Manifiesto contra la Geoingeniería

¡No manipulen la Madre Tierra!
Nosotros, organizaciones de la sociedad civil, movimientos populares, pueblos indígenas,
organizaciones campesinas, académicos, intelectuales, escritores, trabajadores, artistas y otros ciudadanos preocupados de todo el mundo, nos oponemos a la geoingeniería porque
la consideramos una propuesta peligrosa, injusta e innecesaria para enfrentar el cambio climático.
La geoingeniería se refiere a intervenciones tecnológicas a mega escala en los océanos, los
suelos y la atmósfera de la Tierra, con el propósito de aminorar algunos de los síntomas del cambio climático.
La geoingeniería perpetúa la falsa creencia de que el actual modelo industrial de producción y consumo —social y ambientalmente injusto y devastador— no puede ser
cambiado y que, por ello, requerimos de composturas tecnológicas para atenuar sus efectos. Sin embargo, los cambios que debemos realizar para enfrentar la crisis climática son, fundamentalmente, de carácter económico, político, social y cultural.



Manifiesto contra la Geoingeniería Octubre 2018

¡No manipulen la Madre Tierra!

Nosotros, organizaciones de la sociedad civil,
movimientos populares, pueblos indígenas,
organizaciones campesinas, académicos,
intelectuales, escritores, trabajadores, artistas
y otros ciudadanos preocupados de todo el
mundo, nos oponemos a la geoingeniería porque
la consideramos una propuesta peligrosa, injusta
e innecesaria para enfrentar el cambio climático.
La geoingeniería se refiere a intervenciones
tecnológicas a mega escala en los océanos, los
suelos y la atmósfera de la Tierra, con el propósito
de aminorar algunos de los síntomas del cambio
climático.
La geoingeniería perpetúa la falsa creencia de que el
actual modelo industrial de producción y consumo —social
y ambientalmente injusto y devastador— no puede ser
cambiado y que, por ello, requerimos de composturas
tecnológicas para atenuar sus efectos. Sin embargo,
los cambios que debemos realizar para enfrentar la
crisis climática son, fundamentalmente, de carácter
económico, político, social y cultural.
La Madre Tierra es nuestro hogar común y su integridad
no debe ser violada mediante la experimentación y
despliegue de la geoingeniería.
Estamos comprometidos con la protección de nuestra
Madre Tierra y la defensa de nuestros derechos,
territorios y pueblos contra cualquiera que pretenda
controlar el termostato global, o los ciclos naturales
vitales de las funciones y los ecosistemas planetarios.
Los ecosistemas sanos y la diversidad cultural y biológica
son cruciales para el bienestar de todos los pueblos,
sociedades y economías. La geoingeniería, se la aplique
en tierra, en océanos o en la atmósfera, pone a los
ecosistemas, a la biodiversidad y a las comunidades
humanas en riesgo, por sus impactos potencialmente
devastadores y por sus efectos secundarios.
Rechazamos cualquier afianzamiento adicional de
las economías basadas en combustibles fósiles y
rechazamos la geoingeniería como intento de mantener
el actual estado de cosas y para desviar la atención sobre
la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto
invernadero y de aplicar soluciones reales a la crisis
climática.
Los proyectos de remoción de dióxido de carbono (RDC),
que incluyen, entre otras cosas, propuestas de establecer
plantaciones a gran escala de monocultivos de árboles
y biomasa, tienen severos impactos negativos en las
tierras, el agua, la biodiversidad, la seguridad alimentaria y
los modos de vida tradicionales. Los proyectos de captura
y almacenamiento de carbono (CAC) pretenden perpetuar
¿Qué es la geoingeniería?
El término geoingeniería se refiere a una serie
de tecnologías propuestas para intervenir
deliberadamente y alterar los sistemas de la Tierra
a gran escala (es decir, planetaria). Existen dos
direcciones principales para tales intervenciones: una
es una serie de tecnologías cuyo propósito es reducir
la cantidad de luz solar que ingresa a la atmósfera
de la Tierra, para enfriar artificialmente el clima.
Estos enfoques llamados “manejo de la radiación
solar” (MRS) podrían consistir, desde la inyección de
aerosoles en la estratósfera para imitar el efecto de
una erupción volcánica o el blanqueamiento de nubes
o de la superficie de los océanos para hacerlas más
reflejantes. La segunda categoría de intervenciones
en los sistemas terrestres se agrupan bajo la
denominación: “remoción de dióxido de carbono”
(RDC) o “remoción de gases de efecto invernadero”
(RGEI), cuya finalidad es absorber dióxido de carbono
de la atmósfera en gran escala y enterrarlo en el
subsuelo, en los océanos o en grandes plantaciones de
monocultivos de árboles. En general, la geoingeniería
puede comprender intervenciones sobre la tierra, los
océanos o la atmósfera e implica grandes riesgos e
impactos adversos para las comunidades humanas, los
ecosistemas y los procesos naturales, así como para la
paz y la seguridad mundiales.
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Manifiesto contra la Geoingeniería Octubre 2018
y servir a la industria de los combustibles fósiles. Los
proyectos de bioenergía con captura y almacenamiento de
carbono (BECAC) amplificarían, con creces, los impactos
negativos de las plantaciones, disputando tierras
necesarias para producción de alimentos, amenzando la
seguridad alimentaria y la biodiversidad. Otras técnicas de
RDC, como la fertilización oceánica alterarían la cadena
alimentaria marina y crearían zonas carentes de oxígeno
en los océanos.
Las tecnologías de geoingeniería podrían alterar los
patrones climáticos locales y regionales y volver aún
más inestable el clima, con efectos potencialmente
catastróficos para algunas regiones, así como en la
disponibilidad de agua y la producción de alimentos. Sus
impactos adversos y efectos secundarios podrían derivar
en más conflictos regionales e internacionales.
La geoingeniería amenaza la paz y la seguridad globales.
Algunas tecnologías para manipular el clima son de origen
militar y podrían usarse como armas. En particular, el
despliegue de técnicas para el manejo de la radiación
solar (SRM por sus siglas en inglés) dependería de la
infraestructura militar, lo cual abriría la puerta a nuevos
desequilibrios geopolíticos, entre ganadores y perdedores
climáticos, en la carrera por controlar el termostato de la
Tierra.
Estamos unidos en oposición al desarrollo y
emplazamiento de tales tecnologías y llamamos a las
organizaciones y ciudadanos preocupados de todo el
mundo a unirse a esta campaña.
Debido al alto riesgo que la geoingeniería representa
para la biodiversidad, el medio ambiente y los modos
de vida de los pueblos, especialmente los indígenas y
campesinos, demandamos:
• Prohibir los experimentos en campo abierto y el
despliegue de la geoingeniería.
• La construcción de un sistema multilateral de
gobernanza, dentro del sistema de Naciones Unidas,
que sea global, transparente, participativo y con
rendición de cuentas para hacer efectiva la prohibición
de la geoingeniería. La moratoria a la geoingeniería
establecidas por el Convenio de Biodiversidad de
Naciones Unidas y la prohibición de la fertilización
oceánica en Protocolo de Londres son un punto de
partida para este mecanismo.
• Alto inmediato a todos los experimentos planeados de
geoingeniería, entre los cuales se incluyen:
SCoPEx, un Experimento de Inyección Estratosférica
de Aerosoles del Programa de Geoingeniería Solar de
la Universidad de Harvard, que se planea realizar en
Arizona, cerca de la frontera México-Estados Unidos,
en 2018.
El Proyecto de Blanqueamiento de Nubes Marinas,
que se planea llevar a cabo en California, en la bahía de
Monterrey.
El Proyecto Ice911, que pretende diseminar
microcuentas de vidrio sobre el mar y superficies
heladas de Alaska.
Los proyectos de fertilización oceánica de la empresa
Oceaneos, en Chile, Perú y Canadá.
• Alto a los proyectos a gran escala y al financiamiento de
proyectos que pretenden capturar dióxido de carbono
por medios tecnológicos y “secuestrarlo” en formaciones
geológicas y/o los océanos, o bien, que pretenden
usarlo en la recuperación mejorada de petróleo u
otras aplicaciones industriales. Esas técnicas incluyen
la captura y almacenamiento de carbono (CAC), la
bioenergía con captura y almacenamiento de carbono
(BECAC) y la captura directa de aire (CDA). Rechazamos
las tecnologías CAC en todas sus formas, incluyendo
las provenientes del procesamiento de gas, plantas de
carbón, bioenergía o procesos industriales, incluyendo
la fractura hidráulica. Rechazamos los proyectos
CAC y de captura, uso y almacenamiento de carbono
(CUAC) en proceso, como los de PetraNova, en Texas;
Boundary Dam, en Saskatchewan, Canadá; Decatur,
en Illinois y DRAX, en el Reino Unido, los cuales sólo
sirven al propósito de perpetuar a las industrias de los
combustibles fósiles.
• Alto a las plantaciones de monocultivos a gran escala.
• Alto a todo financiamiento público a proyectos de
geoingeniería.
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Manifiesto contra la Geoingeniería Octubre 2018
• Reconocer los derechos inherentes de los pueblos
indígenas, sus modos de vida y cosmovisiones,
incluyendo su derecho a la autodeterminación para
defender sus comunidades, ecosistemas y toda forma
de vida de las tecnologías de geoingeniería y su derecho
a rechazar prácticas que violan las leyes naturales,
los principios creadores y la integridad territorial de la
Madre Tierra y el Padre Cielo.
• Respetar y garantizar efectivamente el derecho
de las comunidades locales y pueblos indígenas
al consentimiento libre, previo e informado sobre
cualquier experimento y/o proyecto de geoingeniería que
pueda tener impactos sobre sus territorios o derechos
humanos.
• Respetar los derechos, las tierras y los territorios
campesinos, reconociendo que sus modos de
vida, incluyendo los de los pueblos indígenas, las
comunidades forestales, de pescadores y pastores
artesanales son una fuente vital de alimento para la
mayor parte de la población del mundo; que son el
verdadero camino hacia la soberanía alimentaria;
que contribuyen a la mitigación de las emisiones
de gases de efecto invernadero y que regeneran los
suelos y ecosistemas. Sus tierras son particularmente
vulnerables al acaparamiento que promueve la
geoingeniería para sus experimentos y su agricultura
está amenazada por los efectos secundarios derivados
de ello.
• Apoyar y fortalecer investigaciones significativas que
conduzcan a definir trayectorias justas, sustentables y
transformadoras que ayuden a limitar, efectivamente,
el calentamiento global a no sobrepasar 1.5°C,
que consideren seriamente modelos y escenarios
alternativos a los actualmente empleados en las
negociaciones climáticas, así como también incluyan
otros sistemas de conocimiento y experiencias en
los debates y toma de decisiones, como los saberes
y propuestas de los pueblos indígenas y movimientos
campesinos.
• Los elementos fundamentales para construir una
trayectoria justa de transformación hacia un mundo con
un calentamiento global que no sobrepase 1.5°C, están
siendo desarrollados y expresados por comunidades,
activistas y académicos en todo el mundo. Las
soluciones serán múltiples y diversas, conscientes de los
contextos locales y regionales. Esas propuestas incluyen
el desmantelamiento de las infraestructuras dedicadas
al procesamiento de combustibles fósiles —no sólo de
carbón, sino también de gas y petróleo—; la expansión
de la democracia energética, alimentada por energía
renovable, como la eólica y la solar; una reducción del
consumo general de energía y materiales; una transición
justa para los trabajadores y hacia una economía
feminista y regenerativa; el apoyo a la agroecología
campesina y la soberanía alimentaria que conduzcan
a una justicia climática en el sistema alimentario, así
como una amplia, pero cuidadosa restauración de los
ecosistemas vitales del planeta, especialmente los
bosques, con inclusión y respeto de los derechos de
los pueblos indígenas, campesinos y comunidades
locales. La justicia climática sólo será posible si nos
basamos en soluciones ambientalmente sustentables
y socialmente justas para la crisis climática, en lugar de
arreglos tecnológicos de alto riesgo que privilegian los
intereses de los grandes contaminadores actuales, las
industrias extractivas y el complejo militar industrial y de
seguridad.
Nuestro hogar, nuestras tierras y territorios
no son laboratorio para tecnologías de
manipulación ambiental de escala planetaria.
Exigimos a los geoingenieros: ¡No manipulen la
Madre Tierra!
Si quiere endosar este Manifiesto envíe su firma a
manifesto@geoengineeringmonitor.org
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Manifiesto contra la Geoingeniería Octubre 2018
Firmantes:
Alianza por la Biodiversidad en América Latina
Amigos de la Tierra de América Latina y el Caribe (ATALC)
Asian Peoples Movement on Debt and Development
(APMDD)
Biofuelwatch
Climate Justice Alliance
Corporate Accountability International
Corporate Europe Observatory
ETC Group
Focus on Global South
Friends of the Earth International
Global Forest Coalition
Grain
Grassroots Global Justice Alliance
Heinrich Boell Foundation
Indigenous Environmental Network
La Via Campesina
Marcha Mundial de Mujeres, Americas
Navdanya, international
Oilwatch Latinoamérica
Third World Network
Transnational Institute
World Indigenous Women´s Alliance
World Rainforest Movement
Organizaciones internacionales y regionales
350Bcn, Barcelona, España
ABA, Associação Brasileira de Agroecologia, Brasil
Acción Ecológica, Ecuador
Acción por la Biodiversidad, Argentina
Agenda Latinoamericana Mundial, Panamá
AGHAM-Advocates of Science and Technology for the
People, Filipinas
Amigos de la Tierra, Argentina
Amigos de la Tierra ,España
ANAA, Asamblea Nacional de Afectados Ambientales,
México
Asamblea Comunitaria del Pueblo de Alpuyeca, Morelos,
México
Association For Promotion Sustainable Development, India
ATTAC, Francia
Base-Is, Paraguay
CECCAM, Centro Estudios para el Cambio en el Campo
Mexicano, México
CECOEDECON, India
Censat Agua Viva - Amigos de la Tierra, Colombia
Centar za zivotnu srediny, Amigos de la Tierra, Bosnia y
Herzegovina
Centre for Environment and development, Sri Lanka
Centro de Análisis Social, Información y Formación
Popular, México
Centro de Desarrollo Agropecuario, México
Centro de Encuentros y Diálogos Interculturales, México
Centro Ecológico, Brasil
Centro Fray Julián Garcés Derechos Humanos y Desarrollo
Local, Tlaxcala, México
CeProNat, Centro de Protección de la Naturaleza,
Argentina
CESTA Amigos de la Tierra, El Salvador
ClimateWatch, Tailandia
Coalición en Defensa de la Cuenca de la Independencia,
Guanajuato, México
COECOCEIBA-Amigos de la Tierra, Costa Rica
Colectivo por la Autonomía, Jalisco, México
Consejo Regional de Pueblos Originarios en Defensa del
Territorio de Puebla e Hidalgo, México
Consumers Association of Penang, Malasia
Coordinadora de los Pueblos en Defensa del Río Atoyac,
Veracruz, México
DESMI -Desarrollo Económico y Social de los Mexicanos
Indígenas, México
Earth In Brackets, Estados Unidos
Ecologistas en Acción, España
EJES, Enlace por la Justicia Energética Socioambiental,
Argentina
Ejido San Isidro, Mpio. San Gabriel, Jalisco, México
Espacio Estatal en Defensa del Maíz, Oaxaca, México
Fórum Mudanças Climáticas e Justiça Social, Brasil
Free and Equal Rights, Indonesia
Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua, Región
Malinche, Puebla , México
Friends of the Earth Ghana, Ghana
Fundación Solón, Bolivia
Fundación Terram, Chile
Global Justice Ecology Project, Estados Unidos
Grupo de Estudios Ambientales, México
Grupo Semillas, Colombia
GWATÁ -Núcleo de Agroecologia e Educação do Campo,
Brasil
HOME Foundation, Nigeria
IBASE - Instituto Brasileiro de Análises Sociais e
Econômicas, Brasil
IDIS, Filipinas
Instituto de Estudios Ecologistas del Tercer Mundo,
Ecuador
La Asamblea Veracruzana de Iniciativas y Defensa
Ambiental (LAVIDA), México
Les Amis de la Terre-Togo
Marcha Mundial de Mujeres, Capítulo Cuba, Cuba
MASIPAG, Filipinas
Organizaciones nacionales
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Manifiesto contra la Geoingeniería Octubre 2018
Movement Generation, Justice and Ecology Project,
Estados Unidos
MST, Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra,
Brasil
Navdanya, India
NOAH, Amigos de la Tierra, Dinamarca
Observatorio de Ecología Política, Venezuela
Observatorio Petrolero del Sur, Argentina
ODG, Observatori del Deute en la Globalització, Spain
Oficina Pro Defensa de la Naturaleza y sus Derechos,
Ecuador
PAIRVI, India
Pakistan Kissan Mazdoor Tehreek (PKMT), Paquistán
Philippine Movement for Climate Justice (PMCJ), Filipinas
Philippine Social Enterprise Network (PhilSEN), Filipinas
Plataforma Boliviana frente al Cambio Climático, Bolivia
PRONATURA, Friends of the Earth, Suiza
RAPAL, Uruguay
Red de coordinación en Biodiversidad, Costa Rica
Red Intercultural de Acción Autónoma, México
Redes Amigos de la Tierra, Uruguay
RENACE, Red Nacional de Acción Ecologista de Argentina
Roots for Equity, Pakistan
Russian Social Ecological Union/ FoE Russia, Rusia
Sahabat Alam Malaysia, FOE Malaysia, Malasia
Salva la Selva, Alemania
Sciences Citoyennes, Francia
Taller Ecologista, Rosario, Argentina
Tonatierra, Nahuacalli, Embajada de Pueblos Indígenas,
Arizona, Estados Unidos
Universidad de la Tierra en Oaxaca, México
UNORCA, Unión Nacional de Organizaciones Regionales
Campesinas Autónomas, México
UNOSJO, Unión de Organizaciones de la Sierra Juárez de
Oaxaca, México
UPVA, Unidos por la vida y el medio ambiente, Argentina
YFEED, Youth For Environment Education And
Development Foundation, Nepal
Individuos
Vandana Shiva, India, Premio Nobel Alternativo (Right Livelihood Award)
Ricardo Navarro, El Salvador, Goldman Environmental Prize
Pat Mooney, Canadá, Premio Nobel Alternativo (Right Livelihood Award)
Nnimmo Bassey, Nigeria, Premio Nobel Alternativo (Right Livelihood Award)
João Pedro Stédile, MST, Brasil, MST es Premio Nobel Alternativo (Right Livelihood Award)
Fernando Funes, Cuba, Premio Nobel Alternativo (Right Livelihood Award)

¿Por qué es tan peligrosa la geoingeniería?

mega escala: Para que cualquier técnica de geoingeniería
tenga un efecto sobre el clima, tendría que ser desplegada en
una escala masiva. Las consecuencias no previstas podrían ser
también masivas e irreversibles, especialmente en los países
del Sur global.
no es confiable: La geoingeniería pretende intervenir
en sistemas complejos y poco comprendidos, como el
clima y la ecología de los océanos. Tales intervenciones
podrían salirse de control debido a fallas mecánicas, errores
humanos, intervenciones hostiles, conocimiento insuficiente,
fenómenos naturales (como erupciones volcánicas), impactos
transfronterizos, irreversibilidad o falta de fondos para su
financiamiento.
la excusa perfecta: La geoingeniería ofrece a los
gobiernos de los países con altas emisiones de gases de efecto
invernadero (GEI) y a la industria de los combustibles fósiles,
una opción distinta a la de reducir sus emisiones de GEI y
les permite alejarse, cada vez más, de reconocer su deuda
climática. Para las industrias de los combustibles fósiles, las
técnicas de remoción de dióxido de carbono se presentan
como la oportunidad para continuar con el estado de cosas
vigente y para hacerse de ganancias adicionales, mediante la
venta de nuevos créditos o bonos de carbono.
inequitativa: Los gobiernos de los países pertenecientes
a la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico
(OCDE) y las corporaciones trasnacionales —quienes
negaron el cambio climático o evadieron su responsabilidad
por décadas—, son quienes poseen los presupuestos y la
tecnología para intervenir el sistema climático de la Tierra
con geoingeniería. La geoingeniería es, por su naturaleza,
una opción de muy alto riesgo y sus efectos negativos —
particularmente en el caso de las técnicas para el Manejo de
la Radiación Solar—, serían inequitativamente distribuidos,
impactando severamente regiones en África y Asia, con
efectos como la alteración potencial de los monzones o el
incremento de las sequías, lo cual pondría en peligro las
fuentes de producción de alimentos y abastecimiento de
agua de hasta dos mil millones de personas. La geoingeniería
impactaría también negativamente a la biodiversidad, a los
territorios indígenas y a las tierras y aguas de las comunidades
campesinas y otros productores de alimentos en pequeña
escala.
NO HAY ETAPA EXPERIMENTAL: Para saber si las
propuestas de la geoingeniería tendrían un impacto efectivo
sobre el cambio climático, tendrían que ser desplegadas en
una escala temporal y espacial tan grande (para diferenciarlas
de otros fenómenos climáticos), que dejarían de ser
experimentos y se convertirían en geoingeniería con todos
sus impactos potenciales previstos e imprevistos. Por tanto,
los experimentos de pequeña escala sólo sirven al propósito
de probar el funcionamiento de los equipos y herramientas
que serán empleados en la investigación y para atraer nuevos
aportes financieros que serán después usados para justificar
“la necesidad” de experimentos en escalas cada vez mayores y,
eventualmente, su despliegue a nivel global.
Varios experimentos de MRS están en proceso de planeación
en Estados Unidos, fuera ya de los laboratorios y los modelos
computarizados para trasladar los problemas al ambiente
y a los territorios indígenas. Tres de esos experimentos
propuestos pretenden realizarse en Estados Unidos. Todos
representan una violación a la moratoria del Convenio sobre
Diversidad Biológica (CBD) de la ONU.
Es unilateral: Muchas de las técnicas de geoingeniería
que están proponiéndose podrían ser relativamente baratas
para emplazarse —si su costo se compara con el de las
inversiones requeridas para efectuar la transformación justa
y real que necesitamos—, y la capacidad técnica para hacerlo
estará al alcance de un puñado de individuos, corporaciones y
Estados, durante la próxima década. Es urgente la creación de
un mecanismo, dentro del sistema de Naciones Unidas, para
prevenir cualquier intento unilateral de modificaciones del
clima a escala planetaria.
Viola tratados internacionales: La geoingeniería
violaría tratados internacionales que protegen nuestros
océanos, los derechos humanos y la biodiversidad, entre
otros. Muchas técnicas de geoingeniería tienen aplicaciones
militares y podrían violar la Convención sobre la prohibición
de utilizar técnicas de modificación ambiental con fines
militares u otros fines hostiles (ENMOD), junto con el CBD y la
Convención y el Protocolo de Londres sobre la prevención de
la contaminación del mar por vertimiento de desechos y otras
materias, entre otros.
Mercantiliza el clima: Muchos geoingenieros tienen
intereses empresariales directos para su desarrollo,
incluyendo patentes y/o acciones en empresas de
geoingeniería. La competencia es feroz en las oficinas de
patentes entre aquellos que piensan que tienen la “fórmula”
para componer tecnológicamente la crisis climática planetaria.
La perspectiva de un monopolio privado que se apropiaría de
los “derechos” para modificar el clima es aterradora.
Promueve el lucro con emisiones de carbono:
Algunos geoingenieros, incluyendo aquellos que promueven
técnicas como la fertilización oceánica, el biochar, la
Bioenergía y la Captura y Almacenamiento de Carbono
(BECAC), la Captura Directa de Aire (CDA), así como
las empresas de combustibles fósiles —las principales
responsables del cambio climático—, buscan lucrar mediante
esquemas de bonos y créditos de carbono y hacer que estas
técnicas de geoingeniería sean elegibles para recibir fondos
compensatorios y se apliquen precios y tarifas a las emisiones.
Generará guerras climáticas: La geoingeniería tiene
orígenes militares, particularmente a través de programas
para el control del clima, los cuales fueron desarrollados por
el ejército de Estados Unidos y empleados durante la Guerra
de Vietnam, sin que ello signifique que se ha desvanecido
el interés militar por su desarrollo. Si se emplazan técnicas
de manejo de la radiación solar en la escala requerida para
influir en la temperatura del planeta, podrían crearse nuevas
condiciones geopolíticas que favorecerían sólo a aquellos que
puedan controlar el termostato de la Tierra, y a su vez incitaría
al escalamiento de medidas y contramedidas de geoingeniería
para contrarrestar ese nuevo poder.
Desvía la atención de las verdaderas
soluciones: La geoingeniería es una peligrosa y costosa
distracción. La sola propuesta y consideración de la
geoingeniería es una opción que está ya desviando la atención
y recursos que podrían ser empleados en el desarrollo de
verdaderas alternativas para enfrentar el cambio climático.