La contradicción del mundo actual: La brutalidad está venciendo a la racionalidad, nos queda el instinto

Un balance entre el texto del medio francés Courrier International “Un mundo de brutos” sobre los líderes mundiales que están usando la fuerza para propiciar el desorden mundial y el texto de Esglobal sobre “Los intelectuales iberoamericanos más influyentes y progresistas del 2018″, donde mezcla algunos humanistas, como el papa Francisco con unos pocos que ya hablan del protagonismo social, la autonomía y el instinto, entre ellos una de nuestras favoritas, Maristella Svampa, (que dejó claro que la cúpula de Clacso está constituida por la socialdemocracia), mostrando que la brutalidad se está imponiendo sobre la racionalidad y que la salida está en un mayor acercamiento a la naturaleza y a nosotros mismos en tanto especie, como demuestran los kurdos, los zapatistas, los amazónicos, los mapuche y tantos otros.



La democracia en un mundo de brutos

Puede que los rotativos de The Times y The New York Times exageren o se anticipen en demasía cuando aseguran que nos encontramos en un clima prebélico igual que en 1930.

Tras el fin de la II Guerra Mundial se han sucedido en el mundo suficientes actos violentos, reyertas, guerras civiles, guerras frías… para romper de nuevo el equilibrio del orden mundial, y sin embargo los niveles de violencia de este siglo XXI son inferiores al pasado.

No hay que pecar de optimismo, pero tampoco catastrofismo. Tal y como explica el escritor y académico canadiense, Steven Pinker, en su libro “Los ángeles que llevamos dentro” la violencia vive desde hace décadas un momento de declive en términos globales, pero para no volver a momentos muy negros de la historia la sociedad debe trabajar en la detección de los focos de violencia y ponerles remedio.

No hay que negar que ciertos acontecimientos como el cruel asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi nada más entrar en el consulado de Arabia Saudí en Estambul pone los pelos de punta. Al igual que el arresto en China sin causa justificable de Meng Honwei, presidente de la Interpol.

No son temas menores y merecen ser contados para que la democracia refuerce sus mecanismos contra la barbarie.

En este sentido el medio francés Courrier International dedica un suplemento especial “Un monde de brutes” (un mundo de brutos) en referencia a ciertos líderes mundiales que están usando la fuerza para propiciar el desorden mundial.

A partir de artículos relevantes extraídos de los periódicos mundialmente conocidos, The Times y The New York Times, se trazan las políticas contradictorias que están llevando a cabo estos mandatarios.

Sitúan como desencadenante la elección de Donald Trump como presidente de EE.UU, que tradicionalmente se ha considerado una pieza clave para “la estabilización del orden liberal”.

Como muestra, citan la Asamblea General de las Naciones Unidas cuya presencia y palabras de Trump provocaron la hilaridad.

Por siempre se había considerado “Una América generosa, garantía de un orden mundial, en la que se podía confiar, y de la que incluso podrían beneficiarse ocasionalmente. Pero esta América ha sido reemplazada por la de Trump”.

Él mismo advirtió “Soy el presidente de los Estados Unidos. No soy el presidente del mundo”.

Quizás obvió entonces que en nuestro mundo globalizado, con una fuerte interconexión, a EE.UU le interesa que el mundo vaya tan bien tanto como al resto de países.

Pero Trump no es el único y siguen su ejemplo otros tantos líderes mundiales acomodados en el mal populismo, de extrema izquierda a extrema derecha.

“Tantos políticos que juegan la carta de El hombre fuerte y que defienden a los defensores. Del pueblo contra la injusticia. Ellos cuentan en parte con la lealtad de su aparato de seguridad. Pero también en una evolución demográfica que les ofrece un electorado cada vez más joven, apresurado por aprobar soluciones simples para resolver problemas complejos”.

Como bien explican en Courrier International estos líderes parecen regidos por el mismo patrón de conducta radicalizando sus políticas para mantenerse al mando y buscando “nuevos enemigos” para demostrar que son esenciales como garantía de la seguridad del pueblo.

El último en sumarse a esta lista de líderes mesiánicos es el brasileño Jair Bolsonaro quien prometió enviar a los chicos de 16 años a la cárcel para romper las pandillas callejeras y lo peor mostró un entusiasmo abierto por los logros del régimen militar brasileño de 1964 a 1985.

Antes fueron el Viceprimer ministro y Ministro del Interior en Italia, Matteo Salvini, caracterizado por sus “ discursos anti-migrantes” atacando a jueces, ONGs, políticos italianos, extranjeros o futbolistas negros. El mismo discurso del miedo y el rechazo al diferente es el que predica Viktor Orban, primer ministro de Hungría.

Asimismo “Xi, Putin y Erdogan tienen en común con Orbán el desprecio por una Sociedad abierta que termina suplantando a los intereses nacionales”.

En el caso de Putin, convertido en señor de la guerra en la segunda guerra de Chechenia “fue la tragedia nacional rusa que resultó del colapso de la Unión Soviética, así como el sentimiento de que el país fue vendido a extranjeros y criminales” lo que permitió su ascenso.

De forma similar la República Popular China emprende parecidas tácticas. Aun valorando sus avances en la modernidad económica o iniciativas como la ruta de la seda, las intenciones son perpetuarse en el poder “conoce el mismo destino que la Unión Soviética, que el colapso del Partido comunista y que la autoridad central se rompe. En el punto donde estamos, Xi todavía podría gobernar durante diez años. Tal vez incluso hasta el final de sus días”.

Con mano dura Erdogan en Turquía quienes los críticos acusan de utilizar el sistema judicial para silenciar a sus oponentes políticos y cuyos escándalos por corrupción han salpicado su mandato.

Podíamos seguir denunciando la mala praxis de los regímenes de Irán, la Venezuela de Maduro, de Kim Jong-un en Corea del Norte…pero poner en evidencia estos hechos debe ser el revulsivo para que la sociedad mantenga el equilibrio.

En democracia, a diferencia del populismo mal entendido, los ciudadanos dotados de espíritu crítico ejercen sus derechos eligiendo las leyes, políticas e instituciones para que sean ellos quienes se gobiernen sustancialmente.

Visibilizar el contexto actual, debe hacer reflexionar sobre el valor de nuestra libertad y derechos, para no perder estas conquistas sino profundizar más si cabe en los propios mecanismos de la democracia.

Redacción
En Positivo

Fuente: Courrier International
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Los intelectuales iberoaméricanos más influyentes y progresistas del 2018

Hace apenas unas semanas publicamos en español una síntesis del suplemento especial “Un mundo de brutos” procedente del medio francés Courrier International. En el mismo se analizaba perfil de ciertos líderes mundiales que están usando la fuerza para propiciar el desorden mundial.

La denuncia de algunas malas praxis y abuso de poder por estos líderes populistas, así como la defensa de la democracia y los valores que permiten su continuidad.

Como toda fuerza tiene su contrapeso, en esta ocasión damos notoriedad a los líderes intelectuales más influyentes del 2018. Personas de distinto perfil pero con el común denominador de cambiar el mundo en positivo.

Los intelectuales propuestos – que no están todos los que son, pero sí son todos los que están – parten de la iniciativa de esglobal en colaboración con la Fundación Avina, una de las organizaciones más activas y reconocidas de la región en todo lo relacionado con la sostenibilidad.

Aquí se destaca un abanico de interesantes intelectuales iberoamericanos cuya actividad ha brillado durante este año que ya acaba.

Brigitte Baptiste: bióloga colombiana, experta en temas ambientales y biodiversidad en Colombia. Es considerada ejemplo de visibilidad de las personas transgénero en puestos de poder. Destaca por su larga carrera en el mundo académico. Actualmente es directora del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt.

Raquel Chan: bióloga argentina, especializada en biotecnología vegetal. Es investigadora del CONICET y actualmente desempeña su tarea en el Instituto de Agrobiotecnología del Litoral, en Santa Fe. Ha sido nombrada una de las diez científicos más destacados de América Latina por la BBC. Entre sus investigaciones se encuentra el desarrollo de una semilla resistente a la sequía.

Adela cortina: filósofa española, ganadora del Premio Internacional de Ensayo Jovellanos 2007 y catedrática de Ética de la Universidad de Valencia. Recientemente ha recibido el Premio Derechos Humanos de la Abogacía Española 2018 en la categoría de ‘Personas’ en su XX edición. Este año el premio se ha dedicado de manera específica a la prevención de los delitos de odio.

Marina Costa Checa: empresaria social peruana conocida por ser la creadora de Laboratoria, una ONG centrada en empoderar a mujeres de bajos recursos como programadoras y expertas en desarrollo web. Fue premiada por el Instituto Tecnológico de Massachusetts como una de las persona más innovadoras menor a 35 años.

Arturo Escobar: antropólogo colombiano y profesor en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill. Su trabajo analiza los movimientos contra el avance de la caña de azúcar en el Valle del Cauca o de la palma africana en el Pacífico colombiano.

Delia Ferreira: abogada argentina y doctora en derecho. Desde 2017, es la presidenta de Transparencia Internacional, la organización de la sociedad civil que lidera la lucha contra la corrupción en el mundo.

Deisy de Freitas Lima Ventura: Profesora Titular de Ética de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de São Paulo (USP), Brasil. Prestigiosa académica cuya línea de investigación se centra en la permeabilidad entre Derecho Internacional e Interno, particularmente en el campo de la salud global y de la movilidad humana.

Christiana Figueres: antropóloga, economista y analista costarricense. Como secretaria ejecutiva de Convenio de Cambio Climático de la ONU, tuvo un papel fundamental en la consecución del primer acuerdo global para afrontar el calentamiento del planeta, reflejado en la Cumbre de París de 2015.

Yayo Herrero: antropóloga, ingeniera, profesora y activista ecofeminista española. Es una de las investigadoras más influyentes en su ámbito a nivel europeo. Propone una transición hacia un modelo que apueste por la inclusión social como eje vertebrador y por la regeneración de la naturaleza.

Susana López: prominente viróloga mexicana, especializada en rotavirus y divulgadora de temas virológicos. Investigadora del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Vera Mantero: coreógrafa y bailarina portuguesa de prestigio internacional. Ha desarrollado una carrera artística que engloba la danza, el teatro y el canto, abordando recurrentemente el tema del desarrollo sostenible.

Humberto Maturana: destacado biólogo y filósofo chileno. Premio Nacional de Ciencias en 1994. Sus investigaciones le han llevado a ser postulado como candidato al Premio Nóbel de Medicina y Fisiología gracias a su labor en el Instituto Tecnológico de Massachusetts.

Manfred Max-Neef: economista y ambientalista chileno. Se desmarca de la economía tradicional en el momento en que puede perjudicar al bienestar social. Ha sido rector de la Universidad Austral de Chile y en 1983 ganó el Right Livelihood Award, el “Premio Nobel alternativo”.

Valeria Moy: economista mexicana y directora general del think tank de política económica ¿cómo vamos? Entre sus metas está evaluar el desempeño del país para impulsar un crecimiento económico acelerado y sostenido que genere puestos de trabajo y combatir la pobreza laboral.

Papa Francisco: es el 266. º y actual papa de la Iglesia católica. Ha hecho gestos por mostrar una Iglesia más abierta y más cercana a las personas divorciadas o las mujeres. En el 2015 propuso la encíclica social Laudato Si’: sobre el cuidado de la casa común que plantea una “ecología integral”.

René Pérez Joglar, alias Residente: rapero, compositor y productor puertorriqueño. En 2004 fue fundador y vocalista de Calle 13. A través de su música ejerce activismo sobre los derechos de los pueblos indígenas o la educación pública. Además colabora en campañas de UNICEF y Amnistía Internacional.

Francisco de Roux: sacerdote jesuita colombiano, una de las voces más respetadas en el proceso de paz en Colombia. Preside la Comisión de la Verdad, destinada a esclarecer el conflicto que ha sufrido el país durante décadas.

Inés Sanguinetti: bailarina y coreógrafa argentina, además es licenciada en sociología. Cofundadora y presidenta de Crear vale la pena, una ONG que promueve la integración social de jóvenes a través de arte y la organización social.

Rita Segato: antropóloga y feminista argentina residente entre Brasilia y Tilcara. Sus investigaciones se han orientado a las cuestiones de género en los pueblos indígenas y comunidades latinoamericanas, a la violencia de género y a las relaciones entre género, racismo y colonialidad.

Maristella Svampa: socióloga y escritora argentina. En los últimos años, Svampa se ha centrado en el estudio de los conflictos socioambientales y las resistencias al neoextractivismo, la megaminería a cielo abierto o el agronegocio sojero.

André Trigueiro: periodista brasileño especialista en medio ambiente realiza una importante labor de divulgación sobre desarrollo sostenible desde su programa “Cidades e Soluções” (Ciudades y Soluciones).

Rodrigo Uprimny: abogado colombiano y doctor en Economía. Profesor universitario, fundador de la ONG Dejusticia, jurista, asesor, magistrado auxiliar en la Corte Constitucional de Colombia.

Amelia Valcárcel: filósofa y feminista española. Entre los múltiples cargos asumidos por Valcárcel destacan el de Consejera electiva del Consejo de Estado, vicepresidenta del Real Patronato del Museo del Prado, vocal del Real Patronato de la Biblioteca Nacional o consultora de Naciones Unidas.

Virginia Vargas: socióloga y feminista peruana. Cofundadora en 1979 del histórico Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, una organización sin fines de lucro que nació para combatir las causas estructurales que limitan los derechos de las mujeres como ciudadanas.

Cristina Grao Escorihuela
Redacción

Fuente original: esglobal