión nacional y colonial. Para los estudiosos de la etnicidad, su concepto de colonialismo interno significó una luz en el túnel del marxismo dogmático. En el capítulo El colonialismo interno, del libro citado, se profundiza en este importante concepto para interpretar la problemática étnico-nacional, iniciando con la idea de que las fronteras políticas han influido directa o indirectamente en la formulación y el uso de las categorías sociológicas, acotando el carácter relativamente intercambiable de la noción de colonialismo y de estructura colonial, y haciendo hincapié en el colonialismo como un fenómeno interno. Así, el concepto de colonialismo interno sólo ha podido surgir a raíz del gran movimiento de independencia de las antiguas colonias. Con la desaparición directa del dominio de los nativos por el extranjero aparece la noción del dominio y explotación de los nativos por los nativos. González Casanova aclara: El colonialismo interno corresponde a una estructura de relaciones sociales de dominio y explotación entre grupos culturales heterogéneos, distintos, y con diferencias de civilización. La estructura colonial y el colonialismo interno se distinguen de la estructura de clases, porque no son sólo una relación de dominio y explotación de los trabajadores por los propietarios de los bienes de producción y sus colaboradores, sino una relación de dominio y explotación de una población [con sus distintas clases, propietarios, trabajadores] por otra población que también tiene distintas clases [propietarios y trabajadores].
El nombramiento de Pablo González Casanova como integrante de la Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional tiene múltiples significados desde la perspectiva del propio zapatismo. En todo caso, se convierte en obligado referente en el que se pone a prueba una academia y una intelectualidad anquilosadas y alejadas de las resistencias anticapitalistas, la recolonización y la guerra social que viven nuestros pueblos y naciones. Y, en función de lo anterior, la idea levantada por el comandante Contreras sobre el carácter universal del pensamiento zapatista.
¡Muchas felicidades, comandante Contreras!