El Pentágono enviará 800 soldados a la frontera ante eventual llegada de caravana migrante
Proceso
J. JESÚS ESQUIVEL ,
25 OCTUBRE, 2018
WASHINGTON (apro) – En respuesta a la insistencia del presidente Donald Trump, de militarizar la frontera con México, el Departamento de Defensa planea enviar 800 elementos del Ejército a la zona limítrofe, para dar apoyo técnico a la Patrulla Fronteriza ante la eventual llegada de la caravana migrantes centroamericanos.
La cadena de televisión CNN y el diario The Washington Post, que citan a funcionarios del Pentágono entrevistados bajo la condición del anonimato, adelantaron que el secretario de Defensa, el general Jim Mattis, autorizaría este jueves el envío de los 800 soldados.
El plan de Mattis en respuesta a las insistencias de Trump, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, sería agregar los 800 soldados a la fuerza de apoyo técnico que dan a la Patrulla Fronteriza los dos mil 100 integrantes de la Guardia Nacional.
Los elementos del Pentágono se concentrarían en labores como construir barreras físicas fijas y movibles en la frontera con México, proporcionar asistencia en aviación a la Patrulla Fronteriza y proveer asistencia médica y legal en el proceso de inmigrantes indocumentados.
Tras el envío de los dos mil 100 integrantes de la Guardia Nacional que constitucionalmente operan bajo las órdenes de los gobernadores estatales, el general Mattis emitió un memorando en el que define y ordena que ningún elemento bélico interactúe con migrantes en la frontera con México y mucho menos use fuego letal en caso de confrontarlos a menos que sea una situación de vida o muerte.
Desde el pasado lunes el presidente Trump ha expresado su deseo de fortalecer la vigilancia en la frontera sur de Estados Unidos con personal militar, ante la “alerta nacional” que según él representa la caravana de migrantes centroamericanos que se encuentra a más de dos mil kilómetros de distancia de la franja limítrofe del sur estadunidense.
Trump ha sido señalado por usar recientemente a la caravana con fines electorales, con miras a las votaciones generales de medio periodo del próximo martes 6 de noviembre. En esos comicios se definirá la composición política mayoritaria de la Cámara de Representantes y de Senadores, por ahora bajo el control de los republicanos, el partido del presidente de Estados Unidos.
El temor del mandatario es que, como resultado de los comicios de noviembre, el control del Capitolio caiga en manos de los demócratas con lo que la segunda parte de sus cuatro años de mandato se verían seriamente acotados. Con un Congreso federal, dominado al menos en una de las dos cámaras por demócratas, Trump se enfrentaría a una oposición real que no le permitiría cumplir sus promesas de campaña con miras a su relección en 2020, por ejemplo, en materia migratoria.
Emanada de estas eventualidades, el presidente Trump aviva el tema de la caravana para acusar a los demócratas de haberla motivado, generado y financiado, para con ello alertar, sin fundamento, de una emergencia nacional y exacerbar la realidad con el despliegue de los 800 soldados que fortalecerían las labores técnicas de la Guardia Nacional.
De los dos mil 100 elementos bélicos ya asignados a labores de respaldo a la Patrulla Fronteriza, unos mil 600 han sido desplegados a distintos sectores de los más de tres mil kilómetros de frontera que comparte Estados Unidos con México, el resto se encuentra trabajando en las oficinas de los agentes migratorios asesorando en actividades técnicas y computarizadas.
En uno de los mensajes de Twitter que Trump escribió este jueves, afirmó que ante las leyes migratorias débiles aprobadas por los demócratas y que hacen poco o nada para contener la entrada de migrantes indocumentados; “sacaré al ejercito por esta emergencia nacional. Serán parados!”.
Una emergencia o alerta sobre seguridad nacional en los Estados Unidos sí avala el despliegue de soldados en su territorio. En el caso de la caravana centroamericana es impensable que con los miles y miles de agentes migratorios y de otras agencias federales desplegados en la frontera con México, además de la tecnología y barreras físicas con las que cuenta el gobierno estadunidense, los migrantes que huyen de la violencia y la pobreza en sus países puedan ingresar al territorio de Estados Unidos.