Venezuela
Violencia de género, reproducción y territorio
14/12/2018
A propósito de los comunicados de la Organización Oripato Ohayapo Tuonde: “Mujeres en resistencia por el territorio”.
Las comunidades de mujeres indígenas Yukpa de la Sierra de Perijá de la organización Oripato Ohayapo Tuonde, que significa “Mujeres en resistencia por el territorio”, emitieron un comunicado ante una nueva arremetida contra sus cuerpos y territorios (1). Mary Fernández, maestra Yukpa e hija de la casica Carmen Anita Fernández, fue secuestrada y torturada por ganaderos terratenientes del municipio Machiques del estado Zulia, en Venezuela. En Caracas y ante las autoridades han solicitado justicia en un nuevo caso contra su comunidad para que el Estado venezolano asuma su responsabilidad en los hechos y asegure su protección.
Ya son 5 años de la muerte del Cacique Sabino, y Lucía, su esposa, acompaña a Anita y a Mary en una acción de denuncia contra el despojo, la criminalización de los territorios de Kuse, Chaktapa y Owayari (Territorios Yukpa). ¿Qué hay detrás de los hechos puntuales de violencia contra las mujeres Yukpa? El cuerpo territorio.
Como categoría sociológica parece abstracta y lejana. El cuerpo territorio hace referencia a la relación entre las condiciones materiales de la tierra para la reproducción de la vida material e inmaterial, implica además que más allá de lo material, el territorio es un campo de afectos, sentidos y valoraciones que construyen saberes, haceres y afectividad como un todo. Su apropiación y cercamiento, por lo tanto, produce un efecto sobre estas dimensiones y de forma directa impiden la reproducción de la comunidad y la vida. El cuerpo, en resumen, se moviliza, resiste, muere, se alegra, se multiplica por su posibilidad materiales de reproducir sus saberes, haceres y afectos. Los despojos a los que son sometidas las comunidades de mujeres indígenas son crímenes de lesa humanidad.
El capitalismo es posible gracias a la reproducción de la vida, como lo señalan desde los feminismos comunitarios autoras y activistas como Silvia Federici, María Gutiérrez, Raquel Gutiérrez Aguilar, Julieta Paredes, entre otras. El cambio de las relaciones de producción pasa primeramente por la posibilidad de cambiar las relaciones de reproducción. Las tareas de reproducción han estado históricamente asignadas, en la distribución internacional del trabajo, a las mujeres, este además es un trabajo no remunerado e invisibilizado, pero sin el cual no es posible la vida. Por lo tanto, no sería posible que existiese el capitalismo - o cualquier otro sistema económico social de organización de la vida productiva moderna clasista, racista y sexista, en fin colonial - sin las tareas de reproducción.
Esto nos lleva a plantear que la acción criminal ejercida sobre los cuerpos de las mujeres Yukpa, es una acción criminal colonial, sobre sus cuerpos territorios. ¿Cuál es el interés de quebrar sus cuerpos y violar sus derechos? ¿La materialidad de sus tierras? Sí ¿La intención de expropiarles y cercar e imposibilitar el acceso a sus tierras? Sí. Las acciones recientes vienen precedidas por acciones coercitivas como el exterminio a los hombres del territorio Yukpa (Sabino es uno de los casos emblemáticos de este exterminio) y la tortura, violación y psico-terror criminal sistemática sobre las mujeres para imposibilitarles reproducir la vida.
Si pensamos este hecho criminal como un hecho cometido por el patriarcado, como un crimen étnico, contra mujeres pobres racializadas; si pensamos este hecho como parte del accionar de fuerzas para-militares asesinas, para-estatales, donde el estado tiene responsabilidad; si pensamos en este hecho criminal como un acto de profundización del ejercicio de control sobre la vida en los territorios, contra la imposibilidad del trabajo de producción y de reproducción de la comunidad, contra la posibilidad de sembrar, criar y habitar de generar conocimientos y saberes - contra la vida de forma sustancial - si lo pensamos así, su denuncia es, debe ser, bandera de todas las luchas: campesinas, afro, feministas, sindicales, en fin de las comunalidades todas.
En la base de la ausencia de demarcación de los territorios indígenas -en violación a la constitución-, demanda central fundamental de la lucha indígena en Venezuela, se encuentra el odio a la diferencia. Se nos impone y enseña, muchas veces a lo interno de las militancias, a pensar en pequeños bloques de subjetividades históricas escindidas y falsamente incomunicadas, fragmentadas. Hoy más que nunca la precarización de nuestra condición de existencia, y la pretensión de homogeneidad y polarización político partidista, apuntan a quitarnos la posibilidad de conectarnos en las luchas. Los afro, por un lado, los indígenas, por otro, los campesinos más allá, los trabajadores acá, las mujeres; hoy parece que la materialidad del día a día y la evaluación sobre la posibilidad de pérdida del lazo político nos repliega a lo interno de cada lucha y nos hace vulnerables. Pensarnos nuevamente como sujetos territorializados y en territorios conectados es tarea impostergable para la preservación de nuestras vidas.
La demanda es urgente por tópica, no utópica, parafraseando a Rita Segato (2). No se trata de una sociedad futura idealista en donde los pueblos indígenas en una vuelta al pasado puedan coexistir en sus territorios demarcados como “eran”, en un romántico sueño progresista. La impresión que sobre nosotros hacen nociones como la “coexistencia”, en donde “la tolerancia” al “otro” marca “la diferencia”; limita las posibilidades de una sociedad diversa, en donde logremos identificarnos en la opresión y violación al otro (al cuerpo otro).
Si el territorio Yukpa no puede ser leído como la casa de todxs, si la tortura que sufrió Mary: mujer, indígena, pobre, criminalizada, racializada, no podemos sentirla como una tortura a nuestra comunidad toda y una amenaza a la posibilidad de construcción de comunalidades diversas, los efectos de los nuevos cercamientos sobre cada una de las luchas sociales serán cada vez más violentos y criminales en el campo, en la ciudad, en nuestras casas y en nuestros cuerpos.
Las reflexiones que, desde la indignación por estos hechos criminales sobre las mujeres indígenas, podemos hacer para ampliar nuestro conocimiento sobre la violencia de género, nos hacen pensar en cómo operan las formas de violencia estructurales territoriales, como ocurren las violencias étnicas como formas de violencia de género y en el debate sobre nuevas formas de violencia reproductiva en las discusiones feministas que incluyan al territorio. Igualmente, es una oportunidad de aprender de las formas de sanación colectivas como prácticas de las mujeres indígenas y que posibilitan la construcción de comunidades para la resistencia y la insistencia en el proceso de demarcación de sus territorios. Demarcar los territorios de los pueblos indígenas es permitir a los cuerpos el ejercicio de la vida.
Notas
Comunicado del 20 de noviembre de 2018: http://www.ecopoliticavenezuela.org/2018/11/25/videos-mujeres-yukpa-denuncian-criminalizacion-familiares-caciques-sabino-romero-carmen-fernandez/
Comunicado del 12 de diciembre 2018:
https://www.youtube.com/watch?v=e_b7TC1Jbto
Algunos recursos para conocer el caso:
http://www.albatv.org/Mujeres-Yukpas-exigen-al-Gobierno.html
http://www.albatv.org/Lo-que-le-pediria-al-gobierno-es.html
http://www.albatv.org/Que-se-gesto-en-el-cuerpo-de-Mary.html?platform=hootsuite
http://www.albatv.org/Mujeres-yukpa-denuncian.html
Liliana Buitrago
Observatorio de Ecología Política de Venezuela
https://www.alainet.org/es/articulo/197157
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Mujeres yukpa denuncian criminalización de familiares de caciques Sabino Romero y Carmen Fernández
PUBLICADO EL 25/11/2018 OEPVZLA
http://www.ecopoliticavenezuela.org/2018/11/25/videos-mujeres-yukpa-denuncian-criminalizacion-familiares-caciques-sabino-romero-carmen-fernandez/
Nota de edición
Difundimos a continuación el comunicado de la Organización de Mujeres Indígenas YUKPA de la Sierra de Perija Oripanto Oayapo Tuonde, quienes ante una escalada de la violencia en la Sierra de Perijá, denuncian el asesinato de al menos tres personas, así como numerosos hechos de represión, robo y pillaje a los pueblos indígenas. Incluimos junto al texto los testimonios de Lucía Romero, Carmen Fernández y Ana María Fernández, quienes exigen un cese a la criminalización de sus familias, de los pueblos indígenas y condenan la inacción de parte del Estado en esta materia.
Equipo OEP
La Organización de Mujeres Indígenas YUKPA de la Sierra de Perija Oripanto Oayapo Tuonde Mujeres Defensoras del Territorio denunciamos que nuevamente se activa el conflicto y la violencia en la Sierra de Perija, afectando y amenazando la vida e integridad de las mujeres de la organización.
El sábado 17/11 el tráfico de ganado ilegal sacado hacia Colombia a través de Machiques de Perija y que ha sido denunciado contundentemente en los últimos cinco (5) años por la organización Homo Et Natura, activó nuevamente la violencia en la Sierra de Perija dejando hasta el momento tres (3) hombres muertos, un watia (criollo) de nombre Armando, un Indígena YUKPA de nombre Juan Pablo Eratshi y un hombre de origen Colombiano que se llamaba Gonzalo, habitante del Tokuko.
Se presume que aproximadamente sesenta (60) cabezas de ganado fueron robadas de la Hacienda Panamá- Delicias propiedad de la Sra. María Antonia, y fueron llevadas por la comunidad de Kuse, pasando por Chaktapa hasta su destino final, la comunidad YUKPA del Tokuko, donde fueron recibidas para la negociación y traslado a Colombia. Cabe resaltar que los habitantes de Kuse y de Chaktapa, nada tienen que ver con el robo de este ganado.
Nuevamente es aprovechada esta acción ilegal de tráfico de ganado, para incriminar como responsables a la familia del asesinado Cacique Sabino Romero y la familia de la Cacica Carmen Fernández de la comunidad de Kuse, a quien le han asesinado varios de sus hijos. Ahora es Lucia Romero, esposa del Cacique Sabino; quien fue alertada esta tarde de estar siendo buscada por Sicarios para ser asesinada, a través de una llamada que recibió de su hijo Sabinito Cacique Mayor del Centro Piloto Chaktapa, y se extiende a la Cacica Carmen Fernández acusada de encubrir a sus hijos a quienes se les señala, sin pruebas de ser los ejecutores del robo, por lo que en la comunidad YUKPA del Tokuko en este momento otra de las mujeres de la organización Mary Fernández, hija de Carmen, fue detenida y golpeada como medida de presión para exigir la entrega de sus hermanos.
Cabe señalar que al conversar con Carelis Bote Cacica Mayor, con palabras imprecisas y con contradicciones insiste en que Carmen y su familia deben entregar a sus familiares para ser juzgados, y adicionalmente solicita de manera enérgica que también deben ser entregados el Cacique Mayor de Chaktapa Sabinito y los demás hijos de Lucia para ser juzgados.
Es importante informar que Carelis ha permitido el asentamiento de criollos y presuntamente grupos irregulares en la Materita, nombre de su comunidad; cosa que ha sido reclamada enérgicamente por Sabinito Cacique Mayor de Chaktapa, quien le cedió esas tierras para su familia e hijos y no para permitir la permanencia de terceros en el Territorio YUKPA recuperado.
La acusación sobre la participación de Lucia, Carmen y sus hijos respectivamente, como responsables del robo del ganado es una mentira ya que estas Mujeres Luchadoras desde el día jueves viajaron hacia Caracas para participar junto a otras compañeras YUKPAS, como voceras de la organización Oripanto Oayapo Tuonde, en la actividad “VenezuElla, encuentro de mujeres
diversas” que constituye el capítulo nacional del Encuentro Latinoamericano de Feminismos (ELLA), que desde 2014 se realiza año a año en un lugar distinto del continente.
Justamente fue el espacio propicio para denunciar la violencia, los atropellos, a las que son sometidas en la zona, luego del asesinato de Sabino y de los hijos de Anita cuyos crímenes aun siguen impunes. Pues ellas al igual que sus familiares asesinados siguen luchando por la defensa de sus territorios indígenas.
Estas compañeras siempre han actuado cumpliendo la ley, realizando las denuncias en los canales legales respectivos y exigen que se respete el derecho e integridad de sus hijos y hermanos, evitando tomar la justicia por mano propia y sin pruebas como están actuando los agresores de Mary Fernandez, golpeada por personas del Tokuko.
Queremos denunciar que en este momento la vida de los integrantes de ambas familias están en riesgo, que es extraño que todo esto esté sucediendo cuando se le reclama a Carelis el cumplimiento del uso acordado de las tierras que fueron cedidas para ella y su familia y además justamente en el momento en que se está activando el expediente para lograr el juicio por los asesinatos de los hijos de Carmen Fernández a través del Fiscal Indígena Robaldo Cortez, quien es responsable de llevar el caso, al cual llamamos para que se avoque en esta situación a fin de evitar nuevamente una tragedia que puede significar el asesinato de los familiares del Cacique Sabino Romero, entendiendo la complejidad de la zona y las amenazas y mentiras que nuevamente están siendo usadas para atentar contra la vida de quienes hemos mencionado.
Hay que recordar que aún los autores intelectuales del asesinato del Cacique Sabino Romero, no han sido juzgados por ese crimen y que los autores materiales fueron ex policías de Machiques, por lo cual las personas involucradas en este hecho, encuentran en este tipo de situaciones incontroladas y falsas, la oportunidad propicia para la venganza, tal como sucedió cuando mataron a Sabino.
Protección para las Mujeres de la Organización Oripanto Oayapo Tuonde Lucia, Carmen y Mary Fernández y sus familias, es nuestra exigencia!
Caracas, 20/11/2018