Los independentistas de Cataluña quieren tomar las calles en la Diada
Por RAPHAEL MINDER
The New York Times
10 de septiembre de 2018
MADRID — A casi un año de haber celebrado un referéndum independentista, los políticos separatistas catalanes planean dar una nueva muestra de fuerza el martes, durante la celebración del Día de Cataluña.
En un discurso desafiante pronunciado el 4 de septiembre, el presidente regional Quim Torra urgió a la gente a realizar “una movilización multitudinaria” para protestar por la detención de los líderes que organizaron el referéndum del 1 de octubre del año pasado, tras el cual el parlamento regional declaró unilateralmente la independencia.
El referéndum fue declarado inconstitucional y el gobierno central español aplicó el artículo 155 de la Constitución para suspender la autonomía de la región y tomó el control administrativo hasta junio, cuando Torra llegó al cargo.
Desde entonces, los eventos han reafirmado el “obstinado compromiso con la causa justa de la independencia y la república de Cataluña”, dijo Torra en el discurso en el teatro nacional catalán.
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Sin embargo, sus fuertes aseveraciones no fueron acompañadas por pasos específicos para encaminar a la región hacia la independencia. La coalición frágil de Torra, conformada por un puñado de partidos separatistas, está dividida sobre si chocar de nuevo con el gobierno de Madrid o aceptar la oferta del presidente Pedro Sánchez de reanudar el diálogo político.
Los independentistas también tienen en cuenta que violar la Constitución con ciertos actos separatistas podría llevarlos hasta el Tribunal Supremo de España. Una veintena de exfuncionarios han sido enjuiciados por los esfuerzos independentistas, entre ellos algunos a los que se les negó la salida bajo fianza y están en prisión. Otros, como el expresidente Carles Puigdemont, quien viajó hacia Bélgica después de las reacciones al referéndum y la declaración de independencia, no han regresado a España para enfrentar los cargos en su contra.
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El presidente catalán, Quim Torra, exigió recientemente al gobierno central español que haya “un referéndum de autodeterminación pactado, democrático e internacionalmente reconocido”. Credit Lluis Gene/Agence France-Presse — Getty Images
Tal como Torra tiene una coalición frágil, Sánchez tiene un gobierno de minoría socialista que enfrenta fuertes presiones, particularmente de la centroderecha, para resistirse a Torra y volver a instalar el control administrativo de Cataluña si el gobierno regional mantiene el curso independentista.
“Estamos en un momento de estancamiento que no tiene nada que ver con la confrontación abierta de hace un año”, dijo el columnista político catalán Josep Ramoneda en una entrevista telefónica. “Pero eso no significa que estemos cerca de resolver el problema de Cataluña”.
El liderazgo catalán ha expresado sus esperanzas de que el Día de Cataluña, también conocido como la Diada, resulte en movilizaciones masivas en respaldo a la independencia, así como una muestra generalizada de listones amarillos, el símbolo de quienes se oponen a la detención de los políticos catalanes. Hay figuras destacadas, como el director técnico de fútbol Pep Guardiola, que han hecho declaraciones públicas mientras lucen los listones.
Guardiola comparó el uso de las cintas amarillas de los catalanes con las demostración de apoyo de Tiger Woods y otros deportistas hacia Jarrod Lyle, un golfista que recientemente murió de cáncer.
Torra dijo que espera que las actividades del martes sirvan para “recuperar el apoderamiento popular” del 1 de octubre, cuando el referéndum degeneró en enfrentamientos entre policías españoles y votantes en Cataluña. La mayoría de quienes sufragaron respaldaron la independencia, pero el gobierno central declaró nulo el voto por considerarlo inconstitucional.
No hay evidencia de que los votantes catalanes hayan cambiado de parecer durante el último año. Para el desagrado de Madrid, una elección anticipada en diciembre produjo prácticamente el mismo resultado legislativo que la anterior: una ligera mayoría de funcionarios independentistas en el parlamento catalán. El gobierno central español esperaba que en esa elección perdiera fuerza el movimiento separatista después de meses de confusión y los anuncios de empresas que prometieron sacar sus operaciones de Cataluña para evitar los efectos de la incertidumbre política.
Dadas las divisiones en la región, no queda claro si las protestas del martes o del próximo mes serán pacíficas. El gobierno español dijo que movilizará a seiscientos policías antimotines para ayudar a las fuerzas catalanas a gestionar las protestas y posibles choques. Torra respondió que Cataluña “no necesita no necesita tantos policías y sí más infraestructuras”.
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Una protesta en rechazo a la detención de líderes del movimiento independentista catalán, en julio Credit Albert Gea/Reuters
El nombramiento de Torra como presidente catalán significó que la región recuperó la autonomía administrativa justo cuando Sánchez llegaba al poder en Madrid, lo que abrió la puerta a nuevos inicios en ambos frentes. Pero Torra mostró que pretende atrincherarse en la causa independentista y apoyar las metas que Puigdemont impulsó antes de ser removido del poder.
Puigdemont ha mantenido su influencia sobre la política catalana desde Bruselas. También ha buscado frenar las decisiones del juez español Pablo Llarena, quien pidió su extradición y lleva los casos contra los otros funcionarios, al demandarlo en Bélgica por acusar que no ha investigado de manera imparcial la organización del referéndum y que ha violado el derecho a un juicio justo.
Se prevé que este mes haya una audiencia preliminar en Bélgica. La demanda de Puigdemont también afectó a Sánchez, quien dijo que el Estado español debe cubrir los gastos legales del juez Llarena.
Los legisladores catalanes y vascos tuvieron un efecto importante en la elección de Sánchez como presidente del Gobierno en junio al ayudarlo a destituir a Mariano Rajoy en una moción de censura. Después de eso Sánchez invitó a Torra a la capital española y, como gesto de buena voluntad, transfirió a los líderes catalanes arrestados en Madrid a prisiones en la región, más cerca de sus familiares y abogados.
Sin embargo, Torra ha advertido que el diálogo con el gobierno central depende de la exoneración de los políticos catalanes acusados de rebelión y otros cargos por el referéndum. “No aceptaré ninguna sentencia que no sea la libre absolución”, declaró el 4 de septiembre.
Sánchez ofreció a Cataluña un referendo para ampliar su autonomía pero ha descartado una votación independentista o intentos unilaterales de separarse. Torra rechazó esa oferta pues dijo que “el debate en la sociedad catalana no es sobre un estatuto” de autonomía y que buscarán “un referéndum de autodeterminación acordado, vinculante y reconocido internacionalmente”.