Piñera, como Lagos y Bachelet, continúa la serie de asesinatos del pueblo mapuche

Todos los gobiernos y todos los partidos que van detrás del poder y del extractivismo del “sueldo de Chile”, son lo mismo. Ya no hay más izquierda-derecha ni algo para luchar, sólo queda construir la sociedad alterativa, la otra, la de abajo, la del otro modo de vivir, la civilización del compartir y del fin del individualismo.



Todos los gobiernos y todos los partidos que van detrás del poder y del extractivismo del “sueldo de Chile”, son lo mismo. Ya no hay más izquierda-derecha ni algo para luchar, sólo queda construir la sociedad alterativa, la otra, la de abajo, la del otro modo de vivir, la civilización del compartir y del fin del individualismo. Basta de organizar a los dispersos sujetos “Yo”, es hora de avanzar al nosotros del hormiguero humano recuperando el ser de la especie, el ser comunitario y natural.

Las ideologías y estrategias de la racionalidad han sido derrotadas por la brutalidad, nos queda el común, el todo es de todos que debe comenzarse entre los vecinos de cada barrio apartando a los partidos políticos y religiones, que todos ellos andan detrás de la gente para aprisionarla en los “verdaderos caminos”, los de ellos. Ya hay que darse cuenta de que los mapuche son nuestros maestros, no los que andan quemando camiones ni organizando grupos de combate siguiendo a los partidos huincas que se camuflan entre ellos sembrando el divisionismo para atraerlos a la vanguardia que lucha por el estado chileno. Eso es en el fondo y en la superficie un absurdo.Entendamos: los que andan organizado fuerzas populares, partidos y vanguardias, quieren “dirigir” las dinámicas sociales, por eso los del frente amplio atraen a algunos buenos compañeros y artistas de la TV para usarlos de gusanos para sus anzuelos de pescadores. Los compas que agarran papa con ellos o los que andan en reuniones y actividades con ellos, están haciendo un daño a la autoorganización social posando de lindos por el plato de lentejas de los aplausos y el comodismo de pasarle a algunos y delegar en pocos la tarea de todos.

Evitemos las orgas y los colectivos de afinidad, que son una trampa, pues evadimos descubrir modos de sembrar con todos y nos llenamos de endorfinas cuidando y acariciando el micro gueto. Recordemos que el 70% de los porteños no votan y evaden a todos los vendedores de pomada, lo que es un avance. No estar ni ahí no es un retroceso, que lo dice solamente el que quiere que lo sigan, sino un avance del que tenemos que aprender para evadir el contacto con aquellos que van detrás del poder con los viejos discursos ya superados. Hay que aprender a apoyar los proceso y dinámicas que pueden dar como resultado la reconstrucción del hormiguero humano de las formas de vida compartida, que no vas a surgir del acuerdo conceptual o de la afinidad ideológica, sino del rescate de la esencia de la especie, el instinto, el sentimiento, los afectos, las sensaciones, el amor, el cuidado.

Hay que descubrir modos de salir de la maraña política y adentrarnos en la producción y reproducción de la vida, de la salud, de los alimentos. Hay que salir de la explotación privada de la mujer en el domos o domicilio (de donde viene la dominica potestas, la potestad de señorío, el dominio, la dominación) y pasar a acercar las tareas cotidianas del hogar a las tareas comunes del barrio, he ahí la gran dificultad y nuestra formación patriarcal que impide que podamos entrecruzarnos para desarrollar políticas públicas no estatales.

Jaime Yovanovic (Profesor J)
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