Gioconda Belli
26 de junio a las 19:12 ·
EL RELEVO
El 18 de abril fue el día de visiones macabras.
Los golpeados con ira.
Mi amiga Ana con la cabeza cortada, el ojo morado.
El estudiante aporreado en el suelo
por cinco o seis chicos pateándole.
Los de las motos cargando sus hierros, palancas
ensañándose contra el desarmado joven
hasta dejarlo inconsciente.
En el trasfondo, la imagen del policía impávido
observándolo todo
acuerpando el castigo y la impunidad.
Gracias a este siglo XXI y a la tecnología
cientos vimos el salvaje desaforo
de los enviados a sofocar las protestas.
Fue como si a todos nos hubiesen aporreado
arrinconado contra la camioneta
los nueve o diez “cristianos” con sus camisetas
proclamando “amor y paz”
haciéndonos sangrar
a pies y puño limpio.
Cada uno de nosotros
se percató de pronto cuán exiliado estaba
de su ciudadanía
y una energía unánime
atravesó la coraza de súbditos dóciles
y rompió en mil pedazos
la lógica de la resignación.
Un polvorín el resentimiento acallado
- “Nos hicieron alabarlos”, decían, “pero no nos engañaban”.
Se deforestó la ciudad ahogada por luminosos árboles de lata
Fueron arrancadas de los mástiles
las pobres banderas rojinegras,
el símbolo otrora de rebelión, transmutado en símbolo de opresión.
¿Cuántos tiranos alcanzan en una vida?
¿Sabrá el de ahora lo que sentía el otro?
¿Recordará cuánta muerte sembró aquel
aferrado al poder?
-el bombardeo de las ciudades
-su hermano Camilo Ortega caído en los Sabogales
(él era como uno de esos jóvenes asesinados en las protestas)
¿Cuántos tiranos alcanzan en una vida?
Éste sin ver en el espejo la fantasmal semejanza
Sin aceptar el fin de su tiempo.
Inmune al repudio
Insiste
Reprime
Insiste
Nunca vuelvan a preguntarme si fue en vano la Revolución.
Hay relevo. Los de antes ya no somos necesarios.
Se hereda el ardor contra los tiranos.
Mayo 2018