El 8 de aborto fue inolvidable. Del poder feminista a la lucha sin fronteras

En el 33 Encuentro Nacional de Mujeres en Argentina, las feministas analizan la megamovilización del 8 de agosto por el aborto y el triunfo del fascista Bolsonaro



14/10/2018 :: ARGENTINA, BRASIL, ANTI PATRIARCADO
El 8 de aborto fue inolvidable. Del poder feminista a la lucha sin fronteras
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En el 33 Encuentro Nacional de Mujeres en Argentina, las feministas analizan la megamovilización del 8 de agosto por el aborto y el triunfo del fascista Bolsonaro

El 8 de aborto fue inolvidable

Por Laura Salomé Canteros

Llegamos al ENM Chubut con la historia en la piel a dos meses de la movilización popular y el rechazo a la sanción de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. El debate: ¿qué estrategia nos damos?

Entre marzo y agosto de este año la disputa legislativa por el reconocimiento del derecho al aborto dominó la agenda de la política nacional y regional. Un Proyecto de Ley, surgido de los debates y la dinámica de construcción de diálogo y consensos inherente a los Encuentros Nacionales de Mujeres y del movimiento feminista, había llegado al Congreso para imponerse e incluso contagiar a quienes nos representan de una forma de hacer política que nos honra: horizontal, transversal y diversa con respeto de las diferencias partidarias.

Ni propias ni ajenas consideraron el salto cualitativo de la lucha por las libertades que esta vertiginosa etapa histórica nos deja. Ni las más optimistas soñaron con ver tres generaciones de activistas en las calles y una institución de la democracia representativa hermanadas avanzando hacia el reconocimiento de la soberanía de más de la mitad de su ciudadanía. Una ampliación que hubiera convertido a la Argentina en el país con mayor población de América Latina y el Caribe en garantizar el derecho a la salud y a la vida digna.

El 8 de aborto (agosto) fue inolvidable. ¿O alguien se imaginó exigir un Proyecto de Ley de aborto con más de dos millones de personas en las calles solo alrededor del Congreso? ¿Alguien se imaginó que se realizaran “pañuelazos” en más de 50 países? Fueron décadas de organización y construcción de alianzas estratégicas que lo hicieron posible; y claro, eso que llamaron “tsunami” o “marea verde” que no es más que las pioneras, las expertas y las más jóvenes poniendo cuerpos, manos, cabezas y corazones en la construcción del imaginario de una sociedad que no quiere ni una sola muerta ni presa por abortar.

Sin embargo el 9 pudo ser incertidumbre. El resultado más antidemocrático y antiderechos producto del lobby furioso de las cúpulas de las iglesias evangélicas: meses debatiendo con argumentos para que ninguna resolución a la problemática de los abortos inseguros surgiera del Senado. Por eso, desde la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, articulación federal que no casualmente surgió como estrategia para el movimiento de un Encuentro Nacional de Mujeres, rugieron lo irreversible hasta que sea ley: ¡seguimos!

Porque pasaron solo días para la consecuencia lógica: una mujer muerta; desde ese momento fue señalar las responsabilidades políticas producto del rechazo de lxs 41 senadores y senadores que votaron en contra o se abstuvieron de sancionar la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Ante las obstaculizaciones de los abortos que ya son legales -por causales-, hasta cualquier cualquier retroceso, de cualquier índole, que pudiera haber en el cumplimiento de la Ley de Educación Sexual Integral y del Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable. Porque una vez más, como lo hemos demostrado históricamente, somos quienes respondemos cuando las instituciones deciden olvidarnos. Y somos quienes seguiremos luchando hasta que todas seamos libres.

Para informarte sobre las actividades de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito en el ENM ver: www.facebook.com/campabortolegal

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Del poder feminista a la lucha sin fronteras

Por Camila Parodi

Llegamos al ENM Chubut analizando qué pasa en Brasil. Avanza el fascismo y nos recorre una certeza: nuestras urnas siguen siendo las calles.

Con el reciente triunfo en primera vuelta de Jair Bolsonaro en Brasil se vuelve a confirmar aquello que el movimiento feminista hace un tiempo cuestiona: los sistemas representativos encontraron su límite en el propio modelo capitalista y la salida ya no puede ser electoral. Este debate que aparece como reciente, quizás por la sorpresa -para algunxs- de que un defensor del fascismo pueda ser elegido “en democracia”, lleva años en aquellas que, en sus cuerpos de negras, indígenas, lesbianas, pobres, migrantes, travestis, trans la representatividad política no existe. Porque, como siempre supimos, se trata de un sistema de elección limitado entre varones hegemónico (con algunas salvedades en la historia).

Por eso, las urnas de las marginales que, paradójicamente integramos la mayoría de la población en el mundo, fueron y siguen siendo las calles; espacio de disputa histórico no sólo para aquellos que hace siglos nos condenaron a la “privacidad” de la casa, las tareas de cuidados y la maternidad, sino también para aquellas y aquellos recientes representantes de grupos de negocios internacionales como el W20, grupo de afinidad del G20, que proponen como “novedoso” jornadas laborales domésticas para las mujeres (porque no ven otras corporalidades feminizadas) de forma tal que puedan sostener la economía en el mundo del trabajo como así también en el del cuidado.

De esa misma manera, son los feminismos venezolanos los que en tiempos de guerra y bloqueo económico siguen apostando desde las comunas y espacios políticos a la legalización del aborto negado por pretextos religiosos. Son las mujeres, defensoras de los territorios en Guatemala, México, Colombia, Honduras las que resisten al avance de los saqueos y el narcotráfico en sus comunidades. Son los feminismos los únicos que disputan las calles en Brasil con una Marielle asesinada, un Lula privado de su libertad y un reciente triunfo del fascismo hasta que todas seamos libres.

Pero ninguna reacción conservadora es azarosa y menos gratuita. Esta estructura es mucho más compleja de lo que parece. Los machos progresistas se integran a la misma disputando las migajas que les corresponden en las jerarquías del poder. Es así que encontramos a un Ortega en Nicaragua que, en nombre de la revolución persigue, desaparece, mata y blasfema contra aquellas y aquellos que no coinciden con sus acuerdos y políticas neoliberales. Es decir, no persigue burgueses, su acuerdo de machos no le permite acabar con lo que hay más arriba pero si arremeter contra las juventudes y los feminismos críticos.

Entonces esta resistencia de las mujeres, lesbianas, travestis y trans despierta los peores fundamentalismos moralistas que pretenden sostener una estructura de poder patriarcal tal cual fue introducida con la colonización hace más de 500 años. Por eso, ante un nuevo ENM, nuevos debates, ¿cuáles son los límites de la institucionalidad y el rol de nuestro poder en las calles?

Para informarte sobre las actividades de las feministas del Abya Yala: www.facebook.com/Feministas-del-Abya-Yala

Texto completo en: https://www.lahaine.org/el-8-de-aborto-fue