Nicaragua: una guerra de desgaste

Sigue siendo ambiguo el papel del empresariado, beneficiado hasta ahora por las políticas neoliberales del gobierno pero atemorizados por la crisis económica que tenemos y la que puede venir. Parece claro que en este sector querría un gobierno con las políticas del actual pero sin Ortega: “Se vogliamo che tutto rimanga com`è, bisogna che tutto cambi”.(*)
(*) “Es necesario que todo cambie si queremos que todo siga igual” El gatopardo (Il gattopardo) de Giuseppe Tomasi di Lampedusa.



03-10-2018
Nicaragua
Una carrera de desgaste

Correo Colectivo Nica

Hace un mes que enviamos el último correo colectivo, cuando la situación en Nicaragua estaba medio estancada, que no estabilizada. La situación ha siguiendo igual, pero lógicamente degradándose día a día. Quizás no hay noticias para grandes titulares pero sigue la represión, más selectiva, pero no por ello menos dura.

Hay manifestaciones continuas, con diferentes y sugerentes títulos (Las banderas, Las Madres, Por los presos políticos, Juntos somos un volcán…) con tendencia a desplazarse a los barrios periféricos de Managua, contra-manifestaciones de apoyo al gobierno para parte de empleados del estado obligados a ir bajo amenaza de despido, detenciones continuadas (muchas de ellas sin orden judicial), informaciones sobtre torturas, más gente huyendo del país entre ellos el líder estudiantil Lesther Alemán, que tenía orden de detención. Han comenzado fuertes amenazas contra periodistas independientes y algunos presentadores de diferentes medios han tenido que trasladarse a la Radio Católica. También han sido expulsadas dos periodistas extranjeras, una brasileña y una alemana que trabajaba para una agencia suiza.

Han seguido, pero sin demasiado efecto, las condenas internacionales del Consejo de Seguridad de la ONU, de la Unión Europea y de instancias internacionales de Derechos Humanos, a las que no se ha dejar entrar a ninguna prisión. Incluso fue expulsada del país una misión de la ONU. Han seguido las notas de condena y preocupación de muchos países europeos y latinoamericanos. El presidente ha hecho varias entrevistas, todas desde su casa de El Carmen y rodeado de banderas de Nicaragua, sin ninguna rojinegra, que sí están presentes en todas partes incluso actos oficiales del gobierno, del ejército y de la policía. En cada entrevista ha dado una versión diferente de quien son los paramilitares, desde que son policías voluntarios, hasta que están financiados por las ONG, pasando por otras pintorescas variantes.

Ha resultado curiosa la no presencia de Daniel a la Asamblea General de la ONU, después de ser anunciada por el gobierno a bombo y platillo. Parece que no se ha atrevido a salir de El Carmen por miedo a que le montaran algún número en Nueva York.

Hay un cierto alarmismo económico-financiero, con informaciones confirmadas de la retirada de reservas del Banco Central, rumores sobre un posible corralito y limitación de retirada de dólares de los bancos (que realmente podría provocar una quiebra general del sistema bancario). Ha habido una caída brutal de las inversiones y un aumento de fuga de divisas, algo perfectamente comprensible. Hay unas 350.000 personas más en paro que en abril cuando empezaron las revueltas, y 100.000 personas menos cotizando a la seguridad social. Huelga decir que se mantiene el colapso total de sector turístico.

Una novedad, quizás folklórica pero novedad, ha sido el lanzamiento diario de miles de globos (chimbombas) blancos y azules en las manifestaciones y otros lugares, con los policías y paramilitares intentando reventarlos en medio del cachondeo general (algo parecido a los lazos amarillos catalanes, pero más peligroso porqué aquí te pueden matar por tirar globos).

La Unión Cívica ha publicado un documento estratégico que, sin llegar a ser una hoja de ruta, intenta estructurar un poco sus acciones con el trasfondo de preparar una candidatura única para unas posibles elecciones constituyentes o de un gobierno provisional y temporal, que pueda convocar en un periodo razonable unas elecciones realmente democráticas, después de sanear todas las instituciones del país… dicho así parece muy fácil.

Un dato importante es que están empezando clases en las universidades, con una buena parte del profesorado y alumnos expulsados. Se ha encargado a los miembros del sindicato oficial de estudiantes controlar quién entra cada día en las aulas. Dudamos que en estas condiciones pueda empezar un curso normal.

Otro hecho contradictorio ha sido la ocupación de tierras promovida por el gobierno para asustar a los propietarios, pero que ha acabado con la ocupación de terrenos de los propios sectores gubernamentales, convertidos ahora en terratenientes. Mientras las ocupaciones de terrenos de los opositores han sido protegidas por la policía y paramilitares, no hay que decir que en estas últimas los ocupas han sido desalojados por la misma policía, con el correspondiente desconcierto y la retirada de pancartas de apoyo a Daniel… Realismo mágico.

Estamos en una carrera de desgaste por las dos partes, cada una con sus fortalezas y debilidades. Sinceramente no sabemos a favor de quien corre el tiempo. El desgaste del régimen, llamémosle así, es muy fuerte día a día. Cada vez hay más silencios, continúan las dimisiones, ceses y sustituciones de altos cargos por personas de absoluta confianza personal de la pareja (hay que recordar que los jefes del ejército y de la policía son consuegros de la pareja presidencial). Cada vez son más penosas las manifestaciones a favor del gobierno, en gran parte como decíamos con gente obligada. En las rotondas suele haber unos centenares de manifestantes haciendo un plantón, con caras inexpresivas y sin entusiasmo alguno. La poca capacidad de convocatoria del gobierno es evidente y no se entiende como siguen insistiendo en esta muestra de debilidad.

Por otra parte no detectamos fisuras, al menos importantes, en la policía y el ejército, aunque sí silencios muy prolongados de elementos claves del Frente, Humberto Ortega, Bayardo Arce, Nicho Marenco… Cabe señalar por otra parte, la desintegración orgánica y representativa del FSLN, donde desde hace más de 10 años no ha habido un Congreso, una Asamblea General, asambleas territoriales (departamentales, municipales, barriales,) ni sectoriales (obreros, campesinos, estudiantes…). Todas las reuniones que hay en varios niveles, no son para debatir ningún asunto, ni quiera Dios para hacer la más pequeña autocrítica, sino simplemente para bajar consignas, o orientaciones como dicen ellos. Aquello del “centralismo democrático” quedó ampliamente superado.

En el otro lado, entre la población convive un desgaste por miedo, cansancio, esfuerzos sin resultados aparentes y deterioro económico familiar, con un aumento de la indignación y la extensión de las protestas en los barrios periféricos de Managua y los departamentos, con el peligro de que las manifestaciones pacíficas actuales puedan degenerar en hechos violentos y venganzas personales contra los secretarios políticos del Frente en los barrios y otros infiltrados que todo el mundo conoce, que son los encargados de denunciar y señalar a los líderes y lideresas barriales y sus domicilios. No hay que descartar pues la evolución violenta de la revuelta como respuesta a la violencia de la represión y una polarización de la sociedad entre la gente que por diferentes motivos está apoyando al gobierno y la mayoría restante de la población.

Sigue con gran intensidad la actividad de los medios digitales que de momento no han podido detener. La declaración de más de 400 firmantes sobre el papel de la izquierda, y el posicionamiento de la coordinadora de asociaciones feministas de España, han sido ampliamente difundidos por estos medios, así como los posicionamientos de personajes mundiales como Chomsky, Pepe Mújica, Leonardo Wolf, Patricia Hart, José ignacio González Faus, Adolfo Pérez Esquivel, entre otros.

Sigue siendo ambiguo el papel del empresariado, beneficiado hasta ahora por las políticas neoliberales del gobierno pero atemorizados por la crisis económica que tenemos y la que puede venir. Parece claro que en este sector querría un gobierno con las políticas del actual pero sin Ortega: “Se vogliamo che tutto rimanga com`è, bisogna che tutto cambi”.(*)

Así está la cosa, degradándose por momentos la situación económica y financiera, social, cultural (hace cinco meses que no hay actividades públicas de este tipo), institucional, de seguridad personal y sicológica. Veremos cómo se podrá arreglar todo esto a partir del día después, que tarde o temprano tiene que llegar.

(*) “Es necesario que todo cambie si queremos que todo siga igual” El gatopardo (Il gattopardo) de Giuseppe Tomasi di Lampedusa.