Y el Tren Maya, ¿sí va?
Por Laura Monzón
El Vigía
viernes, 16 de noviembre de 2018
La construcción del Tren Maya, que catapultará a México hacia el primer mundo, dará inicio el 16 de diciembre, anunció muy ufano el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
Pero como hay muchos adversarios “muy rigurosos” que rechazan su proyecto sin sentido, el mesías exportado desde Tabasco optó por realizar otra consulta tendenciosa, amañada y no legal para que el “pueblo sabio” decida lo que él decidió de antemano.
De hecho, aclaró que en caso de que gane el “no”, él impugnará y defenderá su proyecto, es decir, va porque va. Autocracia disfrazada de democracia.
Como el Gobierno de la Cuarta Transformación sabe que es indispensable economizar, la consulta será en paquete de promoción “vote una vez y dele el sí a trece”, por lo que además del Tren Maya, podrán decidirse la construcción de la refinería de hidrocarburos en Dos Bocas, Tabasco; la modernización del tren en el Istmo de Tehuantepec, que iría del Golfo de México al Pacífico, además de diez programas sociales, entre becas, apoyos, dinero a “ninis” y demás.
Como ejemplo de país que destila democracia, los días 24 y 25 de noviembre, el uno por ciento del padrón electoral podrá ir a las urnas a votar (más de una vez) y optar si el Tren Maya se construye o si el Tren Maya se lleva a cabo, junto con las otras propuestas de alto nivel.
A pesar de que ya está decidida la fecha de inicio del proyecto turístico en el sur del país, aún no se cuenta con el estudio de impacto ambiental ni con los requisitos técnicos, legales y costo-beneficio que requiere todo plan de infraestructura, especificados en la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria.
Según el titular del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), Rogelio Jiménez Pons, del Tren Maya sólo se cuenta con la parte donde hay vía existente, por lo que el faltante estará hasta dentro de un año. Pero el proyecto iniciará en un mes. ¿Por qué tanta prisa?
Aclaró que, poco a poco, se subirá la información a una plataforma digital para que todos podamos consultarla y haya transparencia. ¡Ah, bueno!
El Gobierno de la República amorosa reconoció que para poder construir el Tren Maya tendrá que tirarse “poquita” Selva Lacandona, zona protegida por ser una de las reservas ecológicas más importantes de México y albergar gran cantidad de especies endémicas, según información de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Pregunta: ¿Los ecologistas que se opusieron al NAIM van a apoyar el Tren Maya?
Dice López Obrador que consultará a las comunidades indígenas de la zona. Por lo pronto, el Ejército Zapatista ya expresó su rechazo al Tren Maya y al tren del Istmo de Tehuantepec, porque atentan contra los pueblos originarios y destruirán los terrenos donde habitan.
Lo que a muchos nos parece incongruente es que el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), tan importante para el país y que cuenta con todos los estudios necesarios desde hace años, pretenda cancelarse, por haber contratos corruptos y ocasionar un gran impacto ambiental en una zona de captación de agua de lluvia y donde llegan aves migratorias.
Sin embargo, el Tren Maya lleno de turbiedades, del que aún no se sabe el costo total, no cuenta con estudios ambientales, no ha cumplido con los requisitos que pide la ley y devastará parte de una zona protegida que alberga flora y fauna endémica, iniciará a mediados de diciembre, por el berrinche del mesías tropical electo que estará “avalado” por la votación del “pueblo sabio y experto”, en una consulta igual de turbia a realizarse en una semana.