Los mensajes que envía la juventud palestina desde la resistencia popular
Centro de Información Alternativa
17 mayo 2018 0
Mucha gente se sorprendió al ver la reacción de los y las jóvenes palestinas ante las prácticas israelíes con respecto a la declaración de Trump, cuando reconoció Jerusalén como capital de Israel. Nadie esperaba que las manifestaciones de la juventud en Gaza, Cisjordania y en la diáspora fueran tan grandes y bajo el lema “Derecho al retorno”.
La juventud palestina en la Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén fue más allá de las fronteras; fue más allá de las limitaciones geográficas y se refirió a Palestina en la forma en que creen que es. Fue más allá de la división entre Fatah y Hamas y apuntó su brújula y conciencia hacia la dirección correcta. Fue lejos, al lugar al que les lleva su conciencia de resistencia y su profunda convicción.
Esa es la juventud palestina; la generación post-Oslo que ejerce la resistencia popular y que resiste con valentía e incluso muere con valentía. Ese es el mensaje que están enviando a aquellos que logran percibir cuál es su magnitud real.
En el momento en que los y las jóvenes palestinas encendieron la mecha de la resistencia y los puntos de enfrentamiento en toda la Palestina histórica, algunos levantaron ciertas preguntas, lo que refleja en muchos casos la incapacidad de comprender esta valiente revolución popular palestina. Algunas de esas preguntas planteadas eran: “¿Es una tercera Intifada? ¿Es solo un levantamiento popular? ¿Va a durar? Si es así, ¿hasta cuándo? ¿Y hará…?”.
De hecho, plantear tales preguntas y dentro de este contexto no tiene sentido. Sin importar si es la tercera Intifada o un levantamiento popular o si durará mucho tiempo o no, la población palestina media y la juventud que protagoniza las confrontaciones no ve ningún sentido en estas cuestiones. La razón es que la actividad popular palestina actual es una reacción normal a las circunstancias actuales. Es un caso de confrontación o avance natural de la resistencia. La juventud palestina no se acercó a la resistencia siguiendo un plan estratégico. Está motivada por el deseo de responder a las provocaciones de la ocupación y su opresión, independientemente del precio que vayan a pagar por ello.
Sin importar si es la tercera Intifada o un levantamiento popular, o si durará mucho tiempo o no, la juventud que protagoniza las confrontaciones no ve ningún sentido en estas cuestiones
Pero estas preguntas sí se las deberían plantear los poderes políticos y líderes palestinos. Ya que son ellos los que afirman tener una visión, un proyecto y una estrategia nacional. Y así debería ser.
A pesar de la importancia de plantear preguntas claras y precisas a los poderes políticos palestinos, es importante presentar a los responsables de la toma de decisiones (y a los que no toman decisiones) análisis profundos de los mensajes que envía la población palestina mediante la resistencia popular, y sus contenidos y dimensiones. Dicho análisis debe presentarse ya sea cuando los que toman las decisiones son los poderes políticos palestinos, el estado ocupante colonial, las naciones árabes o los movimientos de solidaridad internacional con la población palestina.
Esta generación se lanza al terreno para resistir y luchar bajo uno de los principales componentes de la resistencia palestina que ha ganado el consenso popular: Jerusalén y el derecho al retorno
Con respecto a las potencias políticas palestinas de todos los orígenes, deberían analizar profundamente a la juventud, ya que queda claro que quien está activa en el terreno y está dispuesta a sacrificarse es la generación post-Oslo. Esta generación se lanza al terreno para resistir y luchar bajo uno de los principales componentes de la resistencia palestina que ha ganado el consenso popular: Jerusalén y el derecho al retorno.
A pesar de la importancia religiosa de Jerusalén, es engañoso considerar la reacción palestina como si se tratara solo de un acto emocional o religioso. Jerusalén es la dirección y la puerta de entrada para cuestiones políticas más amplias. Jerusalén es sólo la punta del Iceberg. Es superficial y no tiene sentido conectar la reacción de la población palestina solo con la reacción emocional o religiosa, sea así o no lo sea.
Algunas personas, locales y externas, apostaban que las estructuras emergentes y los impactos destructivos de los Acuerdos de seguridad, culturales y económicos de Oslo, junto con la recesión de los poderes políticos palestinos, harían perder (total o parcialmente) la confianza de las nuevas generaciones jóvenes; y que el bloqueo político llevaría a crear una nueva generación palestina frustrada, sin ambición ni voluntad para tomar la iniciativa. Sin embargo, la resistencia popular actual contradice este análisis y sus limitadas expectativas.
El mensaje principal transmitido por las juventudes desde la resistencia popular es que no hay posibilidad de controlar la reacción de la población palestina cuando se ataca una de las principales cuestiones que están profundamente arraigadas en la conciencia colectiva palestina, como es la cuestión de Jerusalén o el derecho al retorno o el tema de los y las prisioneras palestinas. En caso de tocar uno de estos temas, la voluntad colectiva estará unida y superará intereses limitados y agendas parciales. Es un mensaje crítico y profundo para enfatizar que hay cuestiones intocables dentro de la conciencia colectiva palestina, y dañar cualquiera de ellas será una provocación contra la conciencia y la dignidad palestina.
De hecho, se debería tener en cuenta que aunque la resistencia y los enfrentamientos actuales van en primer lugar contra la ocupación, incluyen un mensaje de enojo contra el desempeño político del liderazgo palestino debido a su débil trabajo y al papel limitado en la confrontación la ocupación israelí.
En este sentido, el mensaje claro y directo de la juventud palestina es que han llegado a un punto en el que ya no soportan ni entienden que se juegue con los componentes básicos de la cuestión nacional y los derechos nacionales y humanos. Es un mensaje que se dirige al discurso político palestino débil que no armoniza con el contexto palestino y los derechos de la población palestina, ni con sus sacrificios, ambición y voluntad de resistir y sacrificarse por sus reivindicaciones.
La unidad nacional es una cuestión clave; y es uno de los elementos básicos constantes del proceso de liberación nacional
El segundo mensaje que mandan se dirige a los poderes políticos y líderes palestinos, pidiéndoles que se unan y dejen atrás las divisiones, y también condenando su impotencia. Se les ha acabado la paciencia ante esta situación por parte de los partidos políticos, y se sienten a disgusto por esta flacidez en uno de los temas axiomáticos: la unidad nacional. Poderes y líderes políticos palestinos han trasladado la cuestión de la unidad nacional, en lugar de ser condición necesaria en la resistencia, a un tema inútil de debate y maniobra para dividir el poder y los beneficios entre las partes bajo ocupación. Con respecto al pueblo palestino, la unidad nacional es una cuestión clave; y es uno de los elementos básicos constantes del proceso de liberación nacional, así como un elemento básico para la cultura de resistencia entre los y las palestinas y enfrentando los desafíos impuestos a las personas.
Los mensajes anteriores desde la resistencia popular en Cisjordania y la Franja de Gaza han sido muy claros. Los y las palestinas en todas partes, sin importar su procedencia, estaban unidas resistiendo por la cuestión nacional y sus derechos. Por lo tanto, ¿por qué toda esta procrastinación, hipocresía y confusión en torno a la Unidad Nacional Palestina? Esto simboliza que la juventud palestina que se ha unido ha arrojado la responsabilidad de desfiguración y división constante sobre los hombros de los poderes políticos y el liderazgo palestino.
Durante las dos décadas anteriores a la firma de los Acuerdos de Oslo, se popularizó la creencia entre las diferentes facciones palestinas de que estos Acuerdos son inútiles y que la ocupación ha sido la única ganadora, por lo que la población palestina no tenía nada que ver con estos acuerdos. Los Acuerdos de Oslo tratan todos los temas, pero no consiguieron realizar los intereses palestinos. La clara ganadora es la ocupación, que ha utilizado los Acuerdos de Oslo para crear más hechos sobre el terreno. Israel ha logrado restringir cada vez más a la población palestina según la interpretación israelí de los Acuerdos de Oslo. Los Acuerdos de Oslo se han usado como una herramienta para anexionar la economía palestina a la israelí de acuerdo con las condiciones israelíes, las condiciones de los países donantes y el Banco Internacional. Además, se ha impuesto el modelo económico neoliberal a la ciudadanía palestina que ha hecho duplicar su sufrimiento. La pobreza se extiende entre los y las palestinas y las circunstancias de vida se han hecho más difíciles. La población palestina ha quedado bajo el control de préstamos e impuestos y trabajan en base a los fondos condicionales.
Limitar la actuación palestina a la estrategia de negociaciones le ha dado a la ocupación la justificación para asociar cualquier resistencia, incluida la resistencia con piedras, a actos de terrorismo
Otro mensaje no menos importante enviado por la juventud es el fracaso de las negociaciones y las estrategias diplomáticas como única línea de solución. Desconectar el proceso de negociación de lo nacional e histórico y de la experiencia de la población palestina, lo ha convertido en una estrategia fracasada y limitada. Lo más importante es que la negociación como estrategia no concuerda con la naturaleza de la ocupación de desarraigo colonial y sus prácticas sistemáticas contra el pueblo palestino y sus derechos. No solo eso, sino que limitar la opción palestina a la estrategia de negociaciones le ha dado a la ocupación la justificación para asociar cualquier resistencia de la población palestina, incluida la resistencia con piedras, a actos de terrorismo. A la luz de eso, la juventud se ha iniciado en la resistencia para recuperar el valor de la resistencia popular positiva, que se considera legal de acuerdo con el derecho internacional, y sigue los pasos de otras naciones que han resistido por su liberación nacional.
El hecho anterior requiere que la población palestina aplique una estrategia alternativa basada en su voluntad y utilice su capacidad, paciencia y voluntad para participar en una resistencia popular exhaustiva. Dicha estrategia es la herramienta adecuada para recuperar los derechos nacionales y forzar los derechos humanos y nacionales de la población palestina.
En este aspecto, los poderes políticos y los líderes palestinos deberían empezar inmediatamente a utilizar el estatus popular emergente e identificar objetivos políticos claros para tal caso. Los poderes políticos palestinos deberían presionar para lograr los objetivos del levantamiento popular actual que podrían incluir:
Levantar el bloqueo impuesto a la población de Gaza inmediatamente.
Respetar los lugares sagrados y acabar con el plan para dividir la mezquita Al-Aqsa en base espacial y temporal. Detener todas las excavaciones debajo del santuario y que se deje de profanar por colonos israelíes. Enfatizar en el derecho de la población palestina a acceder libremente a sus lugares sagrados en Jerusalén.
Detener la construcción de asentamientos y los ataques de colonos contra los y las palestinas de inmediato.
Desmantelar los puestos de control en las carreteras entre ciudades palestinas y dejar de insultar y provocar a la ciudadanía palestina.
La población palestina debe tener derecho a acceder libremente a sus tierras agrícolas, incluidas las que están detrás del Muro del Apartheid.
Respetar los convenios y tratados internacionales en relación a los y las miles de prisioneras y detenidas palestinas.
Los objetivos tácticos anteriores son esenciales para impulsar la resistencia popular hacia objetivos específicos y lograr victorias, aunque sean parciales. Estos objetivos no deberían ser una alternativa a la estrategia nacional a largo plazo que aborde los problemas básicos del conflicto. La estrategia nacional debe aplicar la resistencia y otras estrategias para lograr los derechos nacionales básicos que forman la base de la cuestión palestina: el derecho al retorno, Jerusalén, acabar con los asentamientos, derecho al agua, derecho a la autodeterminación y retirada completa a las fronteras de 1967.
Por lo tanto, los líderes y las potencias políticas palestinas deberían aprovechar el momento actual para presionar de una manera que incomode y que no consolide aún más la ocupación. Los poderes y líderes políticos deben impulsar la resistencia popular hacia el logro de objetivos específicos, incluso tácticas que armonicen la voluntad de las personas de luchar y sacrificarse.
Hacer provocaciones contra la conciencia palestina y símbolos como Jerusalén, lugares sagrados, los y las prisioneras y el derecho al retorno, tendrá como respuesta un proceso de resistencia integral
Los mensajes que las juventudes han enviado al Estado de Israel son fuertes y claros. El mensaje principal es que las generaciones palestinas están unidas a sus hogares y a sus derechos. El mensaje más claro es que no se puede seguir oprimiendo a la población palestina: están exhaustos y frustrados.
El segundo mensaje enviado al Estado de Israel es que hacer provocaciones contra la conciencia palestina y símbolos palestinos como Jerusalén, lugares sagrados, los y las prisioneras y el derecho al retorno, tendrá como respuesta un proceso de resistencia integral. Esto indica que la resistencia, como elemento social y de comportamiento, se arraiga profundamente en la mentalidad colectiva palestina. La razón es que la población palestina no está involucrada en el conflicto en base a ecuaciones superficiales y de equilibrios temporales de poder, sino de acuerdo a una ecuación basada en el derecho histórico del pueblo palestino, y que depende de todo el pueblo, en lugar de depender de pequeños grupos o élites que puedan aislarse fácilmente. En este sentido, es posible decir que cada palestino es un luchador o una luchadora potencial, con la excepción de una pequeña minoría. Por tanto, la población palestina es capaz de amenazar profundamente la seguridad israelí. La juventud palestina ha conseguido derribar de un golpe la gran mentira del muro de segregación, que era vendido como muro de seguridad. El fracaso del Muro de Segregación lo muestra en su realidad como el Muro político y cultural del Apartheid.
Estos hechos y lecciones significan que las prácticas de la ocupación y los hechos creados sobre el terreno (confiscación de tierras, construcción de asentamientos, restricción y opresión de la población palestina, aislamiento de Jerusalén en el plano político, social y humano) aumentan el sufrimiento de la población palestina, y con ello aumentan la ira de las personas, haciendo que su reacción sea más contundente. Por eso, los castigos colectivos y la presión sobre las personas nunca han logrado someter a los y las palestinas a la ocupación y nunca han tenido éxito. Por el contrario, estas prácticas aumentarán el ritmo de la resistencia.
*Analista político, escritor y autor palestino. Codirector del Centro de Información Alternativa (Alternative Information Center, AIC).