Caso Catrillanca golpea a Carabineros y aprobación a Piñera retrocede a 38%
Autor: Mauricio Donoso
La Tercera
DOM 25 NOV 2018 | 01:03 AM
De acuerdo a Cadem, la evaluación a la gestión de esa fuerza policial cayó 28 puntos, a 39%, mientras que el respaldo del Mandatario llegó a un nuevo mínimo. Un 44% responsabiliza al gobierno de que el conflicto mapuche haya aumentado y un 63% dice que no se justifica el despliegue de fuerzas especiales en la región.
En 28 puntos cayó la aprobación ciudadana al trabajo que desempeña Carabineros, tras la muerte del comunero mapuche Camilo Catrillanca durante un operativo policial en La Araucanía hace once días. Según los resultados de la última encuesta Cadem Plaza Pública, la opinión favorable de la gente pasó desde un 67% en octubre a un 39% anotado en la medición del 23 de noviembre, el mínimo histórico registrado en la serie de la consultora. La desaprobación a la gestión de esa fuerza policial, en tanto, se alzó a un 55%.
Calificada por la gente como la noticia más importante de la semana (66%), la muerte de Catrillanca también impactó de manera significativa en los niveles de aprobación y desaprobación de la gestión del Presidente Sebastián Piñera y de los principales ministros y autoridades que han estado vinculadas al denominado conflicto mapuche.
De acuerdo al sondeo, el Mandatario retrocedió esta semana tres puntos a un 38% de aprobación ciudadana, la tasa más baja anotada en lo que va de su gobierno. Su desaprobación, en tanto, aumentó cuatro puntos hasta un 48%, el nivel más alto de su segundo mandato.
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“Hace mucho tiempo que no había una noticia que acaparara tanta atención de los medios y de las personas, y hoy el tema mapuche se ha transformado en la primera razón del nivel de desaprobación del Presidente Piñera”, destaca Roberto Izikson, gerente de asuntos públicos y estudios de Cadem, aludiendo a las menciones espontáneas que entregan los entrevistados del sondeo.
Respecto del gabinete, la aprobación ciudadana pasó de 40% la última semana de octubre a un 33% en esta medición. Y en un desglose por carteras, el ministro del Interior, Andrés Chadwick, figura con una caída de trece puntos, desde un 58% en octubre a un actual 45%. Una variación similar a la registrada por su subsecretario, Rodrigo Ubilla, quien retrocedió desde un 62% a un 52%.
En tanto, el ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno, y su par de Justicia, Hernán Larraín -quienes se distanciaron del discurso inicial del gobierno para enfrentar el operativo policial que terminó con la vida de Catrillanca-, no registraron cambios significativos. Según la encuesta, la aprobación de Moreno solo retrocedió un punto para quedar en 60%, mientras que Larraín avanzó desde un 44% a un 45%.
“Después de la caída de Carabineros, el mayor impacto se lo llevan, principalmente, las autoridades que tienen que ver con el orden y la seguridad pública, encapsulando, en parte, la crisis y evitando que la aprobación de Piñera cayera aún más”, comenta Izikson.
Responsabilidades y Plan Araucanía
Más allá de la evaluación a la gestión general de las autoridades, un 69% de los entrevistados dijo estimar que el conflicto mapuche ha ido en aumento en los últimos tres años y, dentro de este grupo, un 44% responsabiliza directamente al gobierno de esa situación.
Asimismo, un 63% afirmó que las fuerzas especiales de Carabineros desplegadas en la zona no se justifican.
Esto, pese a que el 77% de los consultados por Cadem califica la convivencia en la Novena Región como “violenta o muy violenta”
La percepción de que el conflicto mapuche ha ido en aumento en los últimos tres años (69%) también registra un avance significativo respecto de enero de 2017, cuando un 62% señalaba que el conflicto se ha ido incrementando.
En este contexto, un 60% manifiesta creer que “es poco o nada probable” que el gobierno logre implementar su Plan Araucanía.
Asimismo, de acuerdo al sondeo, un 79% señala creer que la solución al conflicto mapuche pasa por una “vía política de diálogo”, frente a un 13% que dice que la respuesta debe encontrarse en la vía judicial-policial.
“Hay un discurso centrado en la seguridad que fue castigado”, afirma Izikson, señalando que a la caída en la aprobación del trabajo desplegado por el ministro Chadwick y el subsecretario Ubilla se suma la gran mayoría de personas que rechaza la presencia de las fuerzas especiales de seguridad en la zona y que afirma que se debe buscar una solución al conflicto a través del diálogo político.
Expectativas a futuro
El analista agrega que la situación instalada a partir de la muerte del comunero mapuche va a seguir siendo compleja para el gobierno hasta que logre dar con un hito o un punto de inflexión que le permita volver a desplegar su agenda.
De hecho, afirma que el episodio vino a profundizar un clima de frustración de expectativas respecto de dos ejes, que, según Izikson, fueron puntales de la campaña electoral de Piñera: la mejoría en la economía y la necesidad de orden. “Estas dos expectativas se han frustrado, los tiempos mejores no han llegado y hay un problema de orden”, comenta.
En este escenario, el gerente de estudios de Cadem estima que “al gobierno se le adelantó un poco el proceso o ciclo de declive normal que, por lo general, afecta a todos los gobiernos a partir de sus segundos o terceros años de administración”,
El analista señaló que, dada las circunstancias actuales, donde no ha decaído el tema mapuche es probable que en las próximas semanas los niveles de aprobación al Presidente y al gobierno puedan seguir bajando. “La pregunta es cuánto más”, agrega.
“A estas alturas del año en 2014, para el segundo gobierno de Michelle Bachelet, el nivel de desaprobación superaba ya de forma definitiva al de aprobación. Y eso es algo que, sin duda, también le podría pasar a Sebastián Piñera, salvo que logre reencauzar la agenda”, concluye Izikson.
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Jaime Quintana, senador PPD por La Araucanía: “La militarización de la zona no partió con la derecha, fue con la Concertación”
Autor: Jorge Arellano
La Tercera
DOM 25 NOV 2018 | 12:35 AM
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El legislador hace una autocrítica por la situación de La Araucanía. No obstante, dice que aún hay responsabilidades políticas que debe asumir el gobierno por la muerte de Catrillanca.
El futuro presidente del Senado hoy está preocupado por lo que ocurre en la región que representa, La Araucanía. Jaime Quintana realiza un duro cuestionamiento al actuar del gobierno tras la muerte del comunero mapuche Camilo Catrillanca; también es crítico del denominado Comando Jungla y advierte la falta de una dimensión política del Plan Impulso Araucanía. Sin embargo, también es crítico de la militarización de la zona que fue impulsada desde los gobiernos de la Concertación. “Hay una responsabilidad clara en esto, que creo que hay que asumir, especialmente quienes fueron autoridades políticas, ministros, subsecretarios del Interior de la época”, dice.
¿Cómo evalúa la decisión de Luis Mayol de renunciar a la Intendencia tras la muerte del comunero Camilo Catrillanca?
Luis Mayol hizo un esfuerzo, sin duda. Ocho meses parece poco tiempo para evaluar seriamente a un intendente, pero los resultados no lo acompañaron. Siento que le faltó mayor relación política con todos los actores de la región. Tuvo también la sombra del ministro Alfredo Moreno en forma permanente, el secreto a voces en la región es que eso generó más de alguna fricción. Con todo lo doloroso de esta crisis, es una oportunidad para el gobierno, para el pueblo mapuche y para la región, en orden a incorporar otra dimensión que estuvo ausente en la propuesta original del Plan Araucanía, que tiene que ver con la dimensión política, por ejemplo, abrirse a los escaños reservados.
Este gobierno, en la propuesta del Plan Araucanía como solución a lo que es la participación política, proponía la ley de cuotas para indígenas. Aquí debiera haber una ley de escaños reservados. Yo llamaría a la autoridad regional y nacional a abrirse a esto como también abrirse a los temas de autonomía territorial, es decir, en mi opinión en la propuesta original del plan Impulso está más bien presente una dimensión económico y productiva, que está bien, pero falta la dimensión política.
¿Qué le parece el nombre de Jorge Atton para reemplazar a Mayol?
Es una persona que tiene un perfil bien distinto a Mayol. Comparten, ambos, que son del círculo cercano al Presidente Piñera, pero estamos hablando de perfiles distintos. Atton es un buen técnico, es reconocido, me tocó trabajar con él en todo lo que fue la ley de televisión digital y noté de parte de él mucha apertura a escuchar a otras opiniones. Tiene un rol bastante dialogante y eso es un requisito indispensable para cualquier autoridad en La Araucanía, además conoce la región porque no solo nació ahí, siempre ha estado vinculado a La Araucanía.
O sea, como oposición, le van a dar el margen para que pueda desarrollar su labor.
Es que no hay ninguna razón para que no. A todo esto, yo nunca pedí la renuncia de Mayol, no me corresponde, más allá de que la Cámara tiene sus facultades fiscalizadoras, una cosa es que uno tenga una mirada crítica de Mayol, pero finalmente la responsabilidad aquí era del gobierno.
O sea, ¿no estaba de acuerdo con que sacaran a Mayol por su actuar frente al caso Catrillanca?
Lo que pasa es que yo nunca hablé de renuncia, porque siento que no es mi rol. Sí hablé de que había que asumir la responsabilidad política. La responsabilidad política de Mayol se asume con su salida, la responsabilidad política de Interior sigue estando en duda. Yo prefiero esperar la interpelación (que se hará en la Cámara), creo que ese es el momento para entregar toda la información y asumir todas las responsabilidades.
Si la interpelación no los deja satisfechos, ¿van a impulsar alguna acción contra Chadwick?
No se puede descartar, pero quien tiene la facultad fiscalizadora es la Cámara de Diputados. Habrá que ver finalmente cuál es la información que se entrega, considerando que a esa altura el 11 de diciembre ya van a haber muchos procesos, desde el punto de vista judicial, en pleno desarrollo y probablemente más información que compartir.
¿Pero hay una responsabilidad política de Chadwick?
A ver, el intendente Mayol no se manda solo. Alguien tiene que haber visado el libreto que entregó las horas posteriores al asesinato del joven comunero Camilo Catrillanca. No creo que a Mayol se le ocurrió decir lo que dijo, tiene una responsabilidad, pero al final él fue la voz del gobierno, pero en el diseño probablemente participaron otras autoridades de Interior, no digo necesariamente Chadwick, hay subsecretarios, jefes de división. Evidentemente al gobierno le entregaron información falsa, esa también es responsabilidad del gobierno, más aún cuando un gobierno asumió e hizo cambios a la institución y dijo que todas estas cosas que ocurrían antes, porque ocurrían antes, nunca más iban a suceder.
¿La responsabilidad es del Presidente Piñera, entonces?
En lo que fue la instalación del Comando Jungla, como se hizo, con la espectacularidad en que se hizo, sí, hay una responsabilidad del Presidente. Se jugó entero en esa fórmula, independientemente de que hoy todo el mundo tome distancia del Comando Jungla, nadie hable de Jungla, como si hubiese sido un invento de la oposición.
Cuando Mayol renunció acusó “pequeñez política” y planteó que los gobiernos anteriores fueron incapaces de resolver el problema de la región. ¿Cuál es su balance de cómo se hicieron cargo los gobiernos en los que usted participó?
Lo primero es que la oposición reaccionó de forma enérgica con posterioridad a los hechos del joven asesinado, pero la pregunta es ¿podría haber hecho algo distinto? O sea, esto no tiene nada que ver con temas políticos, cualquier representante de la región, cualquier persona que vive en la región que busque la paz no puede avalar las declaraciones que dio el intendente ni cómo ocurrieron los hechos. Otra cosa es la responsabilidad que sí tuvo la centroizquierda, actual oposición, en el pasado. La militarización de la zona no partió con la derecha, fue con los gobiernos de la Concertación, por lo tanto hay una responsabilidad clara en esto, que creo que hay que asumirla, especialmente quienes fueron autoridades políticas, ministros, subsecretarios del Interior de la época. Hay un error simbólico, a mi juicio, pero que tiene consecuencias, por ejemplo, con haber transformado un liceo en una unidad de Fuerzas Especiales, y eso ocurrió en el gobierno anterior.
En los gobiernos anteriores hubo casos como el de Lemún, Catrileo, Mendoza Collio…
Y en esos tiempos también la oposición levantó la voz. Esos son hechos igualmente graves como el que ocurrió hoy, lo que pasa es que tiene que haber un aprendizaje también de la sociedad y el Estado para que estos hechos nunca más vuelvan a ocurrir.
¿Usted, como figura política y senador de la región, pudo haber hecho algo más contra la militarización de la zona?
Sin duda, claro, nosotros muchas veces hablamos de esto, en las distintas instancias, en los comités políticos, pero se entendía que esto era una relación que lo manejaba el ministro del Interior o el subsecretario correspondiente, y como que nadie se metía en eso, ni siquiera los presidentes de partidos… pero este es un tema que nosotros lo hicimos ver muchas veces.
¿El grupo de Carabineros que está actuando debiese salir de la zona?
Lo que la región necesita hoy es más inteligencia policial, es saber quiénes son los responsables de los hechos de violencia, no prejuzgamiento, que es lo que a menudo ocurre, en donde por cualquier hecho de violencia se le echa la culpa a los mapuches y muchas veces se ha demostrado que no tienen nada que ver.
¿La respuesta para el conflicto era quitarle recursos a Carabineros?
El debate en la sala del Senado fue bastante serio, todos quienes estuvimos ahí queremos lo mejor para Carabineros. Todos entendemos que es una institución fundamental y que hay que ayudarla a salir de esta crisis. Carabineros no salió de la crisis en el gobierno anterior con gastos reservados. No se justificaban los gastos reservados para la Operación Huracán, no se justifican los gastos reservados para Jungla, por lo tanto, creo que, al revés, hoy en día lo que necesitamos es más transparencia y el propio director general de la institución señaló de que esto no afectaba significativamente su presupuesto. Simplemente es una señal, dado que el gobierno no entendió que Jungla debiese ser desmantelado, para que Carabineros, de una vez por todas, no por un desuso lingüístico, sino para que lo oficialice, diga que Jungla se terminó.
¿Qué le pareció que la DC se haya adelantado y haya liderado una acusación constitucional contra Mayol que terminó con su salida?
Me preocupan los intentos de diferenciarse del resto de la oposición. Estamos a punto de cumplir un año en la oposición y creo que lo básico, lo que debe hacer cualquier oposición que aspire a volver a ser gobierno o a construir un proyecto político serio, programático para el país, es buscar entenderse. Este es un tema delicado, y en los temas delicados hay que buscar el entendimiento y no el camino propio.
Esto ha pasado en la oposición, en algunos espacios han actuado en unidad, pero en otros por separados, ¿cuál su visión?
Debemos tener conciencia de que la única alternativa de volver a ser gobierno es la unidad. Ocho o nueve meses de oposición es un tiempo más que suficiente para haber analizado internamente las causas de la derrota en cada uno de los partidos. El esfuerzo que han hecho los presidentes del PS, PPD y PR, con la Convergencia Progresista es un paso muy importante, sin descartar, por supuesto ningún actor, y la DC, el Frente Amplio y el PC debiesen tener un rol en el entendimiento al que se pueda llegar. Sin embargo, el tiempo va transcurriendo en contra nuestra, por lo tanto, no podemos seguir dilatando los esfuerzos unitarios.
El que se haya excluido a la DC y al PC de la Convergencia Progresista, ¿cómo lo analiza?
Es que la Convergencia Progresista no es una coalición en sí misma, es un entendimiento elemental y muy natural entre partidos que provienen de una misma vertiente, pero eso no excluye a nadie y al revés, el siguiente paso es ver cómo vamos abriéndonos e incorporando a los otros actores.
Usted va a ser el próximo presidente del Senado; algunos apuntan a los grandes acuerdos nacionales, otros, a una oposición que actúe unida. ¿Cómo va a liderar desde su puesto para enfrentar las reformas del gobierno?
He intentado siempre, como diputado, como senador, como presidente de partido, de actuar institucionalmente. Para el presidente del Senado es fundamental, como también para el presidente de la Cámara, que en la oposición hayamos dado pasos mínimos tendientes a la unidad y a una búsqueda de entendimiento en el mediano plazo.
¿El gobierno no tiene que tener temor de que usted llegue a polarizar las relaciones políticas, tomando en cuenta que fue el creador de la “retroexcavadora”?
Esa frase tenía un propósito central, que era hacer cambios paradigmáticos en educación y ese propósito ya se logró y cumplió. Mi rol en la testera, si es que me corresponde asumir ese desafío, va a ser darles garantías, primero, a los 43 senadores y senadoras, a todos. También, por supuesto, contribuir a la unidad de la centroizquierda, y desde luego, estar disponible al diálogo de manera permanente con el gobierno. Lo que no vamos a apoyar ni a incentivar, y, al revés, vamos a denunciar cuando ocurra, son los intentos de buscar los votos de a uno, especialmente en proyectos relevantes para Chile. Los acuerdos son importantes, yo también lo suscribo, como producto del diálogo, pero si vamos a hablar de acuerdos, que no sea el llamado pirquineo de votos.