Santa Cruz de la Sierra - Sábado, 29 de Septiembre de 2018
El Mundo
Labor de inteligencia con ocupación territorial indígena
Silvia Rivera Cusicanqui
La socióloga, activista, teórica contemporánea e historiadora boliviana afirmó que el Gobierno, a través de la Agencia para el Desarrollo de las Macroregiones y Zonas Fronterizas (Ademaf), ejecuta una sistemática labor de inteligencia en las fronteras a través de la ocupación territorial de pueblos indígenas,
Durante la presentación de la revista boliviana de estudios agrarios y rurales: Cuestión Agraria de Fundación Tierra con el tema central “Tipnis”, Rivera dijo que el Gobierno ejecuta una ocupación territorial sistemática de territorios indígenas y una labor de inteligencia con el propósito de destruir las organizaciones de base.
Labor de inteligencia con ocupación territorial indígena
“Estamos hablando de la ocupación territorial no solo en el sentido de explorar como se hizo en los dos últimos siglos, sino a través de una sistemática labor de inteligencia, de destrucción de las organizaciones, de la infiltración incluso a partir de estrategias sexuales que hace que las propias dirigencias masculinas entren en crisis”, aseguró en el paraninfo de la UMSA.
Rivera dijo que a partir de la Agencia para el Desarrollo de las Macroregiones y Zonas Fronterizas (Ademaf) se realiza esta penetración a las comunidades indígenas.
“Yo creo que Bolivia vive una dictadura militar encubierta, que el nexo de la crisis de Chaparina con el general Tito Gandarillas, íntimo de Juan Ramón Quintana y además de autor de todo el encubrimiento de la empresa La Mia cuyo avión cayó en Colombia y develó una corrupción escandalosa que el Gobierno se niega a esclarecer es el testimonio junto a la existencia de Ademaf, de lo que está sucediendo en todas las fronteras del oriente, Amazonía y el Chaco”, señaló.
De ese modo, se refirió al exdirector de la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea (Aasana), Tito Gandarillas, y a sus presuntos nexos con el exministro de la Presidencia y actual embajador de Bolivia en Cuba.
Autora del capítulo: Tipnis, la larga marcha por nuestra dignidad, la socióloga dijo que es muy oportuna la presentación de la revista porque en septiembre se cumplirán siete años de la partida de la octava marcha en defensa del Tipnis y la agresión brutal perpetrada en Chaparina en contra de hombres, mujeres y niños de la marcha. “¿Y qué provoca?, la crisis de todo un paradigma y de un discurso o un conjunto de discursos encubridores de la verdadera naturaleza del proyecto estatal”, aseveró.
“A través de testimonios en mi trabajo he mostrado la estrategia de infiltración en las marchas y la estrategia de captura vía sexual de infiltradas mujeres que entran a comerse a los dirigentes, esa estrategia burda es reconocida por una red de mujeres, niños, ancianos, ancianas, los veteranos de la octava marcha que están volviendo a tejer redes que nos dan alguna esperanza de futuro”, explicó.
Lamentó que a casi siete años de la octava marcha en defensa del Tipnis, el debate político y mediático se haya banalizado en asuntos preelectorales, cuando hay temas mucho más importantes que hacen al futuro de la Amazonía, de los recursos naturales y la autodeterminación de los pueblos indígenas.
“Comparto la profunda preocupación de la Fundación Tierra y de otras entidades por el esclarecimiento y el rescate de la memoria reciente, de la memoria corta, porque ocurre que estamos un panorama mediático y político profundamente banalizado por el debate preelectoral, por las ambiciones, alianzas, incluso movidas de serrucharse mutuamente el piso”, señaló.
El caso del Tipnis dijo que toca el eje de una serie de problemas comunes de América Latina, como la articulación continental en la que se ha envuelto el conflicto del Tipnis como es la Iniciativa de Integración Regional Sudamericana Iirsa, propuesta como la cereza de la torta del ajuste estructural por el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo y cuyo paquete es asumido con entusiasmo por los gobiernos de la Unasur, con actores viejos y nuevos gobiernos.
“No se olviden que El Bala y El Chepete eran el sueño de Chito Valle en la época de la dictadura de (Hugo) Banzer. Esas represas, esas carreteras bioceánicas, esos ejes de integración subregional que no son más canales de flujo de mercancías y capitales entre Brasil y China, entonces son ejes de penetración imperialista y colonial de la Amazonía en la cual se encuentran envueltos todo el paquete proyectos y megaproyectos desarrollistas del Gobierno del MAS”, aseveró.
Rivera dijo que junto al Chepete y Bala, el proyecto hidroeléctrico Rositas, los contratos petroleros en la Reserva Nacional de Flora y Fauna Tariquía, así como la minería a cielo abierto y la amenaza del fracking para la exploración y explotación de gas no convencional son parte de la compleja problemática que enfrentan los territorios indígenas.
“Tenemos un panorama en el cual encaja este corazoncito de Bolivia que es el Tipnis que a su vez Bolivia es en cierto modo un corazón de nuestro subcontinente porque es el remanente de lo que fue el vasto mercado interno colonial de la época de la gran minería de la plata (…). Ese nexo entre Los Andes y la Amazonía ha sido brutalmente cortado por estas políticas desarrollistas”, reflexionó.