Decenas de miles marchando en las calles de Managua empujan y obligan a retirarse a la policía de Ortega

A las dos de la tarde, los ciudadanos se reunieron en la rotonda Jean Paul Genie para marchar en dirección norte hasta la catedral metropolitana, donde se encontraba una gran cantidad de antimotines que resguardaban la salida de una movilización sandinistas hacia la avenida Bolívar.
A pesar de la fuerte presencia policial y de la amenaza de un posible ataque, los pobladores avanzaron sin temor. El inclemente sol no dio tregua.
“Las madres no se rinden, exigen justicia”, gritaba la muchedumbre.
La amenaza de represión de los antimotines cada vez era más latente. Después de los disparos al aire que realizaron los policías en la rotonda Centroamérica, los ciudadanos marcharon con cierta incertidumbre respecto a si llegarían o no hasta la Catedral.
A medida que los pobladores se acercaban a Metrocentro, los antimotines retrocedían. Cuando la manifestación estaba en los semáforos de McDonalds, los más de cincuenta antimotines abandonaron el lugar, y se retiraron hacia Plaza El Sol.
“La Policía pensaba reprimirnos, pero no contaba con que el pueblo ya no tiene miedo, ya ganamos esa batalla y ahora solo esperamos que Daniel se vaya”.



Decenas de miles marcharon en Managua a pesar de la intimidación de las huestes de Ortega.
Nicaragua se movilizó exigiendo libertad de los presos políticos.
Marcha Nicaragua presos políticos
“La Policía pensaba reprimirnos, pero no contaba con que el pueblo ya no tiene miedo, ya ganamos esa batalla y ahora solo esperamos que Daniel se vaya”

Confidencial
Maynor Salazar
@Maynorsalaz
12 de agosto 2018

Decenas de miles de manifestantes alzaron sus voces en Managua por la libertad, la justicia y el respeto a los derechos humanos de los presos políticos que se encuentran en diversas cárceles del país, detenidos ilegalmente por fuerzas parapoliciales.

La CPDH ha informado que al menos 137 personas están siendo judicializadas, tras haber sido secuestradas por las policìas y paramilitares sin orden judicial ni delitos comprobados. Algunos de los presos políticos más conocidos son los líderes campesinos Medardo Mairena y Pedro Mena; la dirigente de los comerciantes autoconvocados, Irlanda Jerez; uno de los coordinadores del Movimiento 19 de Abril en Masaya, Cristhian Fajardo; y los jóvenes Brandon Lovo y Glen Slate, a quienes se les acusa del asesinato del periodista Ángel Gahona.

A las dos de la tarde, los ciudadanos se reunieron en la rotonda Jean Paul Genie para marchar en dirección norte hasta la catedral metropolitana, donde se encontraba una gran cantidad de antimotines que resguardaban la salida de una movilización sandinistas hacia la avenida Bolívar.

A pesar de la fuerte presencia policial y de la amenaza de un posible ataque, los pobladores avanzaron sin temor. El inclemente sol no dio tregua, y los más favorecidos fueron los vendedores de gaseosas, aguas y refrescos.

“Las madres no se rinden, exigen justicia”, gritaba la muchedumbre.

Entre el cúmulo de personas, sobresalía María del Socorro Altamirano, madre de Edwin Altamirano, un hombre que según su progenitora, fue herido por la misma Policía Nacional y secuestrado.

“Mi hijo está en La Modelo. He hablado con él en las audiencias, pero poco tiempo. No hayan de qué acusarlo. Es inocente y más bien le desbarataron su camioneta”, expresó Altamirano, quien cargaba un gran cartel con la foto de su vástago.

Altamirano manifestó que el secuestro, y ahora juicio, en contra de su hijo, es una represalia por haber apoyado las manifestaciones en contra del régimen de Daniel Ortega, que hasta la fecha ha dejado más de 300 muertos.

“Me le pusieron un montón de armamento, morteros, de todo. Él es un hombre trabajador. No es nada de eso que lo acusan, y qué más prueba de lo que digo, que la camioneta se la tienen en El Chipote, desbaratada… Yo lo que pido es justicia, que liberen a mi hijo y que Daniel se vaya”, agregó la ciudadana.

El grupo que iba liderando la movilización, alertó de presencia policial en la rotonda de la Centroamérica. Unos motorizados, al ver que los ciudadanos venían avanzando, dieron varias vueltas en la rotonda. Los pobladores comenzaron a gritar “asesinos, asesinos, asesinos” y los oficiales respondieron con disparos al aire. Afortunadamente el hecho no pasó a más.

Los autoconvocados, ante el altercado, consideraron desviar la marcha, sin embargo, al notar que los oficiales se replegaron hasta el sector de Metrocentro, decidieron avanzar.

Las voces de quienes exigen justicia

Miurel Salinas, trabajadora de la empresa privada, dijo que apoyaba la marcha en solidaridad no solo con los presos que están siendo judicializados, sino con los que permanecen detenidos, y no les dan a sus familiares mayor información.

Juan Carlos García, jubilado, afirmó que estaba apoyando la manifestación, porque “solo el pueblo salva al pueblo”, además porque le daba vergüenza que un Gobierno al cual apoyó en el pasado, ahora estuviera masacrando a los jóvenes, y torturándolos en las cárceles clandestinas.

La instrumentalización del Ministerio Público y el poder judicial, para castigar la disidencia, ha sonado la campana de alerta a la ciudadanía.

“Hay que cambiar todos los poderes del Estado, porque solo de esa forma es que vamos a tener justicia, pero de verdad”, dijo Fernando Pérez, médico.

“El papel que ha jugado la Fiscalía, el Poder Judicial, es el de siempre, le lavan la cara al Gobierno, en complicidad total con el Orteguismo”, refirió Magaly Quintana, de las Católicas por el Derecho a Decidir.

La criminalización de la protesta es un grave delito a los derechos humanos, y abre una nueva etapa en la ola represiva de Daniel Ortega, advirtieron organizaciones de derechos humanos.

Gonzalo Carrión, Director Jurídico del Cenidh, manifestó que protestar es un derecho que todo nicaragüense tiene, y que el delito es reprimir la libre voluntad de la población. Carrión recordó cuando el 18 de abril los antimotines, junto a las turbas orteguistas, golpearon a estudiantes universitarios y autoconvocados, que se manifestaban por las reformas al INSS.

A pesar de la represión y la ola de muerte que golpea a Nicaragua, los ciudadanos continúan confiando en el Diálogo Nacional, cuya mediación está a cargo de los obispos de la Conferencia Episcopal.

“Es la salida que todos estamos esperando, el diálogo es lo que nos va a ayudar a salir de esta crisis. Nicaragua no quiere guerra, no quiere más muertos”, afirmó Rodrigo Cabrera, Diseñador Gráfico.

Ernesto Medina, rector de la UAM y miembro de la Alianza por la Justicia y la Democracia, expresó que aunque no existe una fecha para reanudar el Diálogo Nacional, espera que el Gobierno, se siente en la mesa y lleve propuestas que aligeren a una salida de la crisis nacional.

La llegada a la Catedral

La amenaza de represión de los antimotines cada vez era más latente. Después de los disparos al aire que realizaron los policías en la rotonda Centroamérica, los ciudadanos marcharon con cierta incertidumbre respecto a si llegarían o no hasta la Catedral.

A medida que los pobladores se acercaban a Metrocentro, los antimotines retrocedían. Cuando la manifestación estaba en los semáforos de McDonalds, los más de cincuenta antimotines abandonaron el lugar, y se retiraron hacia Plaza El Sol.

“La Policía pensaba reprimirnos, pero no contaba con que el pueblo ya no tiene miedo, ya ganamos esa batalla y ahora solo esperamos que Daniel se vaya”, dijo Rodrigo Mendoza, un manifestante.

Los ciudadanos llegaron hasta la Catedral sin ningún contratiempo. La marcha fue un preludio para el próximo 15 de agosto, día en que se está convocando a la gran movilización nacional, en la que se espera se sumen más personas. Esta saldrá de la rotonda Cristo Rey y culminará en La Virgen.

A pesar de que la actividad finalizó luego de que se cantara el himno nacional, los ciudadanos decidieron permanecer un rato más en la rotonda, escuchando las canciones de Carlos Mejía Godoy y Los Minúsculos.

Otros se retiraron hacia la Plaza de Las Victorias, donde más ciudadanos estaban reposando, luego de caminar casi cuatro kilómetros y después de haber soportado el sol de las dos de la tarde.

La contramarcha

Simpatizantes del Gobierno en respaldo al presidente Daniel Ortega, en Managua. EFE | Esteban Biba | CONFIDENCIAL.
Simpatizantes sandinistas salieron una vez más a las calles de Managua para respaldar al presidente Daniel Ortega y demandar justicia para las víctimas del “terrorismo golpista”, en alusión a quienes protestan contra el Gobierno desde el pasado 18 de abril.

A pie, en motocicletas y en vehículos, miles de simpatizantes del Gobierno, entre ellos, empleados públicos y miembros de la Policía Nacional, marcharon en un recorrido de unos cuatro kilómetros por diferentes puntos de la ciudad como las rotondas Hugo Chávez o Rubén Darío.

Durante esa caminata, convocada por el Gobierno para exigir justicia para las víctimas que ha dejado la crisis que atraviesa el país desde hace casi cuatro meses, los sandinistas expresaron su respaldo a Ortega.

“Todos sabemos quiénes son los terroristas, los golpistas, los asesinos, los criminales, los torturadores, los secuestradores, los pirómanos que les pegaban fuego a las instituciones y a las viviendas, todos sabemos quiénes son”, dijo en la víspera la vicepresidenta y primera dama del país, Rosario Murillo.

Los simpatizantes del Gobierno repetían esas consignas en esa caminata en la que además portaron las banderas roja y negra del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y la de Nicaragua.

Además, pancartas con mensajes como “Son 197 (…) ellos los mataron” y exigiendo justicia para las víctimas.

Un país movilizado

El movimiento autoconvocados de Bluefields una vez más salió a las calles en la ciudad para exigir la libertad de los presos políticos que hay en Nicaragua y se suman a la demanda nacional de justicia, libertad y democracia, así lo dio a conocer George Henríquez miembros del movimiento autoconvocados costeños de Bluefields, Caribe Sur de Nicaragua. Ellos están exigiendo la libertad de Glen Slate y Brandon Lovo que están siendo acusados por el régimen de Ortega injustamente por el asesinato del periodista Ángel Gahona.

En León, feligreses de esa ciudad y de Chinandega, realizaron una peregrinación por las principales calles de la ciudad universitaria, junto a la imagen de la Virgen de la Asunción para que cese la violencia y la persecución por parte del Gobierno Ortega Murillo. El peregrinaje terminó en la iglesia de Sutiaba. La actividad fue convocada por miembros del Movimiento 19 de Abril de León.

En Estelí, autoconvocados se reunieron para marchar en contra de la violencia y por la libertad de los presos políticos. El Frente Sandinista también convocó a una contramarcha en otro extremo de la ciudad.

La caravana por la libertad, recorrió las principales calles de la ciudad. A pesar de la presencia de agentes especiales vestidos de negro y fuertemente armados, esto no minó la confianza en los pobladores, quienes nuevamente se tomaron las principales vías en esa ciudad.
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