China y Argentina desafían a estados Unidos en el G20

“¿Por qué Xi Jinping fue recibido con más honores que los demás líderes?”
Se pregunta el diario La Nación, en referencia a la llegada del presidente chino a la cumbre del G20 en Buenos Aires. El periódico constata que fue recibido “en una ceremonia especial, distinta de la que fueron objeto el resto de los jefes de Estado y de gobierno”.



05/12/2018
China y Argentina desafían a EEUU en el G20
Raúl Zibechi
La Haine

“¿Por qué Xi Jinping fue recibido con más honores que los demás líderes?”
Se pregunta el diario La Nación, en referencia a la llegada del presidente chino a la cumbre del G20 en Buenos Aires. El periódico constata que fue recibido “en una ceremonia especial, distinta de la que fueron objeto el resto de los jefes de Estado y de gobierno”.

Además el presidente Mauricio Macri desmintió a Donald Trump, cuya vocera había asegurado que ambos compartirían que la actividad de China en la región es “depredadora”. Por el contrario, Macri aseguró que “la Argentina no ve la presencia de China como una amenaza sino como una oportunidad”.

Las razones de ambos hechos hay que buscarlas en la “Asociación Estratégica Integral” entre China y Argentina, rubricada en 2008, que coloca al país asiático como un aliado clave de Buenos Aires. En poco más de dos años Xi y Macri se reunieron cinco veces en las cuales decidieron profundizar la alianza “inyectando una gran fuerza motriz para la cooperación binacional en distintos ámbitos”.

Luego de la cumbre del G20 se registró la reunión bilateral entre Xi y Macri, el domingo 2 de diciembre en la residencia de Olivos, donde firmaron 35 acuerdos, muchos de los cuales apuntan a proyectos de largo plazo de más de cinco años. Entre ellos uno para el intercambio de monedas por 9.000 millones de dólares, financiamiento de obras 1.200 millones de dólares y 5.000 millones en inversiones para ferrocarriles, energía térmica, solar, eólica y obras viales.

El hecho de que un gobierno conservador como el de Macri haya continuado y profundizado una alianza iniciada por un gobierno de signo opuesto, como el de Cristina Fernández, revela que estamos ante una alianza de Estado entre ambos países. Este es el primer dato a retener, ya que el tipo de relacionamiento establecido entre ambos comenzó en el terreno comercial, pero se va extendiendo a otras áreas, como las inversiones y las finanzas, y está comenzando a expresarse en el terreno político y geopolítico, como lo manifiesta el discurso de Macri.

La segunda cuestión es que China es el segundo destino de las exportaciones argentinas, luego de Brasil y por delante de EEUU. El comercio creció de forma constante y firme, en particular en el área agroindustrial. China es el primer comprador de carne argentina en el mundo y sus importaciones de soja se expanden a raíz de la guerra comercial con EEUU.

La tercera es que las relaciones entre China y Argentina van mucho más allá del comercio. El embajador argentino en China, Diego Guelar, destacó poco antes del G20 que “la relación con China es muy importante para Argentina, ya que es su máximo inversor y, si se excluye al Fondo Monetario Internacional (FMI), su principal acreedor”.

El hecho de que las inversiones chinas sean tan importantes, revela que la asociación es de carácter político y que China ha llegado al Río de la Plata para quedarse. Algunos datos sobre inversiones avalan esta apreciación.

En Argentina ya operan dos grandes bancos chinos. El ICBC, el mayor banco del mundo, está situado en el quinto lugar en el ranking de bancos en Argentina, mientras el Banco de China comenzó a operar este mes. La presencia del dragón es importante en los rubros de energía renovable y en la renovación de la red ferroviaria. Ya se comenzó la construcción de las represas hidroeléctricas “Cóndor Cliff” y “La Barrancosa” a lo largo del río Santa Cruz, que aumentarán en más del 6% la capacidad de generación eléctrica del país.

El megaproyecto energético es liderado por la empresa de ingeniería Gezhouba Group Corporation y financiado por el gobierno chino. En paralelo, el quinto exportador de carne a China es la Compañía Central Pampeana, de capitales chinos, en tanto el Foresun Group compró un frigorífico en Córdoba y plantas de la brasileña Marfrig en Buenos Aires y Santa Fe.

En el lote de compras chinas deben incluirse grandes empresas agroindustriales e industriales como Syngenta, Nidera, Nidera Semillas, Noble, Pirelli, Club Med e Ingram Micro. Un informe del Observatorio de Inversiones de la Cámara Argentina China de la Producción, la Industria y el Comercio, identifica hasta 31 casos de inversiones chinas en Argentina, siendo las cuatro mayores realizadas por las corporaciones Cnooc, Sinopec (petroleras), Shandong Gold (minera), y el banco ICBC, entre 2010 y 2017, por 7.200 millones de dólares.

La diversidad de las inversiones chinas permite asegurar que la percepción de que las relaciones con el dragón se afincan sólo en el terreno del comercio de materias primas es un grueso error que, seguramente, pertenece al pasado.

Más de cien mil chinos viven en Argentina, donde hay instalado hasta 10.000 supermercados que representan el 20% del consumo de la canasta básica de los argentinos. Esta impresionante red de comercios familiares que ofrecen productos a menor precio, está creando grandes dificultades a las grandes cadenas monopólicas.

Sin embargo, pese a los enormes avances registrados en las relaciones bilaterales de larga duración, aún subsisten serios problemas. Argentina aún no decidió integrarse a la iniciativa de la Ruta de la Seda, para no desagradar a Washington. Pero la no construcción de la central nuclear Atucha 3 es seguramente la muestra más trascendente de las dificultades señaladas.

Un informe del medio Infobae del 11 de noviembre, señala que en el seno del Gobierno de Macri se desató una dura batalla entre el ministerio de Hacienda y la Secretaría de Energía por la construcción que demandará inversiones de 8.000 millones de dólares que serían financiadas por Pekín. La propuesta del país asiático era que la obra fuera anunciada formalmente en el G20, pero la pugna interna en el gobierno aplazó la decisión.

Según fuentes de la Casa Rosada consultadas por Infobae, se desató una pelea entre Nicolás Dujovne (Hacienda), que es “un soldado de Washington”, y Diego Guelar, Javier Iguacel y Julián Gadano (embajador en China, Energía y Energía Nuclear respectivamente), “que son pro-chinos”. La información agrega que se trata de una “batalla silenciosa entre Washington y Pekín”.

Aunque ésta información debe ser tomada con cautela porque el medio que la difunde está alineado con la oposición, es probable que el gobierno de Trump esté detrás del frenazo a las obras de la central nuclear argentina. Lo cierto es que Argentina se ha convertido en uno de los socios estratégicos más importantes de China en toda la región, lo que contrasta vivamente con el acercamiento de Brasil a EEUU. En el ajedrez regional, China ha colocado una pieza estratégica y avanza sobre Chile (que se ha sumado a la Ruta de la Seda), quien sigue siendo un estrecho aliado de Washington.