El candidato kurdo entre rejas, si saca 10% de votos, hace perder mayoría parlamentaria de Erdogan

Kurdos confían en obtener más del 10% aunque son perseguidos como si fuesen judíos entre nazis. Finalmente el confederalismo democrático se alza como espada de Damocles contra su verdugo Erdogan, el asesino Ortega de Oriente Medio.



Un candidato entre rejas en Turquía
TURQUÍA
LLUIS MIQUEL HURTADO Estambul
El Mundo
21 JUN. 2018 02:19

Los simpatizantes de Selahettin Demirtas, con caretas con su cara durante un acto de campaña en Ankara. ADEM ALTANAFP

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A falta de cuatro días para las presidenciales, el político kurdo Selahettin Demirtas hace campaña desde la cárcel, donde lleva 20 meses sometido a un régimen de semi aislamiento

Muharrem Ince será el candidato contra Erdogan del principal partido opositor de Turquía

En una de las campañas más prolíficas en mítines uno de los candidatos sólo puede dirigirse a los votantes desde su celda. Confinado provisionalmente por cargos de terrorismo en la prisión de Edirne, en el extremo occidental de Turquía, el abogado kurdo Selahattin Demirtas, aspirante a Presidente por el izquierdista Partido Democrático de los Pueblos (HDP), trata de lograr que su llamada a las urnas atraviese los barrotes y la densa atmósfera judicial, política y mediática hostil a su formación. El domingo pasado, Demirtas, de 45 años, gozó de la única comparecencia televisiva que las autoridades le han permitido. La cadena pública TRT emitió un discurso grabado en la cárcel. No se le permitió desplazarse a los estudios. Ataviado con un traje oscuro y una corbata del color morado de su formación, sentenció frente a cámara: “Si el acoso y la ilegalidad se limitasen a mí no necesitaría mencionarlos. Pero véis y vivís este tipo de acoso e ilegalidad todos los días. También sois víctimas de esta persecución”.
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De 59 diputados que obtuvo el HDP en las últimas legislativas, sus dos colíderes, Demirtas y Figen Yüksedag, y dos parlamentarios más están encarcelados. Una más pasó por prisión, dos aparte fueron despojados de su cargo y otros dos se fugaron al extranjero. Si, como denuncia el HDP, el Gobierno islamonacionalista de Recep Tayyip Erdogan usó la Judicatura para borrarlos de la arena política, los últimos sondeos dan a entender que el plan no ha surtido efecto. Buena parte de las aspiraciones de victoria del gobernante AKP pasan por que el partido de Demirtas, autonomista, ecologista y favorable a negociar el fin del conflicto kurdo no supere el umbral del 10% de voto requerido para entrar en el Parlamento. De no hacerlo, Erdogan y los suyos se beneficiarían de una bonificación de diputados. De hacerlo, y las encuestas se inclinan por esta posibilidad, el AKP podría perder la mayoría parlamentaria frente a la Coalición Nacional, la alianza opositora que ha unido a ideologías dispares contra Erdogan.”El HDP es la clave en estas elecciones. Es crucial tanto para el futuro de Erdogan como para la oposición”, asegura Fuat Keyman, politólogo del Centro de Política de Estambul, de la Universidad de Sabanci. Asimismo, aunque descartada su victoria en las presidenciales, una llamada de Demirtas a sus bases - y la inhibición, al menos temporal, de algunos de los tics nacionalistas de parte de la oposición - puede ser crucial para que el candidato opositor venza a Erdogan en una hipotética segunda vuelta. Tal es el poder movilizador y el magnetismo del candidato de Palu (su ciudad natal), quien, antes de su cautividad, conseguía que en un mismo mitin las abuelas se deshacieran en carantoñas y que chavales ‘borroka’ encapuchados se descubrieran para besarle las mejillas. No hace tanto se le apodaba ‘el Obama kurdo’, por su carisma discursivo - equiparado al del mismo presidente - y por su gusto por la pintura, la música y la poesía, artes que practica con pericia en sus largas horas de soledad. Más allá de los cuatro muros ¿Cuál ha sido el secreto para que las aspiraciones de Selahattin Demirtas y del HDP no hayan languidecido entre rejas? Las redes sociales, un partido sin fisuras y un equipo de abogados entregado. “Nos reunimos con él dos o tres veces al día en prisión. Le informamos de qué ocurre en Turquía y en el mundo”, explica a EL MUNDO Bayram Aslan, uno de los letrados del candidato, que actúa de puente con el equipo de campaña del HDP: “De esta forma, su voz resuena más allá de los cuatro muros”.Según describe el abogado, Demirtas lleva veinte meses sometido a un régimen de semi aislamiento, que el Constitucional ha rechazado finalizar para permitirle hacer campaña en la calle. “Está encerrado junto a su amigo y diputado Abdullah Zeydan, pero aparte de él no puede contactar con otros arrestados o convictos”, dice. “Tampoco puede ver a ningún pariente que no sea de primer grado, una hora a la semana sin supervisión”. Un régimen que, asegura Aslan, no ha minado al candidato: “Psicológicamente es muy fuerte. Está constantemente dando ánimos”. Esta personalidad se reflejó en el único mitin que ha podido ofrecer Demirtas, convertido por el HDP en un anuncio que circuló raudo por las redes sociales. En él, Basak Demirtas reúne en casa a la familia de su esposo, quien aprovecha los diez minutos semanales de teléfono de que dispone para hablar a los turcos a través del aparato: “Están intentando crear una sociedad basada en el miedo y gobernada por el miedo”, declara. Los diez minutos de la siguiente semana los usó para cantar él mismo el himno de la campaña. Aun habiendo podido arrancar unos minutos de televisión, Demirtas han estado mayormente ausente en los medios de comunicación, lo que ha generado críticas de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE, por sus siglas en inglés). Por contra, Erdogan ha arremetido duramente contra él en sus mítines. Lo ha acusado de “terrorista” por la muerte de docenas de personas en octubre de 2014, tras una llamada suya a manifestarse en las calles. El candidato se enfrenta a más de 140 años de cárcel por una ristra de acusaciones como “líder de grupo armado” o “propaganda terrorista”.

El HDP y Demirtas han compensado estas barreras extendiéndose por las redes sociales - no en vano, la mayor parte de los votantes noveles se decanta por este partido - y despertando una rara simpatía entre opositores, incluidos los de ideología totalmente opuesta, que, al menos por unos días, han aparcado las acusaciones a algunos miembros del HDP de simpatizar, e incluso congeniar, con el PKK, grupo terrorista según Turquía y la UE. Así lo manifestó a este periodista un individuo que prefirió no revelar su nombre, tras reconocer que, hasta el año pasado, apoyaba al ultranacionalista MHP: “Soy turco y nacionalista, pero en esta campaña voy a votar por el HDP. La represión que está sufriendo Demirtas es injusta”.