La polarización electoral en Brasil se mantiene hasta en las favelas

Votantes pasean con propaganda aún en las filas de votación



El balotaje
La polarización electoral en Brasil se mantuvo hasta en las favelas
En la Rocinha, uno de los barrios carenciados más grandes de Brasil, se repite la división entre los que apoyan a Bolsonaro y quienes se vuelcan por Haddad en el balotaje.

28/10/2018 - 14:59
Clarin

“Odio nunca más. Dictadura nunca más” era el mensaje que, acompañado de fotos en apoyo al socialista Fernando Haddad, rezaba en el cartel de la profesora Silvana José da Silva, quien irrumpió en medio de la calma con la que los vecinos de la favela Rocinha esperaban la apertura de las urnas en Brasil.

Pasadas las 7.30 hora local, cuando faltaba poco menos de media hora para la apertura del centro de votación ubicado a los pies del cerro que alberga la mayor favela de Río de Janeiro, la profesora Da Silva apareció con su politizado mensaje, aproximándose a la fila de electores.

“Que alguien llame a la policía”, fue una de las primeras reacciones que se oyeron entre los vecinos que esperaban para votar en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, en las que Haddad, el candidato del Partido de los Trabajadores (PT), se mide al ultraderechista Jair Bolsonaro, favorito de las encuestas.

La ley prohíbe el proselitismo cerca a los colegios electorales, algo que en Brasil se conoce como “boca de urna” y sobre lo que las personas a las que se acercaba da Silva con su cartel y sus politizadas expresiones advertían mientras miraban alrededor para comprobar si había presencia policial.

“Yo quiero que la democracia continúe, no podemos diseminar el odio ni la voluntad de que las personas tengan un arma en casa, y sí el amor y la educación que es lo que construye un país. La dictadura solo causa muertos, miedo y dolor, pero Brasil no lo será si Dios quiere porque Haddad vencerá”, afirmó a EFE da Silva.

La seguidora del candidato del PT fue una de las muchas que llevó hasta el día de los comicios y hasta dentro de los colegios el grado de crispación que ha caracterizado a estas elecciones presidenciales, las más polarizadas y radicalizadas en las últimas tres décadas en el país.

Senita Santos, mujer que vive hace más de 50 años en la Rocinha y que también aguardaba para ejercer su derecho democrático, concordó con las ideas de Da Silva y añadió a Efe que “la mayor parte de las personas carentes votan por Haddad, porque Bolsonaro no mira para el pobre, él mira para su bolso de ahí su nombre”.

Si bien, al igual que el país, la fila de la Rocinha tenía opiniones dividas y no todos los allí presentes estaban de acuerdo con la de la docente, a quien muchos aconsejaban que se liberara de la pancarta porque la policía le iba a detener.

Para evitarlo, Da Silva dejó su cartel pegado en un muro y se sentó al lado de otro de los vecinos, quien le alertó que “no se ponga a mi lado señora”, a la vez que se separaba de ella ligeramente, y añadía “la culpa es siempre del negro, quien mató, quien votó en Haddad, quien puso el cartel. Siempre el negro, el negro va preso”.

Flavio Sousa, nombre del vecino negro en cuestión, parecía además no estar de acuerdo con las opiniones de da Silva, ya que, como después afirmó a Efe, está de acuerdo con alguna de las ideas más polémicas que propone el ultraderechista Bolsonaro, las cuales considera que pueden ser favorables para la seguridad, especialmente en las favelas.

“Si alguien mata tiene que morir”, manifestó Sousa, quien agregó que “si a un bandido se le torturan es muy probable que no ataque o robe más”, y si “tienes un arma con la que defenderte no se atreverán a atacarte o robarte”, agregó el habitante de una favela que tradicionalmente ha sido escenario de sangrientos enfrentamientos entre bandas rivales de narcotraficantes.

La policía no llegó a actuar en contra de Da Silva pero el proselitismo irregular es habitualmente el principal crimen electoral y, de acuerdo con el balance de incidentes que el Tribunal Superior Electoral (TSE) divulgó a media jornada, el principal delito cometido por las 35 personas que habían sido detenidas hasta el mediodía de este domingo por la Policía Federal.

Fuente: EFE